BIENVENIDOS

Gracia y Paz en Cristo Jesús, Amados, soy el Pr. Rogers Infante. Discípulo de la obra de Dios, Promotor y fundador de la Iglesia Cristiana Palabra y Amor. Doy gracias a Dios por la posibilidad que nos da, de poder llevar su evangelio por medio de la palabra escrita a todos sus hogares y sitio de trabajo. Con la intención de poder compartirlos con todos ustedes ya que está en evidencia la gran necesidad de contar con material netamente de evangelización, que sirviera para llegarles en forma de mensajes. Muchas almas han encontrado a Cristo, por este medio, cuyo fin, es que la "palabra de Dios corra y sea glorificada" (2 Ts 3:1). Amados, la venida de Nuestro Señor Jesucristo a buscar a su iglesia, esta cerca. Por tal motivo el enemigo de las almas, Satanás, aprovechará en este último tiempo para engañar a cuantos pueda en este mundo; lo cual la Biblia nos advierte que no ignoremos sus maquinaciones. (2Co.2:11). Vivimos una era de engaños, donde se predica un falso evangelio facilista y meramente emocional. Además de otras ciertas doctrinas ortodoxas de la cristiandad, debemos estar alertados de estos lobos rapaces disfrazados de ovejas y que por dentro son unos Anatemas que venden el evangelio de JESÚS, La doctrina del "arrepentimiento de pecados" es rara vez predicada como se debe. La salvación por gracia se ha desvirtuado y las perdiciones son basadas en discursos que tienen mucho de sensacionalismo, pero carentes de fundamento bíblico vital para la genuina conversión de las almas. (Heb.4:12).Por tal motivo es necesario, predicar un evangelio fiel a la Biblia. Tu testimonio personal y tu vida de consagración a los pies de Cristo, es el arma más poderosa, para llevar la palabra de Dios.

¡Que tu vida, y la mía, sean solo para LA GLORIA DE DIOS!

lunes, 17 de noviembre de 2014

PECADO, ARREPENTIMIENTO Y PERDÓN

Gracia y Paz para todos mis hermanos en la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo, el Cordero inmolado que hoy se encuentra sentado a la diestra del Padre el Todopoderoso. Y que al sonar de la séptima trompeta el Hijo vendrá a Juzgar a este mundo.

Todos los hombres hemos pecado y la paga del pecado es la muerte.El pecado es la independencia de Dios, es vivir a nuestra manera, dictaminando nuestras propias normas de conducta, gobernándola y juzgándola por nosotros mismos.

El pecado es el mal que produjo la separación entre Dios y los hombres.

Que trajo la muerte y la gran cantidad de maldiciones sobre el mundo.
Romanos 5:12 Cuando Adán pecó, el pecado entró en el mundo. El pecado de Adán introdujo la muerte, de modo que la muerte se extendió a todos, porque todos pecaron.

Un ejemplo del pecado del hombre, el arrepentimiento y el perdón de Dios, es la parábola del hijo pródigo en Lucas.15.11-32.

El hijo menor exigió de su padre sus derechos; él dijo: “dame la parte de los bienes que me corresponde”.
En otras palabras: El demandó su parte.
En aquellos días la herencia se transmitía hasta la muerte del padre, y en su gran mayoría, al hijo mayor.
Pero este hijo, pensando en sí más que en los otros, exigió lo suyo:
Amor para sí, Comprensión para sí, Tiempo, Dinero, Atención, etc.
Luego tomó su propio camino.

Hermanos en Cristo, Todo aquel que con soberbia piensa en sí, se separa de sus seres queridos y decide vivir a su manera, gobernándose por sus dictados, esta persona se endiosa, pensando tener la razón, y toma un rumbo equivocado.
Esto es vivir independientemente de Dios.
Es decir: Es vivir a mi manera, y no a la manera de Dios.
Dicho de otra manera es hacer mi voluntad y no la voluntad de Dios.

El resto es historia y resultado de la vida separada de Dios.
La cual es: malgastó los bienes, vivió perdidamente, tuvo gran necesidad y terminó apacentando cerdos.
Dice la palabra que este hijo desobediente, fue humillado en extremo, pues su fin fue desear comer lo que los cerdos comían.

No sólo sufrió la vergüenza de estar con cerdos, sino que además fue maltratado por un amo que tenía dinero para darle de comer a sus animales pero no para sus criados.

La palabra de Dios también nos dice que estando en esa condición volvió en sí, se le abrieron los ojos y se dio cuenta de su error.
Cuantos hoy en día están reconociendo su error de haberse apartado de Dios.
Este joven se había apartado de su padre y había pecado, Ahora deseaba volver.
Decidió humillarse, reconocer su error, regresar a su padre y pedir perdón.
Decidió someterse al castigo y a las consecuencias de su desobediencia.
Había vivido perdidamente y había hecho multitud de pecados, pero reconoció el origen de su mal.
En otras palabras: había llevado una vida independiente y separada de su padre.
Pero recapacito en el tiempo programado por Dios.
Este joven se arrepintió y volvió, y fue perdonado y restaurado.
Tú que hoy me escuchas puedes hacer lo mismo.
Volver a nuestro Padre celestial y pedirle perdón, en un arrepentimiento verdadero.

