Pastor
Rogers Infante
Gracia y paz en Cristo Jesús para todos mis
hermanos en la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo.
Hoy vamos a analizar lo que es la hipersensibilidad
de algunos miembros de la iglesia y cómo podemos someternos a la autoridad que
Dios ha colocado en su Iglesia.
Pero antes debemos tener en cuenta que no
todos los líderes, son nombrados por Dios.
Los “líderes” que se autonombran entre sí,
(dicho en otras palabras, Aquellos que supuestamente andan ordenando a otros) sin tener un claro conocimiento de la palabra
de Dios, Estos no poseen autoridad, ya que solo siguen ideas y costumbres de
otras personas iguales a ello.
La verdadera autoridad proviene de Dios, y
Dios da esa autoridad a aquella persona que realmente hace su voluntad y están dispuestos
a seguirle en todo.
Por eso el llamado y nombramiento de un
pastor, solo puede provenir de Dios, y no del hombre.
Teniendo esto claro podemos decir que:
Relación no
es lo mismo que comunión.
Se puede tener una relación con alguien, pero al mismo tiempo
ninguna comunión.
Para ilustrar esto, podríamos usar el ejemplo de aquellos que
están casados por varias décadas y dicen, que a pesar de estar en una relación
no tienen ningún tipo de comunión uno con el otro.
Entonces, Tener una relación con alguien, no significa que automáticamente
se tenga comunión con esa persona.
Lo mismo
sucede con muchos creyentes,
Que tienen una relación con Dios pero no tienen necesariamente
comunión con Él por eso.
Para poder conocer a alguien es necesario pasar tiempo con esa
persona y conversar con ella.
Si no se conversa con
esa persona, todo queda solo en la relación sin comunicación.
Eso es lo que las parejas deberían tener siempre antes y después
del matrimonio. ¡Comunicación!
De lo contrario la relación queda sin comunión.
Ahora, ¿Cómo tengo comunión
con la otra persona en una relación?
Sencillamente conversando con la otra persona, sabiendo cómo
piensa esa persona, ya que los pensamientos no se pueden leer de la mente, sino
que la persona debe expresarlos.
Lo mismo sucede con las
intenciones del corazón y los estados de ánimo.
Estos no pueden ser
leídos, sino que deben ser expresados.
Cuando la otra persona los expresa, entonces yo la voy conociendo
mejor.
Por eso los diferentes estados de ánimo deberían ser expresados
mejor con palabras que tener que estar adivinando por medio del lenguaje
corporal.
Hay
personas que son hipersensible, y eso es malo.
No está bien que los creyentes sean hipersensibles. ---Es más, es una de las peores cosas que existe.
Hay quienes uno desean ayudar, pero esas personas no lo permiten con su actitud.
Es terrible cuando uno le dice a alguien como tiene que hacer las
cosas y la persona se pone a llorar, o se molestan por eso.
No es bueno
cuando esto sucede en la relación matrimonial, sea de cualquiera de las dos partes.
Si te sucede algo que te hace sentir de esa manera, igualmente no
tienes derecho a actuar así.
Esa es una actitud infantil, de personas inmaduras, y no es
bíblico en absoluto.
Ya que estamos hablando
de este tema, quiero hablar en forma general, y puedo
decir por experiencia que en el ámbito de la alabanza y evangelización en las
iglesias existe este tipo de susceptibilidad.
Músicos talentosos que
pueden ejecutar sus instrumentos de forma celestial,
Pero con su actitud hipersensible, echan todo a perder.
Una de las peores cosas que
puede haber, es cuando las personas no admiten corrección.
Justamente en un ámbito como el de la alabanza y la evangelización
se necesita una cierta sensibilidad,
Pero ser hipersensible
y reaccionar mal por cualquier pequeñez es algo que allí no se puede permitir.
Algunos no van a aceptar la corrección, así se la digamos de buenas manera.
Porque son personas súper-hipersensibles, las cuales no permiten
que les corrijan.
La biblia llama a esta clase de personas Tercos Ciegos.
Isa 42:18-20 »¡Escuchen
ustedes, sordos! ¡Miren y vean, ciegos!
(19) ¿Quién es tan ciego como mi propio pueblo, mi siervo? ¿Quién es tan
sordo como mi mensajero? ¿Quién es tan ciego como mi pueblo elegido, el siervo
del SEÑOR? (20) Ustedes ven y
reconocen lo que es correcto, pero se niegan a hacerlo. Escuchan con sus
oídos, pero en realidad no prestan atención».
Isa 43:7-11 Traigan
a todo el que me reconoce como su Dios, porque yo los he creado para mi gloria.
Fui yo quien los formé”». (8) Saquen
a la gente que tiene ojos pero está ciega; que tiene oídos pero está sorda.
(9) ¡Reúnan a las naciones! ¡Convoquen a los pueblos del mundo! ¿Cuál de sus
ídolos acaso predijo cosas semejantes? ¿Cuál de ellos puede predecir lo que
sucederá mañana? ¿Dónde están los testigos de tales predicciones? ¿Quién puede
comprobar que han dicho la verdad? (10) «Pero tú eres mi testigo, Israel —dice
el SEÑOR—, tú eres mi siervo. Tú has sido escogido para conocerme, para creer
en mí y comprender que sólo yo soy Dios. No hay otro Dios; nunca lo hubo y
nunca lo habrá. (11) Yo, sí, yo soy el SEÑOR, y no hay otro Salvador.
Este es uno
de los aspectos que atañe a la iglesia
El otro es el que mencioné anteriormente cuando no se les
puede decir nada a los músicos y evangelistas porque enseguida se ofenden.
Muchas veces ese tipo de personas hipersensibles, que se ofenden
por cualquier cosita, están dominadas por su estado de ánimo y de acuerdo a
ello son sus reacciones.
Los estados
de ánimo no deberían ser factores condicionantes para determinar las
reacciones.
Las mujeres pueden tener más problemas con sus reacciones de
acuerdo al estado hormonal.
Por otra parte los hombres tienen otro tipo de cosas con las
cuales luchar y que pueden determinar sus reacciones.
Pero ambos deben aprender a ponerse por encima de eso y reaccionar
correctamente en todo momento.
No hay
razón alguna para hacer ver a las personas de acuerdo a nuestro estado de ánimo.
Sino que deberíamos actuar siempre de la misma manera: correctos y confiables.
Aunque usted hoy no te sientes como ayer, la reacción no debe estar
condicionada a tu estado de ánimo.
Esto vale especialmente para los diferentes ministerios.
Nadie tiene porque notar la diferencia de su estado de ánimo y
mucho menos ser víctima de ellos. Amen.
¿Cuántas veces me ha tocado predicar sintiéndome un poco mal?
Pero, no puedo venir a pararme aquí delante de ustedes, quejándome
y llorando, como para darles lástima.
Por supuesto que puedo decirles que no me siento bien y pedirles
oración.
Pero la forma como lo diga, y me comporte determina la
diferencia.
Si les pido que oren por mí, y lo digo decidido y creyendo con fe,
seguramente voy a recibir la respuesta.
Sin embargo, si me pongo a lamentarme y a llorisquear lo único que
muestro, es una debilidad y doy lástima a los que me observan y no voy a recibir nada. ----Ahora, Todos pueden ponerse a orar por mí,
Pero yo no recibiría nada porque lo que persigo con mi actitud es despertar
la conmiseración de los
oyentes.
Una cosa es cuando alguien dice: “estoy frente a un desafío, --- ¿me puedes ayudar en
oración?”
Esa persona muestra fe y confianza a pesar de lo que le esté
atravesando y va a ser apoyada con gusto en oración.
Si la persona tiene una actitud equivocada, y solo quiere quejarse
y despertar lástima, se notará de inmediato y por más que se ore por ella, no
va a recibir nada porque su deseo es seguirse quejando. ---Eso no está bien.
Por eso hay que mantenernos firme en la fe.
