Gracia
y Paz, para todos mis hermanos en la obra de Dios Padre, y de su Hijo
Jesucristo, el cordero inmolado que hoy se encuentra sentado a la diestra de su
Padre el Todopoderoso y que al sonar de la séptima trompeta vendrá a Juzgar a
este mundo y toda su maldad.
Jeremías
18:1-6
El SEÑOR le dio otro mensaje a Jeremías: (2) «Baja al taller del alfarero y
allí te hablaré». (3) Así que hice lo que me dijo y encontré al alfarero
trabajando en el torno; (4) pero la vasija que estaba formando no resultó como
él esperaba, así que la aplastó y comenzó de nuevo. (5) Después el SEÑOR me dio
este mensaje: (6) «¡Oh, Israel! ¿No puedo hacer contigo lo mismo que hizo el
alfarero con el barro? De la misma manera que el barro está en manos del
alfarero, así estás en mis manos.
Yo creo que hemos llegado al tiempo
donde todo creyente deberá de aprender a REVISAR su interior con
responsabilidad.
La razón es porque el
Señor así lo requiere para su venida.
Y nosotros debemos
analizar qué tan grande ha sido nuestro progreso para el alma.
Debemos revisar el avance de nuestra
propia alma, como también la falta del rendimiento espiritual.
Porque de no ser así, no se cumplirá 1Tesalonicenses
4:17 en
los hijos de Dios.
1Ts
4:17 Luego, junto con ellos, nosotros los que aún sigamos vivos sobre la
tierra, seremos arrebatados en las nubes para encontrarnos con el Señor en el
aire. Entonces estaremos con el Señor para siempre.
El arrebatamiento del creyente es un galardón que reciben
los que son más que vencedores.
Es
decir aquellos que dejaron su condición carnal, para someterse voluntariamente
a la espiritual.
De manera que si aprendemos a CONOCER bien nuestra ALMA, eso
nos ayudara a remover todas aquellas cosas que nos impiden el obtener como el
pasaporte para ese evento escatológico.
EL APRENDER a conocer bien nuestra ALMA, es como ver con ojos
interiores la condición en que se encuentra el nivel espiritual en nuestro
cuerpo.
1Ts
5:23 Ahora, que el Dios de paz los haga santos en todos los aspectos, y que
todo su espíritu, alma y cuerpo se mantenga
sin culpa hasta que nuestro Señor Jesucristo vuelva.
Si podríamos comparar el cuerpo
humano en el área de la aritmética, podemos decir que el cuerpo es como un conjunto
lleno de elementos con una información que decidirá a que parte pertenecemos.
Es decir: Que el Alma estando dentro de ese conjunto o
cuerpo, está llena de una información completamente diferente a los elementos
del cuerpo, y que esa diferencia podría ocasionar un desequilibrio, el cual
tendría como resultado transformarnos en algo bueno o malo.
El Espíritu serias otro elemento que conformaría el
conjunto dentro del cuerpo.
Pero este elemento espiritual estaría
lleno de una información más profunda del poder de Dios, el cual al ejercer
control sobre el conjunto mayor o cuerpo, este transformaría al elemento alma completamente,
guiándolos espiritualmente, para que podamos hacer la voluntad de Dios.
La información del
espíritu es profunda y solo podrá llegar al alma si se rompe la división o
frontera que existe entre ambos.
Por eso es allí donde Dios envía la
palabra con el propósito de transformar el cuerpo y el alma, para que estos se
puedan someter a su voluntad.
En otras palabras todo lo que Dios transforme en nuestro cuerpo,
será de bendición para el alma.
Permíteme explicarle
lo que acabe de decir:
Hebreos
4:12-15 Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que
cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la
articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y
deseos más íntimos. (13) No hay nada en toda la creación que esté oculto a
Dios. Todo está desnudo y expuesto ante sus ojos; y es a él a quien rendimos
cuentas. (14) Por lo tanto, ya que tenemos
un gran Sumo Sacerdote que entró en el cielo, Jesús el Hijo de Dios,
aferrémonos a lo que creemos. (15) Nuestro
Sumo Sacerdote comprende nuestras debilidades, porque enfrentó todas y
cada una de las pruebas que enfrentamos nosotros, sin embargo él nunca pecó.
Cuando recibimos a Jesús, verdaderamente en nuestra
vida, la obra de Dios se manifiesta en esa persona.
Nosotros, habiendo recibido a Jesús, y al caminar
en obediencia, estamos diciéndole a Dios que su obra permanece en nosotros.
De tal manera que el espíritu que ahora vive en
nosotros fue resucitado y lleno de cristo, el Hijo de Dios.
