Gracia y Paz para todos
mis hermanos en la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo, el cordero
inmolado que hoy se encuentra sentado a la diestra de su Padre, y que al sonar
de la séptima trompeta vendrá a juzgar a este mundo y su maldad.
Muchas veces creemos que con solo creer es
suficiente.
Pero la verdad es que No basta con solo creer.
El creyente tiene que tener una comunión íntima
y diaria con Dios.
De igual manera que para formar un matrimonio
estable, no basta con enamorarse, sino que la pareja tiene que vivir juntos
alimentando cada día ese amor.
El creyente tiene que vivir junto al Señor.
Es decir: que debe estar en una plena comunión
íntima, para que el amor a Dios y la fe en él, crezca cada día y no se enfrié.
Dios quiere tener contigo una comunión tan
grande e íntima como la que tienen los matrimonios enamorados.
Isaías 62:5 Tus hijos se dedicarán
a ti, oh Jerusalén, como un joven se dedica a su esposa. Entonces Dios se
regocijará por ti como el esposo se regocija por su esposa.
La oración y la lectura Bíblica, nos acercan cada
día más a Dios, y nos hace crecer cada día en su gracia.
La comunión que se alcanza con Dios atreves de
la oración y de la lectura de la Biblia es necesaria para nuestro crecimiento.
Delo contrario, sino oramos constantemente y no
leemos la palabra de Dios diariamente, nuestra fe se enfriara, y viviremos una
vida espiritual muy pobre.
“Orar”
es hablar con Dios usando nuestras propias palabras.
Orar no es lo mismo que “rezar”.
Ya que el rezo consiste en repetir oraciones
aprendidas desde niños; como ocurre con El Ave María, el Credo, y quien sabe
que cosas más.
Al Señor no le gusta los rezos aprendidos que
repite frases como lo haría un papagayo o un loro, que no sabe lo que dice.
Jesús dijo en Mateo 6:5-7 »Cuando ores, no hagas como los hipócritas a quienes
les encanta orar en público, en las esquinas de las calles y en las sinagogas
donde todos pueden verlos. Les digo la verdad, no recibirán otra recompensa más
que ésa. (6) Pero tú, cuando ores, apártate a solas, cierra la puerta detrás de
ti y ora a tu Padre en privado. Entonces, tu Padre, quien todo lo ve, te
recompensará. (7) »Cuando ores, no parlotees de manera interminable como hacen
los seguidores de otras religiones. Piensan que sus oraciones recibirán
respuesta sólo por repetir las mismas palabras una y otra vez.
Atreves de la oración hablamos con Dios.
De tal manera que compartimos todo lo que hay en
nuestras vidas con él.
Tal como lo hacemos con nuestros padre
terrenales, sintiendo su presencia, el amor en esa comunión íntima con Él.
Y lo hermoso es que el Señor nos escucha, ya que
desde el día que le entregamos nuestras vidas, arrepintiéndonos de nuestros
pecados y recibiéndolo en nuestro corazón, fuimos hechos hijos de Dios; y él
como buen padre, escucha y atiende a sus hijos.
Juan.1:12 Pero, a todos los que
creyeron en él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de
Dios.
No
nos engañemos, no todos somos hijos de Dios.
Todos somos criaturas de Dios, ya que él nos
creó a todos.
Pero hijos, solo son aquellos que han recibido a
Jesús, el hijo de Dios en su corazón.
Y están caminando bajo la obediencia del Padre.
Es decir: que le obedecen, lo escuchan, hacen su
voluntad, y se someten a su palabra.
A estos que lo reciben como padre, el Señor les
ha dado el poder de ser llamados hijos de Dios.
El padre no nos dejara nunca solos, pues está
viviendo en espíritu en nuestro interior desde el mismo día que recibimos a su
hijo Jesús.
Ese mismo instante lleno de un arrepentimiento
lo recibimos en nuestros corazones como Padre.
La
oración, por tanto, es el medio para estar en contacto íntimo con Jehová
Dios.
Algunos cristianos viven en lejanía de Dios, por
no buscarlo en la oración, y se encuentran solos y perdidos, sin sentir su
presencia y amor; y por este motivo viven continuamente quejosos contra Él.
Esto
mismo les ocurría a estas dos mujeres, cuya historia les voy a contar:
Una mujer oraba a Dios diciéndole: “Señor
estoy sola, no te siento, me tienes abandonada”.
Esta oración era una continuidad diaria, por
este emotivo una noche tuvo un sueño, donde Dios le hablo.
Se le mostro en su sueño, una llanura llena de
peñascos, y por momentos aparecía una tierra mojada donde se le dificultaba
caminar a una persona.
