EL MARAVILLOSO DON DE DIOS
Por el pastor y administrador, rogers infante
Muchas veces nos
preguntamos que tiene Dios de especial para cada uno de nosotros.
Y nos olvidamos de
su maravilloso Don.
Ese don que cada
uno de nosotros deberíamos buscar diariamente, con el propósito de llevar una
vida plena y consagrada en su presencia, mediante su palabra.
Bueno hoy les
quiero decir que el maravilloso Don de nuestro Dios y Padre eterno es: La
gracia.
Y todo buen
cristiano debe saber que la Gracia es el acto misericordioso de Dios por el
cual ofrece salvación y vida eterna a todos los pecadores que reciben y ponen
su fe en Cristo para ser salvos.
Efesios 2:8-10 Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún
mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las cosas
buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser
salvo. Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo
Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo
atrás.
Cuando leemos los
mensajes en la maravillosa palabra de Dios, es entonces donde podemos ver la
Gracia, por medio de Jesús cuando dice:
Juan 3:16 »Pues Dios amó
tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se
pierda, sino que tenga vida eterna.
Ahora, cuando
usted lee la Biblia, encontrara que en el libro de Efesios 2 el Apóstol Pablo
nos habla acerca de esta Gracia tan poderosa que hemos recibido de parte de
Dios y que nos da la salvación.
Por eso cuando leemos su palabra,
podemos entender que la Gracia es el despliegue de Amor, Misericordia y de
Perdón de Dios hacia una humanidad que no se lo merecía.
Recuerde usted que
Dios ofreció su perdón aún "cuando estábamos muertos en delitos y
pecados".
Efesios 2:1 Antes ustedes estaban
muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados.
Efesios 2:5 que, a pesar de que estábamos muertos por causa de nuestros pecados,
nos dio vida cuando levantó a Cristo de los muertos. (¡Es sólo por la gracia de
Dios que ustedes han sido salvados!)
Cuando leemos
esto, vemos que el mensaje es claro.
Dios amo al mundo,
pero jamás ha amado al pecado y mucho menos al pecador, por eso Dios nos da un
medio de Salvación que es Jesucristo como bien lo dice Tito:
Tito 2:11-13 Pues la gracia de Dios ya ha sido revelada, la cual trae salvación a
todas las personas. Y se nos instruye a que nos apartemos de la vida mundana y
de los placeres pecaminosos. En este mundo maligno, debemos vivir con
sabiduría, justicia y devoción a Dios, mientras anhelamos con esperanza ese día
maravilloso en que se revele la gloria de nuestro gran Dios y Salvador
Jesucristo.
En otras palabras,
mientras usted esté haciendo parte de las tradiciones, fiestas, costumbres y
deleites de este mundo, usted jamás podrá ser salvo porque la Gracia de Dios no
está en usted.
Ahora, aunque
sabemos que la Gracia de Dios se ha manifestado universalmente para todo el
mundo, fue el mismo mundo quien rechazo y negó esa Gracia de Dios para irse a
sus placeres y deleites.
Romanos 1:21-24 Es cierto, ellos conocieron a Dios pero no quisieron adorarlo como Dios
ni darle gracias. En cambio, comenzaron a inventar ideas necias sobre Dios.
Como resultado, la mente les quedó en oscuridad y confusión. Afirmaban ser
sabios pero se convirtieron en completos necios. Y, en lugar de adorar al Dios
inmortal y glorioso, rindieron culto a ídolos que ellos mismos se hicieron con
forma de simples mortales, de aves, de animales de cuatro patas y de reptiles. Entonces
Dios los abandonó para que hicieran todas las cosas vergonzosas que deseaban en
su corazón. Como resultado, usaron sus cuerpos para hacerse cosas viles y
degradantes entre sí. Cambiaron la verdad acerca de Dios por una mentira. Y así
rindieron culto y sirvieron a las cosas que Dios creó pero no al Creador mismo,
¡quien es digno de eterna alabanza! Amén.
