BIENVENIDOS

Gracia y Paz en Cristo Jesús, Amados, soy el Pr. Rogers Infante. Discípulo de la obra de Dios, Promotor y fundador de la Iglesia Cristiana Palabra y Amor. Doy gracias a Dios por la posibilidad que nos da, de poder llevar su evangelio por medio de la palabra escrita a todos sus hogares y sitio de trabajo. Con la intención de poder compartirlos con todos ustedes ya que está en evidencia la gran necesidad de contar con material netamente de evangelización, que sirviera para llegarles en forma de mensajes. Muchas almas han encontrado a Cristo, por este medio, cuyo fin, es que la "palabra de Dios corra y sea glorificada" (2 Ts 3:1). Amados, la venida de Nuestro Señor Jesucristo a buscar a su iglesia, esta cerca. Por tal motivo el enemigo de las almas, Satanás, aprovechará en este último tiempo para engañar a cuantos pueda en este mundo; lo cual la Biblia nos advierte que no ignoremos sus maquinaciones. (2Co.2:11). Vivimos una era de engaños, donde se predica un falso evangelio facilista y meramente emocional. Además de otras ciertas doctrinas ortodoxas de la cristiandad, debemos estar alertados de estos lobos rapaces disfrazados de ovejas y que por dentro son unos Anatemas que venden el evangelio de JESÚS, La doctrina del "arrepentimiento de pecados" es rara vez predicada como se debe. La salvación por gracia se ha desvirtuado y las perdiciones son basadas en discursos que tienen mucho de sensacionalismo, pero carentes de fundamento bíblico vital para la genuina conversión de las almas. (Heb.4:12).Por tal motivo es necesario, predicar un evangelio fiel a la Biblia. Tu testimonio personal y tu vida de consagración a los pies de Cristo, es el arma más poderosa, para llevar la palabra de Dios.

¡Que tu vida, y la mía, sean solo para LA GLORIA DE DIOS!

martes, 26 de enero de 2016

VOY Y OBEDEZCO


VOY Y OBEDEZCO

Gracia y Paz para todos mis hermanos en la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo, el cordero inmolado que hoy se encuentra sentado a la diestra de su Padre, y que al sonar de la séptima trompeta vendrá a juzgar a este mundo y su maldad.
Isaías 55:8-9 «Mis pensamientos no se parecen en nada a sus pensamientos —dice el SEÑOR—. Y mis caminos están muy por encima de lo que pudieran imaginarse. (9) Pues así como los cielos están más altos que la tierra, así mis caminos están más altos que sus caminos y mis pensamientos, más altos que sus pensamientos.
En el mensaje anterior habíamos visto lo grande y maravilloso que es confiar en Dios.
El Profeta Elías, confió en Dios sin reproche.
El simplemente obedecía la palabra de Dios, lo que lo llevo a Sarepta.
En Sarepta encontramos  una viuda con su único hijo.
De ésta mujer no se sabe nada de sus padres, lo único que sabemos es que su marido había muerto y ella había quedado viuda con un hijo.
La palabra de Dios nos dice que esta mujer vivía en Sarepta, una región gentil, pero lo que si encontramos son grandes enseñanzas de fe y confianza de una mujer que no pertenecía al pueblo de Israel.
Su fe, fue tan grande, que aún Jesús habló de ella.

Esta mujer conocía lo que era la muerte, aunque no propiamente, pero ella ya había convivido con esta.
Primero vio morir a su esposo y ahora veía, impotente, como todo a su alrededor moría.
El pasto se secó, los árboles dejaron caer sus hojas, las vacas eran apenas esqueletos, y las cabras balaban tristemente.
Cada día llena de esperanza alzaba su rostro hacia el cielo, para ver si había nubes y lluvia.

La Palabra nos dice que Dios mandó a Elías que se fuera a esa ciudad porque Él ya le había preparado a una mujer viuda para que le diera el sustento.
Ahora, la pregunta es:
¿Por qué Dios mandó a Elías con esa mujer, siendo que esa mujer no tenía para sustentarse sola y a su hijo, pues el hambre era grande en esa región?
¿Por qué no lo mandó mejor con algún rey o alguna persona con recursos para poder mantenerlo y darle sustento?
Diga conmigo: los pensamientos de mi Dios, no son como los míos.

