BIENVENIDOS

Gracia y Paz en Cristo Jesús, Amados, soy el Pr. Rogers Infante. Discípulo de la obra de Dios, Promotor y fundador de la Iglesia Cristiana Palabra y Amor. Doy gracias a Dios por la posibilidad que nos da, de poder llevar su evangelio por medio de la palabra escrita a todos sus hogares y sitio de trabajo. Con la intención de poder compartirlos con todos ustedes ya que está en evidencia la gran necesidad de contar con material netamente de evangelización, que sirviera para llegarles en forma de mensajes. Muchas almas han encontrado a Cristo, por este medio, cuyo fin, es que la "palabra de Dios corra y sea glorificada" (2 Ts 3:1). Amados, la venida de Nuestro Señor Jesucristo a buscar a su iglesia, esta cerca. Por tal motivo el enemigo de las almas, Satanás, aprovechará en este último tiempo para engañar a cuantos pueda en este mundo; lo cual la Biblia nos advierte que no ignoremos sus maquinaciones. (2Co.2:11). Vivimos una era de engaños, donde se predica un falso evangelio facilista y meramente emocional. Además de otras ciertas doctrinas ortodoxas de la cristiandad, debemos estar alertados de estos lobos rapaces disfrazados de ovejas y que por dentro son unos Anatemas que venden el evangelio de JESÚS, La doctrina del "arrepentimiento de pecados" es rara vez predicada como se debe. La salvación por gracia se ha desvirtuado y las perdiciones son basadas en discursos que tienen mucho de sensacionalismo, pero carentes de fundamento bíblico vital para la genuina conversión de las almas. (Heb.4:12).Por tal motivo es necesario, predicar un evangelio fiel a la Biblia. Tu testimonio personal y tu vida de consagración a los pies de Cristo, es el arma más poderosa, para llevar la palabra de Dios.

¡Que tu vida, y la mía, sean solo para LA GLORIA DE DIOS!

lunes, 19 de octubre de 2015

EL ÚLTIMO PROFETA DEL ANTIGUO TESTAMENTO


EL ÚLTIMO PROFETA DEL ANTIGUO TESTAMENTO

Gracia y Paz para todos mis hermanos en la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo, el cordero inmolado que hoy se encuentra sentado a la diestra de su Padre, y que al sonar de la séptima trompeta vendrá a juzgar a este mundo y su maldad.

Gracia y paz para mis hermanos,
Iglesia y remanente de Dios Padre y de su Hijo Jesús.
Al estudiar la biblias podemos darnos cuenta de que sabemos muy poco respecto a este último profeta del AT.
Este hombre de Dios, Ministró a la restaurada nación judía alrededor de cuatrocientos años antes de Cristo, y todos los pecados descritos en este libro se hallan en Nehemías 13:10-13 También descubrí que no se les había entregado a los levitas las porciones de comida que les correspondían, de manera que todos ellos y los cantores que debían dirigir los servicios de adoración habían regresado a trabajar en los campos. (11) Inmediatamente enfrenté a los dirigentes y les pregunté: «¿Por qué ha sido descuidado el templo de Dios?». Luego pedí a todos los levitas que regresaran y los reintegré para que cumplieran con sus obligaciones. (12) Entonces, una vez más, todo el pueblo de Judá comenzó a llevar sus diezmos de grano, de vino nuevo y de aceite de oliva a los depósitos del templo. (13) Como supervisores de los depósitos asigné al sacerdote Selemías, al escriba Sadoc y a Pedaías, uno de los levitas. Como ayudante de ellos nombré a Hanán, hijo de Zacur y nieto de Matanías. Estos hombres gozaban de una excelente reputación, y su tarea consistía en hacer distribuciones equitativas a sus compañeros levitas.
Malaquías dirige su primer mensaje a los sacerdotes y luego se vuelve al pueblo en general:
«De tal pueblo, tal sacerdote».
Conforme el profeta entrega la Palabra de Dios, el pueblo respondía discutiendo.
Nótese la repetición de « ¿en qué?» o “De veras”  (1.2, 6–7; 2.17; 3.7–8, 13).
Mal 1:2  Yo os he amado,  dice Jehová;  y dijisteis:   ¿En qué nos amaste?   ¿No era Esaú hermano de Jacob?  dice Jehová.  Y amé a Jacob,

Mal 1:6-7  El hijo honra al padre,  y el siervo a su señor.  Si,  pues,  soy yo padre,   ¿dónde está mi honra?  y si soy señor,   ¿dónde está mi temor?  dice Jehová de los ejércitos a vosotros,  oh sacerdotes,  que menospreciáis mi nombre.  Y decís:   ¿En qué hemos menospreciado tu nombre? (7)  En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo.  Y dijisteis:   ¿En qué te hemos deshonrado?  En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable.

Mal 2:17  Habéis hecho cansar a Jehová con vuestras palabras.  Y decís:   ¿En qué le hemos cansado?  En que decís: Cualquiera que hace mal agrada a Jehová,  y en los tales se complace;  o si no,   ¿dónde está el Dios de justicia?

Mal 3:7-8  Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes,  y no las guardasteis.  Volveos a mí,  y yo me volveré a vosotros,  ha dicho Jehová de los ejércitos.  Mas dijisteis:   ¿En qué hemos de volvernos?  (8)  ¿Robará el hombre a Dios?  Pues vosotros me habéis robado.  Y dijisteis:   ¿En qué te hemos robado?  En vuestros diezmos y ofrendas.

Mal 3:13  Vuestras palabras contra mí han sido violentas,  dice Jehová.  Y dijisteis:   ¿Qué hemos hablado contra ti?

Es peligroso cuando el pueblo discute con Dios y trata de defender sus caminos pecaminosos.
Como lo hacen ciertos falsos líderes, que esconden sus macabros pecados y pretenden hablar de la palabra de Dios, como si ellos no estuviesen manchados hasta el topo sin arrepentirse.
Malaquías recalca los terribles pecados del pueblo y de los sacerdotes.
Veamos qué era lo que este profeta de Dios recalco al pueblo de Dios y sus sacerdotes.

I. Dudaban de su amor (1.1–5)
Malaquías 1:1-5 Este es el mensaje* que el SEÑOR dio a Israel por medio del profeta Malaquías.* (2) «Yo siempre los he amado», dice el SEÑOR. Sin embargo, ustedes replican: «¿De veras? ¿Cómo nos has amado?». Entonces el SEÑOR contesta: «Yo les he demostrado mi amor de la siguiente manera: amé a su antepasado Jacob, (3) pero rechacé a su hermano, Esaú, y devasté su zona montañosa. Convertí la herencia de Esaú en un desierto para chacales». (4) Los descendientes de Esaú en Edom podrán decir: «Hemos sido destrozados, pero reconstruiremos las ruinas». No obstante, el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales responde: «Puede ser que intenten reconstruirlas, pero yo las derribaré de nuevo. Su país será conocido como “tierra de perversidad” y su pueblo será llamado “el pueblo con quien el SEÑOR está para siempre enojado”. (5) Cuando vean la destrucción con sus propios ojos, dirán: “¡Verdaderamente la grandeza del SEÑOR se extiende más allá de las fronteras de Israel!”».
En estos versículos encontramos que Dios le dice a su pueblo: «Te he amado».
Pero el pueblo respondió:  «¿Ajá?», respondieron ellos, «¿en qué nos has amado? ¡Demuéstralo!»
Dudar del amor de Dios es el principio de la incredulidad y la desobediencia.

Eva dudó del amor de Dios y comió del árbol prohibido; pensó que Dios le privaba de algo.
Satanás quiere que nos sintamos abandonados por Dios.
«Miren a sus circunstancias difíciles», le dijo al remanente judío.
«¿Dónde están sus cosechas? ¿Por qué Dios no los cuida?»

Dios demostró su amor a su pueblo de dos maneras:
Primeramente en su gracia escogió a Jacob y rechazó a Esaú, quien de muchas maneras era un mejor hombre.
Segundo juzgó a los edomitas (los descendientes de Esaú) y le dio a Israel la mejor de las tierras.

Le prometió a Israel una tierra que fluía leche y miel, pero, trágicamente, sus pecados contaminaron la tierra.
Incluso entonces, Él en su gracia los restauró a su tierra y los libró del cautiverio.
Dios desea restaurarte, para que tú y tu familia puedan ser libre del cautiverio y que sobre ustedes abunden la leche y la miel.
Tanto el pueblo de Dios como sus sacerdotes

II. Menospreciaban su nombre (1.6–14)
Ahora Dios se vuelve a los sacerdotes, quienes deberían haber sido los líderes espirituales de la tierra.
Los sacerdotes no honraban el nombre de Dios; tomaban lo mejor para sí mismos.
No valoraban los privilegios espirituales que Dios les dio.
No valoraban la santidad, ni mucho menos se arrepentía de sus pecados.
Estos depravados llegaban al templo manchados de pecados y pretendían hablar de santidad
Pero Dios no los escuchaba, ya que estos olvidaron: servir al altar, quemar incienso y comer del pan consagrado de la proposición. Todo por el pecado inmundo que habitaba dentro de ellos.
Y no traían lo mejor para los sacrificios: traían lo peor, lo que les sobraba. (Dt 15.21).
Deuteronomio 15:21 Sin embargo, si la primera cría tiene algún defecto —si es ciego, cojo o con otra anormalidad— no deberás ofrecerla en sacrificio al SEÑOR tu Dios.

Dios les dio lo mejor a su pueblo y a su vez pedía lo mejor para él.
Pero él quería que le presentaran esas ofrendas en santidad, y no en pecado.
Pero ellos no querían obedecerle, ellos pensaban que Dios se conformaría con cualquier cosa.

El versículo 10 debería decir:
«¿Quién es lo suficientemente espiritual como para cerrar las puertas del templo y acabar con esta hipocresía?»
Dios prefería ver el templo cerrado antes que tener al pueblo y a los sacerdotes «jugando a la religión» y guardándose lo mejor para sí mismos, y practicando el pecado.
Y descaradamente presentarle a Él lo peor, lo que sobra, lo inmundo, lo desecho.

Eran tan desechado el amor de Dios, que los sacerdotes ni siquiera aceptaban un sacrificio si antes no recibían su porción.
Era esta clase de pecado lo que llevó a la derrota a Israel en los días de Elí.
1Samuel 2:12-17 Ahora bien, los hijos de Elí eran unos sinvergüenzas que no le tenían respeto al SEÑOR (13) ni a sus obligaciones sacerdotales. Cada vez que alguien ofrecía un sacrificio, los hijos de Elí enviaban a un sirviente con un tenedor grande de tres dientes. Mientras la carne del animal sacrificado aún se cocía, (14) el sirviente metía el tenedor en la olla y exigía que todo lo que sacara con el tenedor fuera entregado a los hijos de Elí. Así trataban a todos los israelitas que llegaban a Silo para adorar. (15) Algunas veces el sirviente llegaba aun antes de que la grasa del animal fuera quemada sobre el altar. Exigía carne cruda antes de que hubiera sido cocida, para poder asarla. (16) Si el hombre que ofrecía el sacrificio respondía: «Toma toda la que quieras, pero sólo después de quemarse la grasa», el sirviente insistía: «No, dámela ahora o la tomaré por la fuerza». (17) Así que el pecado de estos jóvenes era muy serio ante los ojos del SEÑOR, porque trataban las ofrendas del SEÑOR con desprecio.

El versículo 11 indica que los gentiles paganos ofrecían mejores sacrificios al Señor que su propio pueblo.
Es muy malo que los inconversos sacrifiquen más para su religión que los que conocen de verdad al Señor.
Somos sacerdotes mediante Cristo y nosotros también debemos traerle «sacrificios espirituales»
Pero para hacer esto, debemos caminar en su santa obediencia y respetar sobre todas las cosas su voluntad.
Dios ha escogido a sus sacerdotes, pastores, o siervos, los cuales han tenido el llamado exclusivo de Dios y no del hombre.
Dios prepara a sus siervos en su palabra para que esta sea llevada con autoridad y sin temor, ya que estos siervos escogidos por Dios, deberán ser santos y sin pecados.
Mediante Jesús, estos siervos escogidos serán la piedra viva para que se edifique el templo de Dios viviente.
1Pedro 2:5 Y ustedes son las piedras vivas con las cuales Dios edifica su templo espiritual. Además, son sacerdotes santos.* Por la mediación de Jesucristo, ustedes ofrecen sacrificios espirituales que agradan a Dios.

Ustedes se preguntaran. ¿Cuáles son estos sacrificios?
Nuestros cuerpos (Ro 12:1–2);
Nuestras ofrendas (Flp:4:14–18);
Alabanza (Heb:13.15);
Buenas obras (Heb:13.16);
Almas que hemos ganado para Cristo (Ro:15.16).
La presunta debería ser:  ¿Estamos dándole lo mejor o sólo lo que nos conviene?

III. Profanaban su pacto (2.1–17)
No era cosa liviana ser sacerdote, porque esto era un don de la gracia de Dios mediante su pacto con Leví.
Los versículos 5–7 describen al sacerdote ideal:
Teme al Señor y le obedece;
Recibe la Palabra y la enseña;
Vive lo que enseña;
Procura alejar a otros del pecado.
Pero los sacerdotes en los días de Malaquías y me atrevo a decir que también en estos días del 2015 estos en realidad hacían y hacen descarriar al pueblo de Dios y profanaban el santo pacto.
Malaquías 2:8 No obstante, ustedes, sacerdotes, han abandonado los caminos de Dios. Sus instrucciones hicieron que muchos cayeran en pecado. Corrompieron el pacto que hice con los levitas —dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales—.

Pero ¿Qué les haría Dios?
La respuesta de Dios no se hace esperar: «Maldeciré vuestras bendiciones».
Esto se relaciona con 3.9 y la falta de diezmos y ofrendas.
Dios maldijo las cosechas; El pueblo estaba pobre; No traían las ofrendas a los sacerdotes y por tanto estos padecían hambre.

Al pecar contra el pacto de Dios estaban simplemente dañándose a sí mismos.

Pero los versículos 10–16 destacan otro terrible pecado de los sacerdotes:
Se divorciaban de sus esposas judías y se casaban con mujeres paganas.
Traicionaban sus mujeres y sus familias.
Éxodo 34.10–17, Esdras 9.1–4, Nehemías 13.23–31.

En otras palabras estos falsos líderes ecuménicos, eran unos adúlteros, degenerados, que se complacían con el pecado, saciaban su placer ninfómano, y luego pretendían presentarse ante Dios como si nada estuviese pasando.

Todo su llanto sobre el altar no cambiaría las cosas; tenían que dejar sus pecados y ser obedientes ante la voluntad de Dios.
Mal 2:13 Esta es otra cosa que hacen: cubren el altar de Dios con lágrimas; lloran y gimen porque él no presta atención a sus ofrendas ni las acepta con agrado.

El versículo 15 dice:
Mal 2:15 ¿No te hizo uno el SEÑOR con tu esposa? En cuerpo y espíritu ustedes son de él.* ¿Y qué es lo que él quiere? De esa unión quiere hijos que vivan para Dios. Por eso, guarda tu corazón y permanece fiel a la esposa de tu juventud.
¿Pero Para qué? Para que establecieran una familia piadosa».
En realidad la liviandad de la nación respecto al divorcio ponía en peligro la promesa de la Simiente, Cristo.
Dios aborrece el divorcio; es el rompimiento del pacto entre esposo y esposa y entre ellos y Dios.
Una pareja que se divorcia, estando casada, no puede estar al agrado de Dios.
Y el pacto de Dios, no puede permanecer ante tal abominación como lo es el divorcio y el adulterio.

