Alaben a Dios.
Gracia y
Paz para todos mis hermanos en la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo,
el cordero inmolado que hoy se encuentra sentado a la diestra de su Padre, y
que al sonar de la séptima trompeta vendrá a juzgar a este mundo y su maldad.
En el Salmo 66 encontramos un canto tan hermoso que la mejor
música del mundo se sentiría honrada de poderse unir a expresiones semejantes.
Aunque no nos dice quien fue su autor, No tenemos dudar que
fuera David el que lo escribió.
Este cantico inicia así:
Sal 66:1. ¡Griten alabanzas alegres a
Dios todos los habitantes de la tierra!
Sal 66:2 ¡Canten de la gloria de su nombre!
Cuéntenle al mundo lo glorioso que es él.
Sal 66:3 Díganle a Dios: «¡Qué imponentes son tus obras!
Tus enemigos se arrastran ante tu gran poder.
Amados hermanos como iglesia de cristo, necesitamos sonidos
alegres.
Dios ha de ser Alabado con la voz, y el corazón debe
acompañar con gozo en santa exaltación.
Todas las naciones deben rendir alabanzas al Señor.
Feliz el día en que no habrá gritos Agonizantes, sino que
toda la tierra adorará a su Creador.
El dar gloria a Dios no es sino restaurarle lo que por ley
divina es suyo.
Es una gloria para nosotros el poder dar gloria a Dios;
Y toda nuestra verdadera gloria debería ser adscrita a
JEHOVA, porque es su gloria.
La devoción, a menos que sea decididamente dirigida al
Señor, no es más que silbar al viento.
Dice la
palabra: El poder pone al hombre de rodillas,
pero sólo el amor gana su corazón.
El Faraón
dijo que dejaría partir a Israel, pero mentía ante Dios;
Este
hombre como muchos en la actualidad se sometía de palabra, pero no de hechos.
Qué triste es ver decenas de millares de personas, en la
tierra, que están rindiendo un homenaje forzado al Todopoderoso.
Estas personas No
se someten de corazón, SINO por el
simple hecho de hacerlo;
En otras palabras: Esto no es lealtad,
sino que el poder de Dios los mantiene sometidos bajo su
dominio sin límites.
Recordemos que los ángeles, se transformaron primero en
sus enemigos;
No te aflijas si aquellos por quienes tú has hecho más, son
tus peores enemigos;
Dios
mismo tiene enemigos.
Nuestro Salvador, Cristo, nunca se defendió, nunca dijo: «¿Por qué me azotan? ,
¿Por
qué me escupen? ¿Por qué me crucifican?»
Aunque estas personas proyectaban su ira sobre el Hijo de
Dios, El no abrió su
boca;
Cuando Saulo azotaba a la iglesia con violencia, o sea, a
sus siervos, entonces sí que Cristo vino y dijo: «Saulo, Saulo, ¿por qué me
persigues?»
En el versículo 4 dice: Todo lo que
hay en la tierra te adorará; cantará tus alabanzas aclamando tu nombre con
cánticos gloriosos».
¡Qué cambio tendrá lugar cuando el canto desplazará a los
suspiros y sollozos, y la música expulsará nuestra miseria!
No hay meditación más gozosa que la que procede de la
perspectiva de un mundo reconciliado a su Creador.
El Salmista dice: Sal 66:5 Vengan y
vean lo que nuestro Dios ha hecho, ¡los imponentes milagros que realiza a favor
de la gente!
Iglesia, Dios tiene un milagro listo para ti.
Así como muchos creyeron y recibieron las bendiciones dada
por Dios, de la misma manera tú recibirás esa bendición que tanto anhelas y
esperas.
Dios no va hacer una exención contigo, él sabe lo que tú has
hecho para que puedas recibir ese milagro.
Cada
uno de nosotros sabemos en nuestro corazón lo que hemos hecho para poder
recibirlo.
Y cada vez que nos entreguemos a Dios, en obediencia, mayor
será el beneficio que recibamos.
Así como sucedió con el remanente fiel que se encontraba en
el pueblo de Dios.
Dice su palabra: Sal 66:6 Abrió un camino seco a través del mar Rojo,* y
su pueblo cruzó a pie. Allí nos alegramos en él.
Estemos
alegres en el Señor, Nuestro Dios, Jehová, y en su Hijo Jesús.
Un verdadero milagro es que los hombres pasen por el amargo
mar de esta vida, y crucen el río de la mortalidad que nunca cesa de fluir y
que anega a tantos otros y que, a pesar de ello, puedan llegar sanos y salvos a
la tierra de la eterna promesa.
Es allí donde verdaderamente nos regocijaremos en Dios mismo.
El versículo 7 nos dice: Pues con su
gran poder gobierna para siempre. Observa cada movimiento de las naciones; que
ningún rebelde se levante desafiante.
Que hermoso versículo; Esto debería poner freno a tanta
iniquidad.
¿Puede la conciencia de un hombre tragar tan fácil y
deleitosamente lo que él sabe perfectamente es conocido por Dios y aborrecible
a la vista de su santidad y que, por lo tanto, Él detesta su acción?
Iglesia,
déjame decirte que los rebeldes no levantarán cabeza.
Los
orgullosos no tienen motivos para estarlo.
Si pudieran verse como Dios los ve, se encogerían hasta desaparecer.
Todos los rebeldes orgullosos, deberían saber que el
Señor dirige sus flechas a las águilas que vuelan altivas y las hace caer de
sus nidos para no levantarse más.
Sal 66:8 Que el mundo entero
bendiga a nuestro Dios y cante sus alabanzas a viva voz.
Por más que los demás alaban reteniendo el aliento, debemos estar
seguros de dar todo el volumen posible a vuestra voz.
Haced inevitable que los oídos maldispuestos tengan que oír nuestras
alabanzas al Dios del pacto.
Al cantar su Alabanza, debemos hacerlo con una entrega
total.
Eso
le agrada a Dios.
Mantenga
su mente en perfecta armonía hacia Dios, cuando le esté alabando.
Usted podrá sentir la maravillosa comunión que usted está
haciendo con nuestro Padre Celestial, al entrar en su presencia por medio del Poder
de lo Alto.
Ese mismo Poder, te transforma a lo que Dios desea, y de la
misma manera ese mismo Poder de lo Alto, es lo que nos guía para que podamos
recibir nuestras bendiciones.
Ahora
observa lo que dice el Salmista:
Sal 66:9 Nuestra vida está en sus manos, él cuida
que nuestros pies no tropiecen.
Cuando estamos en esa comunión con Dios Padre y con su Hijo
Jesús, nuestra vida está en sus manos.
Ahora, Si Dios te ha permitido conservar la vida y también
la posición que tenemos, entonces tenemos la
obligación de darle una doble
alabanza y que sea el quien nos guie a su
voluntad.
El vivir y estar de pie es la condición de los santos por la
gracia divina.
Sal 66:10 Nos pusiste a
prueba, oh Dios; nos purificaste como se purifica la plata.
Nosotros fuimos purificados cuando Jesús, el Hijo de Dios se
entregó por nosotros, llevando nuestros pecados fuera de nosotros.
Nuestra mayor prueba es mantener esa purificación, por medio
de Jesús. Es decir Perseverar.
Llegará un día en que haremos himnos
de nuestras aflicciones y cantaremos más dulcemente porque nuestras bocas han
sido purificadas con tragos amargos.
No se sabe cuál será la cosecha real
del maíz hasta que no sale del molino;
Ni lo que dará las uvas hasta que su
jugo no sale de la prensa.
El refinar la plata es una operación que requiere mucho cuidado
personal.
El principio de purificar el oro y la plata es muy simple
teóricamente,
Pero
en la práctica se requiere gran experiencia para garantizar la precisión.
Para refinar la plata se requiere un horno construido con
gran habilidad.
Y es precisamente lo que Dios hará con usted y sus hijos.
El hará que pasemos por fuego para poder ser purificados y
así poder estar delante de él, sin manchas.
Sal 66:11 Nos atrapaste en tu
red y pusiste sobre nuestra espalda la carga de la esclavitud.
Sin darnos cuentas, muchas veces le pedimos a Dios, un mejor
vivir.
Pero ese mejor vivir, lo pedimos siempre mal.
Ya que solo ponemos nuestra esperanza en las cosas
materiales, y son estas precisamente las que nos llenan de más y más cargas en nuestra
vida cotidiana.
Muchas veces olvidamos con frecuencia que somos nosotros
mismos quienes ponemos nuestras propias aflicciones.
Si recordamos este hecho, nos someteremos más pacientemente
a la voluntad de Dios.
Al hacer la voluntad de Dios, veremos que cada onza de carga
presente, recibiremos un sobremanera grande y eterno peso de gloria.
Cristo cargo con nuestra carga, y ahora somos libres por él.
No permitas que la carga que dejaste atrás, vuelva a ti, ya
que su peso será muchísimos más grande que antes.
Sigue diciendo el Salmista en el versículo 12: Luego colocaste un líder
sobre nosotros.* Pasamos por el fuego y por la inundación, pero nos llevaste a
un lugar de mucha abundancia.
No hay nada peor para los siervos de Dios que caer en las
manos de perseguidores orgullosos.
El mayor peligro que cae sobre el hombre viene de donde
menos debería venir.
Es de
decir, de él mismo.
Los leones no se pelean con leones;
las serpientes no usan su veneno en otras serpientes;
Pero el hombre es el causante principal de las tribulaciones y aflicciones
de los de su propia raza.
Dios
hace la misma acción sobre personas distintas, pero no de la misma manera.
En
la aflicción de Job había tres agentes: Satanás, los Sabeos y Dios.
El diablo obra sobre su cuerpo, los sabeos sobre sus bienes;
Pese a todo, Job
admite un tercer agente: «El Señor dio, el Señor quitó.»
Aquí
los opresores pisotean al justo, y se dice que Dios es la causa de ello.
Pero sabemos que Dios, causa aflicción para probar (vers. 10, 11: «Tú nos has probado», etc.);
Ellos por malicia. Ni
Dios puede ser acusado, ni ellos excusados.
El
pueblo de Dios tuvo que pasar por el fuego y por el agua.
Los fuegos de los hornos para cocer ladrillos y las aguas
del Nilo hicieron todo lo que pudieron para destruir a la raza escogida.
La labor
dura y la matanza sistemática de los niños fueron usadas por el tirano,
Pero Israel salió de las dos pruebas sin daño, y así también
la iglesia de Dios ha sobrevivido, y sobre vivirá, a todas las crueldades y
ataques de los hombres.
No hay fuego encendido que pueda quemar a la simiente de
la mujer, ni puede el dragón vomitar un río de agua bastante caudaloso para que
la arrastre ni la ahogue.
Los
hijos de Israel, cuando hubieron escapado del mar Rojo y visto que sus enemigos
los egipcios estaban muertos, se consideraron del todo seguros, y por ello
cantaron cánticos de regocijo y de victoria.
Pero, ¿qué
sucedió después?
El Señor suscitó otro enemigo contra ellos, salido de sus propias
entrañas por así decirlo.
Era el
hambre, que les puso en un aprieto, según ellos, aún peor que los
egipcios.
Pero, ¿era
así? No.
Después del hambre vino la sed, y esto
les hizo murmurar tanto como lo primero.
Y después de la sed vinieron
serpientes venenosas, y fuego, y pestilencia, y a los
malecitas, y los madianitas, y ¿qué más?.
Pero a
pesar de todo esto, el
remanente escogido fue sacado y prosperado
a abundancia.
El camino de la aflicción, te lleva al país de la aflicción,
ese país no existe.
Con paciencia podremos resistir las
dificultades presentes, pero viene la mañana.
Sobre las colinas se ve asomar el
día, en cuya luz entraremos en nuestro lugar de abundancia.
Así
que este canto de la música de David, o Salterio, consiste en dos notas:
Una triste, lúgubre; la otra alegre. --La una un toque de aflicción, la
otra un refrigerio;
Lo cual dirige nuestro curso a una observación de la miseria
y de la misericordia.
De la aflicción desgraciada, y de
la misericordia dada.
Dice
la palabra pero nos llevaste a un lugar de mucha abundancia.
Esa abundancia para los cristianos de hoy se encuentra en Cristo.
