BIENVENIDOS

Gracia y Paz en Cristo Jesús, Amados, soy el Pr. Rogers Infante. Discípulo de la obra de Dios, Promotor y fundador de la Iglesia Cristiana Palabra y Amor. Doy gracias a Dios por la posibilidad que nos da, de poder llevar su evangelio por medio de la palabra escrita a todos sus hogares y sitio de trabajo. Con la intención de poder compartirlos con todos ustedes ya que está en evidencia la gran necesidad de contar con material netamente de evangelización, que sirviera para llegarles en forma de mensajes. Muchas almas han encontrado a Cristo, por este medio, cuyo fin, es que la "palabra de Dios corra y sea glorificada" (2 Ts 3:1). Amados, la venida de Nuestro Señor Jesucristo a buscar a su iglesia, esta cerca. Por tal motivo el enemigo de las almas, Satanás, aprovechará en este último tiempo para engañar a cuantos pueda en este mundo; lo cual la Biblia nos advierte que no ignoremos sus maquinaciones. (2Co.2:11). Vivimos una era de engaños, donde se predica un falso evangelio facilista y meramente emocional. Además de otras ciertas doctrinas ortodoxas de la cristiandad, debemos estar alertados de estos lobos rapaces disfrazados de ovejas y que por dentro son unos Anatemas que venden el evangelio de JESÚS, La doctrina del "arrepentimiento de pecados" es rara vez predicada como se debe. La salvación por gracia se ha desvirtuado y las perdiciones son basadas en discursos que tienen mucho de sensacionalismo, pero carentes de fundamento bíblico vital para la genuina conversión de las almas. (Heb.4:12).Por tal motivo es necesario, predicar un evangelio fiel a la Biblia. Tu testimonio personal y tu vida de consagración a los pies de Cristo, es el arma más poderosa, para llevar la palabra de Dios.

¡Que tu vida, y la mía, sean solo para LA GLORIA DE DIOS!

jueves, 24 de agosto de 2017

La Excusas.


La Excusas.

Padre, en el nombre de Jesús, guía mis pasos a toda verdad, que de mi boca no salga ningún engaño hacia ti, ni hacia mi prójimo.
Tú me has dado a tu Espíritu, gracias al sacrificio de Jesús en la cruz, por lo tanto, quiero ofrecerte mi obediencia como adoración, dame la fuerza y el poder para obedecer tus preceptos.
Padre amado y Justiciero, hoy te doy gracias por todos los dones y talentos que has colocado en mí.
Guíame para guardar y hacer conforme a tu Palabra de vida con toda diligencia, para ser hallado por ti en paz, sin mancha e irreprensible. Amén. "

1Samuel 13:10-13 Precisamente cuando Saúl terminaba de sacrificar la ofrenda quemada, llegó Samuel. Saúl salió a recibirlo, pero Samuel preguntó: —¿Qué has hecho? Saúl le contestó: —Vi que mis hombres me abandonaban, y que tú no llegabas cuando prometiste, y que los filisteos ya están en Micmas, listos para la batalla. Así que dije: “¡Los filisteos están listos para marchar contra nosotros en Gilgal, y yo ni siquiera he pedido ayuda al SEÑOR!”. De manera que me vi obligado a ofrecer yo mismo la ofrenda quemada antes de que tú llegaras. —¡Qué tontería! —Exclamó Samuel—. No obedeciste al mandato que te dio el SEÑOR tu Dios. Si lo hubieras obedecido, el SEÑOR habría establecido tu reinado sobre Israel para siempre.

 

Saúl debía esperar a Samuel, obedeciendo y confiando en el mandato de Dios.
Pero Saúl se desesperó y no obedeció la orden que el profeta había dicho de parte de Dios.
Y como se dio a la desesperación por dudar de la palabra del profeta, Saúl peco contra Dios.
Muchas personas actúan de esa manera hoy en día.
No acatan la orden que el siervo de Dios trae a su congregación, y por ende hacen lo que ellos consideran es mejor.
Eso se llama, rebeldía y es pecado.

El gran problema de Saúl no fue sólo el pecado (igualmente muy grave), sino las excusas con las que trataba de tapar su pecado.

Saúl siempre se excusaba, tratando de quedar bien con todo el mundo, pero no con Dios. En este pasaje intenta quedar bien, culpando a Samuel por la demora y justificando que había actuado bien.
En otras palabras Saúl, no reconocía su falta y esto lo llevaba al segundo pecado que es la obstinación y rebeldía ante el profeta de Dios.

Cuantas personas hoy en día se están excusando delante de Dios, con el propósito de no hacer su voluntad.
No solo se excusan, sino que minimizan a Dios, involucrándolo en sus malas acciones y diciéndoles a otros: “Dios me comprende y sabe mi situación”.

Y es cierto, Dios siempre nos da las provisiones, y lo hace con el fin de que nosotros podamos cumplir con nuestras obligaciones ante El.
Lo que sucede es que no cumplimos con Dios, ni le damos lo que le corresponde, porque primero pensamos en nuestra comodidad, vanagloria y no en nuestra eternidad.

