MI AMIGO HA PARTIDO DE ESTE MUNDO.
En esta vida estamos de paso, y eso
es algo real y con lo cual debemos convivir.
Todos tenemos un tiempo estipulado
para cada cosa.
Y en la palabra de Dios se nos dice
que debemos vivir de la mejor manera en la presencia de Dios.
De esa manera podemos estar seguros
que el día que vayamos a partir de este mundo, lo haremos con gozo y con la
esperanza de reunirnos con nuestro Dios y Padre eterno.
Ahora, Estoy seguro que muchas veces
nos hemos preguntado:
¿Por qué Dios permite que pasen
algunas situaciones difíciles de entender?,
¿Por qué Dios guarda silencio cuando
le preguntamos por algo que ha sucedido?,
¿Por qué Dios no hace nada?
Preguntas como estas, muchas veces
hemos escuchado y la hemos formulado.
Sin embargo hasta cierto punto es
difícil de entender porque pasan algunas cosas que nosotros consideramos que no
tendrían que pasar.
A veces al escuchar a las personas
que se hacen esta clase de preguntas, podemos comprender que quizá están
pasando por un momento difícil en el cual no encuentran explicación a lo
ocurrido.
En nuestras oraciones, siempre le
estamos pidiendo a Dios por nuestra salud, bienestar, seguridad y bendiciones
por nuestros hermanos, amigos y familiares.
Siempre he reflexionado y he tratado
de entender el porqué de las cosas, pero sinceramente la mayoría de veces o
casi siempre no lo sé.
Es decir, muchas veces espero una
respuesta que quizás no llegue, pero que al mismo tiempo debemos estar
preparados.
Personalmente se me hace difícil
entender porque una persona que conocemos y con la que hemos compartido tanto,
tenga que partir repentinamente de este mundo.
También está el caso, en donde oramos
por alguien que esté enfermo, y lastimosamente no comprendemos porque si oramos
mucho por esa persona, esta tenga que partir de este mundo.
Y es que a veces quisiéramos que las
cosas fueran como nosotros queremos que sean y no como son.
Siempre que reflexionaba en todo esto
llegaba a la conclusión de que nosotros limitamos la vida a lo que conocemos, a
lo que vemos, a nuestro espacio y a nuestro tiempo.
En otras palabras: Basamos la
importancia de la vida en base a nuestro reloj.
Basamos la importancia de la vida, en
base a nuestro calendario.
Y también basamos tristemente nuestra
vida en base a lo que nosotros consideramos justo, olvidándonos de esta manera
la forma de cómo Dios ve la vida.
Es indiscutible que todos nosotros entendamos,
que si Cristo no viene antes moriremos.
La palabra de Dios nos dice bien
claro en el libro de Hebreos lo siguiente:
Hebreos 9:27-28 Y así como cada persona está
destinada a morir una sola vez y después vendrá el juicio, así también Cristo
murió en sacrificio una sola vez y para siempre, a fin de quitar los pecados de
muchas personas. Cristo vendrá otra vez, no para ocuparse de nuestros pecados,
sino para traer salvación a todos los que esperan con anhelo su venida.
Entonces nos preguntamos:
¿Por qué tenemos que limitar nuestra
vida o existencia a unos cuantos años acá en la tierra?
¿Por qué en vez de ver la vida tan
corta, cuando deberíamos mejor verla tan eterna?
Escuche esto:
Dios ve la vida de diferente forma.
Dios no limita nuestra vida a años o
décadas acá en la tierra, por eso Él envió a Jesús a morir por nuestros
pecados, a pagar el precio de sangre necesario para que nuestra vida pueda ser
eterna a través de Él.
Cuando alguien muere solemos decir:
“Paso a mejor vida” o “Ahora está mejor que lo que estaba acá en la tierra”.
¿Decimos eso porque realmente lo
creemos o porque son solo palabra de consuelo?
La verdad es que la vida no está
limitada al tiempo que existamos acá en la tierra, sino que nuestra vida
depende de haber creído en Jesús como Señor y Salvador nuestro.
¿Qué dice la Biblia para las personas
que creen en Él?
Escuche lo que dice:
Juan
11:25 Jesús le dijo: —Yo soy la resurrección y la vida.* El que cree en mí
vivirá aun después de haber muerto.
Cuando perdemos a un ser querido, seguramente
sentiremos mucho dolor por la pérdida de ese ser querido.
Seguramente existirán en
nuestra mente muchas preguntas del porqué de ese suceso.
Pero te has preguntado algunas veces,
si ese ser querido tuviera la oportunidad de decidir si volver a la vida acá en
la tierra o quedarse en el lugar de reposo que en este momento se encuentra.
¿Qué decisión tomaría?
A veces podemos ser muy injustos,
pensamos egoístamente.
Lo digo porque estoy seguro que todos
quisiéramos que nuestros seres queridos que han muerto estén aun con nosotros,
porque nos hacen mucha falta.
Pero ¿Qué es lo que ellos quisieran si tuvieran la oportunidad
de decidir el lugar donde quisieran estar?