Solo en él, podemos tener paz, y la barca
de las rocas de la desesperación, cristo las transformo para hacernos llegar a
un cielo de bienestar.
Luego dice el Salmista: Sal 66:13
Ahora vengo a tu templo con ofrendas quemadas para cumplir los votos que te
hice,
Escuche
iglesia, el corazón más agradecido nunca se atrevería a presentarse en la casa
de Dios sin llevar una ofrenda de agradecimiento por las bendiciones que Dios
ha permitido que tengas.
En cuanto a nosotros, debemos tener
la plena seguridad de que el mejor sacrificio que podemos ofrecer a Dios es la
obediencia, no un animal muerto, sino un alma viva.
Que éste sea nuestro holocausto, un cuerpo y una mente
santificados entregados al Señor.
Ahora, que es lo primero que Dios quiere? El corazón. ---Dice la palabra de Dios:
Pro 23:26 Oh, hijo mío, dame tu corazón; que tus ojos se deleiten en seguir mis
caminos.
Pero Dios quiere otras cosas más, él además
del corazón y los ojos, nos pide nuestras manos.
Él nos dice que debemos limpiarnos.
Isa 1:16 ¡Lávense y queden limpios! Quiten sus pecados de mi vista. Abandonen
sus caminos malvados.
Por eso
antes de presentarnos ante Dios, debemos estar limpios.
Sal 28:2 Escucha mi oración que pide
misericordia, cuando clamo a ti por ayuda, cuando levanto mis manos hacia tu
santo templo.
Pero las manos no son suficiente, Él nos
pide nuestros pies
también.
Pro 4:27 No te desvíes, evita que tus pies sigan el
mal.
También nos pide nuestros labios.
Sal 141:3 Toma control de lo
que digo, oh SEÑOR, y guarda mis labios.
Y qué decir de nuestra lengua, él también la quiere.
Sal 34:13 ¡Entonces refrena tu lengua
de hablar el mal y tus labios de decir mentiras!
Nuestros oídos, también hacen parte de todo lo que él quiere de
nosotros.
Sal 94:9 El que les hizo los oídos,
¿acaso es sordo? El que les formó los ojos, ¿acaso es ciego?
En una
sola frase, el Señor quiere nuestro
cuerpo con todo.
Romanos 12:1 Por lo tanto, amados
hermanos, les ruego que entreguen su cuerpo a Dios por todo lo que él ha hecho
a favor de ustedes. Que sea un sacrificio vivo y santo, la clase de sacrificio que a él le agrada. Ésa es la verdadera
forma de adorarlo.* (2) No imiten las
conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la
manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de
Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.
Por la
sencilla razón de que ya fuimos comprados con la preciosa sangre de su Hijo
Jesús.
1Co 6:20 porque Dios los
compró a un alto precio. Por lo tanto, honren a Dios con su cuerpo.
Cuando
los ojos aborrecen los objetos del deseo carnal,
Cuando
el oído huye del chisme y las calumnias,
Cuando
el pie detesta andar por caminos desviados y oscuros,
Cuando
las manos sean limpias de las violencias y los manoteos,
Cuando
la lengua se controle de difamar y blasfemar al prójimo,
Cuando
el corazón se entrega totalmente a Dios, desechando el orgullo y la hipocresía.
Será entonces que Dios derramara toda bendición ante su
remanente.
Iglesia,
Todos pasamos por aflicciones.
Pero todos no obramos igual bajo la misma aflicción.
El
profano puede jurar y el piadoso orar.
Podemos decir que tanto personas malas como buenas se sabe
que han hecho votos,
Pero
el uno se hace mentiroso con respecto a Dios y el
otro respeta a conciencia su
palabra y hace su voluntad.
El Salmista ahora dice: Sal 66:15 Por
eso sacrifico ofrendas quemadas a ti, lo mejor de mis carneros como aroma
agradable, y un sacrificio de toros y chivos.
El
hombre bueno dará a Dios de lo mejor que tiene y de como lo ha prosperado Dios.
El hombre
avaro con respecto a Dios, dará lo que le sobre, eso lo convierte en un miserable.
