¿Qué sucede con el Alma, el
Espíritu y el Cuerpo?
¿Hemos sido engañados por una
tradición mundana y falsa?
¿Qué dice la Poderosa Palabra
de Dios, sobre esto?
Por el Pastor Rogers Infante
Gracia y Paz en Cristo Jesús para todos mis hermanos que seguimos la
poderosa palabra de Dios.
Muchas personas hoy en día le temen a la muerte, y lo hacen por la sencilla
razón, que estos saben que su alma podría estar, o simplemente será condenada.
Y esto sucede porque ellos voluntariamente no han querido reconocer a
Cristo como su único Salvador, y esto
sucede porque no han querido estudiar la palabra de Dios, sino que simplemente,
la han rechazado, aceptando ideas y
filosofías vanas, llevándolos así a una vida llena de tinieblas y perdición.
Pero en cambio para otros, los verdaderos cristianos, la muerte es
ganancia, ya que nos lleva a un encuentro verdadero y espiritual con nuestro
creador.
Si bien es cierto, la palabra de Dios. Nos dice que la muerte es
simplemente un sueño.
Y esto lo podemos ver en
Juan
11:11-14 Jesús compara la muerte con un sueño. “Dicho esto, les
dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle. Dijeron
entonces sus discípulos: Señor, si duerme, sanará. Pero Jesús decía esto de la
muerte de Lázaro; y ellos pensaron que hablaba del reposar del sueño. Entonces
Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto.”
En la palabra de Dios podemos ver muchas comparaciones donde encontraremos
que la muerte es con un sueño que hace parte del final de nuestra vida física y
el inicio de una nueva vida espiritual.
1Tesalonicenses
4:15-16 habla de aquellos que duermen en Jesús, y resucitarán
en su Segunda Venida.
“Les decimos lo siguiente de parte del
Señor: nosotros, los que todavía estemos vivos cuando el Señor regrese, no nos
encontraremos con él antes de los que ya hayan muerto.
Pues el Señor mismo descenderá del
cielo con un grito de mando, con voz de arcángel y con el llamado de trompeta
de Dios. Primero, los cristianos que hayan muerto* se levantarán de sus tumbas”
(NTV)
Ahora si hay un grupo que se
levantara primero, y estos son los muertos en cristo, y luego nosotros los que aún
estamos vivos, los cuales seremos arrebatados, esto quiere decir que existe la
resurrección, así como cristo resucito de entre los muertos.
Hay dos resurrecciones, una para vida y
otra para condenación (muerte) eterna.
Juan
5:28-29 dice, “No os maravilléis de esto; porque vendrá la hora cuando
todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno,
saldrán a resurrección de vida; más los que hicieron lo malo, a resurrección de
condenación.”
Pero que dice la palabra de Dios, de donde fuimos
tomados y a donde se dirige el cuerpo.
Génesis
2:7 registra la creación del hombre en el principio. “Entonces Jehová
Dios formó al hombre del polvo de la
tierra, y sopló en su nariz aliento
de vida, y fue el hombre un ser
viviente.”
Dios nunca puso un alma dentro de un hombre.
Es como una ecuación: Polvo + Aliento de vida = Ser Viviente.
Mira un ejemplo sencillo:
Si tu estuvieras por hacer una caja de madera podrías
decir: tablas + clavos = caja de madera.
Tomas un par de tablas de madera y clavos, los
ensamblas y obtienes la caja.
Si tomas los elementos por separado, quitando los
clavos de las tablas, y colocas los clavos en un montón y las tablas en una
pila, ¿qué sucede con la caja?
Simplemente deja de ser una caja hasta que la vuelvas
a armar y clavar.
Así es como funciona la muerte.
Quitas el aliento de vida, (el espíritu) que proviene de Dios y
el
cuerpo vuelve al polvo (o a veces a las cenizas, en caso de
cremación).
¿Qué es el
alma? o ¿Qué sucede con el alma?
La frase “alma inmortal”, no se encuentra
ni una sola vez en toda la Biblia, a pesar de que la palabra “alma” es usada
aproximadamente 1600 veces, y la palabra “espíritu” más de otras 1000 veces.
