Gracia y Paz para todos mis
hermanos en la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo, el cordero inmolado
que hoy se encuentra sentado a la diestra de su Padre, y que al sonar de la
séptima trompeta vendrá a juzgar a este mundo y su maldad.
Muchos de nosotros hemos tenido diferentes batallas a lo
largo de nuestra vida y cuando somos sorprendidos descuidadamente por algunas
batallas, muchas veces no sabemos cómo responder, principalmente si nuestra
vida no ha sido verdaderamente entregada a Cristo.
Porque cuando somos verdaderos cristianos; es a través de
este caminar cristiano, que hemos aprendido la estrategia que Dios desea que
aprendamos para poder responder ante cualquier causa o situación que se nos
presente.
Pero para eso tenemos que examinar nuestra alma y saber la
estrategia a seguir, siendo lo primero que nuestra alma este a cuentas con
Dios, de lo contrario está en riesgo de someterse a batallas espirituales pero
con armas carnales.
Es precisamente en este estado donde el enemigo busca que entremos,
Es decir: que el enemigo quiere que entremos a una batalla
espiritual, pero con armas carnales.
Por eso es que el alma, cuando no tiene una vida espiritual, se ve
llena de carnalidad y es entonces cuando nos encontramos en batallas a largo
plazo y no sabemos cuál es la raíz; lo cual puede ser muy peligroso.
Peligroso porque la fe empieza a menguar y el enemigo puede
utilizar esa herramienta para que perdamos la confianza en Dios, lo
cual es lo peor que nos puede suceder a un cristiano verdadero.
Aun los grandes hombres de Dios, han tenido batallas a corto y
largo plazo; y aunque nadie quisiera tener batallas, las tendremos y aunque si
pudiéramos escoger cuál sería la mejor, quisiéramos que todas fueran a corto
plazo, pero lamentablemente no es así.
Y es ahí donde debemos esforzarnos, cuando la batalla se alarga,
pero debemos creer firmemente y tener la seguridad que con cristo seremos
siempre vencedores y un día todo terminará.
Un ejemplo lo podemos ver en la vida de David, quien tuvo 2 tiempos de
batallas:
Antes de ser rey (30 años)
Cuando llego a ser Rey (40 años)
En las escrituras encontramos que a los 16 años según el versículo de 1Samuel 17:34,
David mataba leones para defender las ovejas de su padre, pero no era todos los
días que tenía las mismas batallas, aunque estas son las que podemos considerar
a corto plazo consideradas como batallas
de la vida secular de David y en nuestra vida.
Nosotros diariamente debemos vencer batallas que deben resolverse en el
momento.
De los 17 a los 18 años tuvo
que enfrentarse a un guerrero llamado Goliat según el versículo de 1Samuel.17:50, batallo por tratar de ser alguien importante en la vida.
A los 18 años,
cuando entra a la casa de Saúl, tuvo que huir y durante 12 años, lo intentaron matar 21 veces, esto
era una batalla por causa del
llamamiento.
A muchos de nosotros Dios nos ha hecho un llamamiento en el reino.
Y es allí cuando de pronto empezamos a tener batallas espirituales,
las cuales tienen un objetivo que es impedir que crezcamos espiritualmente, no obedeciendo
el llamamiento de Dios a nuestra vida.
2Sa
3:1 Este fue el comienzo
de una larga guerra entre los que eran leales a Saúl y los que eran leales a
David. Con el paso del tiempo, David se volvió cada vez más fuerte, mientras
que la dinastía de Saúl se iba debilitando.
David tuvo que auto
ministrarse porque sabía en quien había confiado, de lo contrario, la batalla a
largo plazo lo hubiera hecho desfallecer, es
decir que lo hubiese debilitado.
Es por eso que cuando Dios nos llama a su reino para servirle
debemos esforzarnos;
No podemos pensar que el
hecho de servirle a Dios se trata de hacer acto de presencia solamente.
El servirle a Dios se trata de esforzarnos en lo que Él nos pida que
hagamos, haciendo y respetando sobre todas las cosas, su voluntad.
Aunque esto signifique desvelos, sacrificar días de descanso, etc.
La fidelidad ante Dios nos hace merecedores de muchas bendiciones.
Y las personas que se excusan, o viven excusándose para no
obedecer los mandatos de Dios, siempre van a hacer unos miserables ya que la
bendición solo se derramará sobre aquellos que hacemos verdaderamente su
voluntad y vivimos en todo tiempo para él.