Esta mujer en su desesperación había racionado la harina y el aceite.
Lo hacía porque debía hacerlo por consecuencia de la escases.
En otras palabras esta mujer intentaba estirar lo poco que le quedaba hasta el fin de la sequía.
Posiblemente esta mujer partía el panecillo diario en forma desigual: ya que su hijo necesitaba todo el alimento que ella podía darle.

Ella sufría y al mismo tiempo se afligía, interiormente al ver a su único hijo tan delgado y sin energía.
Pero su sacrificio parecía inútil; temía que ambos morirían de hambre.
Solo le quedaba lo suficiente como para una comida final.

La viuda salió de la aldea de Sarepta a fin de buscar leña para su última comida.
Y fue allí, donde esta mujer entró en la narración bíblica.
Es allí donde su relato nos enseña lecciones que hoy podemos aplicar a nuestra vida.

Así actúa Dios muchas veces, Él hace cosas que a nosotros nos parecen inverosímil que no tienen sentido. Pero la misma Biblia nos dice «Mis pensamientos no se parecen en nada a sus pensamientos —dice el SEÑOR—. Y mis caminos están muy por encima de lo que pudieran imaginarse.
Aunque nuestro relato comienza con la orden de ir a Sarepta, dada por Dios al profeta Elías, debemos recordar cómo surgió a esa orden.
Tengamos muy presente que el reino de Israel había caído en la idolatría.
Y la adoración a Baal era la religión oficial.
Dios había declarado, por medio de su profeta Elías, que no habría más rocío ni lluvia.
1Re 17:1 Ahora bien, Elías, quien era de Tisbé en Galaad, le dijo al rey Acab: «Tan cierto como que el SEÑOR vive, el Dios de Israel —a quien sirvo—, no habrá rocío ni lluvia durante los próximos años, ¡hasta que yo dé la orden!».

¿Qué ironía surge de que Dios le diga que no habría lluvia?
¿Qué enseña esto acerca del poder de Dios en nuestro mundo en contraste con todo otro poder?
Salmos 86:8 Ningún dios pagano es como tú, oh Señor; ¡nadie puede hacer lo que tú haces!
Jeremías 10:6 ¡SEÑOR, no hay nadie como tú! Pues eres grande y tu nombre está lleno de poder.
Hebreos 1:1-3 Hace mucho tiempo, Dios habló muchas veces y de diversas maneras a nuestros antepasados por medio de los profetas. (2) Y ahora, en estos últimos días, nos ha hablado por medio de su Hijo. Dios le prometió todo al Hijo como herencia y, mediante el Hijo, creó el universo. (3) El Hijo irradia la gloria de Dios y expresa el carácter mismo de Dios, y sostiene todo con el gran poder de su palabra. Después de habernos limpiado de nuestros pecados, se sentó en el lugar de honor, a la derecha del majestuoso Dios en el cielo.

Si recordamos el mensaje anterior, sabemos que el Profeta Elías se había escondido en el arroyo de Querit (1Reyes 17:3), mientras la tierra de Israel se marchitaba bajo la devastadora sequía.
Habíamos dicho que el arroyo se había secado, pero no por el fenómeno del niño.
La palabra dice: El arroyo finalmente se secó, y Dios ordenó al profeta ir a Sarepta 1Reyes 17:1-9.

Dios envió a Elías a un país extranjero.
Sarepta estaba ubicada sobre la costa del Mar Mediterráneo, entre Tiro y Sidón.
De este territorio de Fenicia había venido la terrible reina Jezabel.
Uno de los importantes dioses nacionales de Fenicia era Baal, y la esposa del rey Acab importó y fomentó la adoración a Baal en Israel.

En el mundo antiguo, se pensaba que los dioses pertenecían a una ciudad o a una región específica.
Sarepta, situada fuera de Israel, parecía estar lejos del área de influencia de Jehová.
La gente de esa nación pagana también debía encontrarse lejos del alcance de Dios.
Pero, nunca alguien está fuera del alcance de Dios.
Allí, en el mismo centro de la adoración a Baal, Dios hizo conocer su presencia y su poder.

