BIENVENIDOS

Gracia y Paz en Cristo Jesús, Amados, soy el Pr. Rogers Infante. Discípulo de la obra de Dios, Promotor y fundador de la Iglesia Cristiana Palabra y Amor. Doy gracias a Dios por la posibilidad que nos da, de poder llevar su evangelio por medio de la palabra escrita a todos sus hogares y sitio de trabajo. Con la intención de poder compartirlos con todos ustedes ya que está en evidencia la gran necesidad de contar con material netamente de evangelización, que sirviera para llegarles en forma de mensajes. Muchas almas han encontrado a Cristo, por este medio, cuyo fin, es que la "palabra de Dios corra y sea glorificada" (2 Ts 3:1). Amados, la venida de Nuestro Señor Jesucristo a buscar a su iglesia, esta cerca. Por tal motivo el enemigo de las almas, Satanás, aprovechará en este último tiempo para engañar a cuantos pueda en este mundo; lo cual la Biblia nos advierte que no ignoremos sus maquinaciones. (2Co.2:11). Vivimos una era de engaños, donde se predica un falso evangelio facilista y meramente emocional. Además de otras ciertas doctrinas ortodoxas de la cristiandad, debemos estar alertados de estos lobos rapaces disfrazados de ovejas y que por dentro son unos Anatemas que venden el evangelio de JESÚS, La doctrina del "arrepentimiento de pecados" es rara vez predicada como se debe. La salvación por gracia se ha desvirtuado y las perdiciones son basadas en discursos que tienen mucho de sensacionalismo, pero carentes de fundamento bíblico vital para la genuina conversión de las almas. (Heb.4:12).Por tal motivo es necesario, predicar un evangelio fiel a la Biblia. Tu testimonio personal y tu vida de consagración a los pies de Cristo, es el arma más poderosa, para llevar la palabra de Dios.

¡Que tu vida, y la mía, sean solo para LA GLORIA DE DIOS!

lunes, 29 de julio de 2013

El Justo Vivirá por su Fidelidad ante Dios.

Libro Bíblico: Habacuc
Hab.2:4 »¡Mira a los orgullosos! Confían en sí mismos y sus vidas están torcidas.
Pero el justo vivirá por su fidelidad a Dios.*
«La palabra de Dios nos dice que el hombre del cual vamos hablar hoy, no era un hombre centrado en sí mismo, y mucho menos preocupado solamente por la comodidad y seguridad suya y de su familia.
Este hombre era un verdadero patriota, estaba profundamente abatido por las condiciones morales y espirituales que le rodeaban. Amaba a su nación, y sabía que, al continuar quebrantando las leyes de Dios, cada vez estaba más cerca del precipicio de la destrucción.
Por esta causa, dos preguntas angustiosas brotaban de sus labios: “¿Hasta cuándo?” y “¿Por qué?”»

¿Alguna vez han querido hacer algo que tu hermano mayor hace, pero sus padres les han dicho que no pueden hacerlo?  --- ¿Se han sentido tristes porque no podían hacer lo mismo que sus hermanos mayores?

Vamos a hablar de un hombre llamado Habacuc.
Habacuc parece un nombre chistoso, pero Habacuc era un hombre que amaba a Dios.
Un día, Habacuc le dijo a Dios que estaba triste porque el pueblo estaba teniendo problemas.
Hab 1:1 Este es el mensaje que el profeta Habacuc recibió en una visión.
Hab 1:2 ¿Hasta cuándo debo pedir ayuda, oh SEÑOR? ¡Pero tú no escuchas! «¡Hay violencia por todas partes!», clamo, pero tú no vienes a salvar.
Hab 1:3 ¿Tendré siempre que ver estas maldades? ¿Por qué debo mirar tanta miseria? Dondequiera que mire, veo destrucción y violencia. Estoy rodeado de gente que le encanta discutir y pelear.
Hab 1:4 La ley se ha estancado y no hay justicia en los tribunales. Los perversos suman más que los justos, de manera que la justicia se ha corrompido.
¿Saben que le respondió Dios?
Dios le dijo a Habacuc que no se preocupará.
Dios le dijo a Habacuc que Él iba a cuidar de él.
Dios le hizo saber que lo amaba mucho.
Y Dios cuidó de Habacuc.
De la misma manera Dios nos ama a nosotros también.
Y no solo nos ama, sino que Dios sabe, cuándo las cosas se ponen difíciles para nosotros.
Dios te está diciendo hoy, por medio de su Poder de lo Alto,  que No te preocupes.
Que todo cuanto el enemigo te la ha quitado, él te lo regresará.