Es muy común cuando fallamos.
Incluso somos expertos cuando nos excusarnos y mostramos la falta de la otra persona, para que nuestro error parezca menos grave.
Génesis 3:11-13 —¿Quién te dijo que estabas desnudo? —le preguntó el SEÑOR Dios—. ¿Acaso has comido del fruto del árbol que te ordené que no comieras? El hombre contestó: —La mujer que tú me diste fue quien me dio del fruto, y yo lo comí. Entonces el SEÑOR Dios le preguntó a la mujer: —¿Qué has hecho? —La serpiente me engañó —contestó ella—. Por eso comí.

Es muy fácil excusarnos para no tener responsabilidad.
Pero nos convertimos en mártir, cuando vemos que los problemas del diario vivir nos alcanzan y es entonces que queremos alzar nuestro rostro, con el propósito que Dios nos escuche y salga a nuestro favor, sin obedecerlo, sin serle fiel y mucho menos sin hacer su santa voluntad.

Por lo tanto, cuando fallemos ante Dios o ante nuestro semejante, lo que logramos con esto es esencialmente ofender a Dios.

Por esa razón seamos completamente sinceros y honestos en reconocer que fallamos, no nos aligeremos a contestar y a recurrir a las excusas.

En este tiempo, Dios pone a su siervo en la iglesia, para que este en el nombre de Jesús sea llevada su palabra y amoneste, redarguya y corrija así al rebaño, para que este actuara bien en todo el sentido de la palabra.

Por eso debemos seguir siempre el ejemplo de David, Dios quiere en nosotros un corazón conforme al suyo, un corazón que confiesa y reconoce su pecado, además de estar dispuesto a someterse a Dios en obediencia.
Eso es lo que Dios desea de cada uno de nosotros.
Yo te pregunto:
¿A qué persona le llevaste la palabra de Dios en esta semana y cuál fue su reacción?
¿Le comunicaste a tu pastor el visitar a una persona para que este te guiara la forma de cómo hacerlo? o ¿simplemente te excusaste y no hiciste nada?

1Samuel 15:9 Saúl y sus hombres le perdonaron la vida a Agag y se quedaron con lo mejor de las ovejas y las cabras, del ganado, de los becerros gordos y de los corderos; de hecho, con todo lo que les atrajo. Sólo destruyeron lo que no tenía valor o que era de mala calidad.
Esto nos lleva a la siguiente pregunta:
¿Qué le estas entregando usted a Dios y con que se está quedando usted?
Pero sigamos leyendo:

1Samuel 15:13-15 Cuando por fin Samuel lo encontró, Saúl lo saludó con alegría. —Que el SEÑOR te bendiga —le dijo—. Llevé a cabo el mandato del SEÑOR. —Entonces, ¿qué es todo ese balido de ovejas y cabras, y ese mugido de ganado que oigo? —le preguntó Samuel. —Es cierto que los soldados dejaron con vida lo mejor de las ovejas, las cabras y el ganado —admitió Saúl—, pero van a sacrificarlos al SEÑOR tu Dios. Hemos destruido todo lo demás.
Cuándo alguien descubre que no le es obediente a Dios, de inmediato aparece el demonio de la  excusa diciendo que lo mejor está guardado para Dios, cuando sabemos que no es así.
Entonces caemos en el más grave de los pecados, La Mentira.
Y es allí cuando estas personas se convierten en hijos de satanás, el cual es el padre de la mentira.

Pero sigamos leyendo: 1Samuel 15:19-23 ¿Por qué no obedeciste al SEÑOR? ¿Por qué te apuraste a tomar del botín y a hacer lo que es malo a los ojos del SEÑOR? —¡Pero yo sí obedecí al SEÑOR! —Insistió Saúl—. ¡Cumplí la misión que él me encargó! Traje al rey Agag, pero destruí a todos los demás. Entonces mis tropas llevaron lo mejor de las ovejas, de las cabras, del ganado y del botín para sacrificarlos al SEÑOR tu Dios en Gilgal. Pero Samuel respondió: —¿Qué es lo que más le agrada al SEÑOR: tus ofrendas quemadas y sacrificios, o que obedezcas a su voz? ¡Escucha! La obediencia es mejor que el sacrificio, y la sumisión es mejor que ofrecer la grasa de carneros. La rebelión es tan pecaminosa como la hechicería, y la terquedad, tan mala como rendir culto a ídolos. Así que, por cuanto has rechazado el mandato del SEÑOR, él te ha rechazado como rey.
Un verdadero cristiano se siente mal cuando no obedece ni hace la voluntad de Dios.
Una persona del mundo, le da igual si no obedece a Dios.
En otras palabras vive de la excusas para tapar siempre su desobediencia.
Creyendo así que los demás no se dan cuenta y que su dios se complace con lo que hace.