Es importante notar que Dios usa la necesidad del profeta para llegar a una mujer en la lejana Sarepta.
No necesitamos cubrir nuestros problemas o pretender que no tenemos necesidades, porque todos sabemos que esto no es cierto.
Como cristianos, sufrimos y sentimos dolor, y también necesitamos obtener alivio y ayudar por medio de Dios.

Pero Dios mandó ahí a Elías porque quería bendecir a esa pobre mujer.
Cuando llegó Elías a la puerta de la ciudad encontró aquella viuda que juntaba leña para cocinar sus últimos panes y Elías le dijo que le llevara agua a lo cual la mujer sin dudarlo fue por ella.
Pero cuando iba a la mitad del camino Elías la llamo de nuevo y le dijo que le trajera también pan, a lo cual la mujer le respondió que no tenía mucho solo un puñado de harina y un poco de aceite y cuando eso se terminara iban a morir de hambre ella y su hijo.

Elías le dijo que cocinara el pan y le diera de comer a él primero, porque Jehová le había dicho que la harina y el aceite no iban a disminuir.
Esta fue una decisión difícil que hizo aquella mujer porque el ser humano por lo regular piensa primero en satisfacerse a sí mismos y a sus familiares antes que ayudar a otros.

Aquí podemos ver que Dios usa un instrumento inusual. 1Reyes 17:7-12
La viuda, que está juntando leña a fin de hacer su última comida para ella y para su hijo, reconoce de inmediato a Elías como un siervo de Dios.
El texto no dice qué fue, pero algo le hizo saber, a ella, que Elías adoraba a Dios.

Vamos al versículo 12.
1Re 17:12 Pero ella respondió: —Le juro por el SEÑOR su Dios que no tengo ni un pedazo de pan en la casa. Sólo me queda un puñado de harina en el frasco y un poquito de aceite en el fondo del jarro. Estaba juntando algo de leña para preparar una última comida, después mi hijo y yo moriremos.

La mujer reconoce que Dios existe pero, en ese momento, ¿qué significa eso para ella?
Recuerde la frase de la mujer: para preparar una última comida, después mi hijo y yo moriremos.
¿Qué implica esto?
¿Qué semejanzas puedes observar entre 1Reyes 17:3 y 4, y 17:8 y 9?

Dios guía al profeta Elías a fin de salvarle la vida.
Primero le dice que se esconda junto al arroyo de Querit.
Los cuervos lo alimentan.
Después, Dios le da otra orden y lo envía a Sarepta, donde ha “dado orden allí a una mujer viuda” (versículo 9) que lo alimente.

Observe este instrumento inusual de Dios.
Ella es viuda, no es israelita, no tiene posición social, ni influencia, ni poder.
Ella misma está a punto de morir de hambre.
¡Qué lección increíble podemos aprender de esta estrategia divina!
Con frecuencia, Dios nos escoge no por ser fuertes, sino más bien a pesar de nuestra debilidad 2Corintios 12:9-10 Cada vez él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí. (10) Es por esto que me deleito en mis debilidades, y en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte
Dios no está limitado por la geografía.
Hoy vemos que Dios no está limitado por las limitaciones humanas.
Dios es el que da las órdenes.
En todo el relato, es claro que Dios tiene el control.
Nada ni nadie cierra el camino de la voluntad de Dios.

Si seguimos esta historia, usted podrá ver que ni siquiera la muerte puede interferir con los propósitos de Dios.

Las cosas y los acontecimientos pueden herir nuestra vida o ser perjudiciales.
Pero los propósitos de Dios siempre son buenos, aun cuando no podamos verlo de inmediato.
Jeremías 29:11 Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el SEÑOR—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza.
Iglesia, necesitamos APRENDER a confiar en Dios en toda situación, sea buena o sea mala, porque en algún momento atravesaremos una de estas.

¿De qué manera Dios ha sido capaz de usarte a pesar de tus debilidades?
¿Cuánto más podrías hacer si, por su poder, vencieras esas debilidades? 

