Gracia y
Paz para todos mis hermanos en la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo,
el cordero inmolado que hoy se encuentra sentado a la diestra de su Padre, y
que al sonar de la séptima trompeta vendrá a juzgar a este mundo y su maldad.
Hoy en día son muchas las personas
que buscan obtener la gloria de los hombres, más sin embargo el mismo Jesús
declaró que no recibía gloria humana.
Ahora, el apóstol Pablo,
fiel seguidor de los principios cristianos de igual manera apunta a la gloria
de Cristo.
La Biblia, este maravilloso libro, habla
sobre otras cosas en qué gloriarnos.
Habla en Gloriarse en la gloria de Dios.
Romanos 5:2
Debido a nuestra fe, Cristo nos hizo entrar en este lugar de privilegio
inmerecido en el cual ahora permanecemos, y esperamos con confianza y alegría
participar de la gloria de Dios.
Habla en Gloriarse en nuestras tribulaciones.
Romanos 5:3
También nos alegramos al enfrentar pruebas y dificultades porque sabemos que
nos ayudan a desarrollar resistencia.
Habla en Gloriarse en nuestras debilidades.
2Cor. 12:9
Cada vez él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en
la debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el
poder de Cristo pueda actuar a través de mí.
Habla en Gloriarse en el pueblo de Cristo.
1Ts 2:19
Después de todo, ¿qué es lo que nos da esperanza y alegría?, ¿y cuál será nuestra
orgullosa recompensa y corona al estar delante del Señor Jesús cuando él
regrese? ¡Son ustedes!
¿Qué quiere decir todo esto?
Quiere decir que las demás
formas de gloriarse deben ser un gloriarse en la cruz.
Si nos gloriamos en la
esperanza de gloria, ese gloriarnos debe ser en la cruz de Cristo.
Si nos gloriamos en el
pueblo de Cristo, ese mismo gloriarnos debe ser en la cruz de Cristo.
Porque solo la cruz hace posible que nos gloriemos en las demás
cosas que hemos recibido por bendición.
Pero la Biblia enseña que
aun esas bendiciones naturales de la vida solo incrementarán la severidad del
juicio de Dios a la postre, si no las reciben con gratitud sobre la base de los
sufrimientos de Cristo.
Romanos 2:4 ¿No te das cuenta de lo bondadoso, tolerante y
paciente que es Dios contigo? ¿Acaso eso no significa nada para ti? ¿No vez que
la bondad de Dios es para guiarte a que te arrepientas y abandones tu pecado? (5)
Pero eres terco y te niegas a arrepentirte y abandonar tu pecado, por eso vas
acumulando un castigo terrible para ti mismo. Pues se acerca el día de la ira,
en el cual se manifestará el justo juicio de Dios.
Por lo tanto, todo lo que
gozamos, como pueblo que confía en Cristo, se debe a su muerte.
Su sufrimiento absorbió todo
el juicio que los pecadores culpables merecieron y compró todo lo bueno que los
pecadores perdonados gozan.
Por consiguiente todo cristiano
verdadero debemos únicamente gloriarnos en la cruz de Cristo.
Veamos algunos aspectos de la cruz de Cristo.
Gálatas
6:14 En cuanto a mí, que nunca me jacte de otra cosa que no sea la cruz de
nuestro Señor Jesucristo. Debido a esa cruz*, mi interés por este mundo fue
crucificado y el interés del mundo por mí también ha muerto.
Es
importante aquí mencionar el verso que nos ocupa ahora la atención: “mi interés por este mundo fue crucificado y el
interés del mundo por mí también ha muerto”.
Este
pasaje nos muestra la manera en que el apóstol Pablo rechaza la idea de tomarse
para sí una gloria que él sabe que corresponde solo y exclusivamente al Padre y
a nuestro Señor Jesucristo.
En su tiempo como rabí y fariseo,
Saulo de
Tarso tenía mucho de que
gloriarse, citando Gálatas y Filipenses
encontramos detalles al respecto cuando dicen:
Gálatas
1:13-16 Ustedes saben cómo me comportaba cuando pertenecía a la religión judía
y cómo perseguí con violencia a la iglesia de Dios. Hice todo lo posible por
destruirla. (14) Yo superaba ampliamente a mis compatriotas judíos en mi celo
por las tradiciones de mis antepasados. (15) Pero aun antes de que yo naciera,
Dios me eligió y me llamó por su gracia maravillosa. Luego le agradó (16)
revelarme* a su Hijo para que yo proclamara a los gentiles* la Buena Noticia
acerca de Jesús. Cuando esto sucedió, no me apresuré a consultar con ningún ser
humano.*
Flp 3:1-10 Mis amados hermanos, pase lo que pase, alégrense
en el Señor. Nunca me canso de decirles estas cosas y lo hago para proteger su
fe. (2) Cuídense de esos «perros», de esa gente que hace lo malo, esos
mutiladores que les dicen que deben circuncidarse para ser salvos. (3) Pues los
que adoramos por medio del Espíritu de Dios* somos los verdaderos circuncisos.
Confiamos en lo que Cristo Jesús hizo por nosotros. No depositamos ninguna
confianza en esfuerzos humanos (4) aunque, si alguien pudiera confiar en sus
propios esfuerzos, ése sería yo. De hecho, si otros tienen razones para confiar
en sus propios esfuerzos, ¡yo las tengo aún más! (5) Fui circuncidado cuando
tenía ocho días de vida. Soy un ciudadano de Israel de pura cepa y miembro de
la tribu de Benjamín, ¡un verdadero hebreo como no ha habido otro! Fui miembro
de los fariseos, quienes exigen la obediencia más estricta a la ley judía. (6) Era
tan fanático que perseguía con crueldad a la Iglesia. Y, en cuanto a la
justicia, obedecía la ley al pie de la letra. (7) Antes creía que esas cosas
eran valiosas, pero ahora considero que no tienen ningún valor debido a lo que
Cristo ha hecho. (8) Así es, todo lo demás no vale nada cuando se le compara
con el infinito valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a
él, he desechado todo lo demás y lo considero basura a fin de ganar a Cristo (9)
y llegar a ser uno con él. Ya no me apoyo en mi propia justicia, por medio de
obedecer la ley; más bien, llego a ser justo por medio de la fe en Cristo.*
Pues la forma en que Dios nos hace justos delante de él se basa en la fe. (10)
Quiero conocer a Cristo y experimentar el gran poder que lo levantó de los muertos.
¡Quiero sufrir con él y participar de su muerte,
El apóstol Pablo en 2Corintios también expresa:
2Co 5:15 Él
murió por todos para que los que reciben la nueva vida de Cristo ya no vivan
más para sí mismos. Más bien, vivirán para Cristo, quien murió y resucitó por
ellos. (16) Así que hemos dejado de evaluar a otros desde el punto de vista
humano. En un tiempo, pensábamos de Cristo sólo desde un punto de vista humano.
¡Qué tan diferente lo conocemos ahora! (17) Esto significa que todo
el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida
antigua ha pasado, ¡una nueva vida ha comenzado! (18) Y todo esto es un
regalo de Dios, quien nos trajo de vuelta a él mismo por medio de Cristo. Y
Dios nos ha dado la tarea de reconciliar a la gente con él. (19) Pues Dios
estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando más en cuenta
el pecado de la gente. Y nos dio a nosotros este maravilloso mensaje de
reconciliación.
Para que exista
una reconciliación debe primero haber una entrega total a cristo.
El Apóstol Pablo sienta las bases para hacer entender que sus cualidades
humanas le podrían haber proporcionado mucho para poderse gloriar en la carne.
Más sin embargo el testifica, ahora que está en Cristo, y que vive solo para
Cristo.
Ahora que Cristo está en él, el Apóstol Pablo no es capaz de gloriarse
en nada que no sea en la Cruz de Cristo.
El mismo Apóstol declaro que su vida pasada antes de tener a cristo, la
considero basura a fin de ganar a Cristo y llegar a ser uno con él.
Así mismo
nosotros los cristianos debemos considerar nuestra vida pasada, basura.
No debemos traer a nuestra nueva vida recuerdos que leudarían la masa
que Cristo está formando en cada uno de nosotros.
Así mismo no debemos permitir que ninguna persona se entrometa en
nuestra vida, si esta no pertenece a Cristo, el Hijo de Dios.
Y mucho menos debemos permitir que un falso creyente llegue a profanar
el templo de Dios con sus cosas mundanas y sucias que desagradan a Dios.
