Los Celos y el Odio producen la Ira
Gracia y Paz para todos mis hermanos en la obra
de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo, el cordero inmolado que hoy se encuentra
sentado a la diestra de su Padre, y que al sonar de la séptima trompeta vendrá
a juzgar a este mundo y su maldad.
Santiago 1:19-20 Mis amados
hermanos, quiero que entiendan lo siguiente: todos ustedes deben ser rápidos
para escuchar, lentos para hablar y lentos para enojarse. El enojo humano* no
produce la rectitud* que Dios desea.
Cuando recibimos a cristo en nuestro corazón, nuestro andar debe ser
diferente a las otras personas.
Es decir que nuestra conducta y personalidad deben pasar por ciertos
cambios.
Uno de esos cambios tiene que ver con el temperamento.
Por eso un cristiano debe reaccionar de una manera cristiana.
En
otras palabras: No debes perder el control.
Este mensaje de la palabra de Dios tratará con el problema de la ira y del
mal genio.
Veremos algunas causas básicas del mal genio y aprenderemos cómo podemos
librarnos del pecado del enojo.
La Ira estando dentro
de nosotros, puede causar Destrucción.
Cuando leemos la palabra de Dios, vemos que el primer hombre que descubrió
el poder destructivo de la ira, fue Caín.
Caín y su hermano Abel, fueron los dos primeros hijos de Adán.
Cuando estos hijos llegaron a ser adultos, Caín se hizo agricultor y Abel
era pastor de ovejas.
A Caín y Abel se les había enseñado la forma correcta de adorar a Dios.
Ellos sabían que Dios exigía la ofrenda de un animal inocente como
sacrificio por sus pecados. Pero cuando llegó el tiempo de adorar al Señor,
sólo uno de los hermanos obedeció a Dios.
Abel trajo un cordero como ofrenda, pero Caín trajo frutos de sus cosechas.
Dios aceptó a Abel y su ofrenda, pero rechazó a Caín y la suya.
Como consecuencia de la actitud negativa de Caín, nació el enojo y
posteriormente la ira contra su hermano Abel.
Pero Dios le advirtió a Caín de las consecuencias de su ira.
El mensaje de Dios para Caín era éste: “¡Cuidado! Tu ira es como un león esperando a tu puerta.
Debes controlar tu ira o ella te controlará a ti”.
Pero Caín no respondió a la advertencia de Dios.
Sus celos hacia su hermano Abel se transformaron en odio.
Los celos, mezclados con el odio, puede la Ira, la cual trae consecuencias
fatales.
Un día en el cual Caín, ya estaba infectado por los celos y el odio hacia
su hermano, invito a Abel para ir al campo junto, pero allí, estando ellos
solos, Caín se levantó contra su hermano y lo asesinó.
Así, fue como el primer hombre nacido en este mundo, se hizo asesino porque
no controló sus celos, odio y su ira.
Entonces nos
preguntamos: ¿Cómo puedo enfrentar la Ira?
Igual a Caín, tenemos al “león” de la ira dentro de nosotros.
Debemos controlarlo o él nos controlará a nosotros.
Dios NO ha dicho que nunca debemos enojarnos, pero nos ha advertido del
peligro de la ira descontrolada.
La Biblia dice:
Efesios 4:26-27 Además, «no pequen
al dejar que el enojo los controle»*. No permitan que el sol se ponga mientras
siguen enojados, porque el enojo da lugar al diablo.
Entonces conociendo las consecuencias de la Ira, podemos decir que la ira
es la más violenta de las emociones humanas.
Debido a que involucra sentimientos tan fuertes, la ira está muy cerca del
pecado.
Por eso cuando estamos enojados, estamos demasiados cerca del peligro de
pecar.
Veamos en este menaje tres aspectos que podemos hacer con nuestra ira:
1.) La Ira, podemos
expresarla.
Cuando la ira está fuera de control, produce gran daño.
Cuando nos enojamos tanto que deseamos arremeter contra alguien y herirlo,
estamos cometiendo un gran pecado.
En otras palabras, este estado
de ánimo, se le llama “perder el control”.
A veces pensamos que demostramos lo fuerte que somos cuando nos
descontrolamos, pero perder el control es señal de debilidad, no de fuerza.
La Biblia dice:
Eclesiastés 7:8-9 Vale más terminar
algo que empezarlo. Vale más la paciencia que el orgullo. Controla tu carácter,
porque el enojo es el distintivo de los necios.
2.) La Ira se puede suprimir.
Suprimir la ira es guardársela adentro.
Hay personas que se enojan y expresan su furia abiertamente.
Otras tienen los mismos sentimientos de ira, pero logran guardarlos dentro
de sí.
Dicho de otra manera, la ira que se guarda o se mantiene encerrada dentro
de nosotros, nos hiere y continúa hiriéndonos.
En otras palabras: Se convierte
en resentimiento y amargura y puede causar una depresión o también muchas
clases de enfermedades físicas.
3.) La Ira se puede confesar.
La mejor manera de tratar con los sentimientos de enojo, es hablar con Dios
acerca de ellos. Ésta es una buena forma de desahogarse sin pecar.
Dios nos conoce mejor que nos conocemos a nosotros mismos y siempre será
comprensivo con nosotros.
Cuando estamos airados, y buscamos la presencia de Dios, esta nos ayuda a
calmarnos.
De la misma manera, estando en la presencia de Dios, podemos ver las cosas
en su perspectiva correcta.
Muchas veces nos damos cuenta de que lo que nos molestaba tanto, en
realidad no era tan importante.
Por eso es muy
importante para el cristiano, luchar contra el Pecado del Mal Genio.
El mal genio, nace de la ira descontrolada, y esto siempre es malo.
Cuando perdemos el control, sólo queda una cosa por hacer.
Debemos confesárselo al Señor como pecado y confiar en Jesús, el hijo de
Dios.
Por eso, si hemos ofendido o herido a otras personas debemos, desde luego,
pedirles perdón.
No importa cuántas veces pierdas el control, debes arreglar las cosas con
los demás cada vez.
Esto te ayudará a ser humilde y a ver el daño que haces con tu mal genio.
Por eso es mejor y conveniente, no buscar a la otra persona si todavía
estás molesto; espera hasta que estés calmado y luego ve y arregla las cosas
con ella.
Cuando estamos
airados, debemos Buscar la Causa del Mal Genio
Aunque confesemos fielmente nuestro pecado a Dios cada vez que perdemos el
control, seguimos teniendo un problema.
El problema es que seguimos haciendo la misma cosa una y otras vez.
Es
decir: Perdemos el control y lo confesamos, lo volvemos a perder y lo volvemos a
confesar.
Y hacemos lo mismo una y otra vez.
No importa cuánto nos esforcemos, seguimos perdiendo el control.
La pregunta es: ¿Hay algún remedio para este problema? ¡Sí, lo hay!
Lo primero que debemos hacer es descubrir qué es lo que nos causa esa
pérdida de control.
La Biblia no dice mucho sobre el mal genio.
La razón es que la Biblia se preocupa por la raíz que causa el mal genio, y
no sólo por el mal genio en sí.
Entonces. ¿Cuál
es la raíz del mal genio? ¡Es el YO!
Esto es lo que produce el mal genio.
Cada vez que el mal genio se expresa exteriormente podemos estar seguros de
que hay un “YO” enojado por dentro.
Podemos esforzarnos mucho en controlar nuestro mal genio pero a menos que
nos enfrentemos con el “YO”, seguiremos enojándonos y descontrolándonos.
Veamos
algunas situaciones que producen el mal genio para que podamos ver más
claramente que el YO es la causa real de nuestro mal temperamento.
Cuando Alguien nos
desprecia.
Ser menospreciado o rebajado por los demás, es una de las causas más
comunes del enojo.
Muchas veces cuando alguien dice algo desagradable o hiriente acerca de
nosotros, por lo general nos enojamos por dentro.
Es decir que nuestro orgullo ha sido herido.
Esto es sólo una de las muchas formas del YO.
Cuando No podemos
salirnos con la nuestra.
Es decir: que somos obstinados y decididos a salirnos con nuestro capricho.
Cuando alguien se nos opone y no podemos hacer lo que queremos, tal vez nos
ponemos de mal humor, de mala cara o damos rienda suelta a nuestra ira.
Entonces nos preguntamos: ¿Cuál es la causa
real de este mal genio? Es el YO.
Cuando otros recibe
más honores que nosotros.
A todos nos gusta, que los demás, nos respeten y admiren.
Por esta razón muchas veces nos ponemos celosos de otras personas cuando
tienen éxito.
Los celos se transforman pronto en ira cuando alguien obtiene el empleo o
el honor que nosotros deseábamos.
Nuevamente
la causa real de estos sentimientos malos es el YO.
Estas son sólo unas pocas situaciones que producen el mal genio, pero nos
demuestran que la raíz que causa ese temperamento es el YO.
Puede ser que no nos demos cuenta, pero la razón principal de todo nuestro
descontento es que nos amamos a nosotros mismos y queremos agradarnos.
Mientras sigamos haciendo de nosotros mismos el centro de todo,
reaccionaremos con ira cuando cualquier persona se nos oponga.
En
resumen, el mal genio proviene del ser interno.
Es decir que proviene del YO.
Y hasta que no se trate el problema del YO, el problema del mal genio no
será resuelto.
Entonces ¿cuál es el
antídoto para el Yo?
Sabiendo que el YO es tan desagradable a Dios, y tan destructivo para
nosotros, Dios hizo algo al respecto.
¿Qué
es lo que hizo?
Dios trató con el YO, cuando Jesús fue crucificado.
Cuando Cristo fue crucificado, nosotros fuimos crucificados con Él.
¿Por
qué Dios nos crucificó con Cristo?
Nos crucificó con Cristo para que pudiéramos dejar de ser controlados por
el YO.
La Biblia dice:
Romanos 6:5-8 Dado que fuimos
unidos a él en su muerte, también seremos resucitados como él. Sabemos que
nuestro antiguo ser pecaminoso fue crucificado con Cristo para que el pecado
perdiera su poder en nuestra vida. Ya no somos esclavos del pecado. Pues, cuando
morimos con Cristo, fuimos liberados del poder del pecado. Y, dado que morimos
con Cristo, sabemos que también viviremos con él.
Entonces podemos decir acerca de estos versículos que:
Cristo
murió por nosotros, y que nosotros morimos con Cristo.
La comprensión de estas verdades es absolutamente esencial para una vida
victoriosa.
Dios quiere que veamos que, cuando aceptamos a cristo en nuestra vida, el
antiguo yo muere automáticamente, porque en cristo somos nueva criatura.
2Corintios 5:17-18 Esto significa
que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La
vida antigua ha pasado, ¡una nueva vida ha comenzado! Y todo esto es un regalo
de Dios, quien nos trajo de vuelta a él mismo por medio de Cristo. Y Dios nos
ha dado la tarea de reconciliar a la gente con él.
En otras palabras, ya no somos la misma persona que éramos antes.
Somos “una nueva criatura” en Cristo.
No tenemos por qué ceder a los pecados pasados.
Cuando recibimos a cristo, morimos a todos nuestros pecados, incluyendo el
pecado del mal genio.
La
Biblia dice:
Romanos 6:2 ¡Por supuesto que no!
Nosotros hemos muerto al pecado, (esto
incluye al mal genio) entonces, ¿cómo es posible que sigamos viviendo en
pecado?
Veamos estos pasos.
Entonces hemos visto que la raíz que causa el mal genio es el YO.
Y también hemos visto como Dios trata con el YO.
1. Hay que reconocer
nuestra necesidad.
Mucha gente cuando se enoja, simplemente no reconoce su enojo.
Dicen: “¡No estoy enojado!” pero su actitud y comportamiento, dice mucho.
Otros aceptan que tienen mal genio, pero no lo ven como un pecado serio.
En
realidad el mal genio es uno de los peores pecados.
La Biblia coloca la ira descontrolada junto con los pecados como
embriaguez, hechicería, adulterio, fornicación, mentira y asesinato.
Gálatas
5:19-21
Cuando ustedes siguen los deseos de la naturaleza pecaminosa, los resultados
son más que claros: inmoralidad sexual, impureza, pasiones sensuales, idolatría,
hechicería, hostilidad, peleas, celos, arrebatos de furia, ambición egoísta,
discordias, divisiones, envidia, borracheras, fiestas desenfrenadas y otros
pecados parecidos. Permítanme repetirles lo que les dije antes: cualquiera que
lleve esa clase de vida no heredará el reino de Dios.
El mal genio simplemente no es aceptable en la vida de un cristiano.
La Biblia dice:
Efesios
4:30-32
No entristezcan al Espíritu Santo de Dios con la forma en que viven. Recuerden
que él los identificó como suyos,* y así les ha garantizado que serán salvos el
día de la redención. Líbrense de toda amargura, furia, enojo, palabras ásperas,
calumnias y toda clase de mala conducta. Por el contrario, sean amables unos
con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los
ha perdonado a ustedes por medio de Cristo.
A menos que veamos la gravedad del mal genio y nos propongamos librarnos de
él, no lo venceremos.
Si nos conformamos en seguir como hasta hoy, no sabremos nada de la
victoria de Dios sobre el pecado de la ira.
2. Hay que aceptar la
responsabilidad por nuestras acciones del mal genio.
Es muy fácil disculparnos echándole la culpa a otra persona por nuestro mal
genio.
Decimos, “Si
fulano no me hubiera hablado en esa forma, no me habría descontrolado”.
En
otras palabras, pensamos que el mal genio es un problema externo, causado por algo que
viene de afuera.
El hecho es que el mal genio es un problema interno.
El mal genio proviene de nuestro interior, no de afuera.
Los demás pueden decir o hacer cosas que me incomoden pero nadie puede
hacer que yo pierda el control excepto yo mismo.
3. Hay que negarnos
indiscutiblemente al YO.
Que perdamos o no el control del enojo, no se determina por lo que suceda
exteriormente.
Eso se determina por quien está controlando nuestro ser interno.
Sólo Cristo tiene el derecho de dirigir nuestra vida, pero el YO aún
intenta gobernarnos.
Cada cristiano debe elegir si será gobernado por Cristo o por el YO.
El
propósito de Dios es que Cristo reine en el trono de tu corazón.
Para que Cristo pueda reinar en nosotros, debemos primeramente negar al YO.
Una cosa es comprender la enseñanza de que fuimos crucificados con Cristo.
Y otra cosa el poner esto en práctica y realmente negarnos al YO.
La
palabra de Dios dice:
Lucas 9:23-24 Entonces dijo a la
multitud: «Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su
manera egoísta de vivir, tomar su cruz cada día y seguirme. Si tratas de
aferrarte a la vida, la perderás, pero, si entregas tu vida por mi causa, la
salvarás.
Entonces queda claro que para vencer el mal genio, debemos negar al YO.
¿Qué
significa negar al YO?
Significa escoger la voluntad de Dios en lugar de la mía.
En
otras palabras es aceptar el plan de Dios, en obediencia y fidelidad, por medio
de Jesus.
El mundo dice: “Preocúpate por ti mismo”, pero Jesús dice: “niégate a ti
mismo”.
Nunca podremos controlar el temperamento a menos que le entreguemos a Dios
nuestra voluntad y escojamos la de Él.
Con el tiempo veremos que el Señor nos permitirá pasar por muchas
situaciones en las que seremos despreciados, maltratados o molestos.
Ésta es la manera en que Dios trata con el “YO” y con nuestro mal genio.
El propósito de Dios en todas estas circunstancias es que aprendamos a
tener paciencia y a negarnos a nosotros mismos, permitiendo de buena gana que
Dios haga lo que quiere en nuestra vida.
Cuando
alguien te hace esperar por mucho tiempo, no tienes que enojarte.
Puedes
decir: “Señor,
Tú sabes que necesito aprender más a tener paciencia.
Estoy
seguro que Tú, oh Dios, estás al control de mis circunstancias y has permitido esto
para enseñarme a ser más paciente”.
Tenga en cuenta que cuando alguien dice o hace algo que hiere tu orgullo,
tampoco debes enojarte.
Puedes
decir: “Señor,
Tú sabes lo orgulloso que siempre soy.
Te doy gracias por tratar conmigo en cuanto a mi orgullo pecaminoso”.
Apreciado
hermanos, cuando otros no hacen lo que tú quieres, y no puedes salirte con la
tuya, ésa es la oportunidad que Dios te da, para morir al YO.
Entonces aprenda a decir: “Señor, siempre quiero
salirme con la mía, pero Tú sabes lo que es mejor para mí.
En ese instante usted debe Aceptar la voluntad de Dios, que es buena y
perfecta para nuestra vida.
Amada iglesia, en cualquier situación que estemos, debemos aprender a negar
el YO, y la manera egoísta en la cual estoy llevando mi vida.
Por eso aprendamos a vivir en Cristo, aceptando toda corrección de Dios en
nuestra vida. Amen.
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante.
Que Dios le bendiga.