LA PUERTA DE LA BENDICION
Juan 6:32-35 Jesús les respondió: —Les digo la
verdad, no fue Moisés quien les dio el pan del cielo, fue mi Padre. Y ahora él
les ofrece el verdadero pan del cielo, pues el verdadero pan de Dios es el que desciende del cielo y da vida al
mundo. —Señor —le dijeron—, danos ese pan todos los días. Jesús les respondió: —Yo soy el pan de vida.
El que viene a mí nunca volverá a tener hambre; el que cree en mí no tendrá sed
jamás.
La Biblia cuenta que a los
cuarenta y cinco días de haber salido el pueblo de Israel de la esclavitud de
los egipcios y estando en el desierto, todos empezaron a quejarse contra Moisés
y Aarón, al recordar los banquetes que comían en Egipto hasta saciarse y ahora
estaban muriéndose del hambre.
El libro de Éxodo dice:
Éxodo 16:4 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: «Mira, haré
llover alimento del cielo para ustedes. Cada día la gente podrá salir a recoger
todo el alimento necesario para ese día. Con esto los pondré a prueba para ver
si siguen o no mis instrucciones.
Durante cuarenta
años, Dios proporcionó el maná, era su regalo del cielo y todo lo que debían
hacer era recoger lo suyo y comer.
Pero, los Israelitas
llegaron a cansarse del maná y continuaron quejándose, llenos de incredulidad y
desobediencia.
Este maná es
una tipología de Cristo. Jesucristo es el verdadero maná.
Él es el pan
del cielo.
Así como Jehová proporcionó
maná en el desierto, Jesús es la provisión para el pecador, pues quién come su
pan nunca morirá.
En otras
palabras quien
cree en él y lo acepta como su salvador tendrá vida eterna.
Jesús dijo:
Juan 6:47-51 »Les digo la verdad, todo el que
cree, tiene vida eterna. ¡Sí, yo soy el pan de vida! Sus antepasados comieron maná en el
desierto, pero todos murieron, sin embargo,
el que coma el pan del cielo nunca morirá. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo. Todo el que coma de
este pan vivirá para siempre; y este pan, que ofreceré para que el mundo viva,
es mi carne».
Jesús tiene la última
palabra sobre el maná.
Apocalipsis 2:17 »Todo el que tenga oídos para oír
debe escuchar al Espíritu y entender lo que él dice a las iglesias. A todos los
que salgan vencedores, les daré del maná que ha sido escondido en el cielo. Y
le daré a cada uno una piedra blanca, y en la piedra estará grabado un nombre
nuevo que nadie comprende aparte de aquél que lo recibe.
Jesucristo es nuestro Pan
del Cielo.
Él es nuestra provisión y
sustento diario.
Así como Jesús es el Pan de vida, también es la Puerta de la Salvación.
Juan 10:7-9 entonces les dio la explicación: «Les digo
la verdad, yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que vinieron antes que yo* eran ladrones y bandidos, pero las
verdaderas ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta; los que entren a través de mí serán
salvos.* Entrarán y saldrán libremente y
encontrarán buenos pastos.
Jesús fue sencillo, práctico
y didáctico para enseñar y tomó circunstancias reales para mostrar grandes
verdades.
En aquella
época tener un rebaño era común entre los judíos, y las ovejas eran apacentadas
en las afueras, en los barrancos que se cercaban con palizadas y espinos y se
dejaba una abertura para entrar, y el pastor mismo era la puerta, porque
durante la noche se tendía sobre la abertura y allí dormía y las ovejas podrían
salir solamente pasando sobre él, o los enemigos de las ovejas podrían entrar
solamente pasando a través de él.
“De cierto de
cierto” quiere
decir que es ciertísimo lo que Jesús habla.
Jesucristo es la única
puerta hacia la salvación, el único acceso al Padre.
El Apóstol Pablo dijo:
Efesios 2:18 Ahora todos podemos tener acceso al Padre
por medio del mismo Espíritu Santo gracias a lo que Cristo hizo
por nosotros.
Cuando dice: “Yo soy la
puerta”, está hablando de
seguridad, de cuidar sus ovejas en todo momento.
Nosotros somos ovejas de su
prado, sí hemos aceptado a Jesucristo como nuestro Salvador y Él ejerce
especial cuidado de nosotros.
Además, las
ovejas no se preocupan del pasto para comer porque esto es obligación y
responsabilidad del pastor y así para nosotros el que hace esta responsabilidad
es Jesús, la oveja no se puede cuidar sola, pues es un animal dependiente, lo
cual nos dice que sólo en él tenemos absoluta seguridad.
Y dice la Biblia: “y hallará pastos” que significa la provisión, ya sea
material o espiritual.
Las ovejas encontrarán
satisfacción completa en Cristo y la llenura de su ser.
La puerta está
abierta, y entrar por ella es la invitación.
Él dice: "Venid a
mí" (Mateo 11:28).
Si entras, serás parte del
rebaño del Gran Pastor, y podrás entrar y salir entre sus ovejas y hallar
delicados pastos que sacian toda ansiedad.
Porque al entrar en Cristo, Jehová derramara la lluvia sobre sus hijos.
Deuteronomio 28:12 El SEÑOR enviará lluvias en el tiempo
oportuno desde su inagotable tesoro en los cielos y bendecirá todo tu trabajo.
Tú prestarás a muchas naciones pero jamás tendrás necesidad de pedirles
prestado.