Cuando se habla en este pasaje de Gálatas
sobre gloriarse en la Cruz de Cristo, es por la razón de que la Epístola del Apóstol Pablo a los Gálatas es una epístola en la cual el apóstol refuta las
vanidosas pretensiones de algunos creyentes en Galacia que estaban predicando y
llevando un evangelio diferente al que Pablo había predicado tratando de
minimizar la obra de Cristo, haciendo vanos intentos de conseguir una posición
de privilegio mediante la circuncisión.
Gálatas 1:6-9
Estoy horrorizado de que ustedes estén apartándose tan pronto de Dios, quien
los llamó a sí mismo por medio de la amorosa misericordia de Cristo.* Están
siguiendo un evangelio diferente, que aparenta ser la Buena Noticia, (7) pero
no lo es en absoluto. Están siendo engañados por los que a propósito
distorsionan la verdad acerca de Cristo. (8) Si alguien —ya sea nosotros
o incluso un ángel del cielo —les predica otra Buena Noticia diferente de la
que nosotros les hemos predicado, que le caiga la maldición de Dios. (9) Repito
lo que ya hemos dicho: si alguien predica otra Buena Noticia distinta de la que
ustedes han recibido, que esa persona sea maldita.
Iglesia déjame decirte que la espada de la Cruz corta
mucho más profundamente que el cuchillo de la circuncisión, ya que hace morir
todo lo que es carnal, poniendo fin al pecado delante de Dios por medio de la consumación de la muerte.»
Pablo sabía que la circuncisión no tenía poder para acabar con el pecado
ya que él mismo había sido un experimento fehaciente del poder de la Cruz de
Cristo en la cual ahora se gloriaba.
Queda establecido entonces que no hay ni habrá absolutamente ningún
motivo por el cual un creyente pueda gloriarse en nada de lo que haga u obtenga
en este mundo, pues todo lo que es, todo lo que hace y todo lo que pretende
hacer sólo lo podrá obtener por el poder que da la obra de la Cruz.
La obra de la
Cruz era sin lugar a dudas desconocida por el Apóstol Pablo antes de su
conversión.
Se entiende que para este entonces Pablo no estuviese en la ciudad de
Jerusalén para ser testigo presencial de los acontecimientos donde los judíos
pretendieron en sus necias jactancias acallar el poder que emanaba de la Cruz
de Cristo, a diferencia de su vivencia en los días de Esteban.
Hch. 7:58
lo arrastraron fuera de la ciudad y comenzaron a apedrearlo. Sus acusadores se
quitaron las túnicas y las pusieron a los pies de un joven que se llamaba
Saulo.*
El mismo Pablo declara en (2Co. 5:16) en un sí condicional, que es
posible haber tenido referencia de tal acontecimiento, pero también es probable
que conociera de la cruz de Cristo a través de la boca de sus compañeros de la
secta de los fariseos residentes en Jerusalén y que luego le encomiendan
perseguir a los seguidores de Cristo.
Hch 26:9-15
»Yo solía creer que mi obligación era hacer todo lo posible para oponerme al
nombre de Jesús de Nazaret.* (10) Por cierto, eso fue justo lo que hice en
Jerusalén. Con la autorización de los sacerdotes principales, hice que muchos
creyentes* de allí fueran enviados a la cárcel. Di mi voto en contra de ellos
cuando los condenaban a muerte. (11) Muchas veces hice que los castigaran en
las sinagogas para que maldijeran* a Jesús. Estaba tan violentamente en contra
de ellos que los perseguí hasta en ciudades extranjeras. (12) »Cierto
día, yo me dirigía a Damasco para cumplir esa misión respaldado por la
autoridad y el encargo de los sacerdotes principales.
Ahora bien, la obra de la Cruz toma un significado supremo en la vida de
Saulo de Tarso al momento en que el mismo Cristo se le aparece camino a Damasco.