Amados cuando recibimos a Jesús para
siempre en nuestra vida y caminamos en obediencia, quiere decir que al realizar
ese primer paso que es el bautismo, todo el cuerpo se someterá voluntariamente en
obediencia para hacer la voluntad de Dios.
Esa voluntad o deseo de caminar en obediencia, nos
llena de muchas bendiciones.
En otras palabras, estamos llenos de la gloria de Dios. Estamos
llenos de su promesa.
Estamos llenos de su revelación y conocimiento. Llenos de la revelación de su misterio.
Esta llenura debe pasar al Alma, para que ya no esté sufriendo con
males.
Es decir que El cuerpo será transformado por Nuestro Padre celestial Jehová.
Y en el arrebatamiento se dará esa transformación en un abrir y
cerrar de ojos, para bien.
El alma que usted
posee, se está restaurando hoy.
Toda Alma necesita el programa de
restauración para que pase toda la información del espíritu a ella.
En otras palabras: Es como romper la frontera para que fluya todo lo
que hay en el espíritu, al cuerpo.
La restauración comienza
desde que venimos a Cristo hasta hoy, y hasta que venga el Señor.
Pero esto solo se consigue con el poder
de la palabra de Dios.
Hebreos
4:12 Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier
espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación
y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos más
íntimos.
Todo cristiano debe entender y
comprender la palabra de Dios, para ser transformados.
Ahora cuando hemos sido transformados a la voluntad de Dios, el
Alma empieza a perfeccionarse.
El perfeccionamiento del alma se dará
por medio de un proceso donde el ALMA tiene que experimentar fases de
perfeccionamiento de parte de Dios.
Déjeme explicarle. Es como un PROGRAMA de tratamiento al alma.
Si alguna alma no se somete a
este programa, muy difícilmente podrá estar en el ESTADO requerido para el arrebatamiento de
aquellos que harán parte del
remanente del Señor.
Por ejemplo: Si en nuestra alma hay aun resentimiento, amargura, ira o alguna otra cosa negativa, eso no nos dejara que el
perfeccionamiento se efectué.
Por eso existen cuatro fases para la recuperación de un
Alma.
Esta primera fase de la preparación del alma
Tiene que ver con LIBERAR EL ALMA de
potestades demoniacas, como también de aquellos espíritus generacionales, que por
mucho tiempo han tomado control del cuerpo.
Nuestra Alma debe ser LIBRADA de todos
los males y enfermedades peligrosas que desaniman al cuerpo a seguir en la presencia
de Dios.
De esa forma nuestra alma debe experimentar una liberación.
Los Muchos problemas que hoy existen en
los creyentes es porque su alma no está LIBERADA.
La causa principal radica en que la clase de vida que
andan llevando esta por fuera de Cristo.
Muchos no quieren reconocer que es así.
Pero pretender ser bendecidos cuando
su andar y caminar está lejos de la presencia de Dios.
Es decir que el testimonio que están
mostrando NO es el apropiado para un
hijo de Dios.
Cristo resucito al espíritu, que un día el Padre nos había
colocado.
Por eso el Alma necesita que el
espíritu, o ese Poder de Dios, anulen todo mal deseo carnal, para que podamos
entrar en una nueva conquista y así derrotar los problemas causados por la
carne.
Cuando un creyente no
está obedeciendo por excusas la palabra de Dios,
Es entonces cuando
esta persona es tomada por entes demoniacos, y este ente, empieza a fastidiar
la vida de esa persona trayéndoles dolores, ruina, desesperación, angustias,
desánimos y toda clase de males que logran fastidiar a ese creyente débil y
pasivo, que no se quiso someter a la voluntad de Dios.
Por eso debemos ser conquistadores, pero en Cristo
y con Nuestro Padre celestial al mando.
ESCUCHE ESTO Y PRESTE
ATENCION:
Cuando hay cosas que no han cambiado
en nuestra vida, sea el carácter, los eventos negativos, el nivel de vida sin
mejorar etc. puede ser que se deba a una POTESTAD que debemos echar fuera.
Ya está más que bueno de las excusas.
Nosotros como hijos de Dios, debemos ANALIZAR nuestro
YO interior y ser SINCEROS.
Si hay algo en nuestra ALMA que no
hemos MINISTRADO, debemos
ser liberados de esas potestades.
El alma puede ser llena de Amargura, Odio, Vicios, Costumbres negativas, Pornografía, Alcoholismo, Drogadicción,
Deleite sexual o Inmoralidad etc.
Cuando alguien no está verdaderamente lleno
con el Poder de Dios, muchas veces los círculos concéntricos dañan el Alma.
La segunda fase de la preparación del alma,
Ya no es liberarla de potestades sino
de ROMPER con COSTUMBRES
negativas que viene hacer como una prisión que no nos permite fluir en las
cosas nuevas de Dios.
Salmos 142:5-7 Entonces oro a ti, oh SEÑOR y
digo: «Tú eres mi lugar de refugio. En verdad, eres todo lo que quiero en la
vida. (6) Oye mi clamor, porque estoy muy decaído. Rescátame de mis
perseguidores, porque son demasiado fuertes para mí. (7) Sácame de la prisión
para que pueda agradecerte. Los justos se amontonarán a mi alrededor, porque tú
eres bueno conmigo».
Hay costumbres negativas que nos
mantienen en el molde de nuestras antiguas casas o vieja manera de vivir. Por
ejemplo:
La inestabilidad de las personas.
Resolver los problemas corriendo y nunca encararlos para no dejarlos inconclusos.
La forma de corregir a los hijos. (Abuzo de autoridad)
Pedir prestado y no pagar.
Mentir para conseguir algún favor.
Calumniar o difamar a otros para justificarse así mismo o simplemente
costumbre negativa.
La tercera fase es la preparación del alma.
Aquí ya no es liberación de demonios sino
de SANAR EL ALMA de heridas.
Sal
41:4 «Oh SEÑOR, ten misericordia de mí —pedí en oración—, sáname, porque contra
ti he pecado». (5) Pero mis enemigos sólo hablan mal de mí. Preguntan: «¿Falta
mucho para que se muera y pase al olvido?». (6) Me visitan como si fueran mis
amigos, pero mientras tanto juntan chismes y, cuando se van, los divulgan a los
cuatro vientos. (7) Los que me odian susurran cosas acerca de mí y se imaginan
lo peor.
Sanar
significa: quitar las heridas y defectos que dañan a una persona.
Esta es la parte sentimental del alma que fue dañada.
Normalmente todo hombre y mujer busca
relacionarse con otras personas.
Y muchas veces esas personas son las
que hieren el ALMA con sus
traiciones, mentiras, engaños, violencias, etc.
Podemos tomar como ejemplo:
Las heridas que son causadas por
amistades.
Las heridas que ocasionan el rompimiento
de un matrimonio.
Las heridas causadas por familiares
que se enemistaron para siempre.
Las heridas que producen que una sociedad
se venga a la quiebra. etc.
En otras palabras: las heridas que están en el alma se deben de
sanar urgentemente.
De lo contrario estas van a impide tu perfección y crecimiento espiritual.
Si el creyente no pide a Dios la
sanidad de su alma eso le estorbara su perfeccionamiento.
Ese perfeccionamiento lo podemos
encontrar solo y únicamente cuando caminamos bajo la voluntad de Dios y le
somos obedientes.
Déjame preguntarte: ¿Está usted herido en su alma?
Dios lo puede sanar en este día y lo más hermoso es que su Alma
puede restaurarse en su presencia.
Cuando nosotros deseamos sanar nuestra
Alma, debemos entregarnos completamente a Dios.
No de una manera fingida, porque de esa
manera jamás sentirás la presencia del Poder de Dios en usted.
Cuando una persona no está sanada en su
alma le está dando la oportunidad a Satanás que le interrumpa toda conexión
correcta, verdadera o de bendición.
Cuando usted desconfía de su Pastor o hermanos en la fe, lo que
está logrando es fortalecer a Satanás.
Hay gente que por una herida en su alma
no SANADA no cree en el matrimonio
nunca más.
Hay personas que por una TRAICIÓN, no cree en la amistad
sincera.
Se vuelve duros, y su CORAZÓN lo ponen como un DIAMANTE, irrompible.
Pero Dios te dice Pro 23:26 Oh, hijo mío, dame tu
corazón; que tus ojos se deleiten en seguir mis caminos.
Nosotros debemos dejar
que Jesús, restaure nuestra Alma.
Dios ha colocado a Ministros en su iglesia, para que ellos por el
nombre de Jesús, puedan restaurar las Almas de los perdidos y así convertirse
en hijos de Dios.
Es decir: que estos ministros tienen una autoridad dada por Dios.
Para que por el Nombre de Jesús, podamos hacer volver el ALMA de
esa persona a su estado original.
Aquí es donde se recuperan las
capacidades con las que Dios nos envió a la tierra.
Esa capacidad de la inocencia, es
decir: la virginidad, la honradez,
la sencillez, la pureza que se había perdido por la
multiplicación de la maldad que nos rodeó.
Se perdió cuando se violó la inocencia o por el abuzo a la
inocencia.
Cuando se pierde la inocencia da lugar a la picardía, culpabilidad,
maldad, etc.
Cuando somos RESTAURADO en el alma, es cuando recuperamos la capacidad de AMAR.
En otras palabras vuelves hacer como un
niño en inocencia y vuelves a tener la confianza.
Y lo más importante de todo es que se
recupera el AMOR así como dijo el
apóstol Pablo:
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