A Dios le agrada cuando nosotros hablamos con Él acerca de nuestros problemas y cuando oramos.
Dios promete siempre escuchar nuestras oraciones,
Y lo más importante también promete ayudarnos cuando le pedimos ayuda.

Abecés somos testigos de muchas cosas injustas, tanto para nosotros como para otros hermanos.
Y nos preguntamos:
¿Han visto a alguien que ha hecho algo malo, y nadie los vio?
Pero a ustedes los encontraron haciendo algo malo y los vieron.  ¿Cómo se sintieron?
Vamos a ver como se sentido este gran hombre, Habacuc.

Seguramente usted ha pensado que la vida es injusta
Posiblemente algunos de los que estamos aquí, hemos visto que la gente mala recibe todo lo que quieren mientras ustedes hacen lo bueno y no reciben nada?
Habacuc habló con Dios acerca de eso mismo.
Y hoy Dios hablara para ti, sobre la injusticia que ha venido ante ti.

Habacuc no entendía porque la gente mala estaba recibiendo todo,
Mientras el pueblo de Dios estaba batallando.
Habacuc pensaba y observaba que todo era injusto.
Por eso, Él le preguntó a Dios, ¿porque la gente mala no estaba siendo castigada?
Pero Dios le respondió a Habacuc que él se encargaría del pecado de la gente en su tiempo.

Hab 2:1 Subiré a mi torre de vigilancia y montaré guardia. Allí esperaré hasta ver qué dice el SEÑOR y cómo responderá* a mi queja. (2) Entonces el SEÑOR me dijo: «Escribe mi respuesta con claridad en tablas, para que un corredor pueda llevar a otros el mensaje sin error. (3) Esta visión es para un tiempo futuro. Describe el fin, y éste se cumplirá. Aunque parezca que se demora en llegar, espera con paciencia, porque sin lugar a dudas sucederá. No se tardará.
Hab.2:4 »¡Mira a los orgullosos! Confían en sí mismos y sus vidas están torcidas. Pero el justo vivirá por su fidelidad a Dios.* (5) La riqueza* es traicionera y los arrogantes nunca están tranquilos. Abren la boca tan grande como una tumba* y como la muerte nunca están satisfechos. En su avaricia juntaron a muchas naciones y devoraron a muchos pueblos. (6) »Pronto sus cautivos se burlarán de ellos. Se mofarán, diciendo:
“¡Qué aflicción les espera, ladrones! ¡Ahora tendrán su merecido! Se hicieron ricos por medio de la extorsión, pero ¿cuánto tiempo puede durar esto?”. (7) De repente tus deudores tomarán medidas. Se volverán en tu contra y te quitarán todo lo que tienes, mientras que tú te quedarás temblando e impotente. (8) Debido a que saqueaste a muchas naciones, ahora todos los sobrevivientes te saquearán a ti. Cometiste asesinatos por toda la tierra y llenaste los pueblos de violencia.
Hab 2:9 »¡Qué aflicción te espera a ti que construyes mansiones con dinero deshonesto! Crees que tu riqueza comprará seguridad y así pondrás el nido familiar fuera de peligro. (10) Sin embargo, por causa de los asesinatos que cometiste, deshonraste tu nombre y te costó la vida. (11) Hasta las piedras de los muros gritan contra ti y las vigas de los techos le hacen eco a la queja.
Hab 2:12 »¡Qué aflicción te espera a ti que construyes ciudades con el dinero adquirido mediante el crimen y la corrupción! (13) ¿No ha prometido el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales que las riquezas de las naciones se convertirán en cenizas? ¡Se esfuerzan mucho, pero todo es en vano!
Hab 2:14 Así como las aguas llenan el mar, la tierra se llenará del conocimiento de la gloria del SEÑOR.
Hab 2:15 »¡Qué aflicción te espera a ti que emborrachas a tus vecinos! Los obligas a beber para regodearte de la vergüenza de su desnudez. (16) Sin embargo, pronto te llegará el turno de ser deshonrado. ¡Ven, bebe y demuestra tu desnudez!* Bebe de la copa del juicio del SEÑOR y toda tu gloria se convertirá en vergüenza.
Hab 2:17 Derribaste los bosques del Líbano. Ahora serás derribado.
Destruiste los animales salvajes, ¡ahora el terror de ellos será el tuyo! Cometiste asesinatos por toda la tierra y llenaste los pueblos de violencia.
Hab 2:18 »¿De qué sirve un ídolo tallado por hombres o una imagen fundida que te engaña? ¡Qué necio es confiar en algo elaborado por tus propias manos, un dios que ni siquiera puede hablar!
Hab 2:19 ¡Qué aflicción te espera a ti que les dices a ídolos de madera: “Despierten y sálvennos!”. A imágenes de piedra, mudas, dices: “¡Levántense y enséñennos!”. ¿Podrá un ídolo decirte qué hacer? Aunque estén recubiertos de oro y plata, por dentro no tienen vida.
Hab 2:20 Pero el SEÑOR está en su santo templo. Que toda la tierra guarde silencio delante de él».