Ni una en esas
2600 veces se le llama al alma inmortal.
La Biblia
siempre dice que el hombre es mortal (Job 4:17); Y en todo momento
afirma que la inmortalidad se recibe solamente de Cristo.
El Alma, simplemente deja de ser hasta que Dios venga en la resurrección, y
coloque los elementos todos juntos nuevamente.
En ese
momento el polvo y el aliento de vida son reunidos y entonces tienes una vida,
Una
persona viviente o un alma viviente nuevamente.
El intervalo entre la muerte y la resurrección está descrito en la Biblia
como un “SUEÑO.”
No hay conciencia de lo que está pasando, o del tiempo que pasa, en otras
palabras.
Morir es
como ir a dormir, y todos tus pensamientos y recuerdos parecerán, hasta que el Hijo de Dios venga y con voz de
autoridad te levantara de entre los
muertos y te da tu vida de vuelta.
Pero veamos que dice la palabra de Dios referente al ALMA Y ESPÍRITU EN LA MUERTE:
Eclesiastés
12:7 dice que el cuerpo
vuelve al polvo y el espíritu (o
aliento de vida) vuelve
a Dios.
Job 27:3 nos dice que el ESPÍRITU es lo mismo que el hálito de
vida de Dios o su poder.
Salmos
146:4 dice, “Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; en ese mismo día
perecen sus pensamientos.”
Iglesia los muertos no alaban a Dios, eso está en Salmos
115:17.
Incluso déjame decirte que los muertos nada saben. Eclesiastés
9:5, “Porque los que viven saben que han de morir;
pero los muertos nada saben, ni tiene más paga; porque su memoria es puesta en olvido.”
Hay realmente una Inmortalidad.
Pero que dice la palabra de Dios sobre la inmortalidad y en qué momento
tendremos los verdaderos hijos de Dios esa inmortalidad.
Los seres humanos no tienen inmortalidad, sólo Dios 1Timoteo 6:16 Él es el único que nunca muere y vive en medio de una luz tan
brillante que ningún ser humano puede acercarse a él. Ningún ojo humano jamás
lo ha visto y nunca lo hará. ¡Que a él sea todo el honor y el poder para
siempre! Amén.
Recibiremos inmortalidad cuando Jesús vuelva como lo dice 1Corintios 15:51-54
“Pero permítanme revelarles un secreto
maravilloso. ¡No todos moriremos, pero todos seremos transformados! Sucederá en
un instante, en un abrir y cerrar de ojos, cuando se toque la trompeta final.
Pues, cuando suene la trompeta, los que hayan muerto resucitarán para vivir por
siempre. Y nosotros, los que estemos vivos también seremos transformados. Pues
nuestros cuerpos mortales tienen que ser transformados en cuerpos que nunca
morirán; nuestros cuerpos mortales deben ser transformados en cuerpos
inmortales. Entonces, cuando nuestros cuerpos mortales hayan sido transformados
en cuerpos que nunca morirán,* se cumplirá la siguiente Escritura: «La muerte
es devorada en victoria.*
Cuando Jesús vuelva su recompensa de vida eterna vendrá con él Apocalipsis
22:12.
La Biblia dice que el cielo es un lugar real en Juan 14:1-3, “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también
en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo
hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os
preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo
estoy, vosotros también estéis.”
Los muertos están inconscientes.
La condición de los muertos se expone claramente en Eclesiastés 9:5, 10, donde leemos: “Los muertos nada saben [...;]
En otras palabras NO hay obra, ni actividad mental, ni
ciencia, ni sabiduría en el sepulcro”
Por consiguiente, la muerte es un estado de inexistencia.
El salmista escribió que cuando la persona muere “vuelve a su suelo; en ese
día de veras perecen sus pensamientos” (Salmo 146:4).
Los muertos están inconscientes, inactivos.
Cuando Dios pronuncio sentencia
contra Adán, dijo: “Polvo eres y al polvo volverás”
(Génesis 3:19).
Antes de que Dios lo formara del
polvo del suelo y le diera vida, Adán no
existía.
Cuando murió, retornó a ese
estado.