El arrepentimiento es un “volver en sí”.
Es dar una vuelta de 180 grados y dirigirse en una dirección opuesta.
En otras palabras: Es cambiar la forma de pensar y adaptarse a la de Dios.
Como el hijo pródigo, debemos estar dispuestos a humillarnos y reconocer nuestras faltas, así como a aceptar la determinación de nuestro Padre celestial.

El arrepentimiento debe tocar, al menos, tres áreas de nuestra vida:
1.    Nuestra opinión : debemos reconocer que el pecado es una ofensa a Dios y no meramente un mal moral o una acción que me trae malas consecuencias.
2.    Nuestro sentimiento : Dios aborrece el pecado, y éste nos separa de Él.
El genuino arrepentimiento nos hace sentir lo que Dios siente acerca de Él.
Por eso es que lloramos, gemimos y nos humillamos por haberlo cometido.
3.    Nuestra decisión del pecado: El arrepentimiento genuino lleva consigo la consecuencia de un cambio real y efectivo de vida, por lo tanto la decisión de hacer lo correcto y justo.

Todo el bien para nuestra vida está en Dios.
Pero la relación con Él fue rota a partir del pecado, por lo que fuimos destituidos de la gloria de Dios. La palabra dice en Romanos 3:23 Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios.

Cuando se peca, le estamos dando la espalda a Dios.
Pues al pecar el hombre desecha a Dios, y se une a satanás, quien es pecador y padre de toda mentira. 

Pero Dios, queriendo restablecer la relación con el hombre, envió a Jesucristo su Hijo para ofrecerles salvación.
Ahora El pide que todo hombre se arrepienta y se “vuelva” hacia él. 

En Jesús, Dios le ha dado a la humanidad la oportunidad del perdón de sus pecados, por lo que ha mandado a todo hombre que se arrepienta de su independencia y se someta al Dios todopoderoso y lleno de amor. (Hechos 17.30).
Hechos 17:30 »En la antigüedad Dios pasó por alto la ignorancia de la gente acerca de estas cosas, pero ahora él manda que todo el mundo en todas partes se arrepienta de sus pecados y vuelva a él.

Cuando un hombre se arrepiente y se voltea a Dios restablece su relación con El.
La Biblia dice: Hechos 3:19-20 Ahora pues, arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios para que sus pecados sean borrados. (20) Entonces, de la presencia del Señor vendrán tiempos de refrigerio y él le enviará nuevamente a Jesús, el Mesías designado para ustedes.
De esa manera se borrara toda culpa que este en cada uno de aquellos que reciban a Jesús.
¿Pero que es la culpa? El Señor no solo perdona nuestros pecados sino que nos libra de la culpa de haberlos cometido.
La culpa es el sentimiento de haber fallado, el cual nos acusa del mal, condenándonos por nuestras acciones.

“... he aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado”.
Esto fue lo que escuchó el profeta Isaías al confesar que era inmundo de labios.
Como profeta, a través de su boca había hablado varias veces la palabra de Dios.
Pero también había pecado con ella.
Cuando Dios se le reveló sintió culpa por su pecado, y Dios, lleno de amor y misericordia, no sólo limpió su pecado, sino que también le quitó el peso de la condenación de la culpa.
Isaías 6:1-7 El año en que murió el rey Uzías,* vi al Señor sentado en un majestuoso trono, y el borde de su manto llenaba el templo. (2) Lo asistían poderosos serafines, cada uno tenía seis alas. Con dos alas se cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies y con dos volaban. (3) Se decían unos a otros: «¡Santo, santo, santo es el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!». (4) Sus voces sacudían el templo hasta los cimientos, y todo el edificio estaba lleno de humo. (5) Entonces dije: «¡Todo se ha acabado para mí! Estoy condenado, porque soy un pecador. Tengo labios impuros, y vivo en medio de un pueblo de labios impuros; sin embargo, he visto al Rey, el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales». (6) Entonces uno de los serafines voló hacia mí con un carbón encendido que había tomado del altar con unas tenazas. (7) Con él tocó mis labios y dijo: «¿Ves? Este carbón te ha tocado los labios. Ahora tu culpa ha sido quitada, y tus pecados perdonados».

Jesús nos libra de la culpa, Un ejemplo de la libertad de la culpa que Jesús nos ofrece se nos relata en el pasaje de la mujer adúltera.
Esta era una mujer que los fariseos llevaron ante Jesús tras de haberla descubierto en el acto de pecar.
Preguntándole al Señor si debían o no apedrearla.

Ante la insistencia, Jesús dijo que aquel que no tuviera pecado fuera el primero en tirar la piedra, y aquellos, acusados por su conciencia y no estando libres de culpa, abandonaron el lugar.

