Gracia y paz para todos
mis hermanos en la obra de Dios Padre y de su hijo Jesucristo, el cordero
inmolado que hoy se encuentra sentado a la diestra del Padre el Todopoderoso y
que al sonar de la séptima trompeta el vendrá con poder a juzgar a este mundo.
Vamos hoy al libro de Lucas 9:23-24
Entonces dijo a la multitud: «Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor,
tiene que abandonar su manera egoísta de vivir, tomar su cruz cada día y
seguirme. (24) Si tratas de aferrarte a la vida, la perderás, pero, si entregas
tu vida por mi causa, la salvarás.
La
invitación que Dios nos hace para trabajar con Él, siempre nos llevará a una
crisis de convicciones que demandará de nosotros fe y acción.
Necesitamos
realizar ajustes importantes en nuestra vida para poder unirnos a Dios en lo
que Él está haciendo.
Este es el momento en que habiendo tomado la
decisión de seguir a Jesucristo en obediencia, debemos hacer en nuestra vida,
algunos ajustes importantes.
Es cierto que muchos de nosotros deseamos que Dios
nos hable y nos asigne una misión especial.
Sin embargo, no siempre
estamos dispuestos a ajustar nuestras vidas a los planes de Dios.
Bíblicamente
esta conducta es imposible, pues cuando Dios nos llama todos tenemos que dejar
o cambiar algo de nuestras vidas, pero con
cristo somos más que vencedores.
Cada vez que Dios le habló a cada persona en las
Escrituras, respecto de algo que quería hacer a través de ellas, fue necesario
que hicieran importantes ajustes en sus vidas.
Cada
uno debía armonizar y ajustar su vida a Dios, para que él pudiese llevar a cabo sus
propósitos a través de aquellos a quienes llamó.
Convencidos de esta realidad, debemos entender que
el ajuste o la armonización de nuestra vida con Dios, debe ser un momento
decisivo para nuestra vida.
Realizar
los ajustes necesarios de nuestra vida a Dios, es también un momento de tomar
decisiones.
Es en ese momento
que necesitamos de igual manera obedecer y hacer su voluntad.
Si
nos negamos, podemos llegar a perder lo que Dios tiene preparado para nosotros
de manera especial.
Iglesia, vayamos a Dios en este momento, en el cual
sabemos que estamos siendo llamados y estemos en la disposición de que él
permita en nosotros hacer los ajustes necesarios para poder cumplir con sus
propósitos.
Si deseamos ser bendecidos en esta
misión, estemos dispuestos
a llevarla a cabo como Dios quiere que lo hagamos, pues solos no podremos
obtener la victoria.
Veamos tres aspectos muy importantes en los cuales
Dios demanda para seguirle solo a él.
Primera mente: DIOS DEMANDA UNA DECISIÓN INMEDIATA.
Esto implica
en que Dios, nos llevara a realizar IMPORTANTES CAMBIOS, en nuestras vidas.
Cuando Dios nos habla revelándonos lo que está por
hacer, esa revelación es la invitación de Dios por medio de Jesucristo, su
Hijo, para que comencemos a ajustar nuestra vida a él.
Una vez que ajustemos nuestra vida a
él, a sus propósitos y a sus caminos, entonces
estaremos en condiciones de obedecer y hacer su voluntad.
Ninguno de nosotros podrá por mucho que lo
pretendamos, ir a alguna misión de Dios sin que antes hayamos ajustado nuestra
vida a los propósitos divinos.
De hecho no
podremos vivir la vida como la hemos vivido, si Dios nos llama para que le
sirvamos.
A través de la Escritura encontramos ejemplos
extraordinarios de hombres que tuvieron que tomar serias decisiones con
respecto a los ajustes que tuvieron que experimentar en su vida para poder ser
utilizados por Dios.
Noé – No
podía continuar su vida como siempre y al mismo tiempo construir un arca, Génesis 6.
Abraham –
No podía quedarse en Ur o en Harán y a la vez ser padre de una nación en
Canaán, Gn.12:1-8.
Moisés –
No podía permanecer en el desierto pastoreando ovejas y al mismo tiempo
presentarse ante faraón, Éxodo 3.
David –
Debió dejar su rebaño para ser rey, 1Samuel 16:1-16.
Jonás –
Debió dejar su casa y superar un importante prejuicio, a fin de predicar en
Nínive, Jonás
1:1-2; 3:1-2; 4:1-11.