Su
castigo fue la muerte, no la transferencia a otro mundo.
¿Qué le ocurrió, entonces, a su
alma?
Como en la Biblia la palabra alma con frecuencia se refiere
sencillamente a la persona, cuando decimos que Adán murió,
estamos diciendo que el alma llamada
Adán murió.
Esto
podría parecer extraño al que cree en la inmortalidad del alma.
No obstante, la Biblia afirma: “El alma que peca... ella misma
morirá” (Ezequiel 18:4).
Levítico
21:1 habla de “un alma difunta” (“el cadáver”,) Biblia de Jerusalén.
Y a los Nazareos se les dijo que
no se acercaran a “ninguna alma muerta” (“cuerpo muerto)
Núm. 6:6. Y no se acercará a ningún cadáver durante todo el tiempo de su voto
al SEÑOR.
Pero ¿qué puede decirse del relato de Génesis
35:18 sobre el trágico fallecimiento de
Raquel mientras daba a luz a su segundo hijo?
El texto dice: “Al ir
saliendo el alma de ella
(porque murió), lo llamó por nombre Ben-oní; (hijo de mi tristeza) pero su padre lo llamó Benjamín”. Que significa (hijo de mi mano derecha)
¿Implica este pasaje que Raquel
tenía un ser interior que a su muerte la abandonó? No.
Recordemos
que el término alma también
puede referirse a la vida que posee la persona.
Así, en este caso, el “alma” de Raquel sencillamente denota su vida.
Por eso, otras versiones de la
Biblia, en vez de utilizar la expresión “ir
saliendo el alma de ella”, optan por soluciones como “la
abandonaba la vida” (Mariano Galván Rivera), “exhaló
su último suspiro” (Nueva Reina-Valera) y “con su último aliento” (Biblia Levoratti-Trusso).
No hay ningún indicio de que una
parte misteriosa de Raquel sobreviviera después de su muerte.
Un
caso parecido es el de la resurrección del hijo de una viuda, que recoge el capítulo 1Reyes
17:22.
Leemos que cuando Elías oró por el pequeño “Jehová
escuchó la voz de Elías, de modo que el alma del niño volvió dentro de él, y llegó
a vivir”.
Otra versión dice 1Re 17:22 El SEÑOR oyó la oración de Elías, ¡y la vida volvió al niño, y revivió!
También en este pasaje la palabra alma significa “vida”.
Por esa razón, la versión Nueva Reina-Valera dice: “La vida del niño volvió a él, y
revivió”.
En efecto, fue la vida, no una entidad
inmaterial, lo que regresó al muchacho.
Esto concuerda con lo que Elías le dijo a la madre: “Mira, tu
hijo [la persona
completa] está vivo” (1R.17:23).
¿Qué es el espíritu?
La Biblia
dice que cuando alguien muere, “sale su espíritu, él
vuelve a su suelo” (Salmo 146:4).
¿Significa esto que
un espíritu incorpóreo literalmente parte y sigue viviendo después de la
muerte?
Lo que
dice el salmista a continuación elimina tal posibilidad:
“En ese día de veras
perecen sus pensamientos” “se desvanecen todas sus ideas”, Salmo.145:4
Por
consiguiente, ¿qué es el espíritu,
y en qué sentido “sale” de la persona en el momento de la muerte?
El
significado primario de las palabras traducidas en la Biblia por “espíritu” (hebreo rù-aj, en griego pnèu-ma.) esto es
“aliento”.
De ahí
que, en vez de “sale su espíritu”, la versión Reina-Valera (revisión
de 1960) utilice la expresión “sale su aliento” (Salmo
146:4).
Pero el vocablo espíritu implica mucho más que
el aliento o la respiración.
Esto es
muy importante, ya que algunas sectas del SIA (Sistema iglesiero Apostata)
andan diciendo que los animales no tienen espíritu.
Por
ejemplo, Génesis 7:22 dice respecto a la
destrucción de la vida humana y animal en el diluvio universal: “Todo lo que tenía el aliento [o espíritu; hebreo rú·aj] de vida, a saber, cuanto
había en el suelo seco, murió”.
