Gracia y paz para todos mis hermanos
en la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo, el cordero inmolado que hoy
se encuentra sentado a la diestra del Padre, Jehová de los ejércitos, el
Todopoderoso.
Y que al sonar de la séptima trompeta
Jesús, su Hijo amado, vendrá a este planeta para traer juicio contra todo ser
perverso e idolatra.
Él nombre hebreo “Emmanuel” puede
traducirse como “Dios
con nosotros” o “Dios está con
nosotros”.
Algunas personas creen, basados en la interpretación de Isaías 7:14, que
debido a que Jesús sería llamado “Émmanuel”,
él tendría que ser Dios encarnado.
Pero son muchas las iglesias, en especial las trinitarias, las que
siempre están leyendo estos versículos Isaías 7:14 y Mateo 1:23 para relacionarlos
con la falsa navidad que ellos promueven.
Isaías 7:14 dice: “Por consiguiente el Señor le dará una señal: Una virgen dará nacimiento a un
hijo, y lo llamará Émmanuel”.
Mateo 1:23 dice: “Una virgen
dará luz a un hijo, y ellos lo llamarán por el nombre Émmanuel, cuyo
significado es, Dios con nosotros”.
Iglesia, Analicemos esto exegéticamente.
Primero: La profecía establece que su nombre será Émmanuel.
Pero preste mucha atención ya que esto no quiere decir que él será “Émmanuel”.
Segundo: María jamás llamó a su niño Émmanuel.
Ella lo nombró Jesús,
siguiendo las instrucciones entregadas por el ángel de Dios según la Biblia:
Mateo 1:25 dice: “…pero habrá una virgen
que dará a luz a un hijo; y él se llamará Jesús”.
Lucas 1:30-31: “Él ángel le dijo:…no tengas miedo, María; por la gracia de Dios, tú concebirás en tu útero a un
hijo y lo llamaras Jesús”.
Tercero:
Cuando leemos en el contexto, el nacimiento y nombramiento del niño Émmanuel;
Esto era una señal para el rey Acaz de que Dios estaba con su pueblo.
Aun cuando estuviese a punto de ser invadido por dos reinos rivales.
Isaías
7:10-16 Habló también Jehová a Acaz,
diciendo: (11) Pide para ti señal
de Jehová tu Dios, demandándola ya sea
de abajo en lo profundo, o de arriba en
lo alto. (12) Y respondió Acaz: No
pediré, y no tentaré a Jehová. (13) Dijo entonces Isaías: Oíd ahora, casa
de David. ¿Os es poco el ser
molestos a los hombres, sino que también
lo seáis a mi Dios? (14) Por tanto,
el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a
luz un hijo, y llamará su nombre
Emanuel. (15) Comerá mantequilla y
miel, hasta que sepa desechar lo malo y
escoger lo bueno. (16) Porque antes que
el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, la
tierra de los dos reyes que tú temes será abandonada.
La promesa fue cumplida por Dios en ese tiempo, veamos.
2Reyes
16:8-14 Y tomando Acaz la plata y el oro que se halló
en la casa de Jehová, y en los tesoros
de la casa real, envió al rey de Asiria
un presente. (9) Y le atendió el rey de
Asiria; pues subió el rey de Asiria
contra Damasco, y la tomó, y llevó cautivos a los moradores a Kir, y mató a Rezín. (10) Después fue el rey Acaz a encontrar a
Tiglat-pileser rey de Asiria en Damasco;
y cuando vio el rey Acaz el altar que estaba en Damasco, envió al sacerdote Urías el diseño y la
descripción del altar, conforme a toda
su hechura. (11) Y el sacerdote Urías
edificó el altar; conforme a todo lo que
el rey Acaz había enviado de Damasco,
así lo hizo el sacerdote Urías,
entre tanto que el rey Acaz venía de Damasco. (12) Y luego que el rey vino de Damasco, y vio el altar, se acercó el rey a él, y ofreció sacrificios en él; (13) y encendió su holocausto y su ofrenda, y derramó sus libaciones, y esparció la sangre de sus sacrificios de
paz junto al altar. (14) E hizo acercar
el altar de bronce que estaba delante de Jehová, en la parte delantera de la casa, entre el altar y el templo de Jehová, y lo puso al lado del altar hacia el norte.