Hechos 26:13-19 Cerca del mediodía, Su Majestad, mientras iba de
camino, una luz del cielo, más intensa que el sol, brilló sobre mí y mis
compañeros. (14) Todos caímos al suelo y escuché una voz que me decía en
arameo*: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Es inútil que luches contra
mi voluntad”*. (15) »“¿Quién eres, señor?” —pregunté. Y el Señor contestó: “Yo
soy Jesús, a quien tú persigues. (16) Ahora, ¡levántate! Pues me aparecí ante
ti para designarte como mi siervo y testigo. Deberás contarle al mundo lo que
has visto y lo que te mostraré en el futuro. (17) Y yo te rescataré de tu
propia gente y de los gentiles*. Sí, te envío a los gentiles, (18) para que les
abras los ojos, a fin de que pasen de la oscuridad a la luz, y del poder de
Satanás a Dios. Entonces recibirán el perdón de sus pecados y se les dará un
lugar entre el pueblo de Dios, el cual es apartado por la fe en mí”. (19) »Por
lo tanto, rey Agripa, obedecí esa visión del cielo. (20) Primero les prediqué a
los de Damasco, luego en Jerusalén y por toda Judea, y también a los gentiles:
que todos tienen que arrepentirse de sus pecados y volver a Dios, y demostrar
que han cambiado por medio de las cosas buenas que hacen.
Es allí donde Saulo de Tarso es transformado en el Apóstol Pablo al
recibir la gran comisión del Señor para ser ministro del evangelio y desde ahí
Pablo solo se gloría en la Cruz de Cristo y llama a todos a hacer lo mismo.
Volvamos a Gálatas 6.
Gálatas
6:14 En cuanto a mí, que nunca me jacte de otra cosa que no sea la cruz de
nuestro Señor Jesucristo. Debido a esa cruz*, mi interés por este mundo fue
crucificado y el interés del mundo por mí también ha muerto.
El Apóstol Pablo,
al igual que todo creyente sabía que el mundo no podía ofrecerle nada más que
lo que hasta ahora le había ofrecido, esclavitud, sufrimiento, destrucción, chismes,
podredumbre, vacío espiritual, vicios, desesperanza, ruinas, enfermedad y
muerte.
Por esta causa, luego de nuestra
conversión, sabemos que en el mundo no tenemos nada que buscar.
Nosotros como
hijos de Dios, debemos entender y sobre todo explicarles a nuestros hijos que
el mundo no ofrece nada eterno y que todo lo que en él hay, es simplemente
pasajero y destructivo.
Si bien es cierto
vivimos en este mundo, pero no pertenecemos a este mundo.
Flp 3:17-21
Amados hermanos, tomen mi vida como modelo y aprendan de los que siguen nuestro
ejemplo. (18) Pues ya les dije varias veces y ahora se los repito de nuevo con
lágrimas en los ojos: hay muchos cuya conducta demuestra que son verdaderos
enemigos de la cruz de Cristo. (19) Van camino a la destrucción. Su dios son
sus propios apetitos, se jactan de cosas vergonzosas y sólo piensan en esta
vida terrenal. (20) En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, donde vive
el Señor Jesucristo. Y esperamos con mucho anhelo que él regrese como nuestro
Salvador. (21) Él tomará nuestro débil cuerpo mortal y lo transformará en un
cuerpo glorioso, igual al de él. Lo hará valiéndose del mismo poder con el que
pondrá todas las cosas bajo su dominio.
Por esto citamos ahora una pregunta.
¿Y cómo llegamos a ese enfoque radical de la cruz?
Debemos despertar a la verdad de que
cuando Cristo murió en la cruz, morimos también.
Cuando ponemos nuestra confianza en
Cristo, toda atracción que quiera venir del mundo se rompe.
Somos un cadáver para el mundo, y el
mundo es un cadáver para nosotros.
Dicho bíblicamente, somos “una nueva criatura en Cristo”.
Gálatas
6:15-16 No importa si fuimos o no circuncidados. Lo que importa es que hayamos
sido transformados en una creación nueva. (16) Que la paz y la misericordia de
Dios sean con todos los que viven según ese principio; ellos son el nuevo
pueblo de Dios.*
El viejo yo está muerto, Un nuevo yo está vivo.
El yo en la fe en Cristo es el que ahora
vive.
Y lo que marca esta fe es que valoramos
a Cristo sobre todas las cosas en el mundo.
El poder del mundo para conquistar
nuestro amor ha muerto.
Estar muerto al mundo significa que todo placer legítimo en el mundo llega
a ser una prueba comprada con sangre del amor de Cristo y una ocasión para
gloriarse en la cruz.
Ahora el Apóstol Pablo pasa a dejar claro que luego de haber conocido la
cruz de Cristo y haber entendido que fuera de ella no hay remisión de pecado, este
mundo que antes le era fastuoso y codiciable, queda crucificado a sus ojos y a
sus deseos de gloria.
Es una realidad
que todo aquel que ha conocido a Cristo y que conoce el valor y el poder de su
Cruz, abandona de inmediato todo lo que pertenece al mundo y sus tradiciones.
Para marchar de
inmediato hacia ¡Jesús el que antes había sido vergüenza e ignominia, se
convierte en plenitud de la gloria de Dios.
Esta experiencia vivida por el Apóstol
Pablo muestra la profundidad de sus enseñanzas sobre la Cruz, la que desde su conversión
ocupó el primer lugar, el centro de su vida, de sus pensamientos y de su
voluntad.
Aquí debemos recordar las palabras del Apóstol Juan
en (2Pedro
2:20-22) cuando dice acerca de
los que vuelven atrás menospreciando la grandeza de la Cruz de Cristo:
2Pedro 2:20-22 Y cuando la gente escapa de la maldad del mundo
por medio de conocer a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, pero luego se enreda y vuelve a quedar
esclavizada por el pecado, termina peor que antes. (21) Les hubiera
sido mejor nunca haber conocido el camino a la justicia, en lugar de conocerlo
y luego rechazar el mandato que se les dio de vivir una vida santa. (22)
Demuestran qué tan cierto es el proverbio que dice: «Un perro vuelve a su vómito»*. Y otro que dice: «Un cerdo recién lavado vuelve a revolcarse
en el lodo».
Cuantos perros y cuantos cerdos están volviendo atrás,
cuando el mundo y sus tradiciones los llama.
El ver personas que se llaman creyentes volviendo atrás es algo
tremendamente depresivo.
El mismo Apóstol Pablo escribiéndole
a Timoteo sobre Demas, dijo: “Procura
venir pronto a verme, porque Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se
ha ido a Tesalónica”.
Una persona que
hace esto, es porque no ha gustado de la Gracia del Señor y del poder de la
Cruz de Cristo la cual es suficientemente poderosa para nosotros crucificar el
mundo y sus tradiciones.
Hermano en Cristo, ten presente que todo el sistema del
pecado, de la carne y del mundo finalizó a los ojos de Dios cuando Cristo
consumó la muerte después de haberse cargado todas las consecuencias morales
del mal en la Cruz del Calvario.
Hermano, el mundo fue condenado y crucificado.
Está clarísimo que ningún creyente ha de sorprenderse por la manera en
que él pueda ser rechazado por el mundo si predica la Palabra de Dios y se
gloría en la Cruz de Cristo.
El mismo Apóstol Juan agrega al pasaje anterior las palabras de Jesús
cuando dice en el (v. 21): “Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al
que me ha enviado”.
Ahora bien, lo más importante de todo lo que hemos visto en este mensaje
es el hecho de que siendo perseguidos confirmamos que nuestra gloria es sin
lugar a dudas la Cruz de Cristo.
Y que como consecuencia, recibiremos una herencia incontaminada e inmarcesible que nos espera en los cielos en el día de
Jesucristo.
Ya el Apóstol
Pablo en Romanos
8 declara sobre esto:
Romanos
8:16-19 Pues su Espíritu se une a nuestro espíritu para confirmar que somos
hijos de Dios. (17) Y, como somos sus hijos, también somos sus herederos. De
hecho, somos herederos junto con Cristo de la gloria de Dios. Pero, si vamos a
participar de su gloria, también debemos participar de su sufrimiento. (18) Sin
embargo, lo que ahora sufrimos no es nada comparado con la gloria que él nos
revelará más adelante. (19) Pues toda la creación espera con anhelo el día
futuro en que Dios revelará quiénes son verdaderamente sus hijos.
¡GLORIA A DIOS! No hay otra expresión más precisa en estos momentos para terminar este
mensaje. Alentando a todo creyente a gloriarse en la Cruz de Cristo y a
recordar que en aquel día seremos bendecidos en la posesión de la Patria
Celestial.
Cuando
podamos decir con Pablo: «Lejos esté de mí que YO me gloríe, sino en la Cruz de
nuestro Señor Jesucristo”, entonces recibiremos las bendiciones, porque Cristo vive en nosotros.
Mantengamos
el mundo crucificado a nosotros, mirando la Cruz de Cristo.
Gracia
y Paz
Pastor
y Administrador, Rogers Infante H.
Bendiciones
a mis hermanos en la fe.
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