Pastor
y Administrador Rogers Infante. Mensaje
del domingo 8 de septiembre de 2013
Texto
Bíblico 1REYES 17–18
Gracia y Paz para todos mis hermanos en la obra de Dios Padre y de
su Hijo Jesucristo, El cordero inmolado que ahora se encuentra a la diestra del
Padre.
Iglesia dondequiera que una nación cae en el pecado y la
idolatría, Dios envía profetas para llamarlos a que
vuelvan a la verdadera fe.
El profeta Elías, no era sólo un «pronosticador»; era también un «proclamador» que anunciaba el juicio de Dios y exponía los pecados del pueblo.
Tal profeta fue Elías tisbita (nativo del pueblo de Tisbi), un hombre «sujeto a pasiones semejantes a las nuestras» (Stg 5.17), y sin embargo con gran valor y fe.
Stg 5:17 Elías era tan humano como
cualquiera de nosotros; sin embargo, cuando oró con fervor para que no cayera
lluvia, ¡no llovió durante tres años y medio!
En estos dos capítulos vemos a Elías obedeciendo dos mandamientos
del Señor: «Escóndete»
y «Muéstrate».
Analicemos los dos Ministerio del Profeta Elías:
En primer lugar vemos:
El Ministerio Privado de Elías: «Escóndete» (1Reyes.17)
Lucas 4.25 nos dice que la sequía duró tres años, pero en 1 Reyes 18.1 hallamos que la competencia en el monte Carmelo
se efectúa «en el tercer año».
Sin duda la sequía comenzó seis meses antes de que Elías
apareciera de repente en el palacio de Acab para proclamar que la sequía
duraría otros tres años.
La falta de lluvia a menudo era un castigo por los pecados del
pueblo.
DeuT.11:13-17 »Si obedeces
cuidadosamente todos los mandatos que te entrego hoy y si amas al SEÑOR tu Dios
y lo sirves con todo tu corazón y con toda tu alma, (14) él mandará las lluvias
propias de cada estación —las tempranas y las tardías—, para que puedas juntar
las cosechas de granos, el vino nuevo y el aceite de oliva. (15) Te dará buenos
pastizales para que se alimenten tus animales, y tendrás todo lo que quieras
comer. (16) »Pero ten cuidado. No dejes que tu corazón sea engañado y entonces
te alejes del SEÑOR y sirvas y rindas culto a otros dioses. (17) Si haces eso,
el enojo del SEÑOR arderá contra ti. Entonces cerrará el cielo y detendrá la
lluvia, y la tierra dejará de producir sus cosechas, así que pronto morirás en
esa buena tierra que el SEÑOR te da.
Acab y su malvada esposa pagana Jezabel condujeron al pueblo a la
adoración de Baal, una religión tan degradante que no nos atrevemos a
describirla.
Los tres años adicionales
de la sequía fueron una respuesta a la oración de Elías (Stg 5.17).
Después de dar el mensaje, el profeta se retiró tres años del
ministerio público y durante este tiempo el Señor en su gracia cuidó de él.
El siervo obediente
siempre puede depender del cuidado fiel de su Maestro.
Nótense las tres disciplinas que Elías experimentó:
1. El arroyo seco (vv.
2–7).
Dios le dijo a Elías exactamente a dónde ir y qué hacer.
Prov.3:5-6 Confía en el SEÑOR con todo tu
corazón, no dependas de tu propio entendimiento. (6) Busca su voluntad en todo
lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar.
Dios retiró de Israel el ministerio de Elías como otro castigo por
sus pecados
Sal
74:7-9
Redujeron tu santuario a cenizas; profanaron el lugar que lleva tu nombre. (8)
Luego pensaron: «¡Destruyamos todo!». Entonces quemaron por completo todos los
lugares de adoración a Dios. (9) Ya no vemos tus señales milagrosas; ya no hay
más profetas, y nadie puede decirnos cuándo acabará todo esto.
El Señor le permitió a Elías, beber del arroyo y todos los días le
proveía de pan y carne entregados por los cuervos.