Quedaron Jesús y aquella mujer solos, y el Señor, el único libre de pecado entre ellos, dijo a la mujer que él no la condenaba (Juan 8.1-11).
Juan 8:1-11 Jesús regresó al Monte de los Olivos (2) pero, muy temprano a la mañana siguiente, estaba de vuelta en el templo. Pronto se juntó una multitud, y él se sentó a enseñarles. (3) Mientras hablaba, los maestros de la ley religiosa y los fariseos le llevaron a una mujer que había sido sorprendida en el acto de adulterio; la pusieron en medio de la multitud. (4) «Maestro —le dijeron a Jesús—, esta mujer fue sorprendida en el acto de adulterio. (5) La ley de Moisés manda apedrearla, ¿tú qué dices?». (6) Intentaban tenderle una trampa para que dijera algo que pudieran usar en su contra, pero Jesús se inclinó y escribió con el dedo en el polvo. (7) Como ellos seguían exigiéndole una respuesta, él se incorporó nuevamente y les dijo: «¡Muy bien, pero el que nunca haya pecado que tire la primera piedra!». (8) Luego volvió a inclinarse y siguió escribiendo en el polvo. (9) Al oír eso, los acusadores se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los de más edad, hasta que quedaron sólo Jesús y la mujer en medio de la multitud. (10) Entonces Jesús se incorporó de nuevo y le dijo a la mujer: —¿Dónde están los que te acusaban? ¿Ni uno de ellos te condenó? (11) —Ni uno, Señor —dijo ella. —Yo tampoco —le dijo Jesús —. Vete y no peques más.

La actitud y las palabras de Jesús revelaban su propósito de perdonarle el pecado y librarla de toda culpa.

La Biblia nos enseña que Jesús vino a salvar al mundo, no a condenarlo.
En el libro del Apóstol Juan, se nos dice: Juan 3:16-17 »Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. (17) Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.
En otras palabras: por su sangre nos limpió la conciencia de toda culpa.
Hebreos 9:14 Imagínense cuánto más la sangre de Cristo nos purificará la conciencia de acciones pecaminosas* para que adoremos al Dios viviente. Pues por el poder del Espíritu eterno, Cristo se ofreció a sí mismo a Dios como sacrificio perfecto por nuestros pecados.

Volviendo al primer ejemplo del relato del hijo pródigo.
Podemos ver como Nuestro Padre Celestial nos limpia de todo pecado cuando realmente nos arrepentimos y nos humillamos ante él.

Después de vivir perdidamente y malgastar los bienes, el hijo se arrepintió y decidió regresar a la casa de su padre, pensando que había perdido su posición de hijo y que ahora le correspondía ser un jornalero.

Cuando el padre lo vio lo recibió lleno de misericordia, recordándole su dignidad de hijo y restaurándolo en su posición.
Es decir: Mandó a vestirlo espléndidamente y ordenó a los jornaleros servirlo y hacerle una gran fiesta, dejando claro a su hijo que le extendía su perdón y que su pecado no había disminuido su amor hacia él (Lucas 15.11-32).

Por otro lado vemos otro ejemplo.
La mujer con flujo de sangre nos presenta otro ejemplo de la gracia de Dios para librarnos de toda la culpa.
Esta era una mujer enferma por 12 años, que al oír hablar de Jesús se le acercó a tocarle el manto creyendo que sería sana.

En aquellos tiempos una mujer con flujo de sangre no podía tocar ni acercarse a un hombre, pues lo hacía impuro.
Las leyes y las costumbres eran bien rígidas, y las mujeres que lo hacían eran rechazadas y hasta apedreadas.

Pero ella fue valiente y creyó en el poder y la misericordia de Dios y fue sana.
Jesús al saberlo preguntó quién la había tocado, pues de no hacerlo aquella mujer, aunque sana, hubiera quedado con la culpa de haber hecho algo prohibido.

Al descubrirse, Jesús declaró públicamente que era salva por su fe, dejando claro que no la culpaba por lo hecho.
Tocar el manto sanó a aquella mujer, pero la atención de Jesús la liberó de la culpa.

Iglesia, el arrepentimiento de nuestros pecados nos lleva a un cambio real de vida.
Como Dios perdonó nuestros pecados y nos libró de culpa, ahora debemos ser responsables y vivir una nueva vida, apartándonos del pecado, del mundo y del diablo.

Ahora debemos cambiar nuestra forma de pensar, de sentir y de actuar.
Debemos dejar atrás nuestra pasada manera de vivir y dirigirnos a una nueva vida.

Somos nuevos en Cristo

Somos nuevas criaturas en Cristo, él nos ha dado la capacidad de ser hechos hijos suyos.
Al nacer de nuevo en Cristo, todas las cosas pasadas quedaron atrás y todas son hechas nuevas.
Esto solamente ocurre cuando realmente nos arrepentimos de nuestra vida pasada y no volvemos a caer en ella.

