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martes, 8 de septiembre de 2015

NO PERMITAS QUE TE ROBEN TU BENDICION


NO PERMITAS QUE TE ROBEN TU BENDICION
“Pues vivimos por lo que creemos y no por lo que vemos.” 2 Corintios 5:7

Gracia y paz para todos mis hermanos en la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo, el cordero inmolado que hoy se encuentra sentado a la diestra del Padre, Jehová de los ejércitos, el Todopoderoso, y que al sonar de la séptima trompeta Jesús, su Hijo amado, vendrá a este planeta para traer juicio contra todo ser perverso e idolatra.

Toda persona que ha recibido a Jesús y está caminando bajo la obediencia del Padre, Quiere decir que la nueva vida de aquellos que han nacido de nuevo es en la base a la fe en Jesús.
Es decir que la vida que hoy tenemos la vivimos en un plano sobrenatural.

Cuando recibimos a Jesús, en nuestro corazón, decidimos vivir por la palabra y caminar por fe, convencidos que todo cuanto le hemos pedido, Él nos los dará por la gracia y la misericordia de Dios PADRE Jehová.

Cuando decidimos cambiar nuestra vieja naturaleza por la nueva vida en Jesús, lo hicimos por sus promesas; y no por lo que miran nuestros ojos terrenales.
La fe es al creyente lo que la electricidad para una ciudad y lo que un motor para un auto.

Un creyente sin fe es como un guerrero sin espada.
En otras palabras es como un águila sin alas o un marinero sin brújula. 

La incredulidad en el creyente roba bendiciones.
A menudo la fe de los creyentes es mermada por los periodos de espera a los que son sometidos o por lo difícil que pueden llegar a ser las pruebas para su vida.
Dejando así de vivir por fe y siendo arrastrados por las circunstancias.

La fe es confianza en DIOS.
Y cuando se deja de confiar en Él se pierde la fe.
Cuando un hijo de DIOS pierde su fe, éste es vulnerable, a los ataques del enemigo.
En otras palabras, esta persona estará siempre en un estado de zozobra y desesperación.
Cuando alguien está en ese estado, esta persona acepta cualquier consejo que venga del mundo desechando en ese momento la ayuda divina.

DIOS tiene la intención de bendecir a todos sus hijos.
No obstante en ocasiones ellos se pierden de lo mejor por causa de la incredulidad.
Jesús mismo dejó de hacer milagros en su tierra por la incredulidad de las personas: 

“Y, debido a la incredulidad de ellos, Jesús no pudo hacer ningún milagro allí, excepto poner sus manos sobre algunos enfermos y sanarlos. Y estaba asombrado de su incredulidad.” Marcos 6:5-6.  

Por eso debemos confiar plenamente en Dios, y saber esperar en su tiempo.
El enemigo sabe que el desesperarnos puede hacernos caer y perder lo que con tanto sacrificio hemos construido al tener a Jesús en nuestro corazón.

DIOS obra en los creyentes de acuerdo a su fe.
Mateo 9:29 Entonces él les tocó los ojos y dijo: —Debido a su fe, así se hará.
Marcos 10:51 —¿Qué quieres que haga por ti? —preguntó Jesús. —Mi Rabí* —dijo el hombre ciego—, ¡quiero ver!
El creyente es quien pone la medida de su bendición, pues el Señor Jesús dijo en estos versículos que acabamos de leer.
De ti depende que tus bendiciones lleguen de acuerdo a la medida de tu fe.

Debes recordar que DIOS no solamente puede, Sino también quiere bendecirte con lo que necesitas y anhelas.
Mateo 8:1-3 Al bajar Jesús por la ladera del monte, grandes multitudes lo seguían. (2) De repente, un leproso se le acercó y se arrodilló delante de él. —Señor —dijo el hombre—, si tú quieres, puedes sanarme y dejarme limpio. (3) Jesús extendió la mano y lo tocó: —Sí quiero —dijo —. ¡Queda sano! Al instante, la lepra desapareció.

Amado hermano que hoy me escuchas, No pierdas tu bendición por causa de la incredulidad. 
Dispón tu corazón y tu tiempo para recibir la bendición completa que DIOS tiene para ti en este día y los postreros.

Recuerda que cada día, Dios derramara bendiciones sobre ti, que eres su hijo y además te beneficiaras de nuevas oportunidades.

Sal 118:24 Este es el día que hizo el SEÑOR; nos gozaremos y alegraremos en él.

Las bendiciones de DIOS siempre vienen en paquetes de veinticuatro horas.
Y deben vivirse con ese entendimiento, pues el pasado ya no existe y está perdonado.
Y el futuro está en manos de un DIOS amoroso.
Sal 128:1-6 ¡Qué feliz es el que teme al SEÑOR, todo el que sigue sus caminos! (2) Gozarás del fruto de tu trabajo; ¡qué feliz y próspero serás! (3) Tu esposa será como una vid fructífera, floreciente en el hogar. Tus hijos serán como vigorosos retoños de olivo alrededor de tu mesa. (4) Esa es la bendición del SEÑOR para los que le temen. (5) Que el SEÑOR te bendiga continuamente desde Sión; que veas prosperar a Jerusalén durante toda tu vida. (6) Que vivas para disfrutar de tus nietos. ¡Que Israel tenga paz!

El afán por los asuntos del pasado y del futuro roba las bendiciones y la alegría del “Hoy”.
Pues el SEÑOR provee soluciones de situaciones a los suyos de manera diaria.

Por eso debemos tener y vivir en tranquilidad y sobre todo en la paz de Dios, ya que por más que se afane una persona, uno no conocerá anticipadamente la perfecta solución de parte de DIOS. 

Cada nuevo día es un regalo de DIOS que debe recibirse con alegría y vivirse con expectativa.
No obstante algunos permiten que sus días se conviertan en una carga o monotonía. 

Cuando una persona fija toda su atención del día en lo que no tiene, se pierde del regalo que DIOS le está dando en ese momento.
Es decir: Pierde lo que “sí” tiene.
Y todo lo que “sí” tiene son bendiciones las cuales le costaron tener por fe, orar y esforzarse. 

Las Escrituras nos enseñan que cada uno de nuestros días estaba escritos desde el principio en el libro de DIOS, y que Él tiene pensamientos preciosos para los suyos.
Ahora si las escrituras lo afirman, entonces debemos “relajarnos” y disfrutar de Él y de los días que nos regala nuestro Padre Celestial. 
Sal 139:16-17 Me viste antes de que naciera. Cada día de mi vida estaba registrado en tu libro. Cada momento fue diseñado antes de que un solo día pasara. (17) Qué preciosos son tus pensamientos acerca de mí,* oh Dios. ¡No se pueden enumerar!

Escuchen bien:
Cada día ofrece la oportunidad de crecer en comunión con DIOS y conocerle mejor.
Y cuando uno comienza a ver los problemas, no como tales sino como oportunidades para que el SEÑOR manifieste su poder, se crea expectativa de lo que Él hará.

Déjenme terminar con estas palabras:
Si tú invitas a DIOS a cada uno de tus días, cada momento será glorioso para ti y tu familia.  Escoge mirar lo que sí tienes comenzando por tu mayor tesoro que es DIOS,
Y así todos tus días serán un gran regalo de bendición, y

Gracia y paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante.
Bendiciones a mis hermanos en la fe.

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