Dios sabía que la gente estaba haciendo lo malo,
Y Dios sabe que en este tiempo el hombre malo recibirá su castigo por parte de Dios.  
---Dios los va a castigar duramente.

Dios le dijo a Habacuc que otro pueblo los iba a invadir y a destruir.
Pero en este tiempo, Dios mandara su ira, contra los perversos, inicuos e idolatras.

En el capítulo 3, encontramos que Habacuc tenía miedo por lo que iba a suceder.
Dice en el verso 16 que su corazón palpitaba fuerte y sus labios temblaban.
Hab.3:16 »Al oír esto, me estremecí por dentro; mis labios temblaron de miedo. Se me doblaron las piernas,* caí y temblé de terror. Esperaré en silencio el día venidero cuando la catástrofe golpee al pueblo invasor.
Pero Habacuc decidió confiar en Dios y poner absolutamente su esperanza en él.

Cuando estamos presintiendo que nuestra vida corre peligro, debemos poner nuestra esperanza en Dios.
Y permitirle que sea el quien salga en pos de nosotros.
Habacuc sabía que Dios le iba a ayudar, y que Dios iba a cuidar de él.
Así mismo debemos pensar nosotros de Dios.
Debemos tener plena seguridad y nunca jamás dudar de su ayuda y amor incondicional.
Habacuc confiaba en Dios.
Él estaba seguro que Dios cuidaría de él.
Él puso toda su confianza y toda su esperanza en Dios.

Pero nos hacemos la pregunta del millón: ¿Por qué le suceden cosas buenas a la gente mala?
Iglesia escuche bien,
Dios nunca premia al malo, ni mucho menos a la persona injusta.
Lo que pasa es que los malos o las personas injustas, creen recibir cosas buenas, y creen que esas cosas provienen de Dios.
Pero la realidad es otra, esas cosas que supuestamente parecen buenas, solo provienen del maligno.
Y son cosas temporales, son distracciones para que te alejes de Dios.
Satanás, el padre de la mentira, Utiliza todas sus artimañas y artillerías con el propósito de que todos crean que lo que reciben son cosas buenas, y así poder mantenerlos donde están, perdidos e ignorantes.

Satanás sabe engañar a los débiles, y mientras estas personas adoran ídolos, y crean contiendas entre ellos, el los premia, haciéndoles creer que sus oraciones o rezos falsos, son premiados por el verdadero Dios, cuando todos sobemos que no es así.

De esa manera las personas creen que están con el Dios verdadero.
Y creen que lo que están haciendo es bueno.
Pero hay una verdad que no se puede ocultar y que el hombre malo o la mujer mala, jamás podrán recibir las cosas buenas de Dios.
Dios solo bendice al que hace su voluntad.
Y su voluntad es que le obedezcamos, y que aceptemos a su Hijo Jesucristo, como nuestro salvador.
Todo hijo espiritual de Dios tiene su esperanza puesta en su Padre celestial.
Y todo hijo del diablo tiene su esperanza en lo carnal y material.

Dice la palabra de Dios: —Yo soy la resurrección y la vida.* El que cree en mí vivirá aun después de haber muerto. (Jn.11:25)

Habacuc usó un ejemplo para ayudarnos a recordar esto.
En el capítulo 3 verso 19 nos compara a un venado.
Hab.3:19 ¡El SEÑOR Soberano es mi fuerza! Él me da pie firme como al venado,* capaz de pisar sobre las alturas».
Las cabras y los venados pueden subir precipicios escarpados de montañas.
Pueden caminar seguros sin estar en peligro.
Habacuc decía que estamos en lugares peligrosos pero podemos confiar en Dios,
Él nos guardará del peligro y nos mantendrá seguros.

No siempre podemos entender porque es que la gente mala recibe supuestamente cosas buenas.
Pero podemos recordar que Dios va a castigar a las personas que hacen el mal, tanto de pensamientos como de obras.
En Habacuc 1:13 dice que Dios es puro y no tolera el pecado.
Hab.1:13 Pero tú eres puro y no soportas ver la maldad. ¿Serás indiferente ante la traición de ellos? ¿Guardarás silencio mientras los perversos se tragan a gente más justa que ellos?