De manera
que espíritu puede referirse al
poder de vida que está en todas las criaturas vivas, tanto humanas como
animales, y que se sostiene mediante la respiración.
Entonces, ¿por qué dice Eclesiastés 12:7 que cuando la persona
muere “el espíritu mismo vuelve al Dios verdadero que lo dio”?
¿Significa esto que
el espíritu literalmente viaja por el espacio hasta la presencia de Dios? NO.
Tal idea
no está implícita.
Puesto
que el espíritu es el poder de vida, “vuelve al Dios
verdadero” en el sentido de que
toda esperanza de vida futura de la persona depende por completo de Dios.
Solo él
puede devolver el espíritu, o poder de vida, a una persona, y así hacer que
viva de nuevo (Sal.104:30). Pero ¿se propone Dios hacer tal cosa?
Veamos que
encontramos en la palabra de Dios.
En el
pueblo de Betania, situado a unos tres kilómetros al este de Jerusalén, María y Marta lloraban la muerte
prematura de su hermano
Lázaro.
Jesús
compartía su sentimiento, pues tenía afecto a Lázaro y a sus hermanas.
¿Cómo podía Jesús
consolar a estas mujeres?
No
contándoles ninguna historia aberrante, sino diciéndoles la verdad.
Dijo
sencillamente: “Tu hermano se
levantará”.
Luego fue
a la tumba y resucitó a Lázaro, devolviendo la vida a un hombre que había
estado muerto cuatro días (Juan 11:18-23, 38-44).
¿Se
sorprendió Marta porque Jesús le dijera que Lázaro se ‘levantaría’? NO
Porque
ella respondió: “Yo sé que se levantará en la resurrección en el último día”.
Ella ya
tenía fe en la promesa de la resurrección.
Jesús
entonces le dijo: “Yo soy la resurrección y
la vida. El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir” (Juan 11:23-25).
El
milagro de la resurrección de Lázaro sirvió para fortalecer su fe y dio fe a
otras personas (Juan 11:45).
Pero ¿qué significa exactamente el término resurrección?
La
palabra resurrección traduce
el vocablo griego a·ná·sta·sis, significa
literalmente “acción de ponerse de
pie (levantarse) de nuevo”.
Los
traductores hebreos del griego han traducido a·ná·sta·sis por una expresión que
significa “reanimación de los muertos” (hebreo, teji·yáth ham·me·thím).
Así pues,
la resurrección implica levantar de su estado inanimado a la persona que ha
muerto, devolviéndole y reactivando su personalidad.
La sabiduría y memoria de Dios es infinita y perfecta, que Dios puede
resucitar fácilmente al individuo.
Para él
no es difícil recordar la personalidad que tenía antes de morir: su modo de
ser, sus vivencias y todos los demás detalles de su identidad (Job 12:13; compárese con Isaías 40:26).
De hecho,
Jesucristo dijo: “Viene la hora en que todos los que están en las
tumbas conmemorativas oirán
su voz [la de
Jesús] y saldrán” (Juan 5:28, 29).
En
efecto, Jesucristo prometió que todos los que están en la memoria de su Padre Jehová
resucitarán.
La Biblia indica
claramente que el alma muere y que el remedio para la muerte es la
resurrección.
Pero
miles de millones de personas han vivido y han muerto. La pregunta es:
¿Quiénes, de todas
ellas, están en la memoria divina, aguardando la resurrección?
Los que
han llevado una vida recta por ser siervos de Jehová resucitarán.
Pero ha
habido millones de seres humanos que han muerto sin haber demostrado si
obedecerían o no las normas justas de Dios, ya que no conocían sus requisitos o
no tuvieron suficiente tiempo para efectuar los cambios necesarios.
Estos
también están en la memoria de Dios y serán resucitados, pues la Biblia
promete: “Va a haber resurrección así de
justos como de injustos” (Hechos 24:15). Pero el fin de los injustos será diferente.
El apóstol Juan tuvo una visión
emocionante de personas resucitadas que estaban de pie delante del trono de
Dios. Parte de su descripción escrita
dice: “El mar entregó los muertos que había en él, y la muerte y el Hades
entregaron los muertos que había en ellos, y fueron juzgados individualmente
según sus hechos. Y la muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego.