Pero cuando leemos estos versículos Bíblicos, podemos decir con firmeza que los Amalecitas y varias tribus que luchaban en contra de Israel, tenían practicas antinaturales y abominables.
En otras palabras, servían a muchos dioses.
Y no solo servían a otros dioses, sino que pasaban a sus hijos por el fuego, entre otras cosas.
Deuteronomio 20:16-18 En las ciudades que el SEÑOR tu Dios te da como preciada posesión, destruye a todo ser viviente. Tienes que destruir por completo* a los hititas, a los amorreos, a los cananeos, a los ferezeos, a los heveos y a los jebuseos, tal como el SEÑOR tu Dios te ordenó. Así evitarás que los pueblos de esa tierra te enseñen a imitar las costumbres detestables que practican cuando rinden culto a sus dioses, lo cual te haría pecar profundamente contra el SEÑOR tu Dios.
Lo que el Señor nos dice que debemos destruir por completo son:
Las tradiciones mundanas, los malos deseos, las malas costumbres, las excusas, las mentiras, la vanagloria, la idolatría, la envidia, la fornicación, el adulterio, etc. Ya que todo esto nos hace pecar contra Dios.
Ahora miremos:
Levítico 18:21 »No permitas que ninguno de tus hijos sea ofrecido como sacrificio a Moloc, pues no debes traer vergüenza al nombre de tu Dios. Yo soy el SEÑOR.
Pero quien era Moloc o Moloch.
Este era un Baal, fue un dios de origen canaanita que fue adorado por los fenicios, cartagineses y sirios.
Según ellos era considerado el símbolo del fuego purificante.
Tanto los Griegos y Romanos lo identificaban con Cronos y Saturno, respectivamente.

¿Entonces como puede una persona ofrecer como sacrificio a su propio hijo ante Moloc?
Muy sencillo, enseñándole por medio de las acciones de los adultos en no obedecer ni sujetarse al Dios Todopoderoso.
En otras palabras si sus padres no hacen la voluntad de Dios, estos no pueden esperar que sus hijos obedezcan a Dios.
Es decir lo que sembremos, eso recogeremos, sin derecho a que lloremos.

Pasemos ahora a:
Levítico 20:1-8 El SEÑOR le dijo a Moisés: «Da las siguientes instrucciones al pueblo de Israel. Estas son aplicables tanto para los israelitas de nacimiento como para los extranjeros que viven en Israel: si alguno de ellos ofrece a sus hijos en sacrificio a Moloc, será ejecutado. Los miembros de la comunidad lo matarán a pedradas. Me pondré en contra de esa persona y la eliminaré de la comunidad, porque al ofrecer a sus hijos a Moloc contaminó mi santuario y deshonró mi santo nombre. Si los miembros de la comunidad hacen la vista gorda ante aquellos que ofrecen a sus hijos a Moloc, y se niegan a ejecutarlos, yo mismo me pondré en contra de ellos y de sus familias y los eliminaré de la comunidad. Esto le sucederá a todos los que cometen prostitución espiritual al rendir culto a Moloc. »También me pondré en contra de todos los que se entregan a la prostitución espiritual al confiar en médiums o en los que consultan a los espíritus de los muertos. Los eliminaré de la comunidad. Así que consagren su vida para ser santos, porque yo soy el SEÑOR su Dios. Guarden todos mis decretos poniéndolos en práctica, porque yo soy el SEÑOR quien los hace santos.

Como podemos ver, Dios había ordenado ejecutar el castigo sobre estos pueblos que habían llegado al colmo de la maldad.
Dios había dado un mandato claro, pero Saúl lo interpretó a su acomodo y conveniencia, diciendo “yo he cumplido la palabra de Jehová”, tratando de mostrar la parte buena que había realizado.

¿Cuantos “cristianos” están actuando de esa forma hoy en día?
Es decir: No les importa la palabra de Dios, expresada por el predicador, y llevada en el nombre de Jesús, sino que estos hacen su propia voluntad.
Escuche esto: Una obediencia a medias no es obediencia.
Dios envió a su propio hijo para que, aceptándolo en nuestra vida, tuviéramos la capacidad, la fuerza interior, para cumplir sus preceptos, para cumplir la ley de Cristo, y toda su palabra.

Sin embargo, muchos son los que aún se excusan.
Aunque estos muestran un intento por hacer la voluntad de Dios, pero desafortunadamente culminan haciendo la voluntad del mundo.
Y luego hacen sólo la parte que consideran que han hecho medias, para tapar que no obedecemos en todo a Dios.
Dios quiera que este mundo se acabe el día de mañana, para no tener oportunidad de pecar y caer en lo que Dios aborrece.
Dios quiera que este mundo se acabe mañana, para poder estar donde siempre quizá estar, en la presencia del padre eterno y Todopoderoso.
Dios quiera que este mundo se acabe mañana, para poder habitar la nueva tierra y vivir un nuevo amanecer sin mentiras y engaños.

Iglesia tenga muy presente que la excusa es un pecado grave y son resistencia a la obediencia a Dios.
Ya que obedecer no es obedecer según como nos conviene o como pensamos que está bien, sino como Dios lo dice.

El Hijo de Dios, Jesús en Juan 14:15-16b, nos dice:
Juan 14:15-16 »Si me aman, obedezcan* mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Abogado Defensor,* quien estará con ustedes para siempre.
Observe lo que dice: Si me aman, obedezcan* mis mandamientos.
Es decir que si cumplimos sus mandamientos escritos en la palabra de Dios, recibiremos por parte de Dios Padre, su Poder de lo Alto.
Por eso cuando recibimos a Cristo, somos sellados con el Poder del Padre, su Espíritu Santo y podemos en su poder sobrenatural, seguir obedeciendo sus mandamientos.

Por eso debemos identificar lo que causa nuestra desobediencia.
¿Cuáles son los enemigos internos o pecados que no hemos exterminado de nuestra vida?
Solo el Espíritu Santo nos mostrará y nos dará el poder para obedecer.

Mateo 24:45-51 »Un sirviente fiel y sensato es aquel a quien el amo puede darle la responsabilidad de dirigir a los demás sirvientes y alimentarlos. Si el amo regresa y encuentra que el sirviente ha hecho un buen trabajo, habrá una recompensa. Les digo la verdad, el amo pondrá a ese sirviente a cargo de todo lo que posee. ¿Pero qué tal si el sirviente es malo y piensa: “Mi amo no regresará por un tiempo” y comienza a golpear a los otros sirvientes, a parrandear y a emborracharse? El amo regresará inesperadamente y sin previo aviso, cortará al sirviente en pedazos y le asignará un lugar con los hipócritas. En ese lugar habrá llanto y rechinar de dientes.

Mateo 25:24-30 »Por último se presentó el siervo que tenía una sola bolsa de plata y dijo: “Amo, yo sabía que usted era un hombre severo, que cosecha lo que no sembró y recoge las cosechas que no cultivó. Tenía miedo de perder su dinero, así que lo escondí en la tierra. Mire, aquí está su dinero de vuelta”. »Pero el amo respondió: “¡Siervo perverso y perezoso! Si sabías que cosechaba lo que no sembré y recogía lo que no cultivé,  ¿por qué no depositaste mi dinero en el banco? Al menos hubiera podido obtener algún interés de él”. »Entonces ordenó: “Quítenle el dinero a este siervo y dénselo al que tiene las diez bolsas de plata. A los que usan bien lo que se les da, se les dará aún más y tendrán en abundancia; pero a los que no hacen nada se les quitará aun lo poco que tienen. Ahora bien, arrojen a este siervo inútil a la oscuridad de afuera, donde habrá llanto y rechinar de dientes”.

¿Qué sucedería si al no obedecer a Dios, perdemos todo lo que él nos da y no solo perdemos lo que teníamos, sino que vemos que otros surgen?
El problema está en que cuando creemos que estamos siendo bendecidos, nos olvidamos de Dios, nos olvidamos de Jesús y nos olvidamos de nuestra obligación con la iglesia.
Y cuando todo esto sucede, habrá llanto y rechinar de dientes.

Entonces nos sale la popular frase:
“Es que no sabía”.
“Es que tuve miedo y dude”.
“Es que no estaba listo”.
Estas son algunas de las excusas para no hacer las cosas conforme Dios nos enseña.
Es decir, hacer las cosas con toda diligencia.

Así mismo como colocamos excusas para justificar el error, también lo hacemos para no hacer lo que tenemos que hacer.
Pero el Señor en su Palabra nos enseña, que Él por medio de su Espíritu, coloca en nosotros diversos dones y talentos.

La expresión “cosecha lo que no sembró y recoge las cosechas que no cultivó.” habla de que no es en nuestra fuerza que realizamos la tarea encomendada por el Señor.

Ya para finalizar podemos decir que Dios conoce la imposibilidad de que el hombre haga su voluntad en su propia fuerza, por esto nos dota de poder para hacerla.
Pero debemos entender que en este punto empieza nuestra responsabilidad.
En 2Timoteo 2:15-16 Esfuérzate para poder presentarte delante de Dios y recibir su aprobación. Sé un buen obrero, alguien que no tiene de qué avergonzarse y que explica correctamente la palabra de verdad. Evita las conversaciones inútiles y necias, que sólo llevan a una conducta cada vez más mundana.
Y en 2Pedro 1:10,15,
2Pedro 1:10-15 Así que, amados hermanos, esfuércense por comprobar si realmente forman parte de los que Dios ha llamado y elegido. Hagan estas cosas y nunca caerán. Entonces Dios les dará un gran recibimiento en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Por lo tanto, siempre les recordaré todas estas cosas, aun cuando ya las saben y están firmes en la verdad que se les enseñó. Y es justo que deba seguir recordándoselas mientras viva.* Pues nuestro Señor Jesucristo me ha mostrado que pronto tendré que partir de esta vida terrenal,* así que me esforzaré por asegurarme de que siempre recuerden estas cosas después de que me haya ido.

Y finalmente 2 Pedro 3:14
2Pedro 3:14-16 Por lo cual, queridos amigos, mientras esperan que estas cosas ocurran, hagan todo lo posible para que se vea que ustedes llevan una vida pacífica que es pura e intachable a los ojos de Dios. Y recuerden que la paciencia de nuestro Señor da tiempo para que la gente sea salva. Esto es lo que nuestro amado hermano Pablo también les escribió con la sabiduría que Dios le dio, al tratar estos temas en todas sus cartas. Algunos de sus comentarios son difíciles de entender, y los que son ignorantes e inestables han tergiversado sus cartas, para que signifiquen algo muy diferente, así como lo hacen con otras partes de la Escritura. Esto resultará en su propia destrucción.
Amada Iglesia, el Señor nos instruye, que luego de haber sido rescatados gratuitamente de nuestros delitos y pecados, nos ha dado innumerables privilegios y bendiciones, en las cuales debemos persistir, ser esforzados y diligentes, para hacer tal y como Él nos ha enseñado.
Si Jesús el Hijo de Dios, viniese esta noche, a buscar a su Iglesia obediente y Fiel, ¿Cree usted que la forma como ha estado llevando su vida, sus actos y obediencia, dan mérito para ir con Él?

Iglesia, para Dios, No hay excusa que valga.
Si realmente tenemos a Cristo en nuestro corazón, vivamos diligentemente, haciendo lo que agrada a Dios, en obediencia y fidelidad.
De esa manera podemos presentarnos nosotros mismos como vivos de entre los muertos y todo nuestro cuerpo como instrumento de justicia.
Romanos 6:12-13 No permitan que el pecado controle la manera en que viven;* no caigan ante los deseos pecaminosos. No dejen que ninguna parte de su cuerpo se convierta en un instrumento del mal para servir al pecado. En cambio, entréguense completamente a Dios, porque antes estaban muertos pero ahora tienen una vida nueva. Así que usen todo su cuerpo como un instrumento para hacer lo que es correcto para la gloria de Dios.
Gracia y Paz
Pastor y administrador Rogers Infante
Que Dios derrame Bendiciones en mi vida, mi familia y a mis hermanos en la fe.

EL SUEÑO PROFUNDO


EL SUEÑO PROFUNDO
Por el Pastor y Administrador, Rogers Infante
Hoy he decidido realizar un mensaje poco común, pero de gran importancia para todos aquellos que creemos en la palabra de Dios.
Un mensaje divino donde nos involucra a cada uno de los presentes.

Este quizás es un tiempo para que reflexionemos la manera de como estamos llevando nuestra vida y como debemos actuar si no tenemos un conocimiento bíblico para no entrar en pánico.

En Génesis 2:7 se registra la creación del hombre en el principio.
Dice la palabra: Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Sopló aliento de vida en la nariz del hombre, y el hombre se convirtió en un ser viviente.
Dios puso aliento de vida para formar un alma del polvo.
Es como una ecuación: Polvo + Aliento de vida = Ser Viviente. (Alma)

Pero muchas veces nos preguntamos:
¿Por qué tenemos que morir?
¿Por qué Dios permite que pasen algunas situaciones difíciles de entender?,
¿Por qué Dios guarda silencio? ¿Por qué Dios no hace nada?
Posiblemente usted ha escuchado estas preguntas.
Y es que hasta cierto punto es difícil de entender porque pasan algunas cosas que nosotros consideramos que no tendrían que pasar.
Es decir: Quisiéramos que las cosas fueran como nosotros queremos que sean y no como son.
Pero la realidad del asunto es que indiscutiblemente todos nosotros pasaremos a ese Sueño profundo, si Cristo no viene antes.

La palabra de Dios dice:
Hebreos 9:27-28 Y así como cada persona está destinada a morir una sola vez y después vendrá el juicio, así también Cristo murió en sacrificio una sola vez y para siempre, a fin de quitar los pecados de muchas personas. Cristo vendrá otra vez, no para ocuparse de nuestros pecados, sino para traer salvación a todos los que esperan con anhelo su venida.

El vendrá, ¿Pero qué sucede con el alma cuando morimos?
El Alma simplemente deja de ser hasta que Jesús el Hijo de Dios, vuelva por segunda vez y coloque los elementos todos juntos nuevamente.
En ese momento el polvo y el aliento de vida son reunidos para que posteriormente se forme una vida, un alma viviente, pero para la eternidad.

El libro de Eclesiastés dice:
Eclesiastés 12:6-7 Sí, acuérdate de tu Creador ahora que eres joven, antes de que se rompa el cordón de plata de la vida y se quiebre la vasija de oro. No esperes hasta que la jarra de agua se haga pedazos contra la fuente y la polea se rompa en el pozo. Pues ese día el polvo volverá a la tierra, y el espíritu regresará a Dios, que fue quien lo dio.
En otras palabras: El cuerpo vuelve al polvo y el espíritu (o aliento de vida) vuelve a Dios.

Salmos 146:4 Ellos, al dar su último suspiro, vuelven al polvo, y todos sus planes mueren con ellos.
La palabra de Dios, nos dice claramente que al morir estamos en un proceso de Sueño profundo, donde no sabemos nada.
Simplemente Dormimos profundamente esperando el día glorioso que nuestro Señor y Salvador Jesucristo venga por su gente.
A veces nos preguntamos:

¿Pero que sucede con el alma o cuerpo de una persona que ha fallecido y ha sido cremada?
¿Qué nos puede decir la palabra de Dios referente a eso?
Cuando leemos la poderosa palabra de Dios, podemos analizar e incluso decir que en el Antiguo Testamento existen indicios de personas que fueron quemadas al morir, y de huesos humanos siendo incinerados, pero ninguno de estos son ejemplos de cremación.
1Reyes 16:18 Cuando Zimri vio que la ciudad había sido tomada, entró en la ciudadela del palacio, estando él adentro le prendió fuego y murió entre las llamas.

¿Es la cremación algo que pueda considerar un cristiano?
Nuevamente, no existe mandamiento en las Escrituras en contra de la cremación.
Algunos creyentes objetan la práctica de la cremación, sobre la base de que no se toma en consideración que un día Dios resucitará los cuerpos y los reunirá con nuestras almas.
1Corintios 15:35-54 Pero alguien podría preguntar: «¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Qué clase de cuerpos tendrán?». ¡Qué pregunta tan tonta! Cuando pones una semilla en la tierra, no crece y llega a ser una planta a menos que muera primero. Y lo que pones en el suelo no es la planta que crecerá sino tan sólo una simple semilla de trigo o de lo que estés sembrando. Luego Dios le da el cuerpo nuevo que él quiere que tenga. De cada clase de semilla crece una planta diferente. De modo parecido, hay diferentes clases de carne: una para los humanos, otra para los animales, otra para las aves y otra para los peces. También hay cuerpos en los cielos y cuerpos sobre la tierra. La gloria de los cuerpos celestiales es diferente de la gloria de los cuerpos terrenales. El sol tiene una clase de gloria, mientras que la luna tiene otra y las estrellas tienen otra. Y hasta las estrellas se diferencian unas de otras por la gloria de cada una. Lo mismo sucede con la resurrección de los muertos. Cuando morimos, nuestros cuerpos terrenales son plantados en la tierra, pero serán resucitados para que vivan por siempre. Nuestros cuerpos son enterrados en deshonra, pero serán resucitados en gloria. Son enterrados en debilidad, pero serán resucitados en fuerza. Son enterrados como cuerpos humanos naturales, pero serán resucitados como cuerpos espirituales.
Permíteme ser un paréntesis aquí para poder explicar estos versículos que podrían prestarse para confusión.
1Corintios 15:42-44 explica que el cuerpo de la resurrección no estará sujeto a la muerte; será bello y perfecto.
Es decir que  tendrá capacidades ilimitadas desconocidas en este mundo.
Y que además estará adaptado para la vida en el reino espiritual.
Un cuerpo espiritual no es un cuerpo inmaterial, sino uno adaptado a las realidades de la era por venir.
El cuerpo resucitado será nuestro verdadero cuerpo transformado, porque aquello que se siembra o se entierra es lo que resucitará.

(45-54) Pues, así como hay cuerpos naturales, también hay cuerpos espirituales. Las Escrituras nos dicen: «El primer hombre, Adán, se convirtió en ser viviente»*. Pero el último Adán —es decir, Cristo —es un Espíritu que da vida. Lo que primero viene es el cuerpo natural, y más tarde viene el cuerpo espiritual. Adán, el primer hombre, fue formado del polvo de la tierra, mientras que Cristo, el segundo hombre, vino del cielo. Los que son terrenales son como el hombre terrenal, y los que son celestiales son como el hombre celestial. Al igual que ahora somos como el hombre terrenal, algún día seremos como* el hombre celestial. Lo que les digo, amados hermanos, es que nuestros cuerpos físicos no pueden heredar el reino de Dios. Estos cuerpos que mueren no pueden heredar lo que durará para siempre. Pero permítanme revelarles un secreto maravilloso. ¡No todos moriremos, pero todos seremos transformados! Sucederá en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, cuando se toque la trompeta final. Pues, cuando suene la trompeta, los que hayan muerto resucitarán para vivir por siempre. Y nosotros, los que estemos vivos también seremos transformados.

Cuando leemos esto podemos ver que esto puede ser el caso con algunas personas.
Sin embargo, el hecho de que el cuerpo de una persona difunta haya sido cremado, esto no representa en lo absoluto ninguna dificultad para que Dios los resucite.

Los cuerpos de los cristianos que murieron hace miles de años, a la fecha se habrán convertido totalmente en polvo.
Esto de ninguna manera evitará que Dios pueda resucitar sus cuerpos.

La cremación no es sino un proceso “práctico” para convertir un cuerpo en polvo.
Dios es igualmente capaz de levantar los restos de una persona que ha sido cremada, tanto como los restos de una persona que no lo fue.
Recuerde y entienda que la cremación se hace en una persona que ya está muerta.
Pero que en el último aliento de vida de esa persona, Dios ya tiene la información de su corazón.
Por consiguiente lo que se cremo, es simplemente un cuerpo sin vida.

La pregunta sobre el entierro o cremación está dentro del terreno de la libertad cristiana.
Una persona, o familia, que esté considerando esta decisión, debe orar por sabiduría, y seguir la convicción que de ello resulte.
Santiago 1:5 Si necesitan sabiduría, pídansela a nuestro generoso Dios, y él se la dará; no los reprenderá por pedirla.
Pero antes de promulgar, o hacer sentir mal a una persona por haber tomado una decisión como esta de la cremación, debemos primero adiestrarnos en la palabra de Dios para no andar diciendo lo que no debemos decir.
No es lo que yo piense, es lo que Dios me dice que debo hace, y porque no lo hago.
Hay personas que están más empeñadas en criticar y opinar en cuestiones que no les incumbe, antes de hacer la voluntad de Dios.
Son expertos en criticar, pero sordos, mudos y ciegos para hacer y cumplir con los compromisos de la palabra de Dios.

En la Biblia existen varios relatos bíblicos que muestran que a veces se quemaban cuerpos o huesos de personas muertas
2Cronicas 34:4-5 Ordenó que demolieran los altares de Baal y que derribaran los altares del incienso que había encima. También se aseguró de que despedazaran los postes dedicados a la diosa Asera, los ídolos tallados y las imágenes fundidas, y que los pedazos fueran esparcidos sobre las tumbas de aquellos que les habían ofrecido sacrificios. Quemó los huesos de los sacerdotes paganos sobre sus propios altares, y de esta manera purificó a Judá y a Jerusalén.
Cuando leemos estos versículos se podría indicar que tales personas no merecían un entierro digno.
Pero no siempre tenía ese significado.
Tomemos como ejemplo el relato de la muerte del rey Saúl y sus tres hijos.
Todos ellos murieron luchando contra los filisteos.
Uno de los hijos fue Jonatán, el amigo leal de David.