Quejarse y lamentarse no es una actitud de fe, por el contrario,
demuestra incredulidad y duda.
---Si deseas realmente recibir del Señor, debes estar decidido a
confiar.
Aquellos que solo pretenden que se les esté prestando atención
continuamente, puede ser que después de orar se sientan mejor, pero no va a durar mucho ya que van a volver a lo mismo.
–Es decir: a la queja y
el lamento para hacer sentir lástima.
Ellos no pueden ser vencedores en la situación que les apremia porque
tienen una actitud equivocada.
Espero que nadie se sienta molesto por lo que acabo de decir pero a
veces las cosas que duelen son las que más nos ayudan.
¿No sé si
recuerdan lo que hablamos unos días atrás, cuando mencionamos el ejemplo de
Jesús en el huerto de Getsemaní? Habíamos hablado de lo
que le sucedió a Malco, cuando Pedro le cortó la oreja y Jesús le sanó.
Habíamos meditado sobre el momento en que viene Judas en compañía de los fariseos, soldados, y alguaciles armados para
arrestar a Jesús.
Entre ellos estaba el siervo del sumo sacerdote quien se llamaba Malco.
Jesús, quien estaba con sus discípulos también tenía armas a
disposición.
Él fue quien le dijo a
Pedro que llevara su espada.
Si bien hubo tiempos cuando Él les dijo a sus discípulos que no
lleven nada consigo, pero en esta ocasión le dijo a Pedro que llevara su
espada. Lucas 22:35-42
Entonces Jesús les preguntó: —Cuando los envié a predicar la Buena Noticia y no
tenían dinero ni bolso de viaje ni otro par de sandalias, ¿les faltó algo? —No —respondieron ellos. (36) —Pero ahora —les
dijo—, tomen su dinero y un bolso de viaje. Y si no tienen espada, ¡vendan su
capa y compren una! (37) Pues ha llegado
el tiempo en que se cumpla la siguiente profecía acerca de mí: “Fue contado
entre los rebeldes”*. Así es, todo lo que los profetas escribieron acerca de mí
se cumplirá. (38) —Mira Señor —le
respondieron—, contamos con dos espadas entre nosotros. —Es suficiente —les
dijo. (39) Luego, acompañado por sus
discípulos, Jesús salió del cuarto en el piso de arriba y, como de costumbre,
fue al monte de los Olivos. (40) Allí
les dijo: «Oren para que no cedan a la tentación». (41) Se alejó a una distancia como de un tiro
de piedra, se arrodilló y oró: (42) «Padre, si quieres, te pido que quites esta
copa de sufrimiento de mí. Sin embargo, quiero que se haga tu voluntad, no la
mía».
Así es como Jesús va
con sus discípulos al huerto de Getsemaní.
Él está allí orando en su hora más crucial, en lucha con la
muerte, sudando gotas de sangre hasta que viene un ángel a fortalecerlo.
Cuando Jesús se levanta de orar, encuentra que sus discípulos se
habían dormido, les despierta, y allí tenemos la escena cuando viene Judas con los soldados armados a
arrestarle.
La Palabra nos relata que Pedro desenvainando
su espada le corta la oreja a Malco, lo cual es un milagro en sí mismo
porque Pedro es un pescador y no tiene mucha experiencia con la espada.
Si te parece que lo que hizo es fácil, trata de cortarle la oreja
a alguien de un golpe de espada sin lastimarle el resto, vas a ver que no es
nada fácil. ---Jesús le coloca a Malco la oreja otra vez en su lugar.
Pero, lo
que quiero enfatizar, es que cuando Jesús oraba vino un ángel a fortalecerlo.
¿Recuerdas cuál fue su
oración? ---Él le pedía a su
Padre que fuera hecha su voluntad.
Esa es una
oración de entrega y de sumisión.
Jesús tenía otro deseo en ese momento, Él no deseaba
enfrentarse con la cruz.
Mientras Él ora esa oración de sumisión a la voluntad de su Padre,
viene un ángel y le fortalece para que pueda someterse al Padre. ---Él no quería hacer lo que el Padre esperaba de Él en esos
momentos tan difíciles.