Esto significa la muerte segunda: el lago de fuego” (Apo.20:12-14). ¿Nos damos cuenta de
lo que esto significa?
Todos los
muertos que están en la memoria de Dios serán liberados del Hades, o Seol, la
sepultura común de la humanidad (Salmo 16:10; Hechos
2:31).
Ósea que “la muerte y el Hades” serán
arrojados al llamado “lago de fuego”, un símbolo de
destrucción total.
La
sepultura común de la humanidad dejará de existir.
¿HAY
VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE?
¡Hay
buenas noticias para usted!
Hay Uno
que lo sabe, que ha pasado a través de los portales de la tumba, y puede
confiar sobre su Palabra. ¡Y esa Palabra es vida!
¿Quién
tiene las llaves de la muerte? Apo.1:13-18
¿Qué
abolió Jesús? Y ¿Qué es lo que trajo a la luz? 2Tim.1:10 Y ahora todo esto él nos lo ha hecho
evidente mediante la venida de Cristo Jesús, nuestro Salvador. Destruyó el
poder de la muerte e iluminó el camino a la vida y a la inmortalidad por medio
de la Buena Noticia.
¿Qué tenemos
que buscar? Romanos 2:7 Dará vida eterna a los que siguen
haciendo el bien, pues de esa manera demuestran que buscan la gloria, el honor
y la inmortalidad que Dios ofrece.
¿Dónde
tenemos que buscar la vida eterna? 1Juan 5:11, 12. Y este es el testimonio que Dios ha
dado: él nos dio vida eterna, y esa vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo
tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.
Y Juan 17:3 dice
Jesús: Y la
manera de tener vida eterna es conocerte a ti, el único Dios verdadero, (se refiere a Jehová) y a Jesucristo, (por medio de él) a quien tú enviaste
a la tierra.
La vida eterna,
o inmortalidad, es nuestra cuando aceptamos a Jesús y obedecemos la palabra de
Dios.
Las
Escrituras proclaman en todo lugar que en el momento en que aceptamos a Jesús
como nuestro Salvador personal, la vida eterna es nuestra.
La
tenemos, ahora, en presente mientras obedezcamos su palabra y hagamos su
voluntad, esto solo aplica al verdadero creyente que camina en Cristo.
No hay
nada tan cierto como la muerte, aun así la Biblia dice que la vida eterna
comienza cuando aceptamos al Hijo de Dios.
Tenemos vida,
pero en realidad no la poseemos.
¿Suena contradictorio?
Pero el secreto está en la palabra de Dios.
¿Dónde está la
vida eterna ahora? Colosenses 3:3 Pues ustedes han muerto a esta vida, y
su verdadera vida está escondida con Cristo en Dios.
¿Dónde
está Cristo ahora? Colosenses
3:1 Ya que han sido
resucitados a una vida nueva con Cristo, pongan la mira en las verdades del
cielo, donde Cristo está sentado en el lugar de honor, a la derecha de Dios.
Jesús
dijo a sus seguidores que heredarían la vida eterna (Mateo 19:29).
¿Dónde está
esta heredad ahora? 1Pedro 1:3, 4 Que toda la alabanza sea para Dios, el
Padre de nuestro Señor Jesucristo. Es por su gran misericordia que hemos nacido
de nuevo, porque Dios levantó a Jesucristo de los muertos. Ahora vivimos con
gran expectación y tenemos una herencia que no tiene precio, una herencia que
está reservada en el cielo para ustedes, pura y sin mancha, que no puede
cambiar ni deteriorarse.
El Apóstol Pablo dijo que nuestra
vida está “escondida
en Cristo”, quien “se sentó a la diestra de Dios” en las alturas.
El Apóstol Pedro dice que la
tenemos reservada en el cielo para nosotros. Qué hermosa armonía se ve en esto.
En el
momento en que aceptamos a Cristo, la vida eterna es nuestra.
Jesús lo
repitió una y otra vez, “Aquel que cree en
el Hijo, tiene la vida Eterna” Juan 3:36.