Dios juzgará a esta gente y nosotros compadeceremos ante su tribunal de justicia.
Todos vamos a compadecer ante el tribunal de cristo.
No en el tribunal de María, ni mucho menos en el tribunal del papa.
La palabra de dios dice bien claro: “Ante el tribunal de cristo” el único que intercede por nosotros.
2Cor.5:10 Pues todos tendremos que estar delante de Cristo para ser juzgados. Cada uno de nosotros recibirá lo que merezca por lo bueno o lo malo que haya hecho mientras estaba en este cuerpo terrenal.

Dios es puro, limpio, y santo. Dios no permite nada sucio en su presencia.
Entonces cabe la pregunta ¿Cómo podemos ir al cielo?
Dios nos ama tanto que proveo la manera.
Dios envió a su hijo, Jesús, y Él murió por nuestros pecados.
Es decir: Jesús tomo nuestro castigo.

Si le pedimos perdón a Dios por nuestros pecados, Él nos limpia de todo pecado y nos perdona inmediatamente.
Él promete estar con nosotros para siempre. ¿Le gustaría invitar a Jesús a su corazón y a su vida?
En su tiempo libre, dígale a su amigo, vecino, que Jesús prometió estar con aquellos que le reciban.
Hable con los niños de lo que significa tener un corazón limpio.
Enséñeles a sus hijos, esposa, esposo, la palabra de Dios, en vez de otras cosas.

Solo así podemos ser perdonados y agradecidos con Dios.
Todos nosotros debemos ser agradecidos con lo poco o mucho que tenemos.
Agradézcale a Dios si tenemos todo lo esencial en esta vida.
Para bien o para mal, hay que ser agradecido.
1Tim.6:8 Así que, si tenemos suficiente alimento y ropa, estemos contentos.

Pero cuáles son esas cosa esenciales de la vida.
Principalmente, la palabra de Dios, y la oración verdadera, pura y sin manchas.
Luego los alimentos, y las prendas de vestir deberían ser motivos de agradecimiento también.
Nuestra salud y bienestar.
Deberíamos dar gracias por todo en la vida.
1Ts.5:18 Sean agradecidos en toda circunstancia, pues ésta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús.
Habacuc, Fue un profeta que prometió ser agradecido en tiempos difíciles.
Él Amaba a Dios, lo bastante como para agradecerle incluso en la adversidad.

Pero ¿Cómo se puede ser agradecido cuando las cosas son difíciles?
Cuando la provisión de Dios cambia, agradezca que Él no cambie.
En el (v.17) del Cap. 3 Habacuc considera que perderán cosas importantes para la economía, tales como:
La higuera no florecerá en ningún lado.
No habrá fruto en las vides.
Los olivos no producirán absolutamente nada.
Los campos de labranza no darán cosechas, serán estériles.
El granado y las ovejas se perderán, morirán.

Pero a pesar de todo esto, este profeta dice que de todas maneras estará agradecido aunque las condiciones económicas cambien.
Iglesia sea agradecido aunque su situación económica cambie.
Sea agradecido, aunque su vida este pasando por momentos difíciles.
Sea agradecido aunque otros, no lo sean con usted.
El pueblo de Dios, Cambio en Egipto (7 años de escasez) pero Dios estuvo allí.
Satanás toco la vida de Job (perdió sus riquezas) pero Dios se las multiplico.
Todo puede cambiar debido a la pérdida de la salud o incluso debido a las malas inversiones.
Pero debemos estar seguros que Dios nunca nos abandonara. Amen.

Dios no cambia, el que cambia es usted, por su forma de ser.
Me atrevo a decir, que usted cambia, es porque el espíritu de Dios, NO esta en usted.
Mal.3:6 »Yo soy el SEÑOR y no cambio. Por eso ustedes, descendientes de Jacob, aún no han sido destruidos.
Heb.13:8 Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre.  --- por lo tanto, sea agradecido
Cuando esté sufriendo, agradezca por su salvación.
Hab.3:18 ¡aun así me alegraré en el SEÑOR! ¡Me gozaré en el Dios de mi salvación!