No debemos más atarnos o enredarnos en nuestro pasado, pues todo eso ya pasó y en Cristo somos hechos nuevos.
Esto nos lleva más lejos, ya que con Cristo somos más que vencedores.
Y lo más importante es que podemos vivir esa nueva vida en plenitud.

Nosotros ya no podemos hacer nada por lo que nos sucedió en el pasado.
Es decir: No debemos permitirle al diablo atormentarnos con la vida pasada que teníamos.
Cristo nos sana y nos perdona, y además nos libera para vivir completamente libres de lo que sucedió, si le aceptamos en nuestro corazón y le somos obediente al Padre celestial.

Cuando verdaderamente recibimos a Cristo en nuestra vida y caminamos bajo la obediencia del Padre, entonces y solo entonces seremos nuevos en Cristo.
2Corintios 5:17 Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado, ¡una nueva vida ha comenzado!

Los deseos de la vieja naturaleza

Al nacer todo hombre trae una naturaleza pecaminosa.
Trae una identidad errónea y unas inclinaciones engañosas.
Heredamos en nuestro ser la naturaleza pecaminosa de Adán la cual nos lleva de continuo a hacer el mal, las obras que son contrarias a la voluntad de Dios.
Efesios 2:1-3 Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados. (2) Vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo —el líder de los poderes del mundo invisible* —, quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios. (3) Todos vivíamos así en el pasado, siguiendo los deseos de nuestras pasiones y la inclinación de nuestra naturaleza pecaminosa. Por nuestra propia naturaleza, éramos objeto del enojo de Dios igual que todos los demás.

Lo que nos dice Efesios, es que antes de conocer a Cristo vivíamos para satisfacer los deseos naturales y las pasiones de la carne y de la mente.
Esto no implica calificativos morales de esas malas acciones, sino más bien una naturaleza pecadora.

Según Efesios 4.17-19, aquellos que están alejados de Cristo andan en la vanidad de su mente con un entendimiento lleno de tinieblas, alejados de la presencia y las bendiciones de Dios, en ignorancia y dureza en su corazón.
Esto nos llevó a entregarnos a una vida pecaminosa, entregados a impurezas desagradables a Dios.
Efesios 4:17-19 Con la autoridad del Señor digo lo siguiente: ya no vivan como los que no conocen a Dios,* porque ellos están irremediablemente confundidos. (18) Tienen la mente llena de oscuridad; vagan lejos de la vida que Dios ofrece, porque cerraron la mente y endurecieron el corazón hacia él. (19) Han perdido la vergüenza. Viven para los placeres sensuales y practican con gusto toda clase de impureza.
Iglesia, esta vieja naturaleza nos ha llevado a pecar, trayendo con ello condenación al mundo.
En el libro de Gálatas se nos dice: Gálatas 5:19-21 Cuando ustedes siguen los deseos de la naturaleza pecaminosa, los resultados son más que claros: inmoralidad sexual, impureza, pasiones sensuales, (20) idolatría, hechicería, hostilidad, peleas, celos, arrebatos de furia, ambición egoísta, discordias, divisiones, (21) envidia, borracheras, fiestas desenfrenadas y otros pecados parecidos. Permítanme repetirles lo que les dije antes: cualquiera que lleve esa clase de vida no heredará el reino de Dios.

Despojándonos del viejo hombre

Miremos un momento lo que dice Efesios 4.22-24:
Efesios 4:22-24 desháganse de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua manera de vivir, que está corrompida por la sensualidad y el engaño. (23) Y, en cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes. (24) Pónganse la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de Dios, quien es verdaderamente justo y santo.

Ahora vamos a Colosenses 3.5-10).
Col0senses 3:5-10 Así que hagan morir las cosas pecaminosas y terrenales que acechan dentro de ustedes. No tengan nada que ver con la inmoralidad sexual, la impureza, las bajas pasiones y los malos deseos. No sean avaros, pues la persona avara es idólatra porque adora las cosas de este mundo. (6) A causa de esos pecados, viene la furia de Dios.* (7) Ustedes solían hacer esas cosas cuando su vida aún formaba parte de este mundo. (8) Pero ahora es el momento de eliminar el enojo, la furia, el comportamiento malicioso, la calumnia y el lenguaje sucio. (9) No se mientan unos a otros, porque ustedes ya se han quitado la vieja naturaleza pecaminosa y todos sus actos perversos. (10) Vístanse con la nueva naturaleza y se renovarán a medida que aprendan a conocer a su Creador y se parezcan más a él.

Esta renovación implica tanto una decisión como un proceso.
Es una decisión absoluta y radical por la cual nos entregamos por completo al Señor, como un proceso de renovación y aprendizaje en el cual se va formando el carácter de Cristo en cada persona que le recibe verdaderamente y hace la voluntad de su Padre.

Finalmente déjame decirte que en Cristo fuimos muertos al pecado, pues “nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él” (Romanos 6.6), de tal forma que ya no obedezcamos a los deseos pecaminosos.

Ahora el Espíritu habita en nosotros, guiándonos en la voluntad de Dios y dándonos las fuerzas para obedecerle.

Pero debemos seguirle a él y no a los deseos de la vieja naturaleza, tal como dice: Gálatas 5:16 Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa.

Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante H.
Bendiciones a mis hermanos en la fe

martes, 11 de noviembre de 2014

LAS VERDADES.


Gracia y paz en el nombre del Dios Padre y de su Hijo Jesús, el cordero inmolado que hoy está sentado a la diestra del Todopoderoso y que al sonar de la séptima trompeta, vendrá a juzgar a este mundo y su  maldad.

 Que feliz sería la humanidad si entendieran todos lo que Dios quiere para ella.
Cada vez que profundizamos más en la palabra de Dios, nos damos cuenta de la cantidad de bendiciones que Dios tiene preparadas para aquellos que hacemos su voluntad.

Hoy veremos algunas verdades que Dios quiere que todo el mundo conozca y comprenda, para que podamos obtener la felicidad verdadera y además la Vida Eterna.

Para Dios no es suficiente que nosotros nos llenemos de su conocimiento, sino que él espera que también confiemos en Él y en su Palabra.
Solo así y de esa manera podemos hacer lo que Dios espera que hagamos.

Aceptando su verdad en nuestros corazones, apropiándonos de esta verdad como nuestra y poniéndola por obra como el norte de nuestra vida, veremos todos nuestros deseos cumplidos en su nombre.

Por eso hoy, vamos a conocer estas verdades que fueron dichas hace mucho tiempo y sin embargo, permanecen inmutables, y así permanecerán hasta la eternidad, ya que su palabra jamás pasara.

Por esta razón es que Dios quiere que las conozcamos porque sin ellas, nunca le pudiéramos encontrar y mucho menos ser como Él quiere que seamos.

La verdad, para ser entendida, tiene que tener la participación del Espíritu Santo.
Este Poder de lo Alto, actúa convenciendo a la persona de pecado, justicia y juicio.
Si esta persona es un incrédulo, iluminando, o si es un creyente, esto es lo tiene que hacer:

Debe ver la validez de la verdad y responder, “Esto es cierto; ¡Lo tengo que creer!”
Debe sentir la belleza de la verdad y responder, “Esto es maravilloso; ¡Lo tengo que alabar!”
Debe anunciar con la urgencia de la verdad, la palabra. Y responder, “Esto me compete a mí; ¡Lo tengo que hacer!
               
Dios quiere que entendamos y más aún, que comprendamos entonces estas verdades.
Ahora, viendo esto, podemos decir con certeza, que no hay promesas más grandiosas que las que encontramos en la poderosa palabra de Dios.
Promesas que traen al que ha CONFIADO la paz espiritual que anhela todo ser humano.

Es decir que debemos compartir con cada persona que conocemos, no importando su color, su status social, su posición religiosa; porque Jesús dijo:
Juan 3:16 »Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.

En primer lugar, por qué decimos que: JEHOVÁ ES EL ÚNICO SALVADOR
Isaías 43:10-11 «Pero tú eres mi testigo, Israel —dice el SEÑOR—, tú eres mi siervo. Tú has sido escogido para conocerme, para creer en mí y comprender que sólo yo soy Dios. No hay otro Dios; nunca lo hubo y nunca lo habrá. (11) Yo, sí, yo soy el SEÑOR, y no hay otro Salvador.

Aquí podemos ver que Dios RECLAMA AUTORIDAD.
yo soy Dios...”  Recordemos que Jesús dijo, “Yo y el Padre, uno somos.”
Esto nos indica que Jehová se manifestaba en su Hijo, para que por medio de él, sean echas todas las cosas.
Acordémonos que Dios le dio toda autoridad y potestad a su Hijo Jesucristo.
Pero debemos comprender y aceptar que Jesús, no es Dios, como pretender hacernos creer ciertas iglesias paganas apostatas y ecuménicas.
De igual manera cuando Jesucristo esta en nosotros, entonces Dios Padre Jehová, se puede manifestar en nosotros, ya que no vivimos nosotros en la carne, sino que cristo vive en nosotros, y por medio de Jesús es que el Padre se manifiesta.
De esa manera Dios Padre, puede usarnos en su obra.
Lo que nos indica que Jesús es nuestra autoridad porque es el representante legal de Dios y se nos presenta como nuestro único Señor y Salvador, por la autoridad que le fue dada.
Ya que nadie va al Padre, si no es por él.

