Gracia y Paz para todos mis hermanos en la obra de
Dios Padre y de su Hijo Jesucristo, el cordero inmolado que hoy se encuentra
sentado a la diestra de su Padre, el Todopoderoso, y que al sonar de la séptima
trompeta vendrá a Juzgar a este mundo y su maldad.
Diga conmigo:
¡Hay poder en el acuerdo!
¡Cuando estoy
de acuerdo con mi hermano, se mueve la mano de Dios!
Así como la división trae ruina, destrucción y
fracaso,
El acuerdo trae bendición, prosperidad y éxito.
Jesús dijo: “Otra vez os
digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de
cualquier cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los
cielos”
Ahora yo Pregunto, ¿Cuántas personas se necesitan para estar
en acuerdo? DOS.
La escritura enseña que: “uno persigue a mil, pero dos hacen huir a
diez mil” (Deut. 32:30)
De acuerdo a este pasaje, cuando estás de acuerdo con
alguien más, tu nivel de influencia, poder, y capacidad aumentan.
No es lo mismo “perseguir” que “hacer huir” -Amen.
Lo que debemos preguntarnos es lo siguiente: ¿En qué estoy de
acuerdo y con quién?
Tal vez ahora mismo te encuentres de acuerdo con
respecto a algo negativo y con las personas incorrectas y tú no te has dado
cuenta.
En otras palabras lo que trato de decir
es que si usted empieza a hablar palabras de fracasos y de derrotas, Lo que
estás haciendo es preparándote para recibir el fracaso y la derrota.
Si hablas maldición y enfermedad, te
estás poniendo de acuerdo para recibirlas.
Pero si empezamos sinceramente a hablar palabras de bendición,
éxito, prosperidad y libertad; entonces te estás poniendo de ACUERDO para
recibir lo que pides. –Amen.
Dicho todo esto cabe la pregunta: ¿En dónde debemos de ponernos de acuerdo? En la tierra
Vuelvo y pregunto: ¿Qué significa esto?
Significa que tu provisión NO es algo que se genere
aquí, en la tierra, sino que se genera en el cielo para entonces manifestarse
en la tierra.
En otras palabras cuando ayunamos por un
propósito, ese ayuno no se genera en la tierra, sino que se genera en los
cielos para que ese propósito que está en los cielos, se manifieste en la
tierra.
Hay gentes que se preocupan por tener la bendición del
mundo, de la tierra pero se olvidan que “Toda buena dadiva y todo don perfecto descienden de lo
alto” Santiago 1:17
Santiago 1:17 Todo lo que es bueno
y perfecto desciende a nosotros de parte de Dios nuestro Padre, quien creó
todas las luces de los cielos.
Es decir; Dios es quien bendice y prospera, pero El
espera que estemos en acuerdo.
Y donde no
hay acuerdo, no hay bendición.
Vuelvo a preguntar. ¿En qué cosas debemos de ponernos de acuerdo? En cualquiera.
Debemos de estar de acuerdo para pedirle a Dios
cualquier cosa.
Seguramente usted se preguntara. ¿También en las cosas malas?
¡Por supuesto que NO!
Si usted le pide a Dios que le conceda algo que este
fuera de su carácter o su voluntad, eso mí querido hermano se llama tentar a
Cristo.
Número 21:5-6
y comenzó a hablar contra Dios y
Moisés: «¿Por qué nos sacaron de Egipto para morir aquí en el desierto? —se
quejaron—. Aquí no hay nada para comer ni agua para beber. ¡Además, detestamos
este horrible maná!». (6) Entonces el SEÑOR envió serpientes venenosas entre el
pueblo y muchos fueron mordidos y murieron.
Usted No puedes pedir algo que esté en contra de la
voluntad de Dios.
Usted no puede pedir algo que sea inconsecuente con su
carácter.
Cuando un creyente Permanece en la palabra de Dios,
NUNCA dará lugar a la duda.
Desde hoy empiece
a declarar y a actuar sabiendo que tiene lo que pidió en acuerdo con otros.
¡No desaproveche este principio que Dios ha
establecido!
Únase en compañerismo de pacto con sus hermanos,
póngase de acuerdo con ellos sobre lo que van a pedir, y asegúrese que la
palabra lo respalda.
Debemos agradecerle a Dios por todo y jamás debemos declarar
más derrotas en nuestra vida.
Uno de los
pasajes que más ha impactado mi vida, es el siguiente:
Mat 18:19-20 »También les digo lo
siguiente: si dos de ustedes se ponen de acuerdo aquí en la tierra con respecto
a cualquier cosa que pidan, mi Padre que está en el cielo lo hará. (20) Pues
donde se reúnen dos o tres en mi nombre, yo estoy allí entre ellos.
Jesús
está hablando a sus discípulos, del poder de dos personas, poniéndose de acuerdo
para levantar una oración a nuestro Padre Celestial.