También
es cierto que no podemos disponer de ella hasta un momento en el futuro.
¿Qué
clase de cuerpo recibirán los muertos justos? Filipenses 3:21 Él tomará nuestro débil cuerpo mortal y lo transformará en un cuerpo
glorioso, igual al de él. Lo hará valiéndose del mismo poder con el que pondrá
todas las cosas bajo su dominio.
El apóstol Juan
dijo, “cuando Él aparezca nos pareceremos a Él”
(1ªJuan 3:2). Queridos amigos, ya somos hijos de
Dios, pero él todavía no nos ha mostrado lo que seremos cuando Cristo venga.
Pero sí sabemos que seremos como él, porque lo veremos tal como él es.
¿Dónde
están los muertos entre el momento de la muerte y la resurrección? Job 17:13
Jesús
dijo que “todos los que están en el sepulcro
oirán su voz” (Juan 5:28,29).
Si ellos
oyen su voz desde la tumba, debe de ser porque es ahí donde están descansando.
Las
palabras “en
descanso” inscritas
en muchas lápidas, describen perfectamente la condición del muerto, como dice
Job “allí el malvado cesa sus maldades; y el trabajado
está descansando” Job 3:17.
Juan dice
de los muertos “que todos
descansan de sus labores” (Apocalipsis 14:13).
¡A la
muerte se le llama sueño 54 veces en la
Biblia!
Evidentemente,
hay una definida relación entre la muerte y el sueño.
Cuando
Jesús vino al hogar donde una pequeña joven había muerto, Él dijo: “No lloréis, no está muerta, sino duerme” (Lucas 8:52).
La
historia de Lázaro en Juan 11 confirma lo
mismo. Jesús dijo: “Lázaro duerme,
pero iré para que yo le despierte de su sueño.”
Sus
discípulos pensaron que Él estaba hablando del sueño natural. “Entonces Jesús les dijo claramente, Lázaro está muerto” (versículos
11-14).
Finalmente déjame decirte que mucha gente ha sido educada creyendo que vamos
inmediatamente al cielo cuando morimos (o al infierno si hemos sido malos).
La verdad
es, que ni los buenos van al cielo ni los malos van al infierno al morir, sino
a la tumba, donde dormirán hasta el
día de la resurrección.
Iglesia,
con una voz potente Jesús llamó, “¡Lázaro, sal
fuera!” y este sale respondiendo al llamado del Salvador, Lázaro salió de la tumba todavía
envuelto en el sudario mortuorio.
Jesús no dijo: “Mira, Lázaro, has estado en el cielo cuatro días. Regresa
aquí y entra de nuevo en tu pobre y degradado cuerpo.”
Tampoco dijo: “Lázaro, sal de esas llamas del infierno. Voy a darte una
segunda oportunidad”.
Él simplemente
dijo: “Lázaro, sal fuera”.
Lázaro no
tenía nada que contar; tampoco ningún otro de los que Jesús resucitó.
Así que
cuando algún demente le diga a usted que fue al infierno y volvió,
Mire
hermano, repréndalo y salga de allí.
Porque
este es un mentiroso hijo de satanás.
Los
muertos nunca regresan de su tumba, sino hasta cuando Dios de la orden.
Déjame finalizar
con estos dos versículos.
Juan 7:17 El que quiera hacer la voluntad de
Dios, conocerá si la doctrina es de
Dios, o si yo hablo por mi propia
cuenta.
2Juan 1:9 Cualquiera
que se extravía, y no persevera en la
doctrina de Cristo, no tiene a
Dios; el que persevera en la doctrina
de Cristo, ése sí tiene al Padre
y al Hijo.
Iglesia, No existe la
trinidad, ni el falso dios triuno, mucho menos un Solo Jesus.
En el cielo esta Dios Padre y Su Hijo Jesucristo.
Dos seres celestiales, Uno mayor que el otro.
La palabra de Dios, nos anuncia constantemente: Mirad que nadie os engañe.
Y CONOCERÉIS LA VERDAD Y LA VERDAD OS HARÁ LIBRES.
Gracia y Paz
Pastor Rogers Infante.