Pero entienda y comprenda que esa autoridad le será devuelta al Padre, para que sea el Padre quien gobierne absolutamente en todo y no Jesús.
Ya que Jesús al entregar esa autoridad, se tendrá que someter a Dios Padre.
Con esto podemos decir que estos dos seres celestiales son completamente distintos.
Es decir uno con mayor poder que el otro.
1Cor.15:23-28 Pero esta resurrección tiene un orden: Cristo fue resucitado como el primero de la cosecha, luego todos los que pertenecen a Cristo serán resucitados cuando él regrese. (24) Después de eso, vendrá el fin, cuando él le entregará el reino a Dios el Padre, luego de destruir a todo gobernante y poder y toda autoridad. (25) Pues Cristo tiene que reinar hasta que humille a todos sus enemigos debajo de sus pies. (26) Y el último enemigo que será destruido es la muerte. (27) Pues las Escrituras dicen: «Dios ha puesto todas las cosas bajo su autoridad»*. (Claro que, cuando dice «todas las cosas están bajo su autoridad», no incluye a Dios mismo, quien le dio a Cristo su autoridad). (28) Entonces, cuando todas las cosas estén bajo su autoridad, el Hijo se pondrá a sí mismo bajo la autoridad de Dios, para que Dios, quien le dio a su Hijo la autoridad sobre todas las cosas, sea completamente supremo sobre todas las cosas en todas partes.

Por esta razón en el libro del Apóstol Juan se dice claramente en Juan 5:26,27:
Juan 5:26 El Padre tiene vida en sí mismo y le ha entregado a su Hijo ese mismo poder de dar vida.* (27) Y le ha dado autoridad para juzgar a todos, porque es el Hijo del Hombre.*

Jesús también declaró en Juan 8:23,24.
Juan 8:23-24 Jesús continuó diciendo: «Ustedes son de abajo; yo soy de arriba. Ustedes pertenecen a este mundo; yo no. (24) Por eso dije que morirán en sus pecados; porque, a menos que crean que YO SOY quien afirmo ser,* (es decir el enviado, el mesías, el Hijo de Dios) morirán en sus pecados».

Jesús ha dicho con esto que Dios ha existido siempre.
Y aunque se ha manifestado de maneras diferentes a la humanidad sabemos que es eterno.
Dios es el único con autoridad suprema y él puede compartir su autoridad a quien desee.
Sin que esa autoridad compartida, lo someta a él.

El texto declara algo sin discusión.Y fuera de mí no hay Dios.”
Esto nos lleva a que el único Dios verdadero es Jehová de los Ejércitos.
Y que solo por medio de su Hijo Jesucristo, nosotros podemos llegar a él.
Solo y solamente si nos sometemos a su voluntad. La voluntad del Padre.
Es decir Cristo en nosotros, podemos hacer la voluntad del Padre.
El mismo Jesús dijo:
Juan 17:1-5…Jesús miró al cielo y dijo: «Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo para que él, a su vez, te dé la gloria a ti. (2) Pues le has dado a tu Hijo autoridad sobre todo ser humano. Él da vida eterna a cada uno de los que tú le has dado. (3) Y la manera de tener vida eterna es conocerte a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú enviaste a la tierra. (4) Yo te di la gloria aquí en la tierra, al terminar la obra que me encargaste. (5) Ahora, Padre, llévame a la gloria que compartíamos antes de que comenzara el mundo.
El mismo Jesús reconoce que Jehová es el Dios supremo.
Y que por medio de Jesús tenemos acceso al Padre.
Es decir que Jesús puede hacer todas las cosas porque tiene la autorización sobre todo ser humano.
Y esa autoridad se la delego su Padre Celestial.
En otras palabras Jehová de los Ejércitos.
Estos dos seres celestiales han existido desde antes de la fundación del mundo.

Por esta razón Jesús actuó como representante de Dios en la tierra.
Pero eso no indica que Jesús sea Dios.
Si es un Dios, pero de menor grado que Jehova.

Por esa razón Dios es así de claro y no admite competencia de ninguna clase.
Es triste ver como tanta gente sigue religiones de hombres donde se les enseña que pueden compartir su adoración con otras personas o dioses trifásicos.
La palabra de Dios dice bien claro en colosenses 2:8
Col 2:8-10 No permitan que nadie los atrape con filosofías huecas y disparates elocuentes, que nacen del pensamiento humano y de los poderes espirituales* de este mundo y no de Cristo. (9) Pues en Cristo habita toda la plenitud de Dios en un cuerpo humano.* (10) De modo que ustedes también están completos mediante la unión con Cristo, quien es la cabeza de todo gobernante y toda autoridad.

Iglesia, la exclusividad es la imposibilidad de admitir a otro en un cargo que posee.
Es el privilegio de obtener lo que nadie más puede.
Jesús tiene exclusividad, porque Dios se la dio.
Y esa exclusividad, NO puede someter al Padre ante Jesús.
Esto es algo que hasta los ángeles saben y respetan.
Recordemos lo que dice el Ángel de Apocalipsis cuando Juan quiso adorarle.
Apocalipsis 19:10 Entonces me postré a sus pies para adorarlo, pero me dijo: «No, no me adores a mí. Yo soy un siervo de Dios, como tú y tus hermanos que dan testimonio de su fe en Jesús. Adora sólo a Dios, porque la esencia de la profecía es dar un claro testimonio de Jesús*».

