CONOCER LA VOLUNTAD DE
DIOS PARA OBTENER UN MILAGRO
Gracia y Paz
para todos mis hermanos en la obra de Dios Padre, y de su Hijo Jesucristo, el cordero
inmolado que ahora se encuentra a la diestra del Todopoderoso, y que un día
vendrá a juzgar a este mundo.
¿Cómo puedo conocer la
voluntad del Señor?
Romanos 12:2 No imiten las
conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los
transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces
aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena,
agradable y perfecta.
La
mejor manera de conocer la voluntad de Dios es familiarizarse con la Palabra de
Dios, la Biblia.
Esto
es así porque todo lo que necesitas saber sobre la voluntad divina está en su
palabra.
Pero
debemos aprender a escudriñar bien su palabra para que podamos ver a los falsos
maestros que desean por medio de sutilezas, mostrarnos una falsa enseñanza.
Si
llegamos a conocer verdaderamente la palabra de Dios, y la comprendemos, entonces
podemos conocer su voluntad y obtener milagros.
Sal 119:6-9 Entonces no tendré
vergüenza cuando compare mi vida con tus mandatos. (7) A medida que aprendo
tus justas ordenanzas, te daré las gracias viviendo como debo hacerlo. (8) Obedeceré
tus decretos; ¡por favor, no te des por vencido conmigo! (9) ¿Cómo puede un
joven mantenerse puro? Obedeciendo tu palabra.
Salmo
119:105 Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi
camino.
Otra
forma de conocer la voluntad de Dios es por medio de la oración, momento en que
entras en comunión con Él y descubres lo que le agrada.
La
Biblia dice: Col
3:15 Y que la paz que viene de Cristo gobierne en sus corazones. Pues, como
miembros de un mismo cuerpo, ustedes son llamados a vivir en paz. Y sean
siempre agradecidos.
Esto
significa que la paz de Dios es como un regulador, de manera que cuando violas
la voluntad divina, su paz te abandona
Es decir: experimentas una efervescencia interior, e inmediatamente
descubres que estás haciendo algo contra su voluntad.
Conocer
la Palabra de Dios, y la paz que nace de una íntima relación con Él, es la
mejor manera de saber cuál es su voluntad.
Juan 15:4 Permanezcan en mí, y yo
permaneceré en ustedes. Pues una rama no puede producir fruto si la cortan de
la vid, y ustedes tampoco pueden ser fructíferos a menos que permanezcan en mí.
Sin
embargo, también es verdad que Dios nos muestra su voluntad de muchas otras maneras.
Lo
hace por medio de consejos consagrados.
Pro
20:18
Con buenos consejos los planes tienen éxito; no entres en guerra sin consejos
sabios. (19) El chismoso anda por ahí ventilando secretos, así que no andes con
los que hablan de más.
Pro
24:5
Los sabios son más poderosos que los fuertes,* y los que tienen conocimiento se
hacen cada vez más fuertes. (6) Así que, no vayas a la guerra sin consejo
sabio; la victoria depende de que tengas muchos consejeros.
También
podemos discernir la voluntad de Dios en parte por las circunstancias; por
medio de la voz interior del Espíritu de Dios que nos habla.
Ante todo esto, debemos
comprender que Dios nos revela su voluntad de varias maneras.
Lo
importante es estar seguros de que hemos puesto nuestra vida en sus manos y estamos
listos a hacer lo que nos pida.
Si nos proponemos cumplir con su voluntad, sabremos cuáles son sus
planes.
Por
último, las personas que no son capaces de discernir las directrices positivas
de Dios, les recomiendo seguir el método «negativo» de
orientación.
Estos deben decir: «Padre, por
encima de todo quiero hacer tu voluntad. Ayúdame a no salirme de tu plan y
propósito para mi vida».
Tal
forma de entrega nos garantiza su guía y un milagro de transformación plena en
la gloria de Dios.
Pero
para esto debemos hacernos la siguiente pregunta.
¿Qué debemos hacer para
que ocurra un milagro?
Cuando
estamos frente a una gran necesidad, tanto nuestra como de otros, debemos
humildemente buscar la voluntad de Dios. Y preguntarle: «Padre, ¿qué te propones hacer en esta
situación?»
Jesús
dijo: «Mi
padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo» (Jn.5.17).
En
otras palabras: Escuchó
la voz del Padre, y le puso atención.
En
cada circunstancia de nuestra vida, debemos agradecerle a Dios por todo, ya que
si esta es su voluntad, debemos aceptarla.
Tanto
en la oración, como en nuestra vida cotidiana.
Pero
para esto debemos conocer la voluntad de Dios en cada situación particular y
basar en ella nuestra oración.
Cuando Oramos por un milagro,
esto constituye una invitación al Espíritu Santo para que se manifieste.
Si ese es su propósito, Él te
lo hará saber.
De esa manera, puedes
pedirle el milagro que tú desea que se lleve a cabo.
A
menudo es importante utilizar alguna clave para implorar un milagro: es decir La palabra hablada.
Dios nos ha dado autoridad sobre las enfermedades, los
demonios, las tormentas y las finanzas.
Mateo 10:1 Jesús reunió a sus doce discípulos
y les dio autoridad para expulsar espíritus malignos* y para sanar toda clase
de enfermedades y dolencias.
Lucas
10:19
Miren, les he dado autoridad sobre todos los poderes del enemigo; pueden
caminar entre serpientes y escorpiones y aplastarlos. Nada les hará daño. (20)
Pero no se alegren de que los espíritus malignos los obedezcan; alégrense porque sus nombres están escritos
en el cielo
A
veces le pedimos a Dios que actúe, cuando, de hecho, Él nos llama a emplear su autoridad
actuando por medio de declaraciones divinamente autorizadas.
Es decir que Debemos
declarar esa autoridad en nombre de Jesús:
Podemos ordenar que las finanzas
fluyan y se multipliquen en nuestras manos.
Podemos ordenar que la
tormenta cese.
Podemos ordenar que un
demonio abandone a alguien.
Podemos ordenar que una
aflicción nos deje, o que una enfermedad desaparezca.
Podemos ordenar que todo
espíritu de ruina salga de nuestra casa y regrese de donde salió.
Las
palabras de Jesús fueron: «Cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en
el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo
que diga le será hecho» (Mc 11.23).
Pero para esto debemos
creer en el Hijo de Dios.
Debemos
recibir a Jesucristo en nuestro corazón, como nuestro único salvador.
Debemos
romper toda atadura de idolatría, mentiras, brujería, hechicería, calumnia,
chismes, ruina, maldad, fornicación, adulterio, avaricia, ira, contiendas, enfermedades,
aburrimientos, flojera, etc.
Una vez roto todo esto,
debes entrar en la obediencia de Dios.
De esa
manera debes creer en tu corazón que ya ha sido hecho, ese milagro.
Con la
unción de fe que Dios te da. De esa
manera proclámalo.
Pero
recuerda, Los milagros nacen de la fe en el
poder de Dios, no de un ritual, fórmula o fuerza de la voluntad humana.
Iglesia, Tenemos un
Dios de milagros.
La Biblia dice que Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos.
Por lo tanto, Dios hizo, hace y siempre seguirá haciendo
milagros.
Usted y yo podemos vivir seguros de que nuestra vida es
producto de un milagro de Dios.
Hay que despertar la esperanza en nuestras vidas.
Hay gente que vive toda su vida sin esperanza; no saben qué les va
a traer el mañana, y siempre están temerosos del mañana.
Dios desea que usted viva con
esperanza.
Crea que Dios va hacer ese milagro que usted espera.
Yo no sé de dónde vino esa mentalidad de decir, «no, es que yo no
merezco nada.
Soy un gusano de
Jacob, Dios a mí no me quiere dar nada».
¡Quítese esa mentalidad en el nombre
de Jesús!
Empiece a decirse al espejo, «Yo soy hijo de Jehová de los Ejércitos, el
Altísimo Dios de los cielos.
Yo tengo toda dádiva y todo don
perfecto.
Mi Padre es el dueño de todo el
oro, y toda la plata.
Él tiene todas las cosas bajo
control.
Yo soy su hijo y voy a recibir de
parte de Él todo».
Despierte, sacúdase, vístase de la
esperanza que hay en usted y empiece a caminar con ella.
Esos muros que están frente a
usted, están siendo derribados.
Si usted solo ve el muro, nunca va a poder ver su milagro.
Deje de ver el muro y empiece a
ver al Dios que derrumba muros, el Dios de
gloria y de victoria.
Empiece a ver con los ojos de su espíritu.
Empiece a ver a su familia restaurada, a sus hijos graduándose de
la universidad y siendo exitosos.
¡Vea los muros derribados!
La Biblia dice en Jeremías 29, «Yo conozco los planes que tengo para ti, dice el Señor».
Dios tiene planes para nosotros.
Dios piensa en nosotros.
¿Sabía usted que Dios está
pensando en usted ahora mismo? Lo cree.
Dice la Biblia que Dios tiene pensamientos de paz y no de maldad,
para darle un futuro y una esperanza.
Hay una esperanza, una gloria, una victoria, un milagro
esperando por usted.
Escuche esto. Tenemos un Dios de milagros. ¿Cuántos creen esto?
Yo dije, Tenemos un Dios de
milagros.
Servimos a un Dios de milagros.
La Biblia dice que Dios es el mismo ayer, hoy y por siempre.
Por lo tanto, si ayer hizo milagros, hoy también está haciendo
milagros y siempre seguirá haciendo milagros.
Si usted permite que su fe crezca, usted va a empezar a ver
milagros que lo van a sorprender.
¡Te van a sorprender!
Despierta tu esperanza.
Límpiate ese oído, abre tu mente.
Escucha esta palabra de Dios.
Para recibir un milagro, usted y
yo necesitamos oír la palabra de Dios.
Dice la Biblia que la fe
viene por el oír, por el oír la palabra de Dios.
Por lo tanto, mientras usted más se exponga a escuchar la palabra
de Dios, más va a crecer su fe dentro de su corazón.
Es por eso que debemos afianzar nuestra fe, y obedecer la palabra
de Dios.
“Es pues la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de
lo que no se vé”
Declara la palabra de Dios.
Usted necesita tener una palabra de
Dios.
En Josué 6:2, Dios le dice al pueblo de Israel,
“Yo les he entregado la ciudad” y
Dios lo dice de tal manera, que parece ser ya un hecho.
Lo único que tenían que hacer los Israelitas era caminar creyendo.
Confiando que la palabra que Dios les había dado era una palabra
cierta.
Cuando Dios le habla a usted y le dice, “Yo aumentare tus finanzas, te
librare de esa enfermedad, te daré ese trabajo que anhelas, ampliare tu casa,
traeré a tus hijos ante mí, te daré esa casa que anhelas, tendrás un mejor
trabajo en mi obra, ensanchare esta iglesia y será la mejor, porque me
manifestare en ella.”, usted
puede caminar con la seguridad de que Dios nunca miente.
Dios nunca miente. Mi Dios no miente Iglesia.
Dice la Biblia que “Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que
se arrepienta”.
Lo que Él dice, lo cumple.
Lo que El empezó, lo va a
terminar.
Lo que El prometió, lo va a
cumplir.
Dios es un Dios que constantemente
está hablando.
Usted y yo necesitamos entender
eso.
Y quizás usted se pregunte, ¿cómo recibo una palabra de Dios?
¿Cómo sé si Dios me está
hablando a mí o no? Es muy sencillo.
Usted y yo, muchas veces, lo único que necesitamos hacer es
sintonizar el canal correcto para poder escuchar la voz de Dios.
El problema es que muchas veces
tenemos nuestro sintonizador en cualquier otro canal.
Y empiezas a escuchar, las opiniones equivocadas de otras personas.
Muchas veces estamos leyendo la opinión del otro.
Muchas veces aprendemos opiniones erradas viendo a otros, o viendo
la televisión.
Pero usted y yo muchas veces tenemos que apagar esas otras voces y
solamente escuchar la voz del Espíritu Santo. ¿Y cómo lo hacemos?
Sintonizando su palabra.
Cuando usted y yo nos metemos en su palabra, Él nos va a hablar.
Cuando usted y yo apagamos muchas de las otras voces que están
hablando, podemos
entonces escuchar la voz del Espíritu Santo.
Todo es cuestión de sintonizar
el canal correcto, la voz del Espíritu Santo y escuchar atentamente.
Algunos de ustedes, en este mismo momento ya escucharon una voz
por parte de Dios.
Algunos ya escucharon una palabra de parte de Dios.
Dios puede hablarle a usted a través de una letra de una
canción.
Dios puede hablarte a través de una oración.
Dios siempre está hablando y lo hace de muchas diferentes
maneras.
Lo que tenemos que hacer es sintonizar la voz de Dios y una vez
que tengamos nuestra palabra, meter esa palabra en nuestro espíritu y que nadie
nos la robe.
Debemos creer con toda esperanza
que Dios va a cumplir esa palabra.
Dios es el que tiene la última palabra.
Usted necesita una palabra de Dios que pueda agarrar, que pueda
meter dentro de su espíritu, que la pueda masticar y digerir.
Usted, para poder recibir un milagro, necesita tener una
palabra de Dios.
Por eso, lo felicito al estar aquí compartiendo directamente con
nosotros.
El hecho de que usted lