Pr. Rogers Infante
Gracia
y Paz en cristo Jesús.
Bienvenidos,
al estudio bíblico, hoy estudiaremos Filemón.
Y
empezaremos diciendo que esta carta fue escrita por el apóstol Pablo a su amigo
Filemón quien vivía en la ciudad de Colosas.
En esa ciudad estaba ubicada la casa de Filemón, y es allí donde
hacían las reuniones los creyentes en esa ciudad.
Y
debemos decir que es la misma Iglesia a la cual Pablo escribió la carta de Colosenses.
En los tiempos de los apóstoles las iglesias siempre estaban ubicadas
en las casas de los creyentes.
Ambas,
Colosenses y Filemón fueron escritas cuando Pablo estaba en la cárcel de Roma.
Pablo
escribió las dos cartas al mismo tiempo y las mandó con Tíquico. (Colosenses
4:7-9).
Cuando
Tíquico llevó estas cartas desde Roma a
Colosas, un hombre llamado Onésimo lo
acompañó.
El tema de la carta a Filemón era ese hombre.
Antes
de poder entender la carta a Filemón debemos saber algunas cosas de Onésimo.
Él vivía en Colosas
antes de irse a Roma.
Era un esclavo y su
dueño era Filemón.
Se había escapado de
su amo e ido a Roma.
Pensaba
que nadie podría encontrarle si se iba a la gran ciudad, pero Dios en Su amor y
misericordia lo llevó junto a Pablo y sus enseñanzas.
Fue entonces que se
convirtió al cristianismo.
Aunque
Onésimo ya era creyente, permanecía como un
esclavo fugado que había robado dinero de su amo Filemón.
Onésimo
sabía que debía regresar a su dueño, pero no sabía lo que Filemón diría o haría.
¿Lo mandaría a la
cárcel o quizás lo mataría?
Pablo,
sabiendo lo que Filemón podría hacer, escribió la carta pidiéndole que
recibiera a Onésimo no solo como su esclavo sino ahora
como su hermano en Cristo.
Pablo
amaba a Onésimo tanto que pidió a Filemón que lo recibiera como si fuera él
mismo.
Saludos
Pablo,
prisionero de Jesucristo, y el hermano Timoteo, al amado Filemón, colaborador
nuestro (Filemón 1)
En esta carta a Filemón, Pablo se refiere a sí mismo, solo
como prisionero de Jesucristo;
No menciona que es un apóstol como solía hacerlo en las otras
cartas.
Seguramente
la razón era por la persona a quien escribía.
Muchas
veces Pablo escribía a personas que estaban siendo engañadas y que ya no
aceptaban sus enseñanzas; por eso les recordaba su apostolado.
Aunque,
con Filemón, Pablo sabía que escribía a un hombre
que lo tenía en alta estima.
Es
importante notar la actitud de Pablo tocante a su encarcelamiento.
Aunque fue acusado
falsamente y encarcelado, no
tenía ni odio ni amargura, tampoco se lamentaba.
Pablo no se
consideraba preso de ningún hombre, sino prisionero de Dios.
Su esperanza estaba en Dios
solamente. (Salmo 62:5).
Vivimos
en un mundo caído y pecaminoso.
Si
caminamos en la carne, nuestro enfoque será en las circunstancias; si son
buenas, estaremos felices, pero si son malas, estaremos enojados y desanimados.
Sin
embargo, si caminamos en el Espíritu podremos mirar más allá de las
circunstancias, hacia Cristo.
Y
a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la
iglesia que está en tu casa: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y
del Señor Jesucristo. (Filemón 2-3)
Apia pudo
haber sido la esposa de Filemón y Arquipo probablemente era su hijo.
La Iglesia que se reunía en su casa era la de los Colosenses a quienes escribió la carta con ese
nombre.
Como
en todas las epístolas de Pablo, él desea que abunden la gracia y la paz en la vida de sus lectores.
Doy
gracias a mi Dios, haciendo siempre memoria de ti en mis oraciones, porque oigo
del amor y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús, y para con todos los
santos; para que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de
todo el bien que está en vosotros por Cristo Jesús. Pues tenemos gran gozo y
consolación en tu amor, porque por ti, oh hermano, han sido confortados los
corazones de los santos. (Filemón 4-7)
Pablo
escribe que daba gracias a Dios por la fe y el amor que era manifestado a
través de la vida de Filemón.
La
fe en la obra terminada de Cristo en la cruz había producido este fruto del
Espíritu y amor.