Por eso el Ángel vino para que Él se pueda someter al Padre.
Este es el
detalle que deseo enfatizar, y que ayer
se me hizo tan claro cuando volví a leer esa historia.
El ángel le
ministró para que Él se pueda someter a la voluntad del Padre, y no la de ÉL.
¿Cuándo usted no deseas someterte a una autoridad mayor, tal vez
en tu hogar, trabajo o la iglesia, pueda que venga un ángel a fortalecerte para
que entres a esa autoridad y lo logres?
Algunas personas
necesitan una legión de ángeles para poder lograrlo.
¿Pídele
a Jesús que te ayude para que puedas someterte cuando sea necesario?
¿No
sería mejor eso antes que andar dando vueltas para evitarlo, con tu reacción y manera
hipersensible por cada cosa que te digan?
Después de todo, esa reacción hipersensible tiene que ver a menudo con el orgullo.
En otras palabras, tu orgullo está diciendo: “Yo no quiero hacer lo que me dicen, yo sé lo que hago y nadie
me dice nada”.
¿Sabes cuántas personas de mundo y especialmente “cristianos” he
conocido con orgullo?
Personas
con una gran sensibilidad y un gran talento.
Pero absolutamente incompetentes para trabajo en equipo.
Son personas que cuando un superior les da una indicación, estos
se enojan de inmediato, o la ignoran.
El problema
es que no aprendieron a someterse a la autoridad.
Por eso, aquellos que no reaccionan de manera susceptible son
aptos para aceptar corrección.
Muchos han estado perdiendo
bendiciones, por no haber reconocido esta verdad antes. ---Yo me incluyo.
Cuando hay situaciones que nos desagradan en las que debemos someternos
a la autoridad de alguien.
Tendemos a reaccionar de manera hipersensible, y nos olvidamos que podemos pedirle
ayuda al Señor para lograrlo. ---Esa sería
la actitud correcta: Pedir la ayuda del Señor en vez de andar murmurando.
Si vas al Señor con esa petición y le preguntas el porqué de tu reacción,
Él te va a
ayudar. Eso sería actuar con fe. Pero Si por el contrario, te enojas reaccionando de manera hipersensible no
actúas en fe para nada.
Esas situaciones se nos presentan a diario, sea en tu hogar, en la
iglesia, en el trabajo, o donde fuere.
Todos los días, Dios te
brinda una nueva oportunidad para que reacciones de manera correcta. Amen.
Solo si aprovechas esa oportunidad y aprendes la lección, podrás
seguir adelante sin ese estorbo continuo en tu carácter.
Cuando no se obedece de inmediato, y se anda buscando la forma
de encontrar una excusa, ya deja de ser sumisión y pasa a ser compromiso
solamente.
Gran parte de las cosas que muchos catalogan como sumisión, no son
más que una mera conformidad, es decir:
Obedezco si es que estoy de acuerdo, de lo contrario no lo haré.
¿Cuántos de ustedes
están hoy en ese estado hipersensibles ante la autoridad?
Muchos “cristianos” solo asisten
a las iglesias para ver qué es lo que les conviene y que no le conviene.
Y cuando se les pide que hagan algo, son los primeros en buscar la
manera de negarse, por excusas.
Pero son los primeros en criticar y no dejar que otros obedezcan,
ni que crezcan espiritualmente.
Pretenden aplicar erróneamente en su hipersensibilidad el versículo
que dice:
“Recojo lo bueno y desecho lo malo”.
¿Pero qué es lo bueno
para ellos y que es lo malo?
Te lo diré: Para ellos lo bueno es que usted esté
de acuerdo siempre con lo que ellos piensan y quieren.
Y lo malo, es que no te metas con mis intereses y mi vida
personal.
En otras palabras: obedezco si es que
estoy de acuerdo, de lo contrario no lo haré.
Por eso le doy Gracias
al Señor por haberme enseñado a obedecerle de buenas ganas.
Y más aún obedecerle de buenas ganas sin mirar atrás, Apartando
mis sentimientos por la carne y el mundo.
Por eso hoy, no trato
de buscar excusas para no evadir su voluntad.
Si yo no obedezco o lo hago de malas ganas, en lo respecta a la
palabra de Dios, estaría hoy con un pensamiento de queja y disconformidad en mi
mente. ----Pero como obedezco con una buena
actitud, El Dios Padre, que está en los cielos, me gratificara.
El me enseño la lección
de que si le obedezco, mi vida tendría un mejor sentido espiritual.
¿Te das cuenta lo que te quiero decir?
¡Cuánto antes aprendamos la lección de obedecer, tanto más fácil
se nos hará en las próximas oportunidades!
La Palabra
nos enseña que si obedecemos su voz comeremos el bien de la tierra.
Por eso, insisto en decir que cada ministerio dentro de la iglesia
será más fructífero, si cumplimos con nuestro primer llamado, que es la
comunión con Él.
Si tenemos comunión con Él, y escuchamos y obedecemos su voz,
somos sensibles a su Espíritu.
Es decir: si nos sometemos a la sensibilidad del Espíritu Santo,
la sensibilidad Almática, la cual es molesta y desagradable, huiría de
nosotros.
Toda persona que no conocen
a Dios, Son personas obstinadas en su manera
de creer y de pensar,
Pero los que le conocen
saben que Él es un Dios bueno y tiene lo mejor para sus hijos.
Él es un Dios de paz y de gozo.
Iglesia si estamos cerca de Él, vamos a “contagiarnos” de esos atributos y “contagiar” también a los demás.
Cuando venga alguien a nosotros con algo que no nos agrade, entonces
estaremos tan “impregnados” de la presencia de Dios, que nuestra reacción será positiva.
Por eso cuando
conocemos de cerca a Dios, las cosas
cambian completamente, ya que no reaccionamos de manera egoísta sino que
consideramos siempre a los demás. Recordemos que:
NO servimos en primer lugar
para agradar a los hombres, sino para agradar a Dios.
La Biblia nos enseña que nuestras palabras deben estar siempre
sazonadas con sal (Colosenses 4:6).
Col
4:6 Que sus conversaciones sean cordiales y agradables,* a fin de que ustedes
tengan la respuesta adecuada para cada persona.
Cuando conocemos a Dios entonces tenemos la sensibilidad correcta
y hacemos las cosas cada vez mejor, y por sobre todo no somos egoístas.
Conocer a
Dios y escuchar su voz es lo más especial que un creyente puede experimentar.
Como dije antes, escuchar la voz de Dios nos eleva a niveles de
vida superiores y nos da el sostén que necesitamos cuando vienen los tiempos
difíciles.
Ahora, habrá momentos
cuando nos airemos por ciertas cosas que nos sucedan.
Pero eso sucederá muy de vez en cuando y será más bien la
excepción, si conocemos a Dios de verdad.
Solo es
posible conocer a Dios, cuando se tiene comunión con Él, para la cual hemos sido llamados,
Le conocemos más cuando se está cerca de Él, entonces le escuchamos su voz y se la obedece.
Entonces cualquier ataque del enemigo contra nosotros, resbalará.
Esto solo sucederá si eres un verdadero cristiano y vives apartado
del mundo y su maldad.
El resumen de este mensaje es:
No debemos reaccionar de manera susceptible a cualquier cosita que
nos digan y debemos ser perceptivos para la voz de Dios. ¡Amén!
Es decir:
Debo entregarme primeramente en la obra Dios y ser obediente en
todo, para que en lo demás me valle bien.
Porque solo agradando a Dios, seré bendecido y obtendré la vida
eterna.
Gracia y Paz
Pastor Rogers Infante
Si Usted también ha sido bendecido por este mensaje, le animamos a
compartirnos un breve testimonio, o simplemente un ¡gracias!
Escribanos, Nuestra dirección de contacto es: iglecristianapalabrayamor@hotmail.com
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