Por eso Dios
empezó a llamar a sus ovejas en medio del desorden y bullicios de este mundo.
El escudriña los
corazones, y sabe que oveja le pertenece y cual no.
Todos podemos
creer que somos hijos de Dios, pero la palabra de Dios dice claramente que solo
los que hacen la voluntad de Dios, pueden llamarse hijos de Dios.
Los demás son solo
creación de Dios.
Cuando una persona
se aparte por completo de todos los deleites y tradiciones del mundo, esta puede
escuchar la voz de nuestro padre celestial.
Y es entonces
cuando nos dejamos guiar en obediencia y fidelidad, para hacer su voluntad.
Juan 10:27-29 Mis ovejas
escuchan mi voz; yo las conozco, y ellas me siguen. Les doy vida eterna, y
nunca perecerán. Nadie puede quitármelas, porque mi Padre me las ha dado, y él
es más poderoso que todos.* Nadie puede quitarlas de la mano del Padre.
Entienda que el
que no está en la Gracia de Dios, no pertenece a Dios.
Y no pertenece,
porque no tiene a Jesús en su vida.
El que tiene a
Jesús, tiene al Padre y camina haciendo su voluntad.
En otras palabras:
Debe caminar en obediencia y fidelidad.
Solo así la Gracia
se manifiesta en los hijos de Dios, por medio de Jesús.
Ahora viene la
pregunta: ¿Ha
entendido usted claramente que por la Gracia de Dios, podemos ser salvó?
Ahora es el tiempo
de que usted le dé ¡Gracias a Dios por su abundante gracia!
Todos sabemos que
la palabra de Dios es perfecta, ya que su Gracia se manifiesta a todo aquel que
recibe a Jesús en su corazón y se aparta de la Idolatría.
La Gracia de Dios,
nos enseña que debemos renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, Él
desea que vivamos sobrios, justos aguardando la esperanza bienaventurada y la
manifestación gloriosa de nuestro gran hermano y salvador Jesús.
Romanos 11:4-10 ¿Y recuerdan la respuesta de Dios? Él dijo: «¡No, tengo a siete mil más,
que nunca se han inclinado ante Baal!»*. Lo mismo sucede hoy, porque unos
cuantos del pueblo de Israel* han permanecido fieles por la gracia de Dios, es
decir, por su bondad inmerecida al elegirlos. Y, como es mediante la bondad de
Dios, entonces no es por medio de
buenas acciones. Pues, en ese caso, la gracia de Dios no sería lo que realmente
es: gratuita e inmerecida. Así que la situación es la siguiente: la
mayoría del pueblo de Israel no ha encontrado el favor de Dios que tanto busca.
Unos cuantos sí lo han encontrado —los que Dios ha elegido—, pero el corazón de los demás fue
endurecido. Como dicen las Escrituras: «Dios los hizo caer en un sueño profundo.
Hasta el día de hoy, les ha cerrado los ojos para que no vean y les ha tapado
los oídos para que no oigan»*. También David dijo: «Que su mesa de abundancia se convierta en una red, en una trampa
que los lleve a pensar que todo está bien. Que sus bendiciones los hagan
tropezar y que reciban su merecido. Que sus ojos queden ciegos para que no puedan ver, y la espalda se
les encorve para siempre»*.
Y en el libro de
los hebreos, encontramos que nuestr4a fortaleza espiritual proviene de la
gracia de Dios.
Veamos:
Hebreos 13:8-17 Jesucristo es
el mismo ayer, hoy y siempre. Así que, no se dejen cautivar por ideas nuevas y
extrañas. Su fortaleza espiritual proviene de la gracia de Dios y no depende de
reglas sobre los alimentos, que de nada sirven a quienes las siguen. Tenemos un
altar del cual los sacerdotes del tabernáculo* no tienen derecho a comer. Bajo
el sistema antiguo, el sumo sacerdote llevaba la sangre de los animales al
Lugar Santo como sacrificio por el pecado, y los cuerpos de esos animales se
quemaban fuera del campamento. De igual manera, Jesús sufrió y murió fuera de
las puertas de la ciudad para hacer santo a su pueblo mediante su propia
sangre. Entonces salgamos al encuentro de Jesús, fuera del campamento, y
llevemos la deshonra que él llevó. Pues este mundo no es nuestro hogar
permanente; esperamos el hogar futuro. Por lo tanto, por medio de Jesús,
ofrezcamos un sacrificio continuo de alabanza a Dios, mediante el cual
proclamamos nuestra lealtad a su nombre. Y no se olviden de hacer el bien ni de
compartir lo que tienen con quienes pasan necesidad. Estos son los sacrificios
que le agradan a Dios. Obedezcan a sus líderes espirituales y hagan lo que
ellos dicen. Su tarea es cuidar el alma de ustedes y tienen que rendir cuentas
a Dios. Denles motivos para que la hagan con alegría y no con dolor. Esto
último ciertamente no los beneficiará a ustedes.
Escuche esto que es muy interesante para usted.
En los tiempos de
la iglesia primitiva, muchos judaizantes querían seguir viviendo bajo los preceptos
de la ley, pues no habían entendido el verdadero significado de la Gracia, y también querían hacer que los gentiles que ponían su fe en Cristo, guardaran también la Ley de Moisés como ellos.
A ellos
se les hacía muy difícil entender que eran libres en Cristo.
Estaban tan acostumbrados a tratar de recibir la justificación por medio
de las obras que les parecía imposible el que ahora con el simple hecho de
haber creído y recibido a Jesús en sus corazones, recibieran completa
justificación.
Hoy, para algunos,
el concepto de la Gracia es difícil de entender porque también piensan que tienen que hacer algo
más que creer para salvarse.
Creen que haciendo
buenas obras con un corazón egoísta para con Dios, los salvara.
Y lamentablemente
no es así.
Podemos hacer
buenas obras, pero primero debemos poner el ejemplo ante Dios y su Iglesia.
Es decir: Si no estoy comprometido fielmente con la iglesia
de Cristo, como puedo pretender que haciendo buenas obras por fuera de la
voluntad de Dios, pueda ser salvo.
Las escrituras dicen claramente que
no es por obras para que nadie se gloríe.
Por eso cuando no
se entiende el verdadero concepto de la Gracia, el
hombre en su mente humana, siempre tratará de ayudarse en su salvación por
medio de obras.
Creyendo que haciendo
el bien a otros, Dios lo tendrá en cuenta. Y no es así.
Para que Dios
pueda tener en cuenta a una persona, esta debe dar indicio de un buen
arrepentimiento.
Luego dejar que
Cristo entre en su corazón para este lo guie.
Una vez guiado por
Jesús, el Espíritu de Dios reposara en esta persona y posteriormente hará lo
que el Padre Eterno desea con nosotros.
En otras palabras
haremos su voluntad en obediencia y fidelidad, pero sin excusas.
Recuerde que el espíritu legalista
sigue vivo aún en algunos grupos de cristianos.
La religiosidad
les atrae, se piensa que si no hay procesiones, ritos y obras distintas, no es
posible que haya salvación o relación con Dios.
El apóstol Pablo nos advierte para que no dejemos la Gracia.
Él nos dice que debemos vivir bajo la gracia de Dios y que abandonemos esa
vida pobre y de pensamientos débiles, que lo único que nos llevan es a un
rendimiento que esclaviza.
Y para terminar
déjeme decirle que cuando no se tiene un conocimiento pleno acerca de lo que la Gracia representa para el
creyente que está en Cristo, este
tratará de añadir otras formas de tradiciones para hacer su religión más
completa. Eso no se debe hacer.
Sin embargo la Gracia de Dios es
completa, y tiene grandes bendiciones y promesas que nunca antes existieron.
Por eso hoy les
digo de corazón: ¡Viva a plenitud la Gracia de Dios!
Gracia y Paz.
Pastor y administrador Rogers
Infante.
Que Dios derrame Bendiciones en mi
vida y a mis hermanos en la fe.
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