Mientras estemos en esta vida, jamás estaremos sin problemas.
Todo en cuanto a nosotros es frágil, la vida en sí misma es incierta.
Pero todo hijo de Dios sabe que la salvación provee vida eterna.
Vida eterna prometida (Juan 3:16; 5:24; 1Jn.5:11-13)

Nunca te limites por lo que has pasado en estos pocos años de lágrimas,
El cielo nos espera (Jn.14:1-6)
Iglesia escuche bien,
Lo mejor está todavía por venir (1Ped.1:3-4)
1Ped.1:3-4 Que toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Es por su gran misericordia que hemos nacido de nuevo, porque Dios levantó a Jesucristo de los muertos. Ahora vivimos con gran expectación (4) y tenemos una herencia que no tiene precio, una herencia que está reservada en el cielo para ustedes, pura y sin mancha, que no puede cambiar ni deteriorarse.

Cuando estamos atravesando por pruebas podemos triunfar en Cristo.
Hab.3:19 ¡El SEÑOR Soberano es mi fuerza! Él me da pie firme como al venado,* capaz de pisar sobre las alturas».
El Señor es mi fortaleza (Sal. 17:1; Is. 40:31; Fil. 4:13)
El hará mis pies como los de gacela (ágiles y llenos de gracia)
El me hará andar en lugares más altos, Tierra más alta.
Él es siempre suficiente para la ocasión (Jer.32:27)  Amen.

Y ya para terminar queridos hermanos,
Quiero decirles que este pasaje contiene una de las más hermosa muestras que se halla en la Biblia,
El Poder y el amor de Dios, se revela a los creyentes.

La expresión es la de una mente que detesta las alegrías terrenales y que se acostumbra a hallar la mayor realización de sus deseos en Dios.

Iglesia, nunca se le olvide dar gracias en todo (1Ts.5:18)
Debemos ser agradecidos porque hay un propósito en nuestras dificultades.
Debemos ser agradecidos por las dificultades que no hemos sufrido aun en nuestra vida.

Gracia y Paz

Pastor Rogers Infante.

domingo, 21 de julio de 2013

DESCUIDANDO MI VIÑA

Pastor Rogers Infante, Mensaje del domingo 21 de julio de 2013
En la Iglesia Cristiana Palabra y Amor. Barranquilla - Colombia
Texto Bíblico: Cantar de los Cantares 1:6.
Cnt.1:6 No me miren así por ser morena, el sol ha bronceado mi piel. Mis hermanos se enojaron conmigo; me obligaron a cuidar de sus viñedos, por eso no pude cuidarme a mí misma, mi propio viñedo.

Gracia y paz para todos mis hermanos en la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo, el cordero inmolado que ahora está a la Diestra del Todopoderoso.
El capítulo 1 de Cantar de los cantares, en el versículo 6 podemos analizar que en el texto hay una expresión en la primera persona del singular: “Me obligaron o Me pusieron.”
Por lo tanto, queridos hermanos, el mensaje de hoy, será de un sentido personal para cada uno de nosotros, y tiene que ser personal primero para el predicador, y luego para cada una de las personas aquí presente. Amen.

¡En esta hora debemos pensar menos en los demás y más en nosotros mismos!
¡Que el mensaje de hoy sea de valor práctico para nuestro propio corazón!
Que sea un mensaje que les contriste y le motive a ver su estado de vida.
Posiblemente traerá recuerdos desdichados, pero no debemos sentir temor a esa santa aflicción que es salud para el alma.  Puesto que en este texto la esposa habla de sí misma:
…me obligaron a cuidar de sus viñedos, por eso no pude cuidarme a mí misma, mi propio viñedo. (NTV)
 “Me pusieron a guardar las viñas; y mi viña, que era mía, no guardé,”  (RV60)
Cada uno de nosotros ha de tener su propio ejemplo, y pensar en su propia persona.

En el texto encontramos el lenguaje de una queja.
Todos nosotros somos muy propensos a quejarnos, especialmente de otras personas.
Abrir agujeros en la reputación de otros individuos, y aunque es malo, sin embargo, numerosas personas pasan horas dedicadas en esa improductiva ocupación.

Sería muy bueno permitir nuestra queja, al igual que la del texto,  y que nos enfoquemos en nuestra propia persona.
Si algo anda mal en casa, que el padre se culpe a sí mismo;
Si hay algún problema con los hijos, que la madre revise su propia conducta personal como su instructora.
No prestemos atención a lo que sucede afuera, sino que debemos prestar atención a lo que ocurre en casa.
Abramos un conducto que esté conectado al corazón, de tal manera que todo lo que se diga se introduzca en el espíritu y purifique al ser interior.
Desde lo profundo del corazón hagamos esta confesión:
…me obligaron a cuidar de sus viñedos, por eso no pude cuidarme a mí misma, mi propio viñedo.