Si usted realmente se considera hijos de Dios, entréguese totalmente a Él.
Observe 1Reyes 17:13-16 Entonces Elías le dijo: —¡No tengas miedo! Sigue adelante y haz exactamente lo que acabas de decir, pero primero cocina un poco de pan para mí. Luego, con lo que te sobre, prepara la comida para ti y tu hijo. (Aquí el profeta le está diciendo a la viuda que de lo que tiene, lo que haya ganado, lo que haya conseguido, le entregue a Dios primero lo que le corresponde, luego con lo que le quedo, Dios sustentara hasta la próxima lluvia) esto es Fe, Mayordomía, Fidelidad, Certeza, esto es obediencia.  (14) Pues el SEÑOR, Dios de Israel dice: “Siempre habrá harina y aceite de oliva en tus recipientes, ¡hasta que el SEÑOR mande lluvia y vuelvan a crecer los cultivos!”. (15) Así que ella hizo lo que Elías le dijo, y ella, su familia y Elías comieron durante muchos días. (16) Siempre había suficiente harina y aceite de oliva en los recipientes, tal como el SEÑOR lo había prometido por medio de Elías.
¿Qué le dice Elías a la viuda, y por qué?
Las viudas eran personajes marginales en el mundo bíblico.
Si no tenían hijos que se ocuparan de ellas, eran víctimas fáciles.
Las viudas tenían pocos recursos legales, y era peor en tiempo de sequía.
Cada familia luchaba por sobrevivir y no había limosnas para las pobres viudas.
Pero a pesar de todo esto, el profeta le pide a esta mujer que lo alimente.
Ella no es una buena candidata para esto.
Solo un puñado de harina y un poco de aceite están entre esta pobre mujer y la muerte por hambre.

¿A quién debe ella alimentar primero?
¿Qué pensamientos debieron haber pasado por su mente cuando oyó el pedido?
¿Qué clase de fe se requería de su parte?
¿Cuándo a usted le llega la cosecha, que es lo primero que debe hacer?
En muchas culturas, es más apropiado ofrecer algo a otros antes que tomar para uno mismo.
El profeta no solo le pide a una persona que no puede darle casi nada, sino también pide que lo sirvan primero.
Recuerda que el profeta es un siervo de Dios ante esta mujer.
Al pedirle su última porción de pan, el profeta invita a esta mujer a dar el salto de fe, a entregar a Dios todo lo que tiene.
¿Está usted dándole a Dios NO todo lo que tiene, pero si lo PRIMERO como dice su palabra?
¿O es usted de los que hablan mucho, y le da a Dios de lo que le sobras, lo peor, las migajas?
¿Qué otros ejemplos encuentras, en la Biblia, en los que Dios pide una entrega completa?
Por ejemplo, Génesis 22:1-13.

Muchas veces decimos que si nosotros fuéramos millonarios ayudaríamos a los que pasan hambre.
Pero la verdad del asunto es que muchos creyentes teniendo a cristo en su corazón, no quieres soltar ni cinco centavos, ¿entonces cómo es que podrías dar millones para ayudar a otros?
Incluso hay veces que hasta para dar ofrenda, lo piensas mucho.
Mat 25:21 »El amo lo llenó de elogios. “Bien hecho, mi buen siervo fiel. Has sido fiel en administrar esta pequeña cantidad, así que ahora te daré muchas más responsabilidades. ¡Ven a celebrar conmigo!”*. (NTV)
Mat 25:21  Y su señor le dijo: Bien,  buen siervo y fiel;  sobre poco has sido fiel,  sobre mucho te pondré;  entra en el gozo de tu señor. (RV60)

Cuando damos a Dios todo lo que tenemos y le somos fiel, SIEMPRE GANAMOS.
La mujer tenía para una sola comida.
Al dársela primero al profeta, a este siervo, era dársela a Dios.
Ella avanzó por fe, confiando en lo que no podía ver ni comprender.
Para los que no saben que es la fe:
Hebreos 11:1 La fe es la confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver.

Pero esta mujer nos enseñó una gran lección de fe y esperanza,
Pues cuando aparto lo primero para Dios, y le dio de comer al profeta, Dios hizo el milagro de que no disminuyera el aceite y la harina por mucho tiempo.

Lo que más asombra y es interesante saber, es que no sea una mujer israelita, sino una mujer pagana, rodeada de prácticas religiosas degradantes.
Y, no obstante, de algún modo Dios se comunicó con ella versículo 9, y ella respondió con fe.
Hizo lo que se le había ordenado hacer, sin reproche.