Cuando unos valientes israelitas que vivían en Jabés-galaad se enteraron de la triste noticia, recuperaron los cuatro cadáveres, los quemaron y enterraron los huesos.
Más tarde, David los alabó por lo que hicieron. Leamos:
1Samuel 31:1-2 Ahora bien, los filisteos atacaron a Israel, y los hombres de Israel huyeron ante ellos. Mataron a muchos en las laderas del monte Gilboa. Los filisteos cercaron a Saúl y a sus hijos, y mataron a tres de ellos: Jonatán, Abinadab y Malquisúa.

1Samuel 31:8-13 Al día siguiente, cuando los filisteos salieron a despojar a los muertos, encontraron los cuerpos de Saúl y de sus tres hijos en el monte Gilboa. Entonces le cortaron la cabeza a Saúl y le quitaron su armadura. Luego proclamaron las buenas noticias de la muerte de Saúl en su templo pagano y a la gente en toda la tierra de Filistea. Pusieron su armadura en el templo de Astarot, y colgaron su cuerpo en la muralla de la ciudad de Bet-sán. Pero cuando el pueblo de Jabes de Galaad se enteró de lo que los filisteos le habían hecho a Saúl, todos los valientes guerreros viajaron toda la noche hasta Bet-sán y bajaron los cuerpos de Saúl y de sus hijos de la muralla. Llevaron los cuerpos a Jabes, donde los incineraron. Luego tomaron los huesos y los enterraron debajo del árbol de tamarisco en Jabes y ayunaron por siete días.

2Samuel 2:4-6 Después llegaron los hombres de Judá y ungieron a David rey del pueblo de Judá. Cuando David se enteró de que los hombres de Jabes de Galaad habían enterrado a Saúl, les envió el siguiente mensaje: «Que el SEÑOR los bendiga por haber sido tan leales a su señor Saúl y por haberle dado un entierro digno. ¡Que el SEÑOR, a cambio, sea leal a ustedes y los recompense con su amor inagotable! Yo también los recompensaré por lo que han hecho.

Tenga muy en cuenta que la esperanza bíblica para los muertos es la resurrección.
Esto quiere decir que Dios devuelva a la persona a la vida, mediante su Eterno Poder.
Tanto si su cadáver es cremado como si no, Jehová es perfectamente capaz de resucitarlo con un cuerpo nuevo.

Lo mismo puede decirse de los cristianos leales que murieron y fueron cremados en los campos de concentración nazis.
Y hay siervos leales de Dios que han perdido la vida en explosiones o de otros modos sin que haya quedado ni rastro de su cadáver.
Sin embargo, su resurrección está garantizada.
Apocalipsis 20:13-15 El mar entregó sus muertos, y la muerte y la tumba* también entregaron sus muertos; y todos fueron juzgados según lo que habían hecho. Entonces la muerte y la tumba fueron lanzadas al lago de fuego. Este lago de fuego es la segunda muerte. Y todo el que no tenía su nombre registrado en el Libro de la Vida fue lanzado al lago de fuego.

Jehová no tiene que reunir los restos de alguien para poder resucitarlo.
Prueba de ello es la resurrección en los cielos de los cristianos ungidos.
Por lo tanto, recurrir o no a la cremación es una decisión personal o familiar.

Pero nos preguntamos: ¿podemos considerar que al tomar una decisión como la cremación de un cuerpo ya fallecido, estamos nosotros obrando en pecado?

Muchos cristianos y no cristianos al momento de hacer preparativos para su muerte, se preguntan si la cremación es una alternativa para ellos.
Se preguntan: ¿Estoy pecando al pedir que me cremen?
O les aterra pensar: ¿Le estaré fallando a Jesús?

Podrían recordar que incluso algunas denominaciones “cristianas” han prohibido cremar en el pasado y esto les hace titubear.
Estas son denominaciones extremistas, ecuménicas, que viven en un ámbito de sensacionalismo y que son carentes de un fundamento bíblico.

Pero entonces surge la pregunta: ¿La iglesia está en contra de cremar un cuerpo fallecido?
El hecho es que estas personas No entienden, porque no Leen la palabra de Dios.

Por no leer y no comprender la Santa Escritura de la Palabra de Dios, es que hay diversas posturas en contra y a favor de la cremación de un cuerpo humano fallecido.

Pero, analicemos lo que está en juego a ver si podremos tomar una decisión sabia con relación a este tema, para que podamos todos descansar en paz.
Primero tenemos que decir: ¿De qué depende si vamos a estar con el Señor? 
Dice la Biblia en Efesios 2:8-9 Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo.

Si partimos de esta premisa, no hay nada que podamos hacer para ser salvos.
Dios lo hizo solo y nos regaló una estadía eterna junto a Él cuándo Jesús venció en la cruz y fue levantado al tercer día.
Entonces podemos sepultar, cremar, momificar, embalsamar porque de eso no depende nuestra salvación.

Pero ¿Qué es lo que Dios observa realmente en una persona antes de fallecer?