Hagamos del texto algo práctico.
No debemos quedarnos satisfechos con haber expresado el lenguaje de una queja;
Más bien, hemos de deshacernos de los males que deploramos.
Si hemos actuado mal, debemos esforzarnos por actuar correctamente.
Si hemos descuidado nuestra propia viña, debemos confesarlo con la debida humildad,
Pero no debemos continuar descuidándola.
Es decir: por andar cuidando la viña de otros, nuestra propia viña que es nuestra, no la cuidamos.

Debemos pedirle a Dios que salgan buenos resultados de las lamentaciones por nuestras propias fallas, de tal manera que, antes de muchos días, podamos comenzar a guardar cuidadosamente nuestras viñas por la gracia de Dios; y entonces cumpliremos mejor con nuestro oficio de guardadores de las viñas de otros, si fuéramos llamados a un empleo así.

Hay dos cosas sobre las cuales voy a reflexionar en este momento.
La primera es que hay muchas personas cristianas, que se vean forzadas a confesar que la mayor parte de sus vidas la pasan en oficios que no son propiamente el suyo.
Es decir: Voy a describir al obrero que ha olvidado su llamamiento celestial.
La Segunda es que voy a tomar una perspectiva más general, y voy a tratar con los que están asumiendo otros trabajos, y están descuidando su propia vocación. Es decir:
El cristiano que ha olvidado su excelso y celestial llamamiento.

Iglesia, El día en que ustedes y yo nacimos de nuevo, nacimos para Dios. Por esa razón no debemos ser esclavos del mundo, y como no soy esclavo del mundo, debo cuidar mi propia viña.
El día en que vimos que Cristo murió por nosotros, quedamos comprometidos a morir para el también.
El día en que fuimos resucitados por el Poder de lo Alto, el Espíritu Santo nos llevó a una vida nueva, esa vida quedó obligada a ser una vida consagrada a Dios, única y exclusivamente a él.
Por esa razón “usted no se pertenece porque fue comprado a precio de sangre.”
El cristiano verdadero es uno que ha sido vivificado con una vida que vive para Dios.
Es el que ha salido del dominio del mundo, de la carne y del demonio.
Ese es el cristiano verdadero, aquel que recobro su libertad e identidad, para adorar a Dios.
2Cor.5:14-15  El amor de Cristo nos obliga,  porque estamos convencidos de que uno murió por todos,  y por consiguiente todos murieron. (15)  Y él murió por todos,  para que los que viven ya no vivan para sí,  sino para el que murió por ellos y fue resucitado. Esto mis amados hermanos, no lo podemos negar.
¡Usted debe admitir diariamente, que tienen un llamamiento excelso, santo y celestial!
Pero a pesar de ese llamado excelso, santo y celestial. 

Nos hemos visto obligados a ser guardadores de otras viñas, descuidando la nuestra.
La mayoría de los hombres hablan de sus salarios como “duramente ganados,” y yo creo que en muchos casos dicen la pura verdad.
Hay hogares cristianos que están siendo descuidados, porque están tratando de cuidar más las viñas de otros, y la viña propia, han descuidado.
Usted puede notarlo en los bajos rendimientos que su viña propia produce.

Muchas horas del día tienen que ser invertidas en nuestras ocupaciones.
Despertamos por la mañana y pensamos en lo que tenemos que hacer, incluso, hasta en lo que no debemos hacer.  En la noche regresamos cansados a la cama por lo que hemos hecho, y lo que no debimos hacer.
Déjame decirte algo:
Así es como debe ser, pues Dios no nos hizo para que nos divirtiéramos y jugáramos, como leviatanes en las profundidades.  Aun en el Paraíso, el hombre recibió instrucciones de que labrara el huerto.
Todo hombre debe hacer algo, especialmente todo cristiano.
De tal manera que la viña, que es nuestra, No la descuidemos.
Adán y Eva, descuidaron su viña y la perdieron.
Si usted descuida su viña, por andar cuidando la viña ajena, llegara el ladrón y hurtara su viña.
El que tenga oído para oír, que escuche, lo que el espíritu está diciendo.
Es un ultimatos del Señor tu Dios.

Pero regresemos al punto donde comencé.
El día en que nacimos de nuevo, todos cuantos somos nuevas criaturas en Cristo Jesús comenzamos a vivir para Dios y no para nosotros.
Ahora pregunto: ¿Hemos llevado esa vida?
Hemos trabajado arduamente, pero nos hacemos la pregunta nuevamente:
¿Para qué hemos trabajado?
¿Quién ha sido nuestro jefe?
¿Con qué propósito nos hemos afanado?
Si hemos sido leales a la profesión de cristiano, entonces quiere decir que he vivido y he trabajado para Dios, para Cristo, para el reino de los cielos.
Pero ¿ha sido efectivamente así? y ¿es así ahora?

