Pastor
Rogers Infante
Texto bíblico: (2Samuel
12:13-24)
2Sa 12:13-24 Entonces David
confesó a Natán: —He pecado contra
el SEÑOR. Natán respondió: —Sí, pero
el SEÑOR te ha perdonado, y no
morirás por este pecado. (14) Sin embargo, como has mostrado un total desprecio
por el SEÑOR* con lo que hiciste, tu
hijo morirá. (15) Después que Natán regresó a su casa, el SEÑOR le envió una
enfermedad mortal al hijo que David tuvo
con la esposa de Urías. (16) Así que David le suplicó a Dios que perdonara
la vida de su hijo, y no comió, y estuvo toda la noche tirado en el suelo. (17)
Entonces los ancianos de su casa le rogaban que se levantara y comiera con
ellos, pero él se negó. (18) Finalmente, al séptimo día, el niño murió. Los
consejeros de David tenían temor de decírselo. «No escuchaba razones cuando el
niño estaba enfermo —se decían—, ¿qué
locura hará cuando le digamos que el niño murió?». (19) Cuando David vio
que susurraban entre sí, se dio cuenta de lo que había pasado. —¿Murió el niño? —preguntó. —Sí —le
contestaron—, ya murió. (20) De inmediato David se levantó del suelo, se lavó,
se puso lociones* y se cambió de ropa. Luego fue al tabernáculo a adorar al
SEÑOR y después volvió al palacio donde le sirvieron comida y comió. (21) Sus
consejeros estaban asombrados. —No lo entendemos —le dijeron—. Mientras el niño
aún vivía, lloraba y rehusaba comer. Pero ahora que el niño ha muerto, usted
terminó el duelo y de nuevo está comiendo. (22) —Ayuné y lloré —respondió
David— mientras el niño vivía porque me dije: “Tal vez el SEÑOR sea compasivo
conmigo y permita que el niño viva”. (23) Pero ¿qué motivo tengo para ayunar ahora que ha muerto? ¿Puedo traerlo de
nuevo a la vida? Un día yo iré a él, pero él no puede regresar a mí. (24)
Luego David consoló a Betsabé, su esposa, y se acostó con ella.
Gracia y Paz para todos mis hermanos
en la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo.
Iglesia, el contexto de este mensaje nos muestra
a David en dos aspectos.
Primero: Sufriendo como un pecador.
Él había cometido un gran pecado, y la pérdida de
su hijo fue la justa retribución que recibió.
Segundo: Razonando como un santo. Dice la palabra
de Dios:
«Y
él respondió: Viviendo aún el niño, yo ayunaba y lloraba, diciendo: ¿Quién sabe
si Dios tendrá compasión de mí, y vivirá el niño? Más ahora que ha muerto,
¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerlo volver? Yo voy a él, más el no
volverá a mí».
Si analizamos exegéticamente este texto, podemos ver que David
creía en tres cosas:
1. QUE NADIE PUEDE VOLVER DE LA MUERTE:
David dijo: «Él no volverá a mí».
David sentía que toda su pena era inútil, y de
nada valían sus oraciones.
Pero de lo que sí es indiscutiblemente verdad, es
que los muertos no pueden
vuelven a la tierra de los vivos.
En primer lugar, no
se puede volver para hacer lo que no se hizo antes.
Los deberes y las obligaciones que hemos
abandonado con respecto a:
La iglesia, nuestros hijos, nuestros siervos, nuestros vecinos,
nuestros amigos, nuestra comunidad.
Nunca podremos regresar para acabarlos.
En otras palabras: Quedarán irremediablemente inconclusos.
Iglesia, En la tumba no hay trabajo, no hay conocimiento,
y mucho menos proyectos.
El que se murió sin hacer la voluntad de Dios, ¡hay mama!
En segundo lugar, No
hay retorno para poder recuperar las oportunidades perdidas.
Domingos perdidos, mensajes perdidos, buenas obras perdidas y
las enseñanzas de Dios.
Nadie vuelve de la tumba para redimir el tiempo y
las oportunidades perdidas.
En otras palabras.
Si no hay retorno a la tierra: Que insensato es poner nuestros
corazones en ello.
Si no hay retorno a la tierra: Que importante es terminar nuestro
trabajo aquí.
El texto también implica la creencia de David.
2. EN LA CERTEZA DE SU PROPIA DISOLUCION:
David dijo «Yo voy a él…» Él no tenía dudas sobre el tema, ni nadie tenía
razones para dudar.
La Biblia dice: que está establecido a los hombres morir
una sola vez.
Todos debemos morir, y será como el agua que se
salpica sobre la tierra, y que no puede volver a juntarse.
Primero: La
certeza de la muerte está admitida en todo el mundo.
Ósea que no hay lugar, alguno para cuestionarla.
La muerte reinó desde Adán hasta Moisés, de Moisés
a Cristo, y de Cristo hasta esta hora.
Segundo: La
certeza de la muerte es universalmente olvidada por las ocupaciones de la vida.
Todos los hombres viven como si en realidad nunca
fuesen a morir.
¡Qué necia es nuestra
raza!
El texto implica lo que David creía:
3. EN LA REUNION QUE TIENE LUGAR DESPUES DE LA MUERTE:
David dijo: «Yo voy a él».
a) La reunión en la
que él creía era de carácter espiritual:
Evidentemente es algo que significa más que ir a
la tumba, y convertirse en polvo al lado de su hijo.
Si fuese así, no habría ninguna consolación.
b) La reunión en la
que él creía era de un carácter consciente:
El piensa que se va a gozar.
El piensa que ambos se alegrarán, porque estarán
juntos.
No solo se gozaran y se alegraran el uno al otro,
sino que se reconocerán el uno al otro como padre e hijo.
