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viernes, 11 de diciembre de 2020

LUCHANDO LA BUENA BATALLA QUE VALE LA PENA

 

LUCHANDO LA BUENA BATALLA QUE VALE LA PENA


"Señor, que mi prioridad en mi vida diaria sea conocerte y servirte, guíame por tanto en mi camino para agradarte con todo lo que hago, dirígeme en tus sendas y muéstrame lo que debo hacer en cada paso. Amén."

Filipenses 1:27-28 Sobre todo, deben vivir como ciudadanos del cielo, comportándose de un modo digno de la Buena Noticia acerca de Cristo. Entonces, sea que vuelva a verlos o solamente tenga noticias de ustedes, sabré que están firmes y unidos en un mismo espíritu y propósito, luchando juntos por la fe, es decir la Buena Noticia. No se dejen intimidar por sus enemigos de ninguna manera. Eso les será por señal a ellos de que serán destruidos, mientras que ustedes serán salvos, aun por Dios mismo.

 

¿Cuáles son nuestras batallas?

¿Por qué razón luchamos?

¿Cuál es nuestra motivación principal para luchas?

 

Podríamos responder que luchamos por nuestra familia, por sacarla adelante, por nuestra esposa o esposo; que nuestros hijos son la mayor motivación para levantarnos y batallar a diario.

 

Pero la Biblia nos enseña que debemos batallar aún con nuestra vida por anunciar las buenas noticias de salvación por medio de la fe en Cristo y que lo hagamos en acuerdo con otros creyentes, es decir la iglesia.

 

Además, es un regalo concedido por Dios no sólo que creamos en Cristo, sino que padezcamos por Él.

 

Tal es así, que los primeros creyentes dieron su vida por anunciar la buena noticia.

 

Es decir: arriesgaron su vida por el bien más importante que ellos consideraron que tenían, su fe.

Así que, si nuestra prioridad y nuestras fuerzas las gastamos en otras cosas, si dejamos la lucha de compartir la buena nueva a otros y si tenemos las prioridades desordenadas, podemos afirmar que esto no es la voluntad de Dios para nuestra vida.

 

Jesús nos enseñó a buscar el reino de Dios por encima de todo lo demás y a llevar una vida justa, y nos prometió que nos dará todo lo que necesitemos.

Mateo 6:33-34 Busquen el reino de Dios* por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten. »Así que no se preocupen por el mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. Los problemas del día de hoy son suficientes por hoy.

 

Para buscar el Reino de Dios, debemos pelear la buena batalla.

2Timoteo 4:7-8 He peleado la buena batalla, he terminado la carrera y he permanecido fiel. Y ahora me espera el premio, la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me dará el día de su regreso. Y el premio no es sólo para mí, sino para todos los que esperan con anhelo su venida.

 

Lucas 21:14-15 Así que no se preocupen de antemano por cómo contestarán los cargos en su contra, porque yo les daré las palabras apropiadas y tal sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá responderles o refutarlos.

 

En la Biblia hay muchos ejemplos de batallas físicas y espirituales, donde Dios pelea a favor de los que confían en Él, de su pueblo escogido.

 

Pero también el Señor nos enseña a pelear las batallas de la fe.

Pues hay enemigos reales.

Hay tentaciones reales.

Cada día el maligno, intentara mostrarnos nuestras propias tendencias al pecado.

Por eso es fundamental, que podamos vencer diariamente mi propio yo.

Porque esto es una lucha espiritual, sin tregua.

 

Como dice: Hebreos 12:3-6 Piensen en toda la hostilidad que soportó por parte de pecadores, * así no se cansarán ni se darán por vencidos. Después de todo, ustedes aún no han dado su vida en la lucha contra el pecado. ¿Acaso olvidaron las palabras de aliento con que Dios les habló a ustedes como a hijos? Él dijo: «Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor y no te des por vencido cuando te corrija. Pues el SEÑOR disciplina a los que ama y castiga a todo el que recibe como hijo»*.

 

Iglesia, ya para terminar, podemos agregar que estos enemigos no deben ser enfrentados, ni mucho menos guiados por nuestras buenas intenciones, ni por nuestros propios pensamientos o ideas humanas, sino con el Poder de Dios.

Zacarias 4:6 Entonces me dijo: —El SEÑOR dice a Zorobabel: “No es por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu, dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales.

 

Tengamos muy presente que, con la guía de su Palabra, y con la fe de que Dios estará en medio de cada batalla, dándonos Palabra y sabiduría para derrotar todos los argumentos en contra de la verdad de Dios, toda mentira que quiera desviarnos del camino, será eliminada y dejada inoperante.

 

Para eso debemos entrenarnos para la batalla, estudiando y obedeciendo las enseñanzas de Dios, con fidelidad, solo así nos ejercitáremos cada dia para que crezca en nosotros, las virtudes de Cristo.

 

1Timoteo 4:7-9 No pierdas el tiempo discutiendo sobre ideas mundanas y cuentos de viejas. En lugar de eso, entrénate para la sumisión a Dios. «El entrenamiento físico es bueno, pero entrenarse en la sumisión a Dios es mucho mejor, porque promete beneficios en esta vida y en la vida que viene». Esta declaración es digna de confianza, y todos deberían aceptarla.

Hermanos, si un atleta se prepara para la máxima victoria y un soldado para la guerra, que son cosas temporales, cuánto más nosotros debemos prepararnos para enfrentar las batallas que tienen un conflicto temporal pero un fin eterno.

Gracia y Paz.

Pastor y Administrador, Rogers Infante.

Que Dios les bendiga.

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