Muchos están trabajando muy duro por alcanzar riquezas, lo que quiere decir, para el YO, enriquecidos.
Otros trabajan por una subsistencia, lo cual significa, ir más lejos de lo que hacen todavía, para el YO.
Otros en cambio trabajan para sus familias, un motivo lo suficientemente bueno a su manera, Pero que sigue siendo una extensión del YO, después de todo.

El cristiano tiene que tener siempre un motivo mucho más excelso, más profundo, más puro, más verdadero que el YO en su más amplio sentido.
Pues, de lo contrario, el día vendrá cuando consideren su vida pasada, y digan: “Me pusieron a guardar las viñas; y mi viña, que era mía”  (ósea al servicio de Cristo, la gloria de quien me compró con Su sangre) —“no guardé.”

Me parece que sería una terrible calamidad volver la mirada veinte años atrás, y decir:
“¿Qué he hecho por Cristo en todos esos veinte años?
¿Cuánto de mi vida, fue invertida en un esfuerzo para darle la gloria a Él?
He recibido talentos: ¿cuántos de esos talentos han sido utilizados en favor de quien me los dio?
He tenido riquezas, o he tenido influencia. ¿Cuánto de ese dinero y de esa influencia he usado específicamente para mi Señor y para promover Su reino?”
Has estado ocupado con ese capricho, o motivo ajeno; pero,
¿Has vivido como desearías haber vivido cuando venga nuestro Señor en su gloria?
¿Has actuado de tal manera para que tú mismo te juzgues cuando tu Dios y Señor venga para llamarte a cuentas?

Invito a todas mis ovejas a que lancen una mirada retrospectiva, y vean solamente si han guardado sus propias viñas.
Yo supongo que han trabajado duro. Pero se han preguntado: ¿han guardado sus propias viñas?
¿Han servido al Señor en todas las cosas?

Estoy medio temeroso de dar un paso más lejos.
En una buena medida, no hemos sido fieles a nuestras propias profesiones.
Nuestra obra más excelsa ha sido desatendida; es decir NO hemos guardado nuestras propias viñas.
Al mirar hacia atrás, reconocemos: Que hemos pasado muy poco tiempo en comunión con Dios!
Qué nuestros pensamientos ha sido ocupado por la meditación, la contemplación, la adoración, y otros actos de devoción.
¡Los cristianos de hoy, no están inspeccionando la belleza de Cristo, Su persona, Su obra, Sus sufrimientos, Su amor inagotable, su gloria y la esperanza que nos da!
Afirmamos y decimos que el tener comunión con Cristo es “el cielo en la tierra”
Pero, ¿tenemos comunión con Él realmente?

Algunos cristianos, profesamos que no hay lugar como el propiciatorio,
Pero, ¿cuánto tiempo pasamos en ese propiciatorio?
En nuestra casa, tenemos lugares para todas y cada cosa del mundo.
Pero tenemos un lugar para Dios, permanentemente.
Hay un lugar para la cocina, para el aseo personal, el aseo del hogar, en lugar donde dormimos, un lugar donde recibimos las visitas, un lugar donde ver la TV. Un lugar donde colocar adornos.
¿Pero tenemos un lugar específico para Dios?
¿Un lugar donde podamos pasar un buen tiempo con él para hablarle?
Algunos dirán: Para eso está la iglesia.
Entonces no se queje si en su casa usted ha creado un lugar para satanás, y todo le está saliendo mal.
Porque así como tenemos un lugar para todo.
Búsquele también un lugar para nuestro Dios en tu corazón y mente.
Y permítele que él sea el dueño de tu casa.

Con frecuencia decimos que la Palabra de Dios es preciosa, que cada una de sus páginas resplandece con una luz celestial, pero, ¿La estamos estudiando, para ponerla en práctica?

Amada iglesia, ¿cuánto tiempo le dedicas a la palabra de Dios, fuera de la iglesia?
Me atrevería a decir que la mayoría de los cristianos pasan mayor tiempo:
Leyendo el periódico trágico, que la Palabra de Dios.
Viendo la TV, que la palabra de Dios.
Chismoseando y ablando mal del otro, que la palabra de Dios.
En otras palabras: Procuran y Aportan que la obra de satanás crezca más cada día, que la obra de Dios.
Espero ser demasiado severo al decir esto, pero me temo, y creo fielmente, que no lo soy.