Dios siempre recompensa aquellos que bendicen a sus siervos aunque sea con un vaso de agua y a ésta mujer no sólo la bendijo con alimento físico sino también le devolvió la vida a su hijo que había muerto por una enfermedad.

¿En qué ocasión confiaste en lo que no podías ver ni entender?
¿Qué lecciones aprendiste acerca de lo que significa vivir por fe?
¿Si usted duda de la palabra de Dios, entonces en que está basada tu fe?
La viuda dio su último panecillo, y Dios realizó un milagro.
Ella y su hijo escaparon de la muerte por el hambre y tuvieron una fuente constante de alimentos.
Es difícil imaginar el asombro que ella debió sentir al ver que ese milagro increíble sucedía día tras día, por simplemente serle Fiel a Dios.
¿Cuál es la respuesta humana al estar en contacto con Dios?
Isaías 6:5-7 Entonces dije: «¡Todo se ha acabado para mí! Estoy condenado, porque soy un pecador. Tengo labios impuros, y vivo en medio de un pueblo de labios impuros; sin embargo, he visto al Rey, el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales». (6) Entonces uno de los serafines voló hacia mí con un carbón encendido que había tomado del altar con unas tenazas. (7) Con él tocó mis labios y dijo: «¿Ves? Este carbón te ha tocado los labios. Ahora tu culpa ha sido quitada, y tus pecados perdonados».

¿Por qué crees que esa reacción es tan común?
Por medio del profeta Elías, la viuda entra en contacto con Dios.
También para nosotros, al entrar en contacto con Dios, nuestros pecados llegan a ser más visibles. Y, cuando algo terrible nos sucede, podemos sentir que Dios nos está castigando.

En 1Reyes 17:18, la viuda culpa al profeta de Dios por estar allí y, en consecuencia, atraer la atención de Dios sobre ella.
1Reyes 17:18 Entonces ella le dijo a Elías: —¡Ay, hombre de Dios! ¿Qué me ha hecho usted? ¿Ha venido aquí para señalarme mis pecados y matar a mi hijo?
¿Por qué ella habrá pensado de esa manera?
Tal vez ella vio la clase de vida fiel y santa de Elías, y en su presencia se sintió convencida de cuánto contrastaba con él.
O, al ver ese milagro, tal vez sintió la presencia de Dios y al mismo tiempo vio su propia pecaminosidad como la causa de esta tragedia.

Esta es una reacción muy común.
A menudo nos echamos la culpa a nosotros y nuestros pecados por las tragedias que nos hieren.
¿Qué hice para que mi hijo enfermara?
¿Qué pecado causó esta calamidad en mi vida?

Es cierto que muchas veces el dolor y el sufrimiento resultan de las elecciones pecaminosas que hacemos, pero también es cierto que en otras veces las tragedias vienen sin razón aparente y no por faltas nuestras.

Recuerda a Job. Dios admitió que era un hombre justo, y observa qué le pasó.
Necesitamos ser muy cuidadosos al querer explicar las causas de una calamidad.
Lo más importante es cómo respondemos frente a ella.
Obsesionarnos con la supuesta causa no ayuda en nada.

Todos afrontamos tragedias inesperadas e inexplicables.
Es parte de lo que significa ser seres humanos en un mundo caído.
¿Cómo puedes aprender a confiar en Dios y amarlo, aun en medio del dolor?
¿Cómo fue probada la fe de la viuda y la de Elías? 
1Re 17:17-24 Tiempo después, el hijo de la mujer se enfermó. Cada día empeoraba y finalmente murió. (18) Entonces ella le dijo a Elías: —¡Ay, hombre de Dios! ¿Qué me ha hecho usted? ¿Ha venido aquí para señalarme mis pecados y matar a mi hijo? (19) Pero Elías contestó: —Dame a tu hijo. Entonces tomó el cuerpo del niño de los brazos de la madre, lo cargó por las escaleras hasta la habitación donde él estaba alojado y lo puso sobre la cama. (20) Después Elías clamó al SEÑOR: «Oh SEÑOR mi Dios, ¿por qué le has traído desgracia a esta viuda que me abrió su casa, al provocar la muerte de su hijo?». (21) Entonces Elías se tendió sobre el niño tres veces y clamó al SEÑOR: «¡Oh SEÑOR mi Dios, te ruego que le devuelvas la vida a este niño!». (22) El SEÑOR oyó la oración de Elías, ¡y la vida volvió al niño, y revivió! (23) Entonces Elías bajó al niño de la habitación en el piso de arriba y se lo entregó a su madre. —¡Mira —le dijo—, tu hijo vive! (24) Entonces la mujer le dijo a Elías: —Ahora estoy convencida de que usted es un hombre de Dios y que de verdad el SEÑOR habla por medio de usted.

Nota la lucha que Elías tuvo con la muerte del muchacho.
Parece que él no estaba seguro de que Dios lo resucitaría.
Su oración parece reflejar alguna de las actitudes de la madre, al echar la culpa a Dios por esa muerte.
Aun los profetas y siervos de Dios, pueden luchar con la comprensión de las cosas que suceden (Mateo 11:1-3).

Por un tiempo, tanto la viuda como Elías vivieron viendo un milagro.
El suministro continuo de harina y aceite no menguo.
Y ahora, con algo tan dramático, su fe es puesta a prueba.
Nosotros también podemos haber tenido una experiencia increíble con Dios, algo que nos haya marcado en forma poderosa,  sin embargo cuando surgen eventos que no nos gustan, empezamos a cuestiona a Dios.
Por eso, aunque los milagros tienen su lugar en la edificación de la fe, no deberían ser el centro de ella.

¿De qué modo Elías se refiere a Dios?
¿Qué nos indica esto acerca de su relación con él?
Elías tenía una relación muy íntima con Dios; lo llama “Dios mío”.
Tener una estrecha relación con Dios no significa que uno tiene todas las respuestas.
Elías no entendía por qué Dios había permitido que el niño muriera.
Pero, al tener una relación íntima con Dios, podemos experimentar mejor su poder.
El milagro no ocurrió por una fórmula mágica o por el intento del profeta de mantener el calor del niño.
El texto aclara que fue Dios quien resucitó al muchacho.
Elías mismo está emocionado por el resultado. “Mira, tu hijo vive”,
Probablemente le gritó a la viuda.
Además de lo que este incidente hizo por la fe de la mujer, seguramente también ayudó a Elías.
La respuesta de la viuda termina con una declaración de fe.
Ella ahora sabe que el Dios de Israel es capaz de mantener la vida, y de darla.

En el libro de Lucas 4:23-26, se menciona otra vez a esta viuda.
¿De qué modo las palabras de Cristo nos ayudan a comprender mejor esta historia?
¿Qué lecciones podemos obtener de ella nosotros, como parte de un grupo privilegiado?

Lucas 4:23 Entonces Jesús les dijo: «Seguramente ustedes me citarán el proverbio que dice: “Médico, cúrate a ti mismo” para decirme: “Haz milagros aquí en tu propio pueblo como los que hiciste en Capernaúm.” (24) Pero les digo la verdad, ningún profeta es aceptado en su propio pueblo. (25) »Sin duda había muchas viudas necesitadas en Israel en el tiempo de Elías, cuando los cielos se cerraron por tres años y medio y un hambre terrible devastó la tierra. (26) Sin embargo, Elías no fue enviado a ninguna de ellas. En cambio, lo enviaron a una extranjera, a una viuda de Sarepta en la tierra de Sidón.

Por esta relación de sucesos ocurridos en la vida de los profetas, Jesús hizo frente a las dudas de sus oyentes.
A los siervos a quienes Dios había escogido para una obra especial no se les permitió trabajar en sus lugares por la gente de corazón duro e incrédula.
Pero, los que tenían corazón para sentir y fe para creer se vieron especialmente favorecidos por las evidencias de su poder mediante los profetas.

En los días de Elías, Israel se había apartado de Dios.
Se aferraba a sus pecados y rechazaba las amonestaciones del Espíritu enviadas por medio de los mensajeros del Señor.

El Señor pasó por alto las casas de Israel, y halló refugio para su siervo en una tierra pagana, en la casa de una mujer que no pertenecía al pueblo escogido.
Pero ella fue favorecida porque seguía la luz que había recibido, y su corazón estaba abierto para recibir la mayor luz que Dios le enviaba mediante su siervo y profeta.
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante.
Bendiciones a mis hermanos en la fe.

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