Amós
– Tuvo que
dejar los sicómoros, a fin de predicar en Israel, Amós 7:14, 15.
Pedro,
Andrés, Santiago y Juan. Debieron dejar su negocio de la pesca, para seguir a Jesús, Mt.4:18-22.
Mateo –
Tuvo que dejar la mesa de los impuestos para seguir a Jesús, Mateo 9:9.
Saulo –
Tuvo que realizar un cambio total de dirección en su vida, a fin de ser usado
por Dios para predicar el evangelio a los gentiles, Hechos 9:1-19.
Iglesia déjame decirte que si tú realmente haces
parte de la Obra de Dios y de su Hijo Jesucristo, entonces deberías estar
preparado ya que DIOS NOS LLEVARÁ A REALIZAR ENORMES
CAMBIOS Y DESAFIANTES AJUSTES, en nuestra vida.
Como podemos ver, no son solamente cambios, los que
Dios tiene que hacer para que podamos participar en su obra, sino enormes cambios y desafiantes ajustes.
De
los cuales
usted necesita.
Algunos de estos hombres que mencionamos en la
biblia, tuvieron que dejar familias y sus propios países para poder participar
de la obra de Dios.
Por otro lado, otros tuvieron que abandonar
prejuicios, preconceptos y cambiar preferencias.
Otros dejar metas atrás, ideales y anhelos para sus
vidas.
Todos
sabían que tenían que rendirse a Dios, de tal manera que para ellos Dios fuese lo
primero en su vida.
Es
tremendo ver, que en el momento en que estos hombres realizaron los ajustes
necesarios, Dios comenzó a cumplir a través de ellos, sus propósitos y sus
metas.
No obstante los sacrificios que cada uno de
estos hombres tuvieron que hacer, supieron después, cuánto obró para bien en sus
vidas.
Amados hermanos, ustedes que hoy me
escuchan, déjame decirte que DIOS exigió esos mismos ajustes a su propio HIJO, entonces
si le exigió a su propio Hijo, Cuanto más a NOSOTROS
Está claro que no solamente a los siervos de Dios en
el pasado, se les exigió esto.
Sino que
también lo hizo con su propio Hijo y lo hará con cada uno de aquellos que se
consideren hijos suyos.
2Cor.8:9 Ustedes conocen la gracia generosa de
nuestro Señor Jesucristo. Aunque era rico, por amor a ustedes se hizo pobre
para que mediante su pobreza pudiera hacerlos ricos.
Lo que nos asegura, que Jesús se despojó a sí mismo
de su posición y riqueza en el cielo con el objeto de unirse al Padre en el
propósito de proveer redención a través de su sacrificio en la cruz.
¡Ese
fue un verdadero ajuste!
Si queremos ser verdaderos discípulos y si deseamos ser un fiel seguidor
de Jesús.
Entonces amada iglesia, no tenemos opciones, hagamos su voluntad y
obedezcamos.
Para seguir a Dios deberemos realizar ajustes
importantes en nuestras vidas.
Seguir a Jesús, nuestro maestro, requiere adecuar
nuestra vida al plan maravilloso de Dios.
De allí
el segundo concepto:
DIOS demanda DISPOSICION
para realizar estos AJUSTES
en tu vida.
En otras palabras usted no puede
permanecer estático ante Dios, esperando que todo le caiga del cielo.
La Palabra nos demanda ser diligentes en estas cosas.
Dios requiere que nosotros
nos concentremos en analizar nuestras vidas y estar pendientes a aquellas cosas
que deben desaparecer de nosotros, para que Dios pueda obrar a través nuestro.
Pero desafortunadamente existen muchos “creyentes” que
tratan de ingeniárselas para PASAR POR ALTO LOS AJUSTES que Dios tiene para sus
vidas.
Pero
debemos comprender que hacer la voluntad de Dios, es lo que nos llevara a la
victoria.
Es decir que debemos darnos cuenta que lo que Dios
está demandando es imprescindible para poder obrar a través nuestro. Esto que Dios
requiere no es opcional, ni tampoco puede ser pasado por alto.
Si queremos
seguir a Dios no podemos pasar por alto los ajustes que él desea implantar en
nuestra vida.
Es
decir que primeramente TENEMOS que pasar por la obediencia, pues si queremos seguirlo
debemos entender que no tenemos opción en cuanto a pasar por la experiencia de
someternos a estos ajustes demandados por Él.