Seguramente los libros más reciente, de historietas sentimentales, merezcan su atenta lectura, y en cambio, las divinas, e indecibles profundidades del conocimiento celestial, son desatendidos por los cristianos de hoy.

Nuestros antepasados eran hombres fuertes porque sus vidas se basaban en las Escrituras.
Nadie se les oponía en su día, pues se alimentaban de buenas viandas, mientras que hoy existen muchos falsos que se hacen llamar “cristianos”, pero son demasiado aficionados a los alimentos dañinos.
Que tristeza, ver a “cristianos” comer del verde producto de las viñas de Satanás, y desprecian enteramente los frutos de las viñas del Señor.

Piensen en nuestro descuido, para con nuestro Dios, y comprueben si no es cierto que le hayamos tratado muy mal. Hemos estado en el taller, en la oficina, en los mercados, en los campos, en las bibliotecas públicas, en la sala de conferencias, y en muchos debate; durante nuestra vida.
Pero nuestros propios aposentos y estudios, nuestro caminar con Dios y nuestra comunión con Jesús, todo eso lo hemos descuidado grandemente, por el temor al qué dirán.
Además, estamos permitiendo que la viña del santo servicio para Dios se vaya a la ruina.
Yo les preguntaría: ¿qué pasa con el trabajo para el que su Dios los llamó?
Las personas se están muriendo; ¿los están salvando ustedes, con la palabra?

Esta gran ciudad es como una caldera hirviente, que bulle y borbotea con infame iniquidad;
¿Somos en verdad nosotros un poder que trabaja por la justicia de Dios?
¿Cuánto bien hemos hecho?
¿Qué he hecho para arrebatar tizones del incendio?
¡Vamos, háganse estas preguntas y respóndanlas honestamente!
Es más, cuidadito con evadirla diciendo: no tengo ninguna habilidad, o no sé cómo hacerlo”
Me temo que usted, cuentan con una mayor habilidad que les permitiría dar cuentas con gozo, cuando el Nuestro Señor venga en el último gran día.

Ustedes tienen el remedio divino: ¿se lo han proporcionado a estos enfermos y moribundos?
Ustedes tienen la palabra celestial que puede librarlos de la destrucción:
¿No podrían muchos de ustedes decirse: “he sido un sastre, un tendero, un mecánico, un comerciante,” o “he sido un médico y he atendido a estos llamamientos; pero mi propia viña, que era de mi Señor, que estaba obligado a cuidar primero que nada, no guardé”?

Bien, ahora, ¿cuál es el remedio para esto?
No necesitamos hablar más de nuestras fallas; cada uno de nosotros debe hacer su propia confesión personal, y luego buscar la enmienda.
Yo creo que el remedio es uno muy grato.
No sucede con frecuencia que la medicina sea agradable, pero en este momento yo les prescribo una dosis, y es que busquen el versículo siguiente a mi texto. Léanlo:
Cnt.1:7 Dime, mi amor, ¿hacia dónde llevarás hoy tu rebaño? ¿Dónde harás descansar tus ovejas al mediodía? ¿Por qué tendría yo que vagar como una prostituta* entre tus amigos y sus rebaños?

Iglesia, Acudan a Dios, y en Él encontrarán el remedio para su vida.
Pregúntenle dónde apacienta Su rebaño, y si usted hace parte de él.
Entiendan que él que tiene comunión con Cristo, el Hijo de Dios, posee un corazón cálido.

No puedo evitar recordarles algo que he mencionado con frecuencia, es decir, las palabras de nuestro Señor a la iglesia de Laodicea.  Esa iglesia había llegado a ser tan mala, que Él dijo: ¡te escupiré de mi boca!
Y, sin embargo, ¿cuál fue el remedio para esa iglesia?
Apoc.3:20 »¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos.
Te aseguro y estoy convencido totalmente que después de cenar con Cristo, no serás más tibio.
Nadie puede decir: “no soy ni frío ni caliente” después de haber estado en Su compañía.
Más bien se preguntarán: “¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino?”

El que vive en Cristo y camina con Él, nunca es frío ni lento en el servicio divino.
¡Acudan a su Señor, entonces!

Vengan, y busquen más a su Señor, lean su palabra, y pronto comenzarán a guardar su propia viña;
Pues en el Cantar verán que se efectuó un feliz cambio.

Iglesia, El Señor nos conceda, que esta grata palabra que he hablado tanto para mí como para ustedes, sea bendecida para todos nosotros. Amen.

Gracia y Paz

Pastor Rogers Infante.

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