En el momento en pasaba por la arena ella
podía ver solo lo que parecía sus huellas.
Es decir que lo que la mujer tenía claro es
que eran los pies de una sola persona.
La mujer en medio del sueño, exclamo diciendo:
“Señor lo ves, estoy andando por la vida sola, ves mis huellas, están húmedas,
cansadas y sobre todo, ando a solas.
¿Y tú, por favor dime dónde estás?
Entonces oyó la voz del Señor que le decía:
“No hija, no estás sola, las huellas que estás
viendo sobre la tierra mojada son las mías, las tuyas no las ves, porque yo te
llevo en los brazos.
Cuando pasas por los peñascos yo te sostengo
con mi mano derecha para que no caigas.
Así te llevo todos los días de tu vida, pero
estás tan inmersa en tus problemas y quehaceres diarios, que no te das cuenta
de que yo estoy siempre a tu lado.
Búscame en oración me sentirás muy cerca de
ti”.
Muchas veces creemos que estamos solos y no nos
damos cuenta que Jesús está con nosotros.
Esta historia que acabamos de escuchar, nos
habla sobre la quejas que tienen algunos hermanos contra Dios, al no tener una
comunión íntima con él, y por esto, no conocen cuál es su perfecta voluntad.
La segunda historia trata de otra mujer que
también tenía una queja con Dios.
Una mujer oraba a Dios continuamente
diciéndole:
“Señor hay que ver la cruz tan dura que
pusiste en mi vida, así como quieres que te pueda servir, si tú me hubieras
dado otra cruz más llevadera, te estaría sirviendo, casa día, mucho mejor”.
Esta oración era una queja continua a Dios;
por este motivo una noche tuvo un sueño en el que Dios también le hablo a esta
mujer.
En el sueño, el Señor la llevo a un gran salón
donde se encontraban cruces de todos los tamaños.
Y le dijo: “Hija
mía, llevas quejándote durante años de que llevas una cruz muy pesada sobre tus
hombros, y que ese es el motivo de que no puedas andar ni crecer en el
evangelio. Mira todas estas cruces, y eliges la que más te guste, esa será la
que lleves a partir de ahora sobre tus
hombros durante el resto de tu vida”.
La mujer muy contenta comenzó aprobarse
cruces, tras cruces, intentando encontrar la que mejor se ajustara a su hombro,
y que fura cómoda de llevar.
Una era muy larga, otra era muy corta, otra,
muy ancha y otra muy pesada.
Tras probarse ciento de ellas, encontró una
muy bonita, que se adaptaba perfectamente a su hombro, y con la que se movía
muy libremente.
Entonces con ella en el hombro, se volvió al
Señor y le dijo:
“Señor, ves, esta sí que es una buena cruz, no
la que llevo cada día a cuesta.
Mira cómo se adapta a mi hombro, mira lo libre
que puedo moverme con ella”.
El Señor le respondió: “Hija
esa es la cruz que has tenido toda tu vida sobre tus hombros”.
Algunos cristianos no entienden que cargan con la cruz que
deben de llevar, y que Dios les dará las fuerzas para caminar por esta vida sin
quejas.
No hay cruz pesada, nosotros mismos hacemos que pece más,
cuando no estamos en la presencia de Dios.
Es decir: que tenemos tiempo para todas las cosas del mundo,
lo cual nos desgasta y nos arruina cada día, pero para las cosas de Dios,
peleamos y criticamos.
Y es entonces cuando queremos echarle la culpa a Dios por la
vida que elegimos.
Cuando estamos en comunión con Dios, y Jesús habita en nosotros,
caminamos libres ante cualquier situación.
Esto se debe ya que una persona que está en perfecta
comunión con Dios y su Hijo Jesús, es una persona que vive en Oración constante
por el Poder de lo Alto.
LAS DIFERENTES FORMAS DE ORAR
Todas las oraciones no son iguales, existen
distintas formas de orar.
Veamos la diferencia entre ellas.
ORACION
DE CLAMOR Y SUPLICA.
Es aquella oración que se hace con suplica por
una necesidad imperiosa; esta oración sale del alma como un clamor.
ORACION
DE INTERCESIÓN.
La intercesión es una oración que se hace de una
forma continuada por un líder preparado.
ORACION
D E CONFESIÓN.
Es la oración que hacemos arrepentidos, para
pedir perdón por nuestros pecados.
ORACION
DE ACCIÓN DE GRACIAS.
Es la oración que hacemos para dar gracias por
las peticiones contestada, o por aquella que sabemos que recibiremos por medio
de la fe.
ORACION
DE ALABANZA.
Es la oración en la que exaltamos al Señor por
lo grande que es y por lo que hace con nosotros.