La razón aquí es clara, ya que Dios es inmutable en su carácter y perfecto en su esencia.
Jesús es el camino nuestro para salvación, porque solamente en el podemos llegar al Padre

Es por eso que Jehová es el único que borra el pecado

Isaías 43:25 »Yo, sí, yo solo, borraré tus pecados por amor a mí mismo y nunca volveré a pensar en ellos.

Dios es el único que puedo perdonar y nadie más.
Esto nos recuerda el enfrentamiento de Jesús con sus enemigos al sanar un paralítico lo cual narra Mateo.
Mateo 9:1-8 Jesús subió a una barca y regresó al otro lado del lago, a su propia ciudad. (2) Unos hombres le llevaron a un paralítico en una camilla. Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al paralítico: «¡Ánimo, hijo mío! Tus pecados son perdonados». (3) Pero algunos de los maestros de la ley religiosa decían en su interior: «¡Es una blasfemia! ¿Acaso se cree que es Dios?». (4) Jesús sabía* lo que ellos estaban pensando, así que les preguntó: «¿Por qué tienen pensamientos tan malvados en el corazón? (5) ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados son perdonados” o “Ponte de pie y camina”? (6) Así que les demostraré que el Hijo del Hombre* tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados». Entonces Jesús miró al paralítico y dijo: «¡Ponte de pie, toma tu camilla y vete a tu casa!». (7) ¡El hombre se levantó de un salto y se fue a su casa! (8) Al ver esto, el temor se apoderó de la multitud. Y alababan a Dios por enviar a un hombre con tanta autoridad.*
Dios perdona solo a aquellos que han recibido a su Hijo Jesús, y por medio de la autoridad que Dios le dio a su Hijo, Jesús puede perdonar y hacer milagros, aun en este tiempo.

El hombre podrá negar la realidad del pecado pero nunca podrá ocultar el efecto que este produce en el ser humano: Degeneración, angustia, vacío espiritual y todo lo que vemos en el mundo como destrucción.

Cuando caminamos en la obediencia del Padre, él nos dice: “Y no me acordaré de tus pecados.”
Qué hermoso es sentirse perdonado y olvidada nuestra culpa cuando hacemos la voluntad de Dios.
Sólo tenemos que leer el Salmo 32:1-2 y disfrutar de esta tremenda consolación que siente el Rey David cuando entiende que Dios le ha conseguido perdón.
Sal 32:1-2 ¡Oh, qué alegría para aquellos a quienes se les perdona la desobediencia, a quienes se les cubre su pecado! (2) Sí, ¡qué alegría para aquellos a quienes el SEÑOR les borró la culpa* de su cuenta, los que llevan una vida de total transparencia!

Para esto, Dios tiene un requisito único: ARREPENTIMIENTO Y CONVERSIÓN
Hechos 3:14-21 Ustedes rechazaron a ese santo y justo y, en su lugar, exigieron que soltaran a un asesino. (15) Ustedes mataron al autor de la vida, pero Dios lo levantó de los muertos. ¡Y nosotros somos testigos de ese hecho! (16) »Por la fe en el nombre de Jesús, este hombre fue sanado, y ustedes saben que él antes era un inválido. La fe en el nombre de Jesús lo ha sanado delante de sus propios ojos. (17) »Amigos,* yo entiendo que lo que ustedes y sus líderes le hicieron a Jesús fue hecho en ignorancia. (18) Pero Dios estaba cumpliendo lo que los profetas predijeron acerca del Mesías, que él tenía que sufrir estas cosas. (19) Ahora pues, arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios para que sus pecados sean borrados. (20) Entonces, de la presencia del Señor vendrán tiempos de refrigerio y él les enviará nuevamente a Jesús, el Mesías designado para ustedes. (21) Pues él debe permanecer en el cielo hasta el tiempo de la restauración final de todas las cosas, así como Dios lo prometió desde hace mucho mediante sus santos profetas.

Por eso hoy Jesús está sentado a la Diestra del Padre el Todopoderoso.
Dos seres celestiales.
Para que Dios perdone, tiene que haber una palabra de arrepentimiento.

Nadie podrá entrar en el reino de los cielos ni recibir perdón de sus pecados si no se arrepiente y acepta a Jesucristo como su único salvador y protector.

Lucas 17:1-4 Cierto día, Jesús dijo a sus discípulos: «Siempre habrá tentaciones para pecar, ¡pero qué aflicción le espera a la persona que provoca la tentación! (2) Sería mejor que se arrojara al mar con una piedra de molino alrededor del cuello que hacer que uno de estos pequeños caiga en pecado. (3) Así que, ¡cuídense! »Si un creyente* peca, repréndelo; luego, si hay arrepentimiento, perdónalo. (4) Aun si la persona te agravia siete veces al día y cada vez regresa y te pide perdón, debes perdonarla».
Ahora podemos hacer esta pregunta:
¿Quieres ser perdonado? Sólo tienes que arrepentirte y recibir verdaderamente a Jesús en tu vida.
Porque sólo así recibirás el Espíritu Santo en tu corazón.
Y el Espíritu santo, el Poder de lo Alto, te guiara a pasos de verdad.