Recordemos
que los caminos de Dios son muy diferentes a nuestros caminos.
Isa 55:9 Pues así como los cielos están
más altos que la tierra, así mis caminos están más altos que sus caminos y mis
pensamientos, más altos que sus pensamientos.
Es importante, que sepamos que la
obra ha de ser hecha por Dios, a su manera y No por nosotros.
Tomando en cuenta que hay que obedecer a lo que él
decida para aquellos que han de ser sus instrumentos.
Por tal motivo, amada Iglesia, USTED
no debe pretender NEGARSE a que estos AJUSTES obren en Usted.
A veces decimos, “Señor, úsame”, pero la realidad
es que no estamos dispuestos a que Dios nos toque o nos exija dejar nada de lo que amamos,
de lo que
estamos aferrados o de lo que nos pueda
quitar la comodidad que hemos alcanzado, aunque
NO estemos cómodos.
Por
eso es importante que usted asista a los Estudios Bíblicos.
Porque
aprendemos como realmente Dios nos puede usar, por medio de su Palabra.
Tenemos que estar dispuestos a decir como dijo el
apóstol Pablo en Filipenses 4:11-13 No que haya pasado necesidad alguna
vez, porque he aprendido a estar contento con lo que tengo. (12) Sé vivir con
casi nada o con todo lo necesario. He aprendido el secreto de vivir en
cualquier situación, sea con el estómago lleno o vacío, con mucho o con poco. (13)
Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo,* quien me da las fuerzas.
Todos aquellos que se nieguen a experimentar los
ajustes que Dios demanda, como lo hizo “El
joven rico” de Lucas 18:18-27, perderán
la oportunidad de vivir el gozo de constituirse en vasos de honra para Dios.
Este
joven no pudo llegar a conocer a Dios, y mucho menos a Jesucristo su Hijo.
Es decir que este Joven Rico, no pudo saborear la bendición de ser su discípulo.
Todo esto, por negarse a AJUSTAR su vida a Dios.
De allí este
último concepto.
Amada Iglesia, DIOS demanda PERSEVERAR en los Ajustes para tu vida.
Pero para que podamos perseverar en los ajustes,
debemos comenzar con una RENDICIÓN TOTAL ante DIOS.
Todos los que se consideran
verdaderamente unos creyentes en Cristo, y que deseen ser utilizados en la obra
de Dios, debemos entender que cuando Dios demanda cambios importantes y ajustes
desafiantes en nuestras vidas, no lo hace porque sí, sino porque él sabe que de
otra manera no podrá utilizarnos en su obra.
Dios no hace
esto de manera arbitraria o para mortificarnos.
Sino porque sabe que esto es
eminentemente necesario, para crecer espiritualmente y recibir las bendiciones.
Por esto demanda una rendición total de nosotros en
cuanto a esas cosas que debemos cambiar.
Debemos cambiar en: Nuestras
circunstancias: (Trabajo, Hogar, Finanzas).
Debemos cambiar en: Nuestras
relaciones personales: (Familia, amigos, compañeros).
Debemos cambiar en: Nuestra forma
de pensar: (Preconceptos, métodos, capacidades)
Debemos cambiar en: Nuestros
compromisos: (Con los familiares, las tradiciones, etc.)
Debemos cambiar en: Nuestras
creencias: (Acerca de Dios, de sus propósitos, etc.)
Para
experimentar esa rendición total, Dios demanda que ejerzamos fe.
Hemos dicho que cuando estemos frente a una crisis
de fe, deberemos decidir qué es lo que creemos acerca de Dios. --Esta es la parte fácil, después tenemos que
hacer lo difícil.
Es
decir: Ajustar nuestra vida a Dios.
En
otras palabras: Haciendo
una entrega total de todo aquello que pueda estorbar el trabajo de Dios.
Jesucristo dijo
en Juan 15:5 »Ciertamente, yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en
mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada.
No podemos decir que vamos a ajustar nuestra vida
ahora con Dios, y después cuando Dios comience la obra que hará a través de
nosotros, entonces nos alejamos para utilizar nuestras capacidades, y seguir
solos.
No,
esta es una triste actitud egoísta.
Es más, Dios requiere
que mientras más tiempo pasa, más unidos debemos estar a él para poder resistir
los ataques y las artimañas del enemigo.