Entonces, el nombre “Dios está con nosotros”, indicaría que “Dios nos apoyará”.
Él nombre tiene un sentido evidente si suponemos que éste indicaba al
Rey Acaz que Dios estaba de su lado.
En 2
Reyes 16:9 se relata cómo se cumplió esta profecía: Él rey de Asiria
atacó y tomó bajo su poder a Damasco, deportó a sus habitantes a Cirene y mató
Rezin.
Cuarto: Él texto en hebreo de Isaías 7:14, no dice nada acerca de una virgen
que daría a luz, sino que una mujer joven concebiría
a un niño; ya que la palabra almah en hebreo, usada en Isaías 7:14, significa muchacha o joven, no necesariamente una
virgen.
La palabra hebrea para definir virgen
es b’tulah.
La Biblia RSV (Revised Standard Versión), en inglés,
Es una de las pocas Biblias cristianas que usaron la traducción ‘mujer joven’ en
lugar de reemplazarla con la palabra ‘virgen’.
De la misma manera son muchas las Biblias que así
lo traducen en el Antiguo y Nuevo Testamento.
Veamos algunas de ellas.
Isaías 7:14 en
esta Biblia dice: “Por consiguiente el Señor te dará una señal. Una mujer joven concebirá y llevará en su vientre a un hijo,
y le pondrá de nombre Immanuel”.(RSV)
Isaías 7:14
Por eso el Señor mismo les dará un signo. Miren, la joven está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará
con el nombre de Emanuel. (LPD) (Libro Pueblo de Dios 1981)
Isaías 7:14
Pues el Señor mismo les va a dar una señal: La joven está encinta y va a tener un hijo, al
que pondrá por nombre Emanuel. (DHH) Dios Habla
Hoy 1996)
Isaías 7:14
El Señor, pues, les dará esta señal: La joven está embarazada y da a luz un varón a quien le pone
el nombre de Emmanuel, es decir: Dios-con-nosotros. (BLA) (La Biblia
Latinoamericana) y (BL95) (Biblia Latinoamericana 1995).
Isaías 7:14
Por eso, el Señor mismo os dará una señal: La joven concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará
Emanuel. (BAD) (Biblia Al Día).
Entonces, como podemos ver y analizar el término “virgen” fue una mal traducción ya que su significado real en
hebreo es JOVEN
MUJER.
La Brit
Xadasha Judía traduce a Mateo de la siguiente manera:
Mat 1:23
Jine ja´alma jara veioledet ben veqara shemó ´Immanu´el
(He aquí, una ´almah (Joven Mujer)
concebira y dara a ´or un ben, y llamaras su nombre ´Imanuel), que traducido
es: Elojim es con
nosotros.)
Al ver todo
podemos decir que debemos tener mucho cuidado cuando de leer una biblia se
trata.
Ya que muchos
“traductores” han realizado una mala interpretación y añadiduras que pueden
realmente repercutir en el conocimiento de la persona.
Por eso es
importante escudriñar y comparar varios escritos, en especial los escritos en hebreos,
ya que la biblia fue escrita en hebreo inicialmente.
La traducción al griego, fue lo que
adultero la santa escritura.
Ejem. Todas las
RV. Han sido escritas con una mala interpretación griega.
Quinto: Cuando algo es denominado con un cierto nombre, no
significa que el objeto o persona literalmente sea lo que se ha nombrado.
Los nombres simbólicos frecuentemente son usados
por los hebreos en la Biblia.
Muchos nombres causarían grandes problemas si fuesen tomados
literalmente.
Por ejemplo, Jerusalén es llamada “el Señor, justicia nuestra” (Jeremías 33:16), y
Jerusalén obviamente no es Dios.
Jeremías 33:16 En ese día Judá será
salvo, y Jerusalén vivirá segura. Y este será su nombre: “El SEÑOR es nuestra
justicia”*.
En Génesis
32:30, nos dicen que Jacob llamó a un lugar Peniel, que significa “Cara de Dios”.
Y Abraham nombró a la montaña en que él estaba a punto de sacrificar a
Isaac “el
Señor proveerá”, y nadie creería
que la montaña fuese Dios, o que la cara de Dios es un lugar, Peniel.
De igual forma, nadie creería que un altar fuese Dios, aun cuando Moisés
lo llamó de ese modo: “Moisés construyó un altar y dijo así “Él Señor es mi altar” (&Éacute;
éxodo 17:15).
¿Creerían los cristianos que Elías, que significa “Jehová Dios”, es Dios; o que Bithiah, la hija de Faraón, era
la hermana de Jesús porque su nombre
significa “hija
de Jehová?”
¿Creerían los cristianos que Dibri, no Jesús, era la “Promesa de Jehová”, o que Éliab era el Mesías real ya que su nombre
significa “Mi
Dios (es mi) padre?”
De manera similar, ¿creerían ellos que porque en los manuscritos hebreos
encontramos a Jesús
Bar-Abbas (Barrabás), quien evitó
ser crucificado por Pilatos a pedido de los judíos, era el hijo de Dios porque
su nombre significa “Jesús, el hijo del Padre”? Claro que NO.
Entonces al mirar todo de una manera exegética sin salirnos del contexto
bíblico podemos concluir en este análisis, que el cumplimiento de la profecía
de Isaías
en la figura de Jesús
sólo es aceptado por los cristianos porque Mateo lo afirma citando la profecía, a pesar
de que ninguno de sus contemporáneos llamó a Jesús, Émmanuel.
Además, aún si se aceptara que su nombre fuese Émmanuel, el nombre necesariamente
no refleja el ser, como puede verse de otros nombres que van unidos con la
palabra Dios (en las formas hebreas de Él o Yah).
Sostener la idea de que Émmanuel quiere decir “Jesús Dios encarnado” entre Sus
criaturas es, por consiguiente, un ejemplo de cómo la doctrina Trinitaria de la
encarnación fue forzada para encajar en el mensaje de Jesús, tergiversando la
interpretación de las profecías más antiguas, ya que ninguno de los apóstoles
jamás hablo de tal aberración como lo es la falsa trinidad y su baal triuno.
No hay ni habrá jamás un soporte bíblico, por cuanto los apóstoles todos
ellos bautizaron en el Nombre de Jesús.
Pero dicho todo esto entonces, ¿Quién fue la virgen?
Siendo
que el problema de fondo tenía que ver con la dinastía de David, la tendencia
general ha sido la de presumir que el nacimiento de un hijo de Acaz, a
su vez descendiente de David, iba a ser la señal de que la descendencia
davídica se iba a perpetuar.
Debido
a que Ezequías
fue hijo de Acaz, y
Mat 1:9 certifica
que formó parte de la genealogía que llegó hasta el hijo de María, se ha creído que el
nacimiento de Ezequías cumplió
con la señal indicada.
Aunque
para algunos, la cronología presenta ciertas dificultades, parece ser la
respuesta más lógica al contexto inmediato del mensaje profético.
Quien
fue EZEQUÍAS.
Su nombre
significa: «Jehová fortalece»
Hijo de Acaz,
rey de Judá (719-691 a.C.).
Estuvo asociado
con su padre en el gobierno desde el año 728 a.C.
Era un siervo
devoto de Jehová; comenzó su reinado reparando y limpiando el Templo,
reorganizando los servicios religiosos con sus funcionarios y celebrando una
gran pascua a la cual invitó solamente a las tribus de Judá y Benjamín (2Cr.
29:1-30:13).
Quitó los
lugares altos, derribó las imágenes e hizo pedazos la serpiente de metal que
Moisés había hecho, pero que se había convertido en objeto de adoración.
En el cuarto año
de su reinado (724 a.C.), Salmanasar
comenzó, y en el año 722 a.C.
Sargón completó,
el sitio de Samaria, llevando a las diez tribus en cautividad (2Cr_18:9-10).
En el año 714 a.C. comenzó la serie de invasiones asirias
que distinguieron el reino de Ezequías y terminaron desastrosamente para
Asiria. Parece que fue inmediatamente después de comenzar estas invasiones, en
el año 714, cuando Ezequías estuvo enfermo,
casi a la muerte, pero le fueron concedidos 15 años más de vida (2Reyes.20:1-11;
Isaias.38).
Ezequías murió en
el año 691 y ascendió al trono su hijo
Manasés (2Reyes.20:21;
2Cr.32:33).
Pero, ¿quién
fue la joven o virgen?
¿Sería una joven que no estaba casada aún con Acaz, o que estaba por
desposarse con él, y que probaría no ser estéril una vez que se uniese con el
rey?
¿Quién sería la señal?
¿La joven, el niño, o ambos?
A
menudo, encontramos que la tipología del Antiguo Testamento se refiere a algún
evento futuro que sobrepasa el cuadro de la representación terrenal, con el
propósito de que la gente mirase en aquellos días hacia un cumplimiento más
vasto, que el momento presente sólo cumple en forma parcial.
En
este contexto, no habría necesidad de pensar que la palabra ‘almah debía
implicar una mujer casada, sino que lo que una mujer casada iba a tener en los
días de Acaz,
iba a representar el nacimiento virginal de un niño en el futuro, un hecho
mayor como lo fueron siempre las realidades en relación con los tipos o figuras
o símbolos o representaciones.
Todo
esto implica que mientras que en los días de Isaías,
el nacimiento de un hijo de Acaz
iba a ser la señal más específica, en los días de Mateo
también la virginidad de la madre de Jesús lo sería (Mat 1:23).
Esto
puede ampliarse todavía, en la consideración del uso del término betulah, “virgen”, en los días
de Isaías y aún en el Apocalipsis.
Conclusión.
La
señal que Dios dio por boca de Isaías era doble.
Debía cumplirse mediante el nacimiento virginal de un
niño descendiente de la casa de David que sería equiparado, literalmente, a
Dios mismo, porque Dios estaría en medio de su pueblo a través de él.
Todos sabían que Ezequías nació de una joven mujer,
pero sabían que el hijo que iba a venir en el futuro, el descendiente final de
David, nacería también de una Joven Mujer que no había sido tomada.
Lo que las escritura dicen es que debían esperar a que
llegase ese tiempo para obtener una liberación más completa y definitiva en lo
que respecta a la profecía de Isaías
7
De la misma manera, todos sabían que Jerusalén no era
virgen, pero debían mirar en ella a la “santa
ciudad” por venir, “la
nueva Jerusalén” (Hebreos
11:10,13-16; 12:22; 13:14), sobre la cual reinaría un hijo de David
para siempre en medio de su pueblo.
Apocalipsis 21:22 No vi ningún
templo en la ciudad, porque el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero son el
templo.
Y aunque un hijo de la Jerusalén terrenal de los días
de Isaías se sentó sobre el trono
del Señor para reinar sobre el antiguo Israel, la capital terrenal del reino
divino, y Dios estuvo con su pueblo a través de él, ese
hijo no iba a reinar para siempre.
Todos debían mirar más allá de él, hacia un
cumplimiento mayor que el Señor efectuaría “llegado el cumplimiento del tiempo”
(Gál 4:4), cuando
Cristo Jesús, el Hijo de Dios mismo, naciese de una joven mujer no tomada por
hombre y reinaría para siempre con su Padre Jehova.
Gálatas
4:4-7
Pero, cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de
una mujer y sujeto a la ley. (5) Dios lo envió para que comprara la libertad de
los que éramos esclavos de la ley, a fin de poder adoptarnos como sus propios
hijos. (6) Y, debido a que somos* sus hijos, Dios envió al Espíritu de su Hijo
a nuestro corazón, el cual nos impulsa a exclamar «Abba, Padre»*. (7) Ahora ya
no eres un esclavo sino un hijo de Dios. Y, como eres su hijo, Dios te ha hecho
su heredero.
Gracia y Paz.
Pastor y
Administrador, Rogers Infante.
Bendiciones a
mis hermanos en la fe.
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