Dios
contestará la oración cuando dos de nosotros, nos ponemos de acuerdo para
pedirle cualquier cosa.
Esta promesa es exclusivamente para los cristianos que han
recibido a cristo en su corazón y camina en la obediencia del Padre.
En otras palabras Él está hablando solamente a los que creen en
Él y obedecen, y no a todo el mundo.
Jesús
se refiere a Dios como su Padre, y sabemos que hay una condición para que
nosotros también seamos adoptados hijos de Dios.
De
esa manera podemos recibir todas las promesas que Él nos ha dejado en El
Testamento.
Juan 1:12 Pero, a todos los que
creyeron en él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de
Dios. (13) Ellos nacen de nuevo, no mediante un nacimiento físico como
resultado de la pasión o de la iniciativa humana, sino por medio de un
nacimiento que proviene de Dios.
Iglesia,
para poder llegar a ser hijos de Dios, debemos recibir a Jesús en nuestro
corazón, creer en Su Nombre.
Es por la fe en el Hijo de Dios, en Jesucristo, en la misma
Palabra de Dios hecha carne, que pasamos a hacer hijos adoptivos.
Dios
ha dejado muchísimas promesas en Su Palabra, pero solamente son efectivas para
sus hijos; por eso la importancia de comprender esta verdad.
Gálatas 3:26 Pues todos ustedes son
hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.
Entonces si
somos hijos de Dios, nos preguntamos.
¿Qué es exactamente lo que necesitamos para poder comprender las
cosas de Dios, el Reino de los Cielos y así poder creer o tener fe en Jesús?
Juan 1:13 Ellos nacen de nuevo, no
mediante un nacimiento físico como resultado de la pasión o de la iniciativa
humana, sino por medio de un nacimiento que proviene de Dios.
Lo
que trato de decirle es que debemos Nacer de Nuevo, no de la carne otra vez,
sino por medio de su Espíritu.
Nicodemo vino
a Jesús de noche porque sabía que Jesús era un gran maestro, y sabía que venía
de parte de Dios por todo lo que hacía, pero no lograba ver el Reino de Dios.
En
el Evangelio de Juan, Jesús le explica a Nicodemo y a nosotros, como es que
podemos comprender el Reino de Dios, las cosas de Dios.
Te
invito a que tomes tu Biblia y leas todo el capítulo tres del Evangelio de Juan.
Juan 3:1-21 Había un hombre llamado Nicodemo,
un líder religioso judío, de los fariseos. (2) Una noche, fue a hablar con
Jesús: —Rabí* —le dijo—, todos sabemos que Dios te ha enviado para enseñarnos.
Las señales milagrosas que haces son la prueba de que Dios está contigo. (3)
Jesús le respondió: —Te digo la verdad, a menos que nazcas de nuevo,* no puedes
ver el reino de Dios. (4) —¿Qué quieres decir? —exclamó Nicodemo —. ¿Cómo puede
un hombre mayor volver al vientre de su madre y nacer de nuevo? (5) Jesús le
contestó: —Te digo la verdad, nadie puede entrar en el reino de Dios si no
nace de agua y del Espíritu.* (6) El ser humano sólo puede reproducir la
vida humana, pero la vida espiritual nace del Espíritu Santo.* (7) Así que no
te sorprendas cuando digo: “Tienen que nacer de nuevo”. (8) El viento sopla
hacia donde quiere. De la misma manera que oyes el viento pero no sabes de
dónde viene ni adónde va, tampoco puedes explicar cómo las personas nacen del
Espíritu. (9) —¿Cómo es posible todo esto? —preguntó Nicodemo. (10) Jesús le
contestó: —¿Tú eres un respetado maestro judío y aún no entiendes estas cosas?
(11) Te aseguro que les contamos lo que sabemos y hemos visto, y ustedes
todavía se niegan a creer nuestro testimonio. (12) Ahora bien, si no me creen
cuando les hablo de cosas terrenales, ¿cómo creerán si les hablo de cosas
celestiales? (13) Nadie jamás fue al
cielo y regresó, pero el Hijo del Hombre* bajó del cielo. (14) Y, así
como Moisés levantó la serpiente de bronce en un poste en el desierto, así
deberá ser levantado el Hijo del Hombre, (15) para que todo el que crea en él
tenga vida eterna.* (16) »Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo,
para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. (17)
Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por
medio de él. (18) »No hay condenación para todo el que cree en él, pero todo el
que no cree en él ya ha sido condenado por no haber creído en el único Hijo de
Dios. (19) Y esta condenación se basa en el siguiente hecho: la luz de Dios
llegó al mundo, pero la gente amó más la oscuridad que la luz, porque sus acciones
eran malvadas. (20) Todos los que hacen el mal odian la luz y se niegan a
acercarse a ella porque temen que sus pecados queden al descubierto. (21)
Pero los que hacen lo correcto se acercan a la luz, para que otros puedan ver
que están haciendo lo que Dios quiere.*
Más adelante
dice:
Juan 3:35 El Padre ama a su Hijo y
ha puesto todo en sus manos. (36) Los que creen en el Hijo de Dios tienen vida
eterna. Los que no obedecen al Hijo nunca tendrán vida eterna, sino que
permanecen bajo la ira del juicio de Dios.