En otras palabras: Se trata de un ajuste total que Dios desea
hacernos.
Pero
este ajuste NO resulta fácil de implementar por sí solo.
Usted debe
ponerse en disposición completa, para que Dios pueda obrar en usted.
Solo
así, y de esa manera unidos a él, podemos lograrlo.
1Co 15:10 Sin embargo, lo que ahora soy, todo se
debe a que Dios derramó su favor
especial sobre mí, y no sin resultados. Pues he trabajado mucho más que
cualquiera de los otros apóstoles; pero no fui yo sino Dios quien obraba a
través de mí por su gracia.
Gálatas 2:20 Mi antiguo yo ha sido crucificado con
Cristo. Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Así que vivo en este
cuerpo terrenal confiando en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó a sí
mismo por mí.
Isa 14:24 El SEÑOR de los Ejércitos Celestiales
hizo este juramento: «Sucederá tal como yo lo tengo planeado. Será tal como
lo he decidido.
Isa 41:10 No tengas miedo, porque yo estoy
contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te daré fuerzas y te
ayudaré; te sostendré con mi mano derecha victoriosa.
Isa 46:9-11 Recuerden las cosas que hice en el
pasado. ¡Pues sólo yo soy Dios! Yo
soy Dios, y no hay otro como yo. (10) Sólo yo puedo predecir el
futuro antes que suceda. Todos mis planes se cumplirán porque yo hago todo
lo que deseo. (11) Llamaré a una veloz ave de rapiña desde el oriente, a un
líder de tierras lejanas, para que venga y haga lo que le ordeno. He dicho lo
que haría, y lo cumpliré.
Si
Dios dice que cumplirá lo que promete,
Entonces
debo obedecer todo cuanto él nos dice y tener una plena CONFIANZA EN DIOS.
Lo más difícil para nosotros los
seres humanos, es confiar plenamente en otro y muchas veces aún en Dios.
Muchas veces decimos “Dios ayúdanos”
Pero en cuanto nos sentimos seguros, volvemos a
decir “Dios
ya no te preocupes, que puedo seguir solo”.
Esto es verdaderamente TRISTE que ocurra en muchos que se dicen ser creyentes e hijos de Dios.
Estos
son los que acostumbran a decir: “Yo puedo solo” esto es una actitud egoísta.
En
la obra de Dios, se necesita mantener una absoluta confianza en que Dios hará
la obra, y en que debemos aprender a esperar en él.
Cada vez que
comencemos a implementar nuestros ajustes, Dios nos pedirá que esperemos en él.
Lo
que estamos diciendo, no es que Dios necesite de nosotros o que no sepa lo que
debe hacer.
Sino
que lo que él desea es que mantengamos una estrecha relación de amor con él,
mientras estamos realizando la labor encomendada.
Solo
así usted tendrá las bendiciones que le ha pedido.
Sea un
egoísta, y no obtendrá nada.
Las
escrituras nos recomiendan estar siempre al lado de Dios y esperar en él.
Sal 5:3 SEÑOR, escucha mi voz por la mañana;
cada mañana llevo a ti mis peticiones y
quedo a la espera.
Sal 33:20 Nosotros ponemos nuestra esperanza en el SEÑOR; él es nuestra ayuda y
nuestro escudo.
Sal 37:34 Pon
tu esperanza en el SEÑOR y marcha con paso firme por su camino. Él te
honrará al darte la tierra y verás destruidos a los perversos.
Isaías 40:31 En cambio, los que confían en el SEÑOR encontrarán nuevas fuerzas; volarán
alto, como con alas de águila. Correrán y no se cansarán; caminarán y no
desmayarán.
Finalmente, Amada Iglesia.
Cuando
estemos dispuestos a rendir toda nuestra vida a Dios, y aceptemos
verdaderamente a su Hijo Jesús en obediencia, Entonces es cuando realmente
comenzaremos a experimentar las bendiciones que veremos por medio de la gloria
de Dios.
Por eso es importante obedece, para poder recibir
lo que tanto anhelamos.
Ojalá que
podamos lograr estos cambios importantes y estos ajustes que desafían nuestra
vida de complacencia. --Dios nos guarde
de ser vasos de honra para él.
Gracia y Paz
Pastor y
Administrador, Rogers
Infante.
Bendiciones a mis hermanos
en la fe.