Por fe, Filemón estaba caminando en el
Espíritu y por eso Su fruto se manifestaba en su vida.
Pablo
dijo: porque
por ti, han sido confortados los corazones de los santos.
Pablo
también dijo en el (v.6) que la participación de tu fe sea eficaz en el
conocimiento de todo el bien que está en vosotros por Cristo Jesús.
Teniendo
en cuenta que Pablo escribió en Rom.7:18: “En mi (esto es en mi carne) no mora el bien.”
Al
reconocer y depender en la obra terminada de la cruz y todo lo que se nos ha
dado en Cristo, Pablo dijo que la comunicación de nuestra fe será más efectiva.
Solo
cuando, por fe, aceptamos y nos apropiamos de la co-crucifixión con Cristo,
entonces podemos experimentar la liberación del dominio y control de nuestra
carne y caminaremos en el Espíritu.
Lo más que caminamos
en el Espíritu, lo más
que seremos conformados a la imagen de Cristo.
Así
comunicaremos mejor nuestra fe.
Notemos
nuevamente el (v.7), Pablo dice que le daba mucho gozo oír del amor de Filemón hacia los otros hermanos.
Aun
comentó que por él han sido confortados los corazones.
La
vida de Cristo, se manifestó, de tal manera en él, que era como una fuente de
agua fluyendo y refrescando a otros.
Le pide a Filemón que
muestre amor a Onésimo
Por
lo cual, aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte lo que conviene,
más bien te ruego por amor, siendo como soy, Pablo ya anciano, y ahora, además,
prisionero de Jesucristo; te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis
prisiones (Filemón 8-10)
Por
su madurez en el Señor y el amor de Cristo manifestado a otros, Pablo le pide
que haga igual con Onésimo y que lo acepte ya que ahora él era un creyente, nacido en la familia de Dios.
Pablo
menciona que como un apóstol de Jesucristo, tenía la autoridad de ordenar a Filemón que acepte a Onésimo,
pero más bien prefirió apelar a su amor por él.
Pablo
llamó a Onésimo su hijo porque fue él quien le guio a los pies de Cristo.
Antes de que Onésimo se escapara, no era cristiano, pero
Dios obró de tal manera que tuvo contacto con Pablo en la prisión de Roma y allí
oyó el evangelio y creyó.
La vida de Pablo es un gran ejemplo para todos nosotros.
Estaba
en la cárcel y su ministerio principal detenido. Pero como caminaba en el
Espíritu, Dios llevó a él a otros con el propósito de que les compartiera su
esperanza.
En nuestras vidas el obra de manera similar, mientras caminemos
en el Espíritu Dios fielmente nos
llevará a las personas con corazones hambrientos y necesitados de Su Palabra.
El
cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil (Fil.11)
El nombre Onésimo literalmente significa próspero.
Antes
de que Onésimo viniera a Cristo, era un esclavo inútil que se escapó.
Pero
después de su conversión, Pablo estaba convencido que viviría para honrar su
nombre y llegaría a ser útil a Filemón.
Este es un ejemplo
maravilloso de la transformación que puede ocurrir en la persona cuya vida
pertenece al Señor.
Antes de la salvación, estamos separados de Dios y somos sus
enemigos. (Rom.5:6, 8, 10).
Somos
como vasijas de barro rotas que no sirven sino para ser echadas a la basura.
Sin
embargo, después
de la conversión llegamos a ser hijos de Dios comprados con sangre; totalmente aceptados y
restaurados a una unión con Dios Mismo.
Hemos recibido una
nueva naturaleza, la
misma vida de Cristo.
Ahora,
por fe, Dios nos usa para manifestar su amor y vida, a un mundo caído y bajo maldición.
Pero si caminamos en la carne, continuaremos actuando y pareciéndonos a esas vasijas
rotas inútiles, aunque ya somos hijos de Dios.
El
cual vuelvo a enviarte; tú, pues, recíbele como a mí mismo. Yo quisiera
retenerle conmigo, para que en lugar tuyo me sirviese en mis prisiones por el
evangelio; pero nada quise hacer sin tu consentimiento, para que tu favor no
fuese como de necesidad, sino voluntario. (Filemón 12-14)
Pablo
estaba en la prisión, incapaz de ver por sus propias necesidades.
Así
que Onésimo se convirtió en su siervo y fue de gran ayuda para él.
Pablo
hubiera estado contento quedándose con Onésimo para que lo sirviera en lugar de
Filemón, pero no hubiera sido correcto sin que Filemón le hubiera ofrecido.
Pablo
es muy claro al decir que no quiso forzar a Filemón.
Quería
que sea hecho con alegría y libertad.
Es similar en nuestras iglesias hoy.
Podemos
poner a las personas bajo la ley y obligarlas a servir, dar, hacer algo, pero
el resultado no será el fruto de la nueva vida interior.
Sin embargo, podemos enseñar a las personas a caminar en el
Espíritu.
Y por ende las buenas obras se verán como resultado de la
vida de Cristo en ellos.
Porque
quizá para esto se apartó de ti por algún tiempo, para que le recibieses para
siempre; no ya como esclavo, sino como más que esclavo, como hermano amado,
mayormente para mí, pero cuánto más para ti, tanto en la carne como en el
Señor. (Fil.15-16)
En
la carne, la tentación para Filemón hubiera sido enfocarse en todo lo malo que
Onésimo hizo.
Por
eso Pablo dirigió la atención de Filemón hacia Dios y Su propósito.
Le
ayudó a ver que la escapada de Onésimo fue para algo mucho más grande, para la
vida eterna de quien era su esclavo.
Pablo
recordó a Filemón que a su regreso recibía no a un mero esclavo, sino a un
hermano en Cristo.
Así
que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí mismo. Y si en algo te
dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta. Yo Pablo lo escribo de mi mano, yo lo
pagaré; por no decirte que aun tú mismo te me debes también. (Filemón 17-19)
Es
interesante ver la profundidad del amor de Pablo hacia Onésimo y su deseo de
que Filemón lo acepte.
Pablo
agarró la pluma del que escribía la carta para él y escribió: Yo Pablo lo escribo de mi
mano, yo lo pagaré.
El
amor de Dios es inmenso. Al caminar en el Espíritu amaremos a otros de esa
manera:
Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré
del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos. (2 Corintios 12:15).
Pablo
nuevamente dirige el enfoque de Filemón hacia las cosas de Dios al recordarle
su propia deuda y que si no hubiera sido que Dios le mandó no tuviera la
salvación.
Al
pensar en nuestras propias vidas antes de ser salvos, obtenemos una perspectiva
clara de la gracia de Dios y lo que tomó para hacernos Sus hijos.
Eso
nos ayudará a cambiar nuestra actitud cuando vemos a aquellos que nos han hecho
mal.
Sí,
hermano, tenga yo algún provecho de ti en el Señor; conforta mi corazón en el
Señor. Te he escrito confiando en tu obediencia, sabiendo que harás aun más de
lo que te digo. (Filemón 20-21)
Pablo
nuevamente urge a Filemón a que lo acepte y haga lo que le dice: Te he escrito confiando en
tu obediencia, sabiendo que harás aun más de lo que te digo. Parece que Pablo tenía plena confianza de que Filemón libertaría a
Onésimo.
En
el v.16 dice: sino como más que
esclavo, como hermano amado.
Pablo
recalca a Filemón que la relación terrena con Onésimo de amo a esclavo es anulada por su
nueva relación espiritual como hermanos en Cristo.
Palabras Finales
Prepárame
también alojamiento; porque espero que por vuestras oraciones os seré
concedido. Te saludan Epafras, mi compañero de prisiones por Cristo Jesús,
Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis colaboradores. La gracia de nuestro Señor
Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén. (Filemón 22-25)
Pablo
pensaba que en algún momento sería libertado de la cárcel y planeaba visitar a
Filemón y a la Iglesia de Colosas.
Si fue
libertado efectivamente aunque poco después fue arrestado nuevamente y
sacrificado.
A
los otros a quienes menciona y pide a Filemón que los salude eran hombres que
habían trabajado con Pablo por la causa del evangelio.
La Iglesia de Colosas había mandando a Epafras para que ayudara a Pablo.
Marcos
era el joven que se regresó en unos de los viajes misioneros abandonando a Pablo y Bernabé.
Es
obvio que el Señor hizo una gran obra en su vida ya que estaba en Colosas ministrando a la Iglesia.
Aristarco y Demas fueron otros hombres que trabajaron
con él, enseñando y discipulado a los creyentes.
Lucas
era uno de los que acompañó a Pablo
en muchos de sus viajes.
Él
es también el hombre a quien el Espíritu usó para escribir el evangelio de Lucas.
Gracia y Paz.
Pastor Rogers Infante
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