El cuervo es la primera ave mencionada en la Biblia (Gn.8.7); era un ave inmunda y sin embargo Dios la usó
para ayudar a su siervo.
Observe que mientras el Profeta Elías disfrutaba de pan, agua y
carne en el lugar designado por Dios, los cien profetas escondidos en cuevas (18.4) tuvieron que conformarse sólo con pan y agua.
1Reyes.18:4 Cierta vez, cuando Jezabel
intentaba matar a todos los profetas del SEÑOR, Abdías escondió a cien de ellos
en dos cuevas; metió a cincuenta profetas en cada cueva y les dio comida y
agua).
Pero llegó el día cuando el arroyo se secó.
¿Quería esto decir que Elías había pecado o que estaba fuera de
la voluntad de Dios? ¡No!
Sencillamente significaba que Dios tenía otro lugar para él y era
un recordatorio a Elías de que confiara en el Señor y no en el arroyo.
2. La vasija vacía (vv.
8–16).
La Palabra de Dios siempre guía al siervo de Dios a un tiempo de
prueba.
Pero qué extraño mandamiento: «Vete a territorio gentil en donde una viuda te alimentará».
Lucas 4.22–26. Todos hablaban bien de él y estaban
asombrados de la gracia con la que salían las palabras de su boca. «¿Cómo puede
ser? —preguntaban —. ¿No es éste el hijo de José?». (23) Entonces Jesús les
dijo: «Seguramente ustedes me citarán el proverbio que dice: “Médico, cúrate a
ti mismo” para decirme: “Haz milagros aquí en tu propio pueblo como los que
hiciste en Capernaúm.” (24) Pero les digo la verdad, ningún profeta es aceptado
en su propio pueblo. (25) »Sin duda había muchas viudas necesitadas en Israel
en el tiempo de Elías, cuando los cielos se cerraron por tres años y medio y un
hambre terrible devastó la tierra. (26) Sin embargo, Elías no fue enviado a
ninguna de ellas. En cambio, lo enviaron a una extranjera, a una viuda de
Sarepta en la tierra de Sidón.
«Sarepta» significa «refinamiento»; y Dios sin duda ponía a
su siervo en el horno.
Imagínese los sentimientos de Elías cuando descubrió cuán pobre
era la viuda y ella estaba a punto de preparar su última comida.
Pero los mandamientos de Dios nunca son errados; porque cuando la viuda puso a Dios primero (al
obedecer los mandamientos de Elías), Dios proveyó para ella, su hijo y su huésped.
Nótese en el versículo 14 que Elías honró al Señor Dios de Israel ante esta mujer gentil.
Todo lo que Dios pide es que le demos lo que tenemos y Él se
encargará del resto.
Él puede alimentar a miles con sólo unos pocos panecillos y
pescados.
3. El muchacho muerto
(vv. 17–24).
El arroyo seco fue la
prueba para Elías; la muerte del muchacho fue la prueba para la viuda.
Por lo general, a las grandes bendiciones de Dios le siguen
grandes pruebas.
Es desafortunado que la fe de la viuda fallara, como se indica en
el versículo 18;
Hoy en día muchos creen en Dios, pero su fe no les alcanza para que
sus oraciones tengan efecto.
Sal
119:75
SEÑOR, sé que tus ordenanzas son justas; me disciplinaste porque lo necesitaba.
1Sam.3:18
Entonces Samuel le contó todo a Elí; no le ocultó nada. —Es la voluntad del
SEÑOR —respondió Elí—. Que él haga lo que mejor le parezca.
Estas son la manera correcta de reaccionar a la desilusión y las pruebas.
«Dame acá tu hijo» es la respuesta de Elías,
Porque sabía que Dios podía devolver al muchacho la vida.
Este es el primer ejemplo
de resurrección en la Biblia.
El profeta llevó el cadáver a su habitación privada (una en el
terrado) y allí oró a Dios por la vida del muchacho.
Nótese que agonizaba por el joven e incluso tendió su cuerpo sobre
el cadáver.
Qué ejemplo para nosotros hoy, los que procuramos «levantar a los muertos» espirituales.