Cuando una persona se arrepiente verdaderamente de sus pecados y camina bajo la obediencia de Dios.
Dios derramara su unción sobre esta persona.
Derramar es: Verter, fluir, dejar caer.  Esta fue la promesa más grandiosa cumplida por Dios. 

Dice la palabra de Dios en Juan 8
Juan 8:31 Jesús les dijo a los que creyeron en él: —Ustedes son verdaderamente mis discípulos si se mantienen fieles a mis enseñanzas; (32) y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.
Jesús se está refiriendo a aquellos que abrieron sus corazones para recibirle y hacer la voluntad de su Padre.
Más adelante dice:

Juan 8:38-39 Yo les cuento lo que vi cuando estaba con mi Padre, pero ustedes siguen el consejo de su padre. (39) —¡Nuestro padre es Abraham! —declararon. —No —respondió Jesúspues, si realmente fueran hijos de Abraham, seguirían su ejemplo.*
Jesús refuta las mentiras que hacen aquellos que aparentar seguir a Dios.
Por eso más adelante Jesús utiliza palabras fuertes con el propósito de que esto puedan entender en que camino andan.

Juan 8:42-47 Jesús les dijo: —Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían, porque he venido a ustedes de parte de Dios. No estoy aquí por mi propia cuenta, sino que él me envió. (43) ¿Por qué no pueden entender lo que les digo? ¡Es porque ni siquiera toleran oírme! 
Hoy en día el mundo no tolera escuchar la verdad del evangelio.
Viven en una falsa doctrina inventada por el hombre, pero se niegan a conocer la verdad.
Dicha verdad los llena de ira y maldad, ya que estos prefieren vivir una vida en oscuridad que buscar la luz de Dios por medio de su Hijo Jesucristo.
Y es aquí donde Jesús les dice a esas clases de personas quien realmente es su dios.
Juan 8:44-45 Pues ustedes son hijos de su padre, el diablo, y les encanta hacer las cosas malvadas que él hace. Él ha sido asesino desde el principio y siempre ha odiado la verdad, porque en él no hay verdad. Cuando miente, actúa de acuerdo con su naturaleza porque es mentiroso y el padre de la mentira.
Toda persona que vive bajo la mentira, jamás podrá ser llamada hijo de Dios.
Dios detesta la mentira, por muy pequeña que esta sea.
Cuando una persona vive bajo las garras de Satanás, siempre va a decir mentiras.
Y esas mentiras las hace tan suyas, que cuando escuchan la verdad del evangelio, no creen en nada.
Por eso Jesús dijo en Juan 8:45 al 47
Juan 8:45-47 Por eso, es natural que no me crean cuando les digo la verdad. (46) ¿Quién de ustedes puede, con toda sinceridad, acusarme de pecado? Y, si les digo la verdad, ¿por qué, entonces, no me creen? (47) Los que pertenecen a Dios escuchan con gusto las palabras de Dios, pero ustedes no las escuchan porque no pertenecen a Dios.

Cuando realmente amamos a Dios, le somos realmente obedientes.
Y las promesas que están escritas en la palabra de Dios, son solamente para aquellos hijos de Dios que vivimos en obediencia.
Juan 14:23-24 Jesús contestó: —Todos los que me aman harán lo que yo diga. Mi Padre los amará, y vendremos para vivir con cada uno de ellos. (24) El que no me ama no me obedece. Y recuerden, mis palabras no son mías, lo que les hablo proviene del Padre, quien me envió.

Iglesia deja terminar diciendo:
Apocalipsis 21:5-8 Y el que estaba sentado en el trono dijo: «¡Miren, hago nuevas todas las cosas!». Entonces me dijo: «Escribe esto, porque lo que te digo es verdadero y digno de confianza». (6) También dijo: «¡Todo ha terminado! Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. A todo el que tenga sed, yo le daré a beber gratuitamente de los manantiales del agua de la vida. (7) Los que salgan vencedores heredarán todas esas bendiciones, y yo seré su Dios, y ellos serán mis hijos. (8) »Pero los cobardes, los incrédulos, los corruptos, los asesinos, los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican la brujería, los que rinden culto a ídolos y todos los mentirosos, tendrán su destino en el lago de fuego que arde con azufre. Ésta es la segunda muerte».

Iglesia, La bendición de Dios será derramada sobre los obedientes, es decir los RENUEVOS.
¿Qué es un renuevo?  Un renuevo es el vástago que retoña cuando hemos cortado las ramas viejas.
Pablo dijo en 2Corintios 5:17,
2Cor.5:17 Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado, ¡una nueva vida ha comenzado!
Para que nazca el retoño, debemos primero cortas las ramas del pecado.
Cortada la rama del pecado, llegaran las bendiciones a nuestra vida y con ella la Salvación.
Es decir: LA VIDA ETERNA.

Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante

Bendiciones a mis hermanos en la fe.

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