CEGUERA Y
ORGULLO.
Oración
"Padre Amado, te pido
la ayuda del Espíritu Santo para que me ilumine, me de sabiduría y veracidad, y
pueda reconocer la altivez de mi corazón.
Ayúdame a no buscar
justificaciones a mis actos de prepotencia y arrogancia, ayúdame doblegar mi
cerviz y depender absolutamente de ti.
Tu eres mi Señor y mi
Salvador, amén."
Busquemos en
la palabra de Dios.
Santiago 4:6-7 Sin embargo, él nos da aún más gracia, para que hagamos frente a esos malos deseos. Como
dicen las Escrituras: «Dios se opone a los orgullosos pero muestra su favor a
los humildes»*. Así que humíllense delante de Dios. Resistan al diablo, y él huirá de
ustedes.
Proverbios 3:33-35 El SEÑOR maldice la
casa del perverso, pero bendice el hogar de los justos. El SEÑOR se burla
de los burlones, pero muestra su bondad a los humildes.* Los sabios heredan honra, ¡pero los
necios son avergonzados!
El espíritu de orgullo viene
desde que Satanás pecó y su corazón se enalteció en contra de Dios.
Dice la Biblia:
Ezequiel 28:17-19 Tu corazón se llenó de
orgullo debido a tu gran belleza. Tu sabiduría se corrompió a causa de tu amor
por el esplendor. Entonces te arrojé al suelo y te expuse a la mirada curiosa
de los reyes. Profanaste tus santuarios con tus muchos
pecados y tu comercio deshonesto. Entonces hice brotar fuego de tu interior y
te consumió. Te reduje a
cenizas en el suelo a la vista de todos los que te miraban. Todos los que te conocían se horrorizaron
por tu destino. Has llegado a un final terrible, y dejarás de existir”».
Por tanto, una persona que
camina con orgullo, puede caer en cualquier pecado.
El máximo grado del
orgulloso es considerar que uno no le debe nada a Dios, que no necesita su
ayuda en absoluto.
Desde ese
entonces, la humanidad ha sido controlada e influenciada por el espíritu de
orgullo, unos en mayor nivel que otros.
Uno de los efectos que
provoca la acción de este espíritu es la "ceguera espiritual", la
cual se refleja en testarudez, y dureza de corazón y la única manera de vencer
este espíritu de orgullo es con la ayuda de Dios, Jesús dijo “…porque
separados de mí nada podéis hacer”.
El comienzo de
la humildad es reconocer nuestras limitaciones, doblegar nuestra cerviz y
decidir tener absoluta dependencia de Dios.
Es reconocer que necesitamos
establecer una relación personal con Cristo el Salvador, a través de la oración
y su Palabra.
Ahora, si te cuesta trabajo
someterte a Jesús, recuerda que en:
Santiago 4:6b “Dios resiste a los soberbios, y da
gracia a los humildes"
Todos anhelamos gracia y
bendición, queremos el favor de Dios, entonces dejemos que Cristo impregne su
carácter manso, humilde y apacible.
Dios desea que
caminemos en su presencia, abramos nuestro corazón para que Jesús habite en
nosotros y que Él gobierne nuestra vida.
Salmos 10:4-7 Los malvados son demasiado orgullosos para buscar a Dios;
parece que piensan que Dios está muerto. Sin embargo, prosperan en todo lo que hacen. No ven que les espera tu
castigo; miran con desdén a todos sus
enemigos. Piensan: «¡Jamás nos sucederá algo malo! ¡Estaremos para siempre sin problemas!». Su boca está llena de
maldiciones, mentiras y amenazas;* tienen maldad y violencia en la punta de la
lengua.
El orgullo es un obstáculo
para buscar a Dios.
La Biblia nos
muestra cómo los orgullosos están tan llenos de sí mismos que sus pensamientos
están lejos de Dios.
Este orgullo es lo opuesto
al espíritu de humildad que Dios busca: “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos
es el reino de los cielos.” (Mateo 5:3).
Los “pobres de espíritu” son
personas que reconocen su miseria espiritual cuando están sin Dios, y reconocen
su pobreza total ante el Señor, o en otras palabras, reconocen su total
bancarrota espiritual.
Los
orgullosos, por otra parte, están tan cegados por su soberbia, que creen que
jamás serán quitados, que nunca el infortunio los alcanzará y piensan que no
tienen necesidad de Dios.
La Escritura nos habla
acerca de las consecuencias del orgullo y dice:
Proverbios 16:18-19 El orgullo va delante de la destrucción, y la arrogancia antes de la
caída. Es mejor vivir humildemente con los pobres, que compartir
el botín con los
orgullosos.
Satanás fue echado del cielo
por su orgullo.
Él tuvo la
intrepidez de intentar reemplazar a Dios mismo como el legítimo gobernante del
universo.
Pero Satanás
fue destituido del cielo y será lanzado al abismo del infierno en el juicio
final.
Para aquellos que se
levantan desafiantes contra Dios, no les espera nada más que la ruina.
Isa 14:22 Esto dice el SEÑOR de los
Ejércitos Celestiales: «¡Yo, yo mismo me he levantado contra Babilonia!
Destruiré a sus hijos, y a los hijos de sus hijos —dice el SEÑOR—.
Es tan clara
la Palabra de Dios cuando describe las características del hombre de nuestro
tiempo: la presunción de su prosperidad y su autosuficiencia, por lo tanto, no
siente ninguna necesidad de Dios.
Hermano, examinemos nuestro
corazón.
Autoevaluémonos en
comparación con la persona del Señor Jesucristo.
Él dijo: “…aprendan de
mí, que soy manso y humilde de corazón”.
¿Será que nuestro comportamiento revela en
nosotros la mansedumbre y humildad de Jesús?
Salmos 138:6 Aunque el SEÑOR es grande, se ocupa de los humildes, pero se mantiene distante de los
orgullosos.
Proverbios 8:12-14 »Yo, la
Sabiduría, convivo con el buen juicio. Sé dónde encontrar conocimiento y
discernimiento. Todos los que temen al SEÑOR odiarán la maldad. Por eso odio
el orgullo y la arrogancia, la corrupción y el lenguaje perverso. El sentido común y el éxito
me pertenecen. La fuerza y la inteligencia son mías.
El orgullo está muy
arraigado en el corazón del ser humano y esto impide que muchos acepten a
Jesucristo como su Salvador personal.
La gente
soberbia se gloría de sí misma y creen que se bastan a sí mismos.
El orgullo es
en esencia una auto-adoración, que no deja ver que cualquier cosa que se
hubiera hecho en este mundo, no habría sido posible si Dios no hubiera
permitido realizarla.
La humildad y el orgullo son
fuerzas contrapuestas, que se refieren respectivamente al carácter de Dios y al
de satanás y es por esto que la Biblia dice que al altivo Dios lo pone en la
vereda opuesta.
Cuanto más orgulloso se es,
más lejos de Dios se está.
Si alguien nos
dice: piensen en una persona orgullosa, siempre vienen a nuestra mente muchos
de los que nos rodean, pero jamás pensamos en nosotros mismos.
Pues, no hay
otro defecto más fácil de ver en los demás, pero más difícil de verlo en
nosotros mismos.
Es muy fácil ver en el
hermano la paja en su ojo sin tener la capacidad de vernos la tremenda viga que
existe en el nuestro.
Y cuando se refiere al
orgullo qué difícil es reconocerlo en nosotros.
Ahora es
tiempo de examinar nuestro corazón a la luz de la Biblia y tomar la decisión de
despojarnos del orgullo y aprender humildad.
La Biblia dice:
1Pedro 5:5 Del mismo modo, ustedes hombres más jóvenes tienen que aceptar la
autoridad de los ancianos. Y todos sírvanse unos a otros con humildad, porque
«Dios se opone a los orgullosos pero muestra su favor a los humildes»*.
En 1Pedro 5:6 dice:
1Pedro 5:6 Así que
humíllense ante el gran poder de Dios y, a su debido tiempo, él los levantará
con honor.
Estamos así apreciando todo
lo que la Escritura dice sobre la humildad, que es una virtud que Dios tiene en
cuenta y reconoce.
Y en Isaías 57:15 dice:
Isaías 57:15 El Alto y Majestuoso que vive en la eternidad, el Santo, dice:
«Yo vivo en el lugar alto y santo
con los de espíritu arrepentido y humilde. Restauro el espíritu destrozado del
humilde y reavivo el valor de los que tienen un corazón arrepentido.
Gracia y Paz.
Pastor y
Administrador, Rogers Infante
Que Dios te bendiga.
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