Pero
antes de poder nacer de nuevo, del Espíritu de Dios hay una cosa que debemos
hacer.
¿Sabes qué es?
Debemos
arrepentirnos: de
nuestra incredulidad, de haber andado a nuestra manera, y reconocer que hemos
fallado a los mandamientos que Dios nos dejó.
Juan
el Bautista lo dijo así:
Mat 3:11 »Yo bautizo con* agua a
los que se arrepienten de sus pecados y vuelven a Dios, pero pronto viene
alguien que es superior a mí, tan superior que ni siquiera soy digno de ser su
esclavo y llevarle las sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con
fuego.*
Antes
de poder recibir el Espíritu Santo, debemos de confesar todo nuestro pecado a
Dios, arrepentirnos, pedirle perdón y buscar a Jesús con todo nuestro corazón
creyendo que Él pagó por nuestros pecados en la cruz.
Debemos andar
en Su Camino y anhelarlo con todo nuestro amor.
Es
por la fe en Jesucristo que pasamos a ser hijos de Dios, herederos de todas sus
promesas y coherederos con Cristo Jesús.
Esa es la manera en que Dios lo dispuso.
Una
vez que pasamos a ser hijos de Dios, discípulos de Jesús; podemos hacer
nuestra, la siguiente promesa:
Mat 18:19 »También les digo lo
siguiente: si dos de ustedes se ponen de acuerdo aquí en la tierra con respecto
a cualquier cosa que pidan, mi Padre que está en el cielo lo hará.
Iglesia,
Hay poder en la oración cuando dos hijos de Dios se unen, poniéndose de
acuerdo, para pedirle algo. Yo te pregunto y de pronto la pregunta es para mí
también. ¿Qué
necesitas pedirle a Dios hoy?
¿Necesitas un
milagro?
¿Necesitas
Provisiones?
¿Necesitas Salud
para ti o para algún miembro de tu familia?
¿Quizá necesitas
la restauración de tu matrimonio?
¿Quizás
necesitas que tu hijo deje las malas amistades, el alcohol o las drogas?
¿Quizás
Necesitas enviar a los demonios al lugar de donde salieron y que no regresen?
¿Qué necesitas que Dios haga por ti?
¿Qué te
devuelva la paz y el gozo?
Hoy amada Iglesia de Dios, es el día para convertirte en hijo de
Dios y recibir las bendiciones.
Hoy es un día, donde las cadenas de maldición y ataduras demoniacas
NO te tocaran más.
Hoy es un día, donde Dios se manifestara en tu vida.
Hoy es el gran día, donde Dios empezara a derramar las bendiciones
sobre tu vida, sobres tu casa, sobre tus hijos.
Hoy es el día donde Dios limpiara tu casa de esos demonios
nocturnos, y los atormentara por siempre.
El Espíritu de Dios te dice:
Lee la Biblia diariamente.
Compenétrate más en la Obra
de Dios.
Y Conviértete en el mejor
discípulo obediente ante Dios.
Iglesia,
Apóyate en tu pastor, ese que te ha estado compartiendo la verdad de la palabra
de Dios.
Ese
que día a día predica de Jesús el Hijo de Dios.
Con
ese Pastor pónganse de acuerdo para levantar tu necesidad ante Dios Padre, en
el nombre de Jesús, y deléitate en la forma en la que Dios obra.
Permíteme
leerte este versículo y con esto termino.
Jeremías 33:2 «Esto dice el SEÑOR,
el SEÑOR que hizo la tierra, que la formó y la estableció, cuyo nombre es el
SEÑOR: (3) pídeme y te daré a conocer secretos sorprendentes que no conoces
acerca de lo que está por venir.
El
versículo 19 de este mensaje sugiere que la oración es un factor importante en
la disciplina de la iglesia, Sin dudas que queremos orar por el ofensor y por
nosotros mismos para que podamos ser capaces de ministrar espiritualmente.
La promesa que
hace Jesús puede aplicarse a la oración en general, pero tiene que ver más
específicamente con la guía divina que debe buscarse y recibirse en cuestiones
de disciplina.
En esos casos,
la oración nos protege contra el espíritu de venganza y contra cualquier
asechanza del enemigo.
Gracia y paz.
Pastor y
Administrador, Rogers Infante
Bendiciones
a mis hermanos en la fe.
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