El milagro produjo un testimonio de fe de parte de la mujer.
En segundom lugar vemos:
El Ministerio Público de Elías: «Muéstrate» (1Reyes.18)
Después de la preparación y la prueba en privado, el profeta ahora
está listo para su ministerio público, así que Dios le ordena que vaya a ver al
malvado rey Acab (véase 16.33).
Debemos admirar la paciencia de Elías al esperar tres años para
predicar un sermón.
Primeros veamos a:
A. Elías y Abdías (1Reyes.18:1–16).
Abdías es un cuadro del creyente que hace componendas, es decir
una persona que (Todo lo hace incompleto y
aparenta ser lo que no es) y su vida está en contraste directo con la de
Elías, quien servía al Señor públicamente y sin temor.
Abdías servía a Acab (vv. 7–8) y trataba de servir a Jehová en secreto (vv. 3–4).
Muchos quieren hacerles creer a los demás que le sirven a Dios
en secreto.
Elías estaba «fuera del campamento» (Heb.13.13);
Abdías estaba dentro del palacio.
Elías conocía la voluntad
de Dios;
Abdías no sabía lo que pasaba.
Mientras que Elías se
esforzaba por salvar a la nación,
Abdías buscaba pasto para salvar los caballos y las mulas.
Cuando Elías confrontó a Abdías,
el atemorizado siervo no confió en el profeta.
Y nótese que Abdías tuvo que «jactarse» de su servicio secreto para
impresionar a Elías con su devoción (v. 13).
Es triste, ¡pero tenemos
demasiados Abdías en la iglesia en estos días y muy pocos Elías!
B. Elías y Baal (vv.
17–29).
El profeta no tuvo miedo de enfrentarse al rey Acab; ni tampoco
tuvo miedo de decir la verdad.
El malo siempre culpa al creyente por sus problemas y los
problemas del mundo;
Nunca piensa en culpar sus pecados.
La competencia no era entre Elías y Acab. Era entre Dios y Baal.
La nación estaba «claudicando entre dos caminos» y era tiempo de tomar una decisión, es decir que
el pueblo no respondió a pesar de confrontar sus pecados. (v.21).
Éxo
32:26
Así que se paró a la entrada del campamento y gritó: «Todos los que estén de
parte del SEÑOR, vengan aquí y únanse a mí». Y todos los levitas se juntaron
alrededor de él.
Josué
24:15
Pero si te niegas a servir al SEÑOR, elige hoy mismo a quién servirás. ¿Acaso
optarás por los dioses que tus antepasados sirvieron del otro lado del
Éufrates? ¿O preferirás a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ahora
vives? Pero en cuanto a mí y a mi familia, nosotros serviremos al SEÑOR.
Mat
12:30
»El que no está conmigo, a mí se opone, y el que no trabaja conmigo, en
realidad, trabaja en mi contra.
Elías pidió una situación
imposible: que el verdadero Dios contestaría por fuego.
Por supuesto, sabía que a menudo Dios había «contestado por fuego» en años pasados (Lv.9.24; 1Cr.21.26).
Lev
9:24
Un fuego ardiente salió de la presencia del SEÑOR y consumió la ofrenda quemada
y la grasa que estaba sobre el altar. Cuando los israelitas lo vieron, gritaron
de alegría y se postraron rostro en tierra.
Cuando el siervo de Dios obedece y confía en la Palabra de Dios,
no necesita temer el fracaso.
Por supuesto, Baal no podía contestar por fuego porque Baal no
existe.
Satanás podía haber enviado fuego para engañar a la gente (Job.1.16; Ap.13.13), pero Dios no lo permitiría.
Elías se burlaba de los profetas de Baal: «El que mora en los
cielos se reirá» (Sal 2.4).
Es asombroso hasta qué perversos extremos van los paganos tratando
de conseguir que sus falsos dioses contesten sus oraciones.
Mire el Salmo 115.
Cuando llegó el momento del sacrificio de la tarde (las tres de la tarde), era obvio que Baal era un dios falso y no podía
contestar.
