LA
CITA
Bendiciones a todos mis hermanos en la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesús,
el cordero inmolado que hoy se encuentra sentado a la diestra del Padre y que
al sonar de la séptima trompeta el vendrá a Juzgar a este mundo y su maldad.
Gracia y Paz.
Una de las mayores necesidades de nuestra era es la predicación evangélica.
Aunque parezca raro el mundo necesita mucho de la palabra de Dios.
Cuando yo era joven escuchaba a otros hablar acerca de la palabra de Dios.
Era algo muy común en el mundo el escuchar a un hombre predicar el
Evangelio.
Pero lamentablemente hoy en día, eso ya no es así.
En
este tiempo podemos ver, analizar e incluso asegurar que:
Que hay una gran cantidad de enseñanza Bíblica hoy en día.
Que hay una gran cantidad de la tal llamada “música” y la tal llamada
“adoración”.
Que hay una gran cantidad de entretenimiento en muchas iglesias.
Pero
lamentablemente la verdadera predicación evangelista es raramente escuchada en
nuestros púlpitos de hoy.
Existen muchas causas y razones por esto.
Pero así como he venido obedeciendo el llamado que Dios me ha encomendado,
para llevar su palabra, hoy quiero traerles a ustedes una vez más un sermón
evangélico.
Fuera de toda filosofía, mitos y fabulas.
Para esto solo necesito la poderosa palabra de Dios.
Yo creo que todo cristiano nacido de nuevo necesita escuchar predicación
evangelística y no filosofías mundanas.
¿Por
qué digo esto?
Porque la predicación evangelística nos enfrenta a las grandes preguntas de
la vida y la muerte.
También la predicación nos recuerda de la esencia misma del Evangelio.
Y todos nosotros necesitamos ser recordados de los temas de la vida y de la
muerte del Evangelio.
En otras palabras: nos mantiene cerca de Cristo, cuando escuchamos la
predicación del verdadero Evangelio.
Ahora debemos tener muy presente que los perdidos necesitan más que nadie, oír
la predicación evangelística de la palabra de Dios.
Tenga muy en cuenta que la tal llamada “predicación
expositiva” no confronta a los perdidos con su pecado y su necesidad de
Cristo.
Cuando leemos la poderosa palabra de Dios, vemos que uno de los juicios que
Dios ha enviado en este tiempo pecaminoso, es una escasez de la predicación del
Evangelio.
El profeta Amós citó a Dios. Él dijo:
Amó 8:11 »Ciertamente se acerca la
hora —dice el SEÑOR Soberano— cuando enviaré hambre a la tierra, no será hambre
de pan ni sed de agua, sino hambre de oír las palabras del SEÑOR.
Él no dijo que habría hambre de las palabras, sino hambre de “oír la
palabra de Jehová”.
Por eso hoy podemos notar que es a través de la predicación evangelística,
que las palabras del Evangelio se aplican a los corazones y las mentes de los
hombres.
Pero más que escuchar la predica del evangelio, debemos estar dispuestos a
poner en práctica lo que Dios nos está diciendo por medio de su siervo, en la
palabra de Dios.
Hay que reconocer que en estos tiempos, hay una gran escasez de ese tipo de
predicación hoy en día.
Es decir: que al ver a muchos falsos líderes apostatas, pastores ecuménicos
y maestros falsos, podemos deducir que hay un juicio de Dios sobre nuestra
nación y nuestro mundo.
Este sermón que usted va a escuchar, como toda verdadera predicación
evangelística es sencillo.
Se trata de un simple sermón sobre
la muerte.
La muerte que cada persona que está escuchándome a mí esta mañana
enfrentara.
El texto bíblico en el cual vamos hacer mucho énfasis es:
Hebreos 9:27 Y así como cada
persona está destinada a morir una sola vez y después vendrá el juicio,
En
cierta ocasión asistir al funeral de una persona que había muerto de isquemia
uno día antes.
La
isquemia es la: “Detención o disminución de la
circulación de sangra a través de las arterias, de una determinada zona, que
comporta un estado de sufrimiento celular por falta de oxígeno y materia
nutritiva en la parte afectada.”
Al
acercarme a su ataúd, me di cuenta que los funcionarios de la funeraria le
había maquillado su rostro, dándole un brillo natural.
Habían
puesto su cuerpo en un ataúd forrado de satín.
Pusieron
bellas flores por todas partes.
Habían
hecho todo lo posible para que el cadáver se viera mejor.
Pero
la verdad del asunto es que la muerte nunca es hermosa.
Siempre
es horrible.
¡No dejes que nadie te diga que no
lo es!
La muerte es el
enemigo del hombre.
Pero debemos aprender a aceptarla, ya que un día partiremos.
Por lo tanto no debemos sentir miedo alguno de ella.
La Biblia llama a la muerte “el postrer enemigo”
1Corintios 15:26 Y el último enemigo que será destruido es la
muerte.
Y sin embargo es un enemigo que debes enfrentar porque “está establecido para los hombres que
mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27).
Puesto que vamos a morir, necesitamos saber lo que la Biblia dice acerca de
la muerte.
Primero
debemos saber que dice la Biblia sobre el origen de la muerte.
Debemos irnos al comienzo de la historia humana.
El Huerto del Edén era bello, el lugar perfecto para que el hombre morara
por siempre.
En ese lugar no había espacio para el pecado y la muerte.
Entonces le dijo Dios a Adán:
Gén.2:16-17 pero el SEÑOR Dios le advirtió:
«Puedes comer libremente del fruto de cualquier árbol del huerto, (17) excepto
del árbol del conocimiento del bien y del mal. Si comes de su fruto, sin duda
morirás».
Pero Adán y Eva desobedecieron a Dios, así como muchos hoy en día están
desobedeciendo su palabra.
Así que estos seres creados por Dios, comieron del fruto prohibido y
murieron espiritualmente en ese preciso momento.
Dándole entrada, y espacio amplio y cómodo, al pecado y a la muerte.
Entonces
la muerte física comenzó a trabajar en sus cuerpos.
Más tarde Dios
enlistó nueve hombres desde Adán hasta Noé.
Los cuales
tenían que morir, excepto uno.
Enoc
quien fue trasladado al Cielo.
¿Pero
qué dice la Biblia acerca de los demás?
“Murió”.
“Murió”. “Murió”. “Murió”. “Murió”. “Murió”. “Murió”. “Murió”.
Dios nos estaba diciendo lo que Él quiso decir cuando dijo “ciertamente
morirás”.
Entonces lee la historia de los reyes de Israel y Judá.
“Ellos vivieron...Ellos
reinaron...Ellos murieron”.
Y
exactamente lo que está ocurriendo en este tiempo.
Dios le dijo a
Moisés:
Deut.31:14 Luego el SEÑOR le dijo a
Moisés: «Ha llegado la hora de tu
muerte. Llama a Josué y preséntate con él en el tabernáculo* para
entregarle mi encargo a Josué allí». Entonces Moisés y Josué fueron y se
presentaron en el tabernáculo.
Dios también le
dijo al Rey Ezequías:
Isaías 38:1 Por ese tiempo, Ezequías se
enfermó gravemente, y el profeta Isaías, hijo de Amoz, fue a visitarlo. Le dio
al rey el siguiente mensaje: «Esto dice el SEÑOR: “Pon tus asuntos en orden porque vas a morir. No te
recuperarás de esta enfermedad”».
Si vamos al N.T.
podemos encontrar allí que Jesús con frecuencia habló de la muerte.
Él habló de un hombre rico que murió y fue al Infierno
(Lucas 16:19-31).
Él habló de un hombre rico que murió mientras dormía (Lucas 12:13-21).
Les dijo a los fariseos que morirían en sus pecados (Juan 8:24).
Entonces
debemos saber, que la Biblia nos dice que la muerte viene por el pecado.
Cuando el primer hombre pecó la muerte pasó a todos sus descendientes.
Tú y yo tenemos las semillas de la muerte en nuestro cuerpo.
Los dientes se deterioran; El pelo se pone canoso y luego se cae; Nuestros ojos se debilitan.
Las células cancerosas comienzan a
formarse en algunos órganos,
Los músculos del corazón se debilitan
y en otros la presión arterial sube.
He visto niños pequeños morir de cáncer, leucemia, y otras enfermedades.
Quien quiera
que seas, la muerte se dirige hacia ti. ¿Por qué?
Porque “Está establecido para los hombres que
mueran una sola vez, y después de esto el juicio”
El
negocio más fuerte de una floristería es la decoración para los muertos.
El
vendedor de seguros de vida vende sus pólizas estableciendo que vamos a morir.
Cruces
a lo largo de las carreteras hablan de las muertes de tráfico.
Miles
de personas de todas las edades mueren cada año en diferentes tipos de
accidentes.
Miles
más se suicidan.
En
tiempos pasados los arquitectos decían: “Haz todas las puertas
grandes para que quepa un ataúd”.
Pero usted hoy puedes decir: “TODOS ESTO NO ME ASUSTA”.
No me asusta
porque he puesto mi esperanza es Cristo, quien ha vencido a la muerte.
¡Pero si aún no eres un cristiano nacido de nuevo debes tener suficiente
sentido común para tener miedo!
Si no estás bautizado en el nombre de Jesús, como está escrito en su
palabra, entonces debes tener miedo.
Hechos
2:38 Pedro contestó: —Cada uno de ustedes debe arrepentirse de sus pecados y
volver a Dios, y ser bautizado en el nombre de Jesucristo para el perdón de sus
pecados. Entonces recibirán el regalo del Espíritu Santo.
El objetivo
principal de la muerte es terminar con todas tus oportunidades.
Y recuerde esto: La muerte puede venir sobre ti muy pronto.
¡Tú ataúd forrado de satín puede
estar esperando en la funeraria ahora mismo!
La muerte no conoce edad, y mucho
menos fecha de calendario.
Por eso debemos hoy más que nunca obedecer a Dios.
Cumplir su palabra, aunque nos parezca difícil de hacerlo.
Entre más nos excusemos para hacer la voluntad de Dios, más nos acercamos a
nuestra propia muerte.
Y te aseguro que tu excusa, no te dejara entrar al Reino de Dios.
“Vamos, levántate ahora de tu silla,
alza tus manos al cielo y confiesa ante el señor que tenga misericordia de ti y
que te permita hacer su voluntad desde hoy, para la salvación de tu Alma.”
Porque
“Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto
el juicio” (Hebreos 9:27).
En
Segundo lugar debemos saber que sucede después de la muerte, según la Biblia.
Eclesiastés 9:3-10 ¡Parece tan
trágico que todo el mundo bajo el sol tenga el mismo destino! Por eso la gente
no presta más atención en ser buena. En cambio, cada uno elige su propio camino
de locura, porque nadie tiene esperanza. Sea como fuere, lo único que hay por
delante es la muerte. (4) Hay esperanza sólo para los que están vivos. Como se
suele decir: «¡Más vale perro vivo que león muerto!». (5) Los que están vivos
al menos saben que un día van a morir, pero los muertos no saben nada. Ya no
reciben más recompensas, y nadie los recuerda. (6) Lo que hayan hecho en su
vida —, odiar, envidiar— pasó ya hace mucho. Ya no son parte de nada en este
mundo. (7) Así que, ¡adelante! Come tus alimentos con alegría y bebe tu vino
con un corazón contento, ¡porque Dios lo aprueba! (8) ¡Vístete con ropa
elegante y échate un poco de perfume! (9) Vive feliz junto a la mujer que amas,
todos los insignificantes días de vida que Dios te haya dado bajo el sol. La
esposa que Dios te da es la recompensa por todo tu esfuerzo terrenal. (10) Todo
lo que hagas, hazlo bien, pues cuando vayas a la tumba,* no habrá trabajo ni
proyectos ni conocimiento ni sabiduría.
¿Qué
le sucede a un cristiano renacido después de la muerte?
El libro de Eclesiales, nos informa algo muy importante sobre la muerte.
Eclesiastés 8:8 Nadie puede retener su espíritu y evitar que se
marche. Nadie tiene el poder de impedir el día de su muerte. No hay forma de
escapar de esa cita obligatoria: esa batalla oscura. Y al enfrentarse con la
muerte, la maldad no rescatará al malvado.
Cuando un cristiano muere, su cuerpo va al sepulcro, pero el soplo de vida
vuelve a Dios.
Es allí donde Dios, conoce toda nuestra información.
Es allí donde seremos juzgados por nuestros actos.
Jesús le dijo al ladrón moribundo, que sería salvo si se arrepentiría y
reconocería su falta.
Cuando este hombre, vio a Jesús, su espíritu se contristo y empezó a
confesar y arrepentirse delante del Mesías.
Jesús al ver su arrepentimiento verdadero le dijo:
Lucas 23:43 …Te aseguro que hoy
estarás conmigo en el paraíso.
Así que la muerte no debe aterrorizar a un cristiano verdadero y nacido de
nuevo.
¿Pero,
qué le sucede a la persona no convertida, cuando esta muere?
Dice la palabra que irá al tormento. (Lucas 16:22, 23).
Lucas
16:23 y su alma fue al lugar de los muertos.* Allí, en medio del tormento,
EL Tormento consiente en el Infierno.
En otras palabras: algo que viene después de la muerte para aquellos que
rechazan a Cristo, y no son nacidos de nuevo.
Cuando una
persona muere, su cuerpo va al sepulcro.
Y es allí donde comienza el camino ya designado en vida, para la salvación
o condenación eterna.
Cuando un pecador muere, su alma tendrá lugar en el sufrimiento eterno.
Dice la palabra de Dios: Mat 25:46 »Y ellos irán al castigo eterno,
pero los justos entrarán en la vida eterna.
En el libro del
Apocalipsis dice claramente: Apoc.14:10-11 tendrá que
beber el vino de la ira de Dios, que se ha servido sin diluir en la copa del
furor de Dios. Ellos serán atormentados
con fuego y azufre ardiente en presencia de los ángeles santos y del Cordero.
(11) El humo de su tormento subirá por
siempre jamás, y no tendrán alivio ni de día ni de noche, porque adoraron a
la bestia y a su estatua y aceptaron la marca de su nombre».
Pero quienes son los que no tendrán alivios ni de
día ni de noche.
Apoc.21:8 »Pero los cobardes, los
incrédulos, los corruptos, los asesinos, los que cometen inmoralidades
sexuales, los que practican la brujería, los que rinden culto a ídolos y todos
los mentirosos, tendrán su destino en
el lago de fuego que arde con azufre. Ésta es la segunda muerte».
La pregunta es:
¿Hay otra oportunidad después de la muerte?
La Biblia nos da claramente un “no” enfático.
En la parábola del Rico y Lázaro, Abraham le dijo al Rico en el Infierno:
Lucas 16:26 Además, hay un gran
abismo que nos separa. Ninguno de nosotros puede cruzar hasta allí, y ninguno
de ustedes puede cruzar hasta aquí”.
Así que tenga usted mucho cuidado con aquellos falsos líderes que andan
diciendo que fueron al infierno y volvieron.
Tenga mucho cuidado ya que son hijos de satanás por sus mentiras y sus
frutos se dan a conocer.
Nadie que haya muerto verdaderamente ha ido al infierno y ha regresado en
este tiempo.
Porque
“Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto
el juicio” (Hebreos 9:27).
En
tercer y ultimo lugar la Biblia nos advierte de la muerte repentina.
Más de la mitad de todas las muertes son repentinas.
Accidentes automovilísticos, asesinatos, suicidios, guerra, y ataques al
corazón son todos repentinos.
La gran mayoría de los que mueren de esa manera no tiene tiempo de
arrepentirse y mucho menos confiar en Cristo.
En otras palabras se marchan de esta vida creyendo que se van a encontrar
con Dios sin estar preparados.
Pero la verdad es que si tendrán un encuentro con Dios, será para Juicio y condenación
eterna.
La
Biblia dice: Prov.29:1 Quien se niega tercamente a
aceptar la crítica será destruido de repente sin poder recuperarse.
Iglesia, Yo he predico gracia a la voluntad de Dios y el amor que cristo ha
despertado en mí.
Por su gracia he llevado el mensaje de Dios a muchas personas.
Y también a través de los años, he visto gente morir repentinamente que no
estaban preparados para encontrarse con Dios.
Todo lo que
puedo hacer es predicar el Evangelio a los que todavía viven.
Si tú murieras de repente en los días que vienen, ¿qué le sucedería a usted?
Podrías decir con el Apóstol Pablo: Filipenses 1:21-25 Pues, para mí, vivir significa
vivir para Cristo y morir es aún mejor. (22) Pero, si vivo, puedo realizar más
labor fructífera para Cristo. Así que realmente no sé qué es mejor. (23) Estoy
dividido entre dos deseos: quisiera partir y estar con Cristo, lo cual sería
mucho mejor para mí; (24) pero, por el bien de ustedes, es mejor que siga
viviendo. (25) Al estar consciente de esto, estoy convencido de que seguiré con
vida para continuar ayudándolos a todos ustedes a crecer y a experimentar la
alegría de su fe.
O también podría hacer esta pregunta:
¿Quieres
ir a la eternidad sin esperanza de estar con Cristo?
¿Qué
te espera realmente ahora, si el señor decide arrancar tu alma?
¿Iras
al Cielo o el Infierno? Esta es una pregunta muy seria.
Y estoy seguro
que es la pregunta más seria que llegarás a enfrentar en tu vida.
Sabes porque. Porque está establecido para los hombres que mueran una sola
vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27).
Jesús murió en la Cruz para pagar la pena completa por tu pecado.
Él derramó Su Sangre para limpiarte de todo pecado.
Él resucitó físicamente de los muertos para darte vida eterna.
Tú debes voltearte de tu modo de vivir egoísta y pecaminoso y caminar en
obediencia.
Tú tienes que encontrar a Cristo en una conversión verdaderamente que
cambia tu vida.
Si eso te sucede, hay esperanza.
Si
no, no tienes esperanza, para nada.
Por lo tanto te advierto que estés aquí en la iglesia todos los domingos en
la mañana y ores día y noche, para entrar a una relación verdadera con Cristo,
y con la iglesia.
La
Biblia dice:
1Ts 4:16 Pues el Señor mismo
descenderá del cielo con un grito de mando, con voz de arcángel y con el
llamado de trompeta de Dios. Primero, los cristianos que hayan muerto* se
levantarán de sus tumbas. (17) Luego, junto con ellos, nosotros los que aún
sigamos vivos sobre la tierra, seremos arrebatados en las nubes para
encontrarnos con el Señor en el aire. Entonces estaremos con el Señor para
siempre. (18) Así que anímense unos a otros con estas palabras.
Filipenses
3:20-21
En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, donde vive el Señor Jesucristo.
Y esperamos con mucho anhelo que él regrese como nuestro Salvador. (21) Él
tomará nuestro débil cuerpo mortal y lo transformará en un cuerpo glorioso,
igual al de él. Lo hará valiéndose del mismo poder con el que pondrá todas las
cosas bajo su dominio.
Gracia y
Paz.
Pastor y
Administrador, Rogers infante.
Bendiciones
a mis hermanos en la fe.