Esa batalla entre las 2 casas, (De David y Saúl) fue prolongada
de manera que David comenzó a debilitase
2Samuel
3:39 Y aunque soy el rey ungido, estos dos hijos de Sarvia, Joab y Abisai, son
demasiado fuertes para que yo los controle. Por eso, que el SEÑOR les dé a
estos hombres malignos su paga por sus malas acciones».
Sin embargo la batalla se prolongó a tal grado que a pesar de lo
que David hacía, se empezó a
debilitar como a muchos de nosotros nos puede suceder cuando estamos por mucho
tiempo en batallas.
El permanecer mucho tiempo en la misma batalla, nos puede debilitar porque
de pronto llegan los problemas de una forma tan seguida que no lo podrán
soportar.
Pero resulta que no es tanto por la magnitud del problema, sino como lo
seguido que llegan y eso parecería que empieza a impactar en nuestra alma.
El problema es que a veces no comprendemos que si estamos en la
batalla, habrá consecuencias, por el simple hecho de estar al servicio de Dios,
ya que el enemigo intentara desanimarnos poniéndonos obstáculos y desanimarnos.
Dile a tu hermano “Nunca vayas a perder la confianza en Dios”.
1Sa
21:8 David le preguntó a Ahimelec: —¿Tienes una lanza o una espada? El asunto
del rey era tan urgente que ¡ni siquiera me dio tiempo de tomar un arma! (9)
—Sólo tengo la espada de Goliat el filisteo, a quien tú mataste en el valle de
Ela —le contestó el sacerdote—. Está envuelta en una tela detrás del efod.
Tómala si quieres, porque es la única que tengo. —¡Esta espada es sin igual
—respondió David—, dámela!
Lo que Dios desea es que si la batalla ha tardado por mucho
tiempo, debemos examinar nuestra alma para saber qué es lo que pueda estar
sucediendo, qué es lo que no hemos puesto a los pies de Cristo y que de alguna
forma nos está estorbando el desarrollo de nuestro caminar cristiano.
El versículo anterior tiene mucha
profundidad.
Una de las cosas que podemos ver es que la espada estaba escondida
y el lugar donde estaba.
Nadie la podía tomar porque había una ley que mandaba a que nadie
tocara el efod, si no
aquellos que estaban consagrados.
Sin embargo, el sacerdote no se quiso comprometer a lo que pudiera
suceder.
David tomó la espada aunque no era la óptima para su tamaño
porque para batallar necesitaba tener una espada que pudiera maniobrar
fácilmente.
1Sa
21:10 Entonces David escapó de Saúl y fue donde el rey Aquis de Gat. (11) Pero
a los oficiales de Aquis no les agradaba que David estuviera allí. «¿No es éste
David, el rey de la tierra? —preguntaron—. ¿No es éste a quien el pueblo honra
con danzas, y canta: “Saúl mató a sus miles, y David, a sus diez miles”?». (12)
David oyó esos comentarios y tuvo mucho miedo de lo que el rey Aquis de Gat
pudiera hacer con él.
Después de eso, David se va
a la ciudad de donde era Goliat y
cualquiera que estaba ahí lo reconocería y cuando eso sucedió, David tuvo miedo; porque la pérdida de confianza en Dios nos puede
llevar a cometer grandes errores.
Hoy debemos cuidarnos en no perder la
confianza en Dios porque si cometemos ese error, perderemos la batalla y el
enemigo nos puede destruir.
Cuando perdemos la confianza en Dios, nos estamos declarando
derrotados antes de tiempo.
1Sa
27:1
Pero David seguía pensando: «Algún día Saúl me va a atrapar. Lo mejor que puedo
hacer es escapar y vivir entre los filisteos. Entonces Saúl dejará de buscarme
en el territorio israelita, y por fin estaré a salvo».
Lo peor que podemos hacer al estar
enfrentando una batalla, es declarar la derrota frente al enemigo.
Es por eso que las batallas largas debemos aprender a
sobrellevarlas y no desfallecer porque si bien es cierto que debemos examinar
nuestra alma, también debemos saber que en cada batalla que libremos,
obtendremos el beneficio de subir de dimensión.
Aunque eso también nos compromete
porque en la siguiente dimensión a la que subamos, encontraremos batallas más
fuertes.
Es por eso que debemos adiestrarnos para
la batalla.
Al adiestrarnos podemos encontrar la razón por la cual nos han
sucedido muchas situaciones, pero también hemos encontrado la voz de Dios en
cada situación para que sigamos avanzando, recordándonos que Él está con
nosotros porque Su propósito es que terminemos de ser Adiestrados.
1Cronicas 20:5-8 Durante otra batalla contra los
filisteos, Elhanán, hijo de Jair, mató a Lahmi, el hermano de Goliat de Gat.
¡El asta de la lanza de Lahmi era tan gruesa como un rodillo de telar! (6) En
otra batalla contra los filisteos en Gat, se enfrentaron con un hombre enorme
que tenía seis dedos en cada mano y seis en cada pie, veinticuatro dedos en
total, que era también descendiente de los gigantes. (7) Pero cuando desafió a
los israelitas y se mofó de ellos, lo mató Jonatán, hijo de Simea, hermano de
David. (8) Estos filisteos eran descendientes de los gigantes de Gat, pero
David y sus guerreros los mataron.
Cuando David
venció a Goliat, era
como una graduación para la siguiente batalla.
Esa batalla solo era el inicio de muchas batallas.
Porque conforme vamos avanzando, vamos teniendo más experiencia y
los adversarios son cada vez más fuertes.
Es por eso que cuando alguien que ha sido alcohólico o drogadicto
y logra vencer a ese enemigo;
Esta persona debe permanecer firme, porque cuando pasa un tiempo, ese
adversario vuelve a intentar una nueva batalla, para ver si aquel que lo
venció, está diestro para aguantar la siguiente batalla donde surgirán nuevas
estrategias.
Los enemigos a vencer
• La primer batalla de
David fue la batalla que lo graduó, lo califico para las siguientes…
1Samuel
17:44-46 —¡Ven aquí, y les daré tu carne a las aves y a los animales salvajes!
—gritó Goliat. (45) David le respondió al filisteo: —Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo contra
ti en nombre del SEÑOR de los Ejércitos Celestiales, el Dios de los ejércitos
de Israel, a quien tú has desafiado. (46) Hoy el SEÑOR te conquistará, y yo
te mataré y te cortaré la cabeza. Y luego daré los cadáveres de tus hombres a
las aves y a los animales salvajes, ¡y todo el mundo sabrá que hay un Dios en
Israel!
Iglesia, Nosotros tenemos un enemigo a vencer.
Y los tendremos por mucho tiempo.
Hasta que nos encontremos con nuestro Señor Jesucristo.
Sin embargo, debemos saber que ese gigante llamado Goliat con
el que se enfrentó David; lo
podemos llevar en nuestra alma, y es extremadamente necesario que lo venzamos
en el nombre de Jesús.
¿Pero cómo lo podemos vencer?
Haciendo la voluntad de Dios, y de
esa manera estaremos protegidos.
Debemos tener presente que el nombre de Goliat según
el diccionario Hitchcok significa:
Asqueroso, Miseria, inmundicia o Montón de basura.
Cuando tenemos grandes batallas, es porque hemos sido adiestrados
para combatir con grandes enemigos.
Si usted no está adiestrado, jamás intente derrotar un enemigo más fuerte
que usted.
Sabemos que estamos adiestrados
espiritualmente, cuando hacemos la voluntad de Dios y su mano poderosa va con
nosotros a cualquier lugar que andemos, ya que como hijos de Dios, seremos
protegido por nuestro Padre celestial.
Además, es el espíritu que vive en nosotros,
quien nos manifiesta que estamos preparados para la batalla.
Por eso es importante alimentarnos de la palabra de Dios
diariamente, solo así podemos hacer la voluntad de Dios y no la nuestra.
Si no vences a tu enemigo en una batalla grande, sería imposible que
avances en tu vida.
Porque el enemigo no lo permitirá.
Recordemos lo que le
paso a las iglesias del Apocalipsis, el enemigo, los Nicolaitas, entraron
astutamente a la iglesia aparentando que deseaba aprender, cuando lo que
hicieron fueron dividirla, y solo un pequeño remanente fue el que se mantuvo
firme.
Por eso debemos vencer a ese Goliat.
Él es, ese Asqueroso y miserable montón de basura que siempre quiere
cubrirnos.
2Timoteo
4:7 He peleado la buena batalla, he terminado la carrera y he permanecido fiel.
La buena batalla: Es aquella que te
permite terminar tu carrera con éxito y avanzar.
La buena batalla: Es la que te da la oportunidad de destruir tus
escombros, tú ruina para avanzar.
La buena batalla: Es
destruir las cosas que fueron la basura
de tu vida pasada.
La buena batalla: Es
lo que se puede levantar más adelante y
tratar de arruinar tu vida.
Es por eso que necesitamos ministrar nuestra alma para que podamos
pedir ayuda en la batalla que estamos librando porque si no lo hacemos, el
enemigo nos puede destruir por falta de estrategia y consejería espiritual.
Cuáles son esos escombros que no te dejan avanzar.
El Escombros Generacional:
Isaías 61:4 Reconstruirán las ruinas antiguas,
reparando ciudades destruidas hace mucho tiempo. Las resucitarán, aunque hayan
estado desiertas por muchas generaciones.
Dios permite que los escombros generacionales, sean restauradas
con el propósito que no haya sombra de nada que nos pueda destruir.
El Escombros Personal:
Flp
3:8 Así es, todo lo demás no vale nada cuando se le compara con el infinito
valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a él, he desechado todo lo
demás y lo considero basura a fin de ganar a Cristo.
Si usted no desecha lo que lo está
atando a este mundo, jamás podrá avanzar, ya que la basura a la cual se ha
atado, no permitirá que avances.
Muchos creer haber desechado la basura
del pasado, pero por su andar, se hace más evidente la basura que trae encima,
que la victoria reflejada.
Mire cuando nosotros
empezamos andar con personas que están llenas de basura, lo único que vamos a
obtener de ellas es ensuciarnos con su asquerosidad, su mal olor, y eso no nos
permitirá avanzar.
Inténtelo y veras.
Pero cuando nos
juntamos con aquellos que han desechado la mugre de sus vidas, entonces veremos
más allá y jamás nos desviaremos del camino de Dios el cual está lleno de
bendiciones.
Un camino limpio es un camino sin basuras, ni mugre, sin ruinas.
Escuche bien esto y téngalo muy presente.
Cuando usted se enfrentó a su Goliat, y lo derroto, prepárese porque esa batalla intentara
reiniciarse y será más fuerte que la primera.
Lo que trato de decirle es que los problemas antiguos, siempre intentan
regresar.
Esa es la figura de Lahmi.
La escritura dice “Volvió”.
Esto es la prueba de que venciste a GOLIAT
Cuando un espíritu
inmundo sale del hombre, a buscar lugares desérticos, de pronto no se siente cómodo;
entonces es ahí donde piensa en volver al lugar de donde salió.
Goliat era un espíritu de
guerra, encargado de motivar el odio,
racismo, rivalidad, etc.,
Es la razón de contiendas
familiares, congregacionales, políticas, culturales, etc.,
Todo
esto se debe al espíritu de guerra de un hombre
fuerte que muchas veces vuelve a la casa de donde salió y la encuentra vacía.
Aunque sabemos que ha sido vencido por nuestro Señor Jesucristo
porque la profecía tenía que cumplirse cuando dice la Biblia que la simiente de la mujer aplastaría la
simiente de la serpiente en la cabeza.
Por eso es que hoy tenemos la opción a la
libertad.
Lo único que necesitamos es hacerla
efectiva en nuestra vida.
Cuando David le
cortó la cabeza a Goliat, la
fue a enterrar al Monte de la Calavera, donde más tarde se cumpliría la
profecía.
Es por eso que ese monte también se llama: el monte Gólgota,
porque es la abreviatura de Goliat de Gad.
Iglesia, mantente siempre preparado
para la batalla.
Nunca te quites la armadura de Dios.
Analiza tu vida y observa como está ahora, y como estaba ayer.
Solo cuando permanecemos en la presencia
de Dios, seremos vencedores.
Y aunque vengan circunstancia a nuestra vida, siempre saldremos victoriosos y
bendecidos.
Porque Dios, siempre va a estar con aquellos que realmente hacemos
su voluntad y nos hemos limpiado de toda suciedad.
Prepárate porque cuando somos más que vencedores, nada nos podrá
desanimar ni mucho menos derrotar.
Porque todo lo podemos en Cristo, quien nos da las fuerzas para
seguir adelante, y mediante esa fuerza que nos invade por el poder de Dios,
recibiremos grandes beneficios y grandes bendiciones.
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante.
Bendiciones a mis hermanos que caminamos en la misma fe.
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