C. Elías e Israel (vv.
30–46).
Dejar al descubierto la necedad y pecado de la adoración de Baal
no fue sino la mitad de la tarea de Elías para ese día.
Era más importante traer a la nación de nuevo a la verdadera
adoración a Jehová.
Elías no trataba sólo de reformar al pueblo; quería también avivarlo.
Primero, reparó el altar que el pueblo dejó que se destruyera.
Este es el primer paso para la bendición: Reparar el altar personal
de devoción, el altar familiar, el altar del sacrificio y la comunión con Dios.
Al usar doce piedras Elías le recordó a la nación su unidad,
porque durante muchos años la nación había estado dividida.
Para hacer imposible que alguien prendiera fuego, Elías hizo
vaciar cuatro cántaros de agua tres veces sobre la madera y el sacrificio, lo
cual sería doce cántaros de agua.
El profeta hizo una oración poderosa de fe y el fuego de Dios
consumió la madera, el sacrificio, el agua y el altar.
Pero Elías todavía tenía trabajo que hacer.
Para empezar, los falsos profetas (850 de ellos, v. 19) tenían que ser degollados; véase Deut.13.1–5.
Deut.13:1-5 * »Supongamos que, en medio de ti,
hay profetas o aquellos que tienen sueños sobre el futuro, y te prometen
señales o milagros, (2) y resulta que esas señales o milagros se cumplen. Si de
pronto ellos dicen: “Ven, rindamos culto a otros dioses” —dioses que hasta
entonces no conocías— (3) no los escuches. El SEÑOR tu Dios te está probando
para ver si realmente lo amas con todo el corazón y con toda el alma. (4) Sirve
sólo al SEÑOR tu Dios y teme solamente a él. Obedece sus mandatos, escucha su
voz y aférrate a él. (5) Los falsos profetas o los soñadores que traten de
descarriarte serán ejecutados, porque fomentan la rebelión contra el SEÑOR tu
Dios, quien te libertó de la esclavitud y te sacó de la tierra de Egipto. Ya
que tratan de desviarte del camino que el SEÑOR tu Dios te ordenó que
siguieras, tendrás que quitarles la vida. De esa manera, eliminarás la maldad
que hay en medio de ti.
No es suficiente que reconozcamos que «Jehová es el Dios» (v.
39); también debemos detestar lo que es malo y eliminarlo
de nuestras vidas.
El juicio siempre prepara
el camino para la bendición.
Entonces el profeta le dijo al rey que regresara a su casa, porque
la lluvia se acercaba.
Baal era el «dios de la lluvia», pero no podía enviar fuego ni hacer llover.
Al emprender el rey su camino, Elías empezó a orar por lluvia de
la misma manera en que tres años antes oró por la sequía (Stg 5.17).
Sabía cómo velar y orar (Col 4.2), y sabía cómo persistir en la oración hasta que Dios enviara
respuesta.
Dios no envía lluvias de
bendición sino hasta que el pecado se ha juzgado.
Antes que pasara mucho tiempo el cielo se oscureció con nubes, el viento
empezó a soplar y las lluvias cayeron.
Dios le dio a Elías fuerza sobrehumana para correr delante del rey
y su carro hasta Jezreel.
Lo que hacemos con Dios en privado es mucho más importante de lo
que hacemos por Dios en público. ---Nuestra
vida oculta nos prepara para nuestra vida pública.
A menos que estemos
dispuestos a atravesar tales disciplinas como: El arroyo seco, La vasija vacía y El muchacho muerto, nunca tendremos las
victorias del monte Carmelo.
Dice la palabra de Dios:
Job
15:5-6
Tus pecados le dicen a tu boca qué decir, y tus palabras se basan en el astuto
engaño. (6) Tu propia boca te condena, no yo; tus propios labios testifican
contra ti.
(Is 40.31).«Los que esperan a Jehová tendrá nuevas fuerzas»
Gracia
y Paz
Pastor
y administrador Rogers Infante.
Min. Inter. Iglesia Cristiana Palabra y amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario