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lunes, 29 de julio de 2019

¿QUIENES SOMOS?


¿QUIENES SOMOS?
“Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera. Su descendencia será poderosa en la tierra; La generación de los rectos será bendita. Bienes y riquezas hay en su casa, Y su justicia permanece para siempre”, Salmo 112:1-3
Cuando la Biblia habla de temor de Dios no se refiere a miedo a Dios, sino a respeto y obediencia.
El guardar sus estatutos no debe ser pesada carga.
Jesús mismo lo dijo: “porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11:30),

El obedecer debe ser un deleite y una enorme satisfacción de seguridad, confianza y gozo para el hijo de Dios.
Ya que el hombre sin Dios vive con temores y miedos.
La biblia dice: “Huye el impío sin que nadie lo persiga; Mas el justo está confiado como un león” (Proverbios 28:1).
El temor a Dios nos impulsa a amar sus mandamientos.
Nos impulsa a deleitarnos en su Palabra y lo podemos hacer cuando nos apropiamos de sus promesas.

El salmista dice que el hombre que teme a Jehová vera a su descendencia prosperar.
También dice que habrá bienes y riquezas en su casa.
Dice que resplandecerá en medio de las tinieblas por su obediencia y fidelidad.
Si bien, no todos poseemos grandes bienes materiales.

Pero si andamos en integridad delante de Él podemos estar seguros que nada nos faltará, ya que su deseo es de bien en todas las áreas de nuestra vida, en lo material, lo espiritual, lo emocional y en la salud.
Pero los que siempre andan diciendo que se portan bien, que hacen su voluntad, que leen la palabra de Dios, que respetan sus mandamientos y que le dan a Dios lo que Él nos pide en Malaquías 3:10, pero que realmente no hacen nada, a esos les faltara todo lo que les hace falta en toda las áreas de sus vidas.
Es decir en lo material le faltara todo.
En lo espiritual, estarán resecos como arena del desierto.
En lo emocional, estarán desesperados, angustiados y estresados.
Y finalmente en la salud, permanecerán enfermos, débiles y agonizantes.

Dice la Biblia: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”, (3Juan 2).

Dios como el mejor Padre, quiere lo mejor para nosotros, y si no escatimó su propio Hijo, cuánto más nos dará todas las demás cosas que necesitamos, por nuestra obediencia y fidelidad.

Imagínese pidiéndole a Dios para que supla sus necesidades, y cuando el cumple usted le falla.
¿Qué cree usted que pueda pasar?
Las Escrituras dicen: “y hago misericordia a mil generaciones, a los que me aman y guardan mis mandamientos”. (Éxodo 20:6)
Ahora, ¿y los que no lo guardad y se mofan de Dios en desobediencia e infidelidad, esos que les fascina burlarse de Dios haciendo sus propias voluntad?
A esos que les gusta pedirle y pedirle y pedirle, esperando que Él les cumpla, por sus desobediencia.
Será que Dios trabaja de esa manera.
Será que estas personas tienen el entendimiento tan cerrado que no se dan cuenta.

Iglesia, Tenemos la iniciativa de cambiar el rumbo de nuestros hijos y de nuestra descendencia, de nuestra vida, si cumplimos con la palabra de Dios.

Así que sometámonos al Señor y obedezcamos su Palabra.
Pero jamás digamos que hacemos sin hacer nada.
Entreguémosle lo que Él nos pide en su palabra y el seguirá dándonos las provisiones que necesitamos, y más aún suplirá todo conforme a la riquezas de su Hijo Jesús.

A cada uno de nosotros Dios nos ha llamado a hacer una misión, y muchas veces no la hacemos, sino que anteponemos excusas, y nos alejamos de su presencia tal como lo hizo Jonás.

Pero su voluntad es para cumplirla.
No con excusas.
No a medias.
No dudando.
Porque si lo hacemos así, sufriremos las consecuencias de emprender otro camino fuera de la voluntad de Dios.