Iglesia, La doctrina del reconocimiento de
espíritus en un mundo futuro, puede discutirse en las leyes de:
La asociación mental,
la benevolencia de Dios, y las alusiones de la Escritura.
c) La reunión en la
que creía David era una reunión de carácter alegre y feliz:
De otro modo, no habría ninguna consolación en la
idea de una reunión infeliz.
—David
creía que su hijo era feliz donde estaba:
Los niños van al Cielo, eso es seguro, pues
Cristo mismo lo afirmó.
Mateo 19:14
y Lucas
18:16 dicen así: Entonces Jesús
llamó a los niños y dijo a los discípulos: «Dejen que los niños vengan a mí.
¡No los detengan! Pues el reino de Dios pertenece a los que son como estos niños.
1Co 14:20
Amados hermanos, no sean infantiles en su comprensión de estas cosas. Sean
inocentes como bebés en cuanto a la maldad pero maduros en la comprensión de
asuntos como éstos.
Efesios
6:1-4 Hijos, obedezcan a sus padres
porque ustedes pertenecen al Señor,* pues
esto es lo correcto. «Honra a tu
padre y a tu madre». Ése es el primer mandamiento que contiene una promesa:
si honras a tu padre y a tu madre, «te
irá bien y tendrás una larga vida en la tierra»*. Padres,* no hagan enojar a sus hijos con la forma en que los
tratan. Más bien, críenlos con la disciplina e instrucción que proviene del
Señor.
—David creía
que el niño estaba a salvo:
Él sabía que llegado su momento iría con él y
ambos vivirían en un mundo feliz.
Iglesia, el ser obediente, nos hace merecedor de
un encuentro celestial con nuestros seres queridos que también entregaron su
vida por cristo Jesús.
David cometió un grave error. ¿Lo
estás cometiendo tú?
El pecado de David, le ocasiono la muerte de su
primer hijo. ¿Qué puede ocasionar tu pecado?
Todo pecado, con lleva a un castigo de Dios.
David no se arrepintió en su totalidad, y solo
hacia lo que él creía que estaba bien.
Oro y Ayuno de una manera entregada. ¿Cuántas
personas están orando y ayunando sin tener un arrepentimiento genuino?
Permíteme decirte que estos pensamientos sobre la
muerte, hoy nos ayuden a cumplir nuestra misión en esta vida.
Déjame contarte
una historia.
“La leyenda dice que sucedió en las
calles de Bagdad.
Un mercader mandó a su sirviente
hacia el mercado.
Pero pronto regresó temblando y muy
agitado, y dijo a su amo:
“En el mercado fui empujado por una mujer en la
multitud, y cuando me giré, vi que la que me empujó era la muerte. Ella me miró
e hizo un gesto amenazador. Amo, préstame tu caballo, porque debo huir lejos
para evitarla.
Correré a Samarra y allí me esconderé, y la
muerte no me encontrará”.
El mercader le dejó su caballo y el
sirviente se alejó rápidamente a Samarra.
Poco
después el mercader fue al mercado y vio a la muerte de pie en medio de la
multitud, y le dijo a ella:
¿Por qué asustaste a mi siervo esta mañana? -- ¿Por
qué hiciste ese gesto amenazador a mi siervo?
“Ese no fue un gesto de amenaza”, dijo la muerte, “fue solamente un gesto de sorpresa.
Estaba sorprendida de verle a él aquí en Bagdad, ¡porque
tengo una cita con él esta noche en Samarra!”
TODOS
LOS HIJOS DE DIOS TENEMOS UNA MARAVILLOSA ESPERANZA.
1. La muerte es un sueño. Así como después de un arduo día de trabajo viene el sueño
reparador, después de una vida larga y llena de trabajos, Dios nos concede un
merecido sueño de descanso (Juan 11:11‑14).
2. Resurrección. La muerte no es el fin de todo.
La
despedida de un ser querido que parte no es definitiva, es simplemente un “hasta
luego”.
En la
Biblia, en muchos lugares, se habla de la esperanza bendita de la “resurrección” (Isa.26:19; 1Ts.4: 16; Jn.6:40).
3. Transformación. Al
resucitar se poseerá un nuevo cuerpo, nueva mente y nueva personalidad (1Cor.15:42‑44;
51 ‑56; Filipenses 3:20, 21).
4. No habrá más muerte. Como sucederá con todas las otras desgracias
producidas por el pecado, Dios eliminará la muerte para siempre.
Al
reunirnos con nuestros seres amados, lo haremos con la plena seguridad de que
nunca más se dirá adiós y que jamás habrá separación (Isaías
25: 8; S. Lucas 20: 36).
La Biblia dice que el cielo es un lugar real
En Juan 14:1-3, “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también
en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo
hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os
preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo
estoy, vosotros también estéis.”
Dios nos dará gloriosos cuerpos
inmortales.
Lee Filipenses 3:21
y 1º
Corintios 15:51-54.
Todas las deformidades
físicas serán curadas (los ojos de los ciegos serán
abiertos, los oídos de los sordos serán abiertos y el lisiado, sanado).
Lee también Isaías 35:3-6. Construirán casas y habitarán en ellas.
Plantarán viñas y
comerán de su fruto (Isaías 65:21-23).
El lobo y el cordero
morarán juntos.
El Nuevo Reino de Dios
será de tranquila paz (Isaías 65:25).
Compartiremos con
Abraham, Isaac, Jacob (Mateo 8:11).
Dios mismo estará con
nosotros y será nuestro Dios (Apocalipsis 21:3).
Nosotros serviremos
con todo amor a nuestro Dios por siempre y gozaremos de la más estrecha
relación con Él (Apocalipsis
22:3-4).
Gracia y Paz
Pastor Rogers infante
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