El decidir entrar por la
puerta del Señor Jesús y caminar bajo la dirección de Dios en cumplimiento de
sus mandatos, decretos, estatutos y preceptos, trae a nuestra vida
extraordinarias bendiciones.
Estos mandatos
son para llevarnos a libertad y poder disfrutar grandemente de lo que Dios ha
prometido para nosotros sus hijos.
Esa lluvia son las
bendiciones que el Señor tiene para sus hijos en su tiempo.
Seamos fieles y obediente a
su Palabra y creamos en sus promesas.
Cuando dice: "Y
para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no
pedirás prestado".
Indica que cuando obedecemos
fielmente su Palabra, Dios bendecirá nuestro trabajo, nuestra casa, de tal
manera, que estaremos en circunstancias tan abundantes, tan bendecidos en todo
sentido, que podremos también ser capaces de dar ayuda a los más pobres y
necesitados.
Cuando Dios nos engrandece
con su bendición, es la oportunidad de bendecir también a otros.
Pero si usted
no es fiel, ni obediente, no se incluya en las bendiciones, porque de Dios
nadie se puede burlar, y Dios no premia a los desobedientes e infieles.
Cada persona es responsable
de su condición, de acuerdo a la fidelidad ante Dios.
YA PARA TERMINAR LES CONTARE UNA
HISTORIA.
Había una
persona que vivía en el desierto, muy enferma, sin nada para comer, beber y sin
refugio para vivir; esta persona vivía maldiciendo su vida, día y noche.
Un día, un
ángel estaba cruzando ese desierto y esta persona detuvo al ángel y le
preguntó:
-
¿A dónde vas?
El ángel
respondió:
-
Voy a encontrarme con *Dios.*
Entonces,
la persona le pidió al ángel que, por favor, le preguntase a *Dios* cuándo
terminaría su sufrimiento.
El ángel le
dijo:
-
¡Por supuesto, lo haré!
Y el ángel
se despidió de la persona.
Al encontrarse
con *Dios,* el ángel le compartió el mensaje de esa persona.
El ángel le
contó su patética condición y preguntó cuándo terminaría su sufrimiento.
Dios respondió:
-
Durante lo que le queda de vida, esa
persona no tendrá felicidad...
El ángel le
respondió que cuando esa persona escuchara la respuesta de parte de Dios, se
desanimaría más que antes.
Entonces,
le preguntó si podría sugerir alguna solución para esto.
*Dios* le respondió:
-
Dile que ore de esta manera: *"Gracias Dios por todo"*
El ángel
volvió hasta el lugar donde se encontraba la persona, y le entregó el mensaje
de *Dios.*
Una
semana después, el ángel pasó de nuevo por el mismo camino y vio que la persona
estaba muy feliz.
Ya
tenía con que suplir sus necesidades y una pequeña planta creció en la zona
desértica, un pequeño estanque de agua también estaba allí, y la persona estaba
cantando y bailando alegremente.
El ángel
estaba asombrado de cómo sucedió esto porque recordó que *Dios* dijo que por lo
que le quedaba de vida, no habría felicidad para esa persona.
Con esa
inquietud en mente, fue a visitar a *Dios* de nuevo.
El
ángel preguntó y *Dios* respondió:
- Sí, no
habría felicidad para esa persona, pero todo cambió debido a que esta persona ahora está orando diariamente,
se arrepintió de todo y siempre dice: "Gracias Dios por todo"*, ante cada situación.
Cuando
la persona caía sobre la arena caliente, decía _*"gracias Dios por todo".*
Cuando
veía que su situación era deprimente y oscura, repetía _*"gracias Dios por
todo,"*
Así
que sea cual sea la situación, la persona siguió repitiendo _*"Gracias Dios por
todo,"*_ y por lo tanto cambió lo que le quedaba de
vida".
Cualquiera
que fuese la situación por la que estés pasando, comience a repetir esa
sencilla oración: *'GRACIAS DIOS POR TODO'*.
Estoy
seguro que cambiara tu punto de vista de lo que no tienes, y de lo que ahora
tienes en tu vida.
Apreciado
amigo(a) que hoy has dedicado tiempo a leer estas palabras para ti. Dios tiene
un gran propósito para con tu vida.
Él
está preparándote para lo mejor.
De ti
depende el cambio que Dios desea hacer para mejorar tu estilo de vida.
Recuerda
que por nuestra obediencia y fidelidad ante Dios, seremos Bendecidos.
Esta
simple oración tendrá un profundo impacto si recibes a Cristo en tu corazón
realmente.
Antes
de asistir a una congregación mira primero que están enseñando y corrobóralo
ante las escritura como nuestros hermanos de Berea.
Así sabrás
si se predica la verdad. Colosenses 2:8.
Tenga
presente que una simple palabra, un simple pensamiento, que nos enseña a ser
agradecidos por todo lo que tenemos en nuestra vida, tiene poder para disolver
cualquier *"situación"* que llevamos cargando toda la vida.
_*Sé
agradecido y verás el cambio en tu vida.*_
_*Sé
humilde y nunca tengas dudas.
Busca
primeramente el Reino de Dios ante cualquier otra cosa y te aseguro que lo
demás vendrá por añadiduras.
Recuerda
que Todo lo podemos en Cristo, quien es el único que nos fortalece para ser
vencedores.
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante.
Bendiciones a todos mis hermanos verdaderos en la fe
cristiana.
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