Jonás 1:1-11 El SEÑOR le dio el siguiente mensaje a Jonás, hijo de Amitai: «Levántate y ve a la gran ciudad de Nínive. Pronuncia mi juicio contra ella, porque he visto qué perversa es su gente». Entonces Jonás se levantó y se fue en dirección contraria para huir del SEÑOR. Descendió al puerto de Jope donde encontró un barco que partía para Tarsis. Compró un boleto, subió a bordo y se embarcó rumbo a Tarsis con la esperanza de escapar del SEÑOR. Ahora bien, el SEÑOR mandó un poderoso viento sobre el mar el cual desató una violenta tempestad que amenazaba con despedazar el barco. Temiendo por sus vidas, los desesperados marineros pedían ayuda a sus dioses y lanzaban la carga por la borda para aligerar el barco. Todo esto sucedía mientras Jonás dormía profundamente en la bodega del barco, así que el capitán bajó a buscarlo. «¿Cómo puedes dormir en medio de esta situación? —le gritó—. ¡Levántate y ora a tu dios! Quizá nos preste atención y nos perdone la vida». Entonces la tripulación echó suertes para ver quién había ofendido a los dioses y causado tan terrible tempestad. Cuando lo hicieron, la suerte señaló a Jonás como el culpable. Así que los marineros le reclamaron: —¿Por qué nos ha venido esta espantosa tormenta? ¿Quién eres? ¿En qué trabajas? ¿De qué país eres? ¿Cuál es tu nacionalidad? —Soy hebreo —contestó Jonás— y temo al SEÑOR, Dios del cielo, quien hizo el mar y la tierra. Los marineros se aterraron al escuchar esto, porque Jonás ya les había contado que huía del SEÑOR. —¿Ay, por qué lo hiciste? —.gimieron Como la tormenta seguía empeorando, le preguntaron: —¿Qué debemos hacer contigo para detener esta tempestad?
Dios envió a Jonás a anunciar su juicio a Nínive, ciudad pagana.
Pero Jonás no estuvo de acuerdo con el mandato de Dios de predicarle a este pueblo impío, por eso huyó a Tarsis.

Jonás perdió tiempo y dinero.
La Palabra nos dice que: “pago un pasaje para irse lejos de la presencia de Jehová”, y ese valor así como el tiempo transcurrido en el viaje se perdió.
Cuando Hay pérdidas en nuestra vida,
Cuando nuestras finanzas escasean,
Cuando hacemos nuestra propia voluntad,
Cuando nos mofamos de Dios, dándole migajas cono enseña satanás,
Siempre habrá frustración, Miseria, desesperación, estrés y angustia, que son los resultados de no obedecer a Dios.

Muchos hoy queremos que Dios encaje con nuestra forma de pensar y hacer.
Le exigimos por nuestra forma de vivir y actuar que sea Dios quien se acomode a nuestra perversa y mundana vida.
Le exigimos que sea Él, quien debe cumplir con nuestras exigencias y peticiones.
Pero olvidamos que Él está por encima de nuestros pensamientos y propósitos.
Y que nuestra existencia, logros, metas y propósitos, dependen por completo de obedecer sus mandatos.

Nuestra vida influye en quienes nos rodean.
No podemos pensar que podemos hacer lo que queramos y que la vida seguirá normal.
En este relato bíblico, vemos que los marineros sufrieron la desobediencia de Jonás, por tanto, debemos pensar en nuestra familia, en nuestros hijos, en la iglesia y en hacer la voluntad del Señor.
Porque si no es así, las consecuencias llegaran a nuestra familia.

Hermano, no podemos dormirnos en un lado del barco mientras este parece naufragar.
El mundo está siendo zarandeado en un mar de maldad y pecado.
Seamos mensajeros del Dios Altísimo, comisionados para llevar el mensaje de salvación por la fe en Jesús.
Seamos mensajeros de buenas costumbres.,
Para que de esa manera podamos decir en todo tiempo por nuestr5a obediencia y fidelidad:
“La honra y la gloria sean para nuestro Dios Padre”.
Dice su palabra:
“Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad”, Salmo 29:2
“Alaba, oh alma mía, a Jehová. Alabaré a Jehová en mi vida; Cantaré salmos a mi Dios mientras viva”, Salmo 146:1-2
Recuerde que la humanidad entera fue creada para adorar a Dios.
Pero desafortunadamente Satanás convenció al hombre para que este se centrara en sí mismo y termina adorando a cualquier persona o cosa, menos a Dios.

La pregunta es: ¿Cuál es la adoración que agrada a Dios?
La Biblia dice: “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren” (Juan 4:23)
Dios está buscando adoradores, hombres y mujeres que levanten su voz en alabanza, adoración, obediencia y fidelidad, como David lo hacía, apasionado por Dios, buscando su rostro en la intimidad, en lo secreto, y guiando a otros a su presencia.

Hermano, Dios honra a quienes les honran, por tanto engrandece a Dios y Él te dará lugares de bendición y privilegio en la tierra, pero siempre ten presente esto:
ÉL es el más importante,
ÉL es la razón de nuestra adoración.
Él es a quien debemos buscar primeramente.
Porque si hacemos lo contrario y hacemos lo que el mundo dice que hagamos, nada absolutamente nada nos dará resultado en nuestra vida, y el estado postrero será peor que el primero.

Iglesia, solo de usted depende lo que está ocurriendo en su entorno.
Si abandonamos nuestra responsabilidad, habrá consecuencias.
Cuide su hogar, sus hijos, su familia, su esposa, su esposo en la presencia de Dios.
Porque si no lo hace, satanás lo hará.

Gracia y Paz.
Pastor y administrador, Rogers Infante.
Que Dios te bendiga.

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