Si nos dejamos llevar por Proverbios 4:23 encontramos esto:
“Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque este determina el rumbo de tu vida.”

Dios está pendiente a las decisiones, intenciones y la condición de nuestro corazón porque es este el que determinara el rumbo que realmente tomaremos.
Entonces, ¿cuál debe ser el factor determinante?
¿El haber cremado a un ser ya fallecido?, o ¿el corazón de ese ser antes de morir?
La verdad, es el Corazón.

No importa la manera como una persona muera, lo que determinara el rumbo hacia donde ira, es su Corazón.
Así que Dios podrá levantar a esa persona, no importando el estado en que murió.
Y lo hará para vida eterna o condenación.
Pero esto lo determina el corazón de esta persona.

El cremar un cuerpo fallecido, no implica nada en lo absoluto hacia dónde va esa persona.
Lo que si implica es darle fin a un negocio terrenal, donde estando la persona muerta esta es obligada a pagar por ser enterrada.

La manera como muera una persona, no es problema para Dios.
Porque Dios tomará esos restos y resucitará a esa persona en cuerpo glorificado, como hizo con Jesús.
Si no es así, entonces:
¿Qué pasaría con aquellas personas que fueron calcinadas por algún accidente?
¿Qué pasaría con los que fueron devorados por leones en el circo romano por afirmar que Jesucristo es el Señor?
¿Qué pasa con aquellos cuyos cuerpos ya se convirtieron en cenizas?
¿Acaso Dios no podrá levantarles a ellos al último Día?
¿Qué impide que Dios recoja cada molécula de cada cuerpo aunque haya sido regada por el planeta o por el cosmos?
¿No es Dios lo suficientemente poderoso para hacerlo?
Deje de estar hablando lo que no es y mucho menos, No minimice usted a Dios.

 

Ya para Finalizar este mensaje sobre el Sueño Profundo y sobre la cremación.

Tenemos que decir que Dios resucitará a esa persona de la manera en que Él lo hará.
Sea de los huesos o sea de las cenizas.
Dios es poderoso para hacerlo y quiere hacerlo.
Juan 5:24 y 29 “Les digo la verdad, todos los que escuchan mi mensaje y creen en Dios, quien me envió, tienen vida eterna. Nunca serán condenados por sus pecados, pues ya han pasado de la muerte a la vida.”  …“y resucitarán. Los que hicieron el bien resucitarán para gozar de la vida eterna, y los que continuaron en su maldad resucitarán para sufrir el juicio.”

La cremación No impide en lo absoluto la resurrección.
La Biblia enseña claramente que Jehová devolverá la vida a muchos que se han dormido en la muerte.
Eclesiastés 9:5-10  Porque los vivos saben que han de morir, pero los muertos no saben nada ni esperan nada, pues su memoria cae en el olvido. Sus amores, odios y pasiones llegan a su fin, y nunca más vuelven a tener parte en nada de lo que se hace en esta vida. ¡Anda, come tu pan con alegría! ¡Bebe tu vino con buen ánimo, que Dios ya se ha agradado de tus obras! Que sean siempre blancos tus vestidos, y que no falte nunca el perfume en tus cabellos. Goza de la vida con la mujer amada cada día de la fugaz existencia que Dios te ha dado en este mundo. ¡Cada uno de tus absurdos días! Esto es lo que te ha tocado de todos tus afanes en este mundo. Y todo lo que te venga a la mano, hazlo con todo empeño; porque en el *sepulcro, adonde te diriges, no hay trabajo ni planes ni conocimiento ni sabiduría.

Juan 5:28-29 "No se asombren de esto,  porque viene la hora en que todos los que están en los sepulcros oirán su voz, y saldrán de allí.  Los que han hecho el bien resucitarán para tener vida,  pero los que han practicado el mal resucitarán para ser juzgados.

Sin importar si un cuerpo ha sido sepultado, incinerado, tragado por el mar, devorado por fieras o hasta desintegrado por una explosión atómica, el Dios todopoderoso cumplirá su promesa.

La Biblia no prescribe específicamente cómo hay que deshacerse de los cadáveres, y Jehová no condena la cremación.
Eso sí: Los funerales deben realizarse con dignidad y respeto.

Puede que las costumbres funerarias locales influyan a la hora de decidir qué hacer con el cuerpo de uno o el de un ser querido.
Aparte de estas consideraciones, la cremación es un asunto personal que implica exclusivamente a la familia y a nadie más.

Lo importante aquí es que usted no se sienta culpable porque no estaba de acuerdo con una cremación.
Lo importante es que usted ponga su corazón en manos de tu Señor Jesús y sabrás que tienes vida eterna junto a Él.
1Juan 5:11-13  Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado vida eterna,  y esa vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo,  tiene la vida;  el que no tiene al Hijo de Dios,  no tiene la vida. Les escribo estas cosas a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios,  para que sepan que tienen vida eterna.
Escuche esto: Los detalles minúsculos de lo que sucederá con tu cuerpo no vienen al caso, sino a quien decidiste creer mientras vivías.
Examina tu corazón, porque se fiel y obediente en todo a la Palabra de Dios y sométete a su voluntad, porque el rumbo de tu vida terrenal, para la otra espiritual, lo determina tu corazón.
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante.
Que Dios los bendiga.

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