IV. Desobedecían su Palabra (3.1–15)
En 2.17 el pueblo preguntó con sorna: ¿Nos castigará Dios por nuestros pecados?   --¿Realmente le importa?»
Dios responde que si serán castigados por sus pecados e incluso serán atados en matojos y echados al fuego eterno.

Pero para aquellos que en verdad están siguiendo la palabra de Dios, para ellos Dios responde prometiéndole enviarle a su mensajero (Juan el Bautista), el cual anunciaría al Mensajero del pacto (Jesucristo).
Jesús, en efecto, vino al templo y descubrió sus pecados.
En su ministerio reveló los pecados de los falsos líderes religiosos, tanto, que ellos al final le crucificaron.

Por supuesto, hay una aplicación futura aquí, cuando el Día de Jehová refine a Israel y separe a lo verdadero de lo falso.

¿Por qué Dios no abandona a su pueblo rebelde?
El versículo 6 es la respuesta:
Mal 3:6 »Yo soy el SEÑOR y no cambio. Por eso ustedes, descendientes de Jacob, aún no han sido destruidos.

El pueblo desobedeció a Dios robándole los diezmos y las ofrendas.
En realidad, cuando el pueblo de Dios no es fiel en sus ofrendas, no sólo le roban a Dios, sino que se roban a sí mismos.
Dios cerró la lluvia y arruinó las cosechas debido al egoísmo de su pueblo.
Diezmar, por supuesto, no es «regatear con Dios»;
Usted no puede decir que en las ofrendas da más que el diezmo, con el fin de no diezmar.
NO, no se trata de negociar, se trata de fidelidad, amor y responsabilidad.

Dios promete bendecir y cuidar a quienes son fieles en su mayordomía como está escrito en Filipenses 4:10-19.
Dios no está en bancarrota; Él quiere que le seamos fiel en todo, incluso en lo que más le duele al creyente para serle fiel.
En nuestros diezmos y ofrendas como expresiones de nuestra lealtad, responsabilidad, fe y amor.

Cuando el amor de un creyente hacia Cristo se enfría, por lo general lo demuestra en el área de la mayordomía.
Si cada miembro de la iglesia trajera al Señor lo que le corresponde y luego añadiera las ofrendas como expresión de gratitud, nuestra iglesia crecería y tendrían los mecanismos más que suficiente para evangelizar y al mismo tiempo para su ministerio.

De esa manera podríamos establecer muchos otros buenos ministerios y así darles nuestro respaldo.

Malaquías concluye su mensaje con algunas maravillosas promesas a los fieles.
En esa época había ese fiel remanente que no olvidaba la casa de Dios, pero que se congregaba para bendición.  «Son mis tesoros», dice el Señor.
Mal 3:16 Entonces los que temían al SEÑOR hablaron entre sí y el SEÑOR escuchó lo que dijeron. En la presencia de él, escribieron un rollo de memorias para registrar los nombres de los que temían al SEÑOR y que siempre pensaban en el honor de su nombre. (17) «Ellos serán mi pueblo —dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales—. El día en que yo venga para juzgar, serán mi tesoro especial. Les tendré compasión así como un padre le muestra compasión a un hijo obediente.

Qué hermoso cuadro del creyente fiel.
Las joyas son preciosas y nosotros somos preciosos a los ojos de Dios.
Él nos compró con su sangre, al enviar a su Hijo Jesús a la tierra.
Nos está puliendo con pruebas y aflicciones; y un día en gloria brillaremos con belleza y esplendor.

Para la Iglesia Él es «la estrella resplandeciente de la mañana» (Ap 22.16; 2.28),
Porque aparecerá cuando la hora es más oscura y llevará a la Iglesia a su hogar.

La última palabra en nuestra versión castellana del AT es:
De lo contrario vendré y haré caer una maldición sobre la tierra».
Al final del NT leemos: «Y no habrá más maldición»
Apocalipsis 22:3 Ya no habrá más maldición sobre ninguna cosa, porque allí estará el trono de Dios y del Cordero, y sus siervos lo adorarán.

Gracia y paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante.
Bendiciones a mis hermanos en la fe.

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