Sal 66:16 Vengan y escuchen todos los que temen a Dios, y les contaré lo que hizo por
mí.
Observe bien que el salmista solo llama a los verdaderos
cristianos, no a todos.
Los que
teme a Dios hace la voluntad de Dios,
Mientras que el mundo, solo hace lo que quiere el mundo a su
propia voluntad.
Dios verdaderamente transforma y bendice a aquellas personas
que realmente han entregado su vida en amor a Dios.
El oír es el ver de la fe, por eso la misericordia nos viene
siempre por la puerta del oído:
“…todos los que temen a Dios,
y les contaré lo que hizo por mí”.
El
declarar que los hechos del hombre no es necesario; son demasiado triviales, y
además hay suficientes trompeteros para proclamar los hechos del hombre.
Pero, el declarar los actos
misericordiosos de Dios es instructivo, consolador, inspira y beneficia en
muchos aspectos.
Que cada uno hable por sí mismo,
porque el testimonio personal es el más seguro y el más eficaz.
Una experiencia de segunda mano carece del sabor y fragancia
dela de primera mano.
El salmista ahora dice: Sal 66:17 Pues
clamé a él por ayuda, lo alabé mientras hablaba.
Observa que el Salmista clamó y habló, es decir hizo las
dos cosas.
Es una prueba que la oración procede de motivos no dignos
cuando las bendiciones que la siguen no son reconocidas con el mismo fervor con
que fueron originalmente imploradas.
Los diez leprosos pidieron todos ellos misericordia y la
obtuvieron todos,
Pero
sólo uno de ellos regresó para dar las gracias.
Cuando somos verdaderos cristianos, y hacemos la voluntad de
Dios, es entonces cuando la alabanza del Señor está en nuestra lengua, bajo tu
lengua y sobre tu lengua.
De esa manera puedes brillar sobre los hombres, y tu corazón
sería un corazón bueno y dedicado a Dios
Sal 66:18 Si no hubiera
confesado el pecado de mi corazón, mi Señor no me habría escuchado.
No hay
nada que estorbe tanto a la oración como la iniquidad alojada en el pecho.
Así como Caín, lo
mismo con nosotros, el pecado, la ira, la contienda y el desánimo se halla a la
puerta.
Ahora preste atención a esto:
Si escuchas
al diablo, Dios
no te escuchará.
Si
rehúsas escuchar los mandamientos de Dios, sin duda El rehusará escuchar tus peticiones.
Una
petición a Dios imperfecta será oída por amor a Cristo,
Pero no una que haya sido
tergiversada a propósito por la mano de un traidor.
Y hay abundantes razones por la cuales, las oraciones a veces
son impedidas y sus súplicas generalmente se quedan sin contestar, ya que
fueron tergiversadas a propósito.
Es decir: Que son
muchos los que oran sin someterse a la voluntad de Dios, y creen que Dios se
complace con ese tipo de oraciones que expresan dolor, pero que al final son
solo burlas de un corazón y una mente que no desea hacer la voluntad perfecta
de Dios.
El pecado es algo abominable, tan deshonroso para Dios y tan
destructivo para las almas de los hombres que ningún cristiano real puede ser
testigo del mismo sin ser afectado.
Dice el Salmista en el
versículo 19 ¡Pero Dios escuchó! y prestó oídos a mi oración.
El
amor al pecado es una mancha de la plaga, Una marca de condenación, Una
señal de muerte,
Pero
las oraciones que viven y prevalecen ante Dios evidentemente son las oraciones
que salen de un corazón obediente y que siempre está dispuesto a hacer la
voluntad de aquel que lo creo.
Finalmente el Salmista dice:
Sal 66:20 Alaben a Dios,
quien no pasó por alto mi oración ni me quitó su amor inagotable.
Iglesia, Podríamos pensar que David hubiera colocado la
corona sobre su cabeza,
Pero la pone en la de Dios.
Sería bueno aprender esta lógica excelente,
Porque me gusta más la lógica de David que los silogismos de
Filosofía, pues cualesquiera que sean sus premisas, la conclusión es siempre la gloria de Dios.
Gracia y Paz
Pastor y Administrador, Rogers Infante.
Bendiciones a mis hermanos en la fe.
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