¿Qué tal si ellos preferirían, estar
en ese lugar de reposo esperando la resurrección en Cristo Jesús?
¿Qué tal si para ellos el morir ha
sido la ganancia más maravillosa de toda su historia?
Qué tal si ellos ahora están en el
lugar que siempre quisieron estar.
Ese maravilloso lugar donde no hay dolor.
Donde no hay enfermedad.
Donde no hay preocupación.
Donde disfrutan de una paz que solo en ese lugar se puede
experimentar.
El Apóstol Pablo dijo:
Filipenses 1:21 Pues, para mí, vivir significa
vivir para Cristo y morir es aún mejor.
Hay algo que no podemos negar, ni
mucho menos dudar, y es que independientemente de la forma en cómo muramos, hay
una verdad indiscutible y es que vamos rumbo a una vida eterna muchísimo mejor
que la vida momentánea que actualmente experimentamos en este mundo.
La Palabra de Dios nos dice
en el libro de Eclesiastés:
Eclesiastés
3:1 -2 Hay una temporada para todo, un tiempo para cada actividad bajo
el cielo.
Un
tiempo para nacer y un tiempo para morir. Un tiempo para sembrar y un tiempo
para cosechar.
Eclesiastés
3:4 Un tiempo para
llorar y un tiempo para reír. Un tiempo para entristecerse y un tiempo para
bailar.
En otras palabras, no somos nosotros
quienes decidimos cuando partir de este mundo.
Y No somos nosotros quienes vamos a
decidir cuánto tiempo vivir o de qué forma queremos morir.
Pero si podemos decidir hacia donde
queremos ir al morir.
Solo usted puedes decidir si al morir
quieres heredar la vida eterna.
Pero tenga muy en cuenta que la llave
hacia esa vida eterna se encuentra en Jesús.
Jesús es nuestro único
Salvador y usted puedes decidir el futuro esperanzador que Dios tiene preparado
para todos lo que crean en Él.
Escuche, Si una persona antes de
morir, reconoció que Jesús es nuestro único salvador, usted debe tener la
certeza de que ese amigo, ese ser querido, ese familiar, estará en un mejor
lugar.
Y ahora tu tarea es también reconocer
a Jesús como tu Señor y Salvador para que también tú puedas participar de esa
vida eterna que Dios tiene preparada para todos los que en el confían.
Algún día si Cristo aun no viene, moriré acá en la tierra.
No sé cuándo será.
No sé de qué forma será.
No sé si mi muerte será justa o no.
Pero lo que he vivido ha sido
suficiente como para darme cuenta que mi futuro no está en este mundo, sino que
mi futuro, mi esperanza está en lo que viene después. Amen.
Si muero, no quiero elegir
como será.
Quizá será doloroso.
Quizá mis familiares y
amigos lloraran mi ausencia temporal.
Pero deberían estar felices
por mí.
Deberían gozarse por mí.
Porque seguramente estaré con
mi Dios, al lado de mi Señor donde siempre quise estar.
En donde no merecía estar, pero que
Jesús me hizo digno.
No porque lo mereciera, sino por su
gracia salvadora efectiva en mi vida.
Hoy quiero animarte, tú que has perdido a un ser querido, a
un familiar que amabas tanto.
A un amigo que apreciabas mucho.
Hoy te quiero animar y
decirte que seguramente hoy él o ella están en un lugar mejor.
En donde no basa su vida en un reloj
ni en un calendario.
Donde no existe nada que lo haga
estar triste o afligido, mucho menos enfermo.
Hoy podemos dar gracia a Dios, en
donde está descansando y en donde despertara con una sonrisa impactante porque
se encontrara con su Rey de reyes y Señor de señores.
¡Aleluya!.
¿Por qué no nos alegramos por
ellos?
No por su muerte, sino por
ese futuro esperanzador que les espera.
Ya para finalizar déjeme decirle:
Nosotros en este mundo estamos solo
de paso.
Hoy podemos estar aquí, pero no
sabemos del mañana que nos espera.
La palabra de Dios nos dice
claramente en el libro de Santiago:
Santiago
4:14-16 ¿Cómo saben qué será de su vida el día de mañana? La vida de ustedes es
como la neblina del amanecer: aparece un rato y luego se esfuma. Lo que
deberían decir es: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello». De
lo contrario, están haciendo alarde de sus propios planes, y semejante
jactancia es maligna.
Quizá hoy exista mucho dolor en tu
vida, pero no hay dolor que Dios no pueda sanar.
Recuerda que usted no eligió en qué
momento de la historia vendrías a este mundo.
Por lo tanto tampoco puedes elegir
cuando tu vida terminara acá en la tierra.
Pero lo que si puedes
elegir es donde quieres vivir después de morir.
Y la fuente de vida eterna se llama
Jesús.
Su Palabra dice:
Juan 14:6 Jesús le contestó: —Yo soy el
camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí.
Apreciados, amigos, hermanos y
familia, ¡La vida no se termina en la muerte si crees en Él!
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers
Infante.
Que sea Dios quien te bendiga
siempre.
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