Esta oración se puede hacer también con música y
se convierte en canciones de alabanza.
Es como la canción que canta la enamorada a su
amado.
Si un creyente no le canta a Dios, es porque no
le ama.
ORACION
DE ADORACIÓN.
Es la oración más sublime, en la que rendimos
adoración a Dios; en ella estamos en actitud de postración delante de Dios,
reconociéndolo como lo que es, el Señor de nuestras vidas.
Se puede adorar cantando, es lo que se llama
“canticos de adoración.
Por lo general son los hijos verdaderos de Dios,
los que adoran al Padre en todo, por su obediencia y rectitud.
El señor oye todas nuestras peticiones, pero no
todas serán respondidas.
Dios promete que escucha nuestras oraciones y
que va a concedernos las peticiones de nuestro corazón solo en aquellos que le
estamos siendo obediente y acatamos su santa voluntad.
Ninguno, por tanto, sea engañado, Dios escucha
siempre nuestras oraciones y las tiene en cuenta, y a su tiempo responderá a
cada una de ellas.
De acuerdo como nos hemos comportado, así
recibiremos respuesta.
Dios nos dice:
Juan
15:7
Pero, si ustedes permanecen en mí y
mis palabras permanecen en ustedes, pueden pedir lo que quieran, ¡y les
será concedido!
Juan
14:13-14
Pueden pedir cualquier cosa en mi nombre, y yo la haré, para que el Hijo le dé
gloria al Padre. (14) Es cierto, pídanme
cualquier cosa en mi nombre, ¡y yo la haré!
Mateo
21:22
Ustedes pueden orar por cualquier cosa y, si
tienen fe, la recibirán.
Marcos
11:24
Les digo, ustedes pueden orar por cualquier cosa y, si creen que lo han recibido, será suyo.
1Juan
3:22 Y
recibiremos de él todo lo que le pidamos porque
lo obedecemos y hacemos las cosas que le agradan.
1Juan
5:15
Y, como sabemos que él nos oye cuando
le hacemos nuestras peticiones, también sabemos que nos dará lo que le
pedimos.
Santiago
5:16
Confiésense los pecados unos a otros y oren los unos por los otros, para que
sean sanados. La oración ferviente de
una persona justa tiene mucho poder y da resultados maravillosos.
Jeremías
33:3 pídeme y te daré a conocer secretos
sorprendentes que no conoces acerca de lo que está por venir.
Salmos
37:4-5
Deléitate en el SEÑOR, y él te concederá los deseos de tu corazón. (5) Entrega al SEÑOR todo lo que haces;
confía en él, y él te ayudará.
Salmo
4:3 De algo pueden estar
seguros: el SEÑOR ha separado para sí
a los justos; el SEÑOR me responderá cuando lo llame.
Salmo
34:15
Los ojos del SEÑOR están sobre los
que hacen lo bueno; sus oídos están abiertos a sus gritos de auxilio.
Salmo
34:17
El SEÑOR oye a los suyos
cuando claman a él por ayuda; los rescata de todas sus dificultades.
Salmo
55:17
Mañana, tarde y noche clamo en medio de mi angustia, y el SEÑOR oye mi voz.
Salmo
139:4 Sabes lo que voy a decir incluso
antes de que lo diga, SEÑOR.
Salmos
145:18-19
El SEÑOR está cerca de todos los que lo invocan, sí, de todos los que lo invocan de verdad. (19) Él concede
los deseos de los que le temen; oye sus gritos de auxilio y los rescata.
Job
22:27
Orarás a él, y te escuchará, y cumplirás
los votos que le hiciste.
Isaías
65:24
Les responderé antes que me llamen. Cuando aún estén hablando de lo que
necesiten, ¡me adelantaré y responderé
a sus oraciones!
Salmos
119:169-170
Oh SEÑOR, escucha mi clamor; dame la
capacidad de discernir que me prometiste. (170) Escucha mi oración;
rescátame como lo prometiste.
Salmo
3:4 Clamé al SEÑOR, y él me respondió desde su monte
santo.
Salmos 4:3 De algo pueden estar seguros: el
SEÑOR ha separado para sí a los justos; el SEÑOR me responderá cuando lo
llame.
Sal 5:1-3 Oh SEÑOR, óyeme cuando oro; presta
atención a mi gemido. (2) Escucha mi grito de auxilio, mi Rey y mi Dios, porque
sólo a ti dirijo mi oración.
(3) SEÑOR, escucha mi voz por la mañana; cada mañana llevo a ti mis peticiones
y quedo a la espera.
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers
Infante.
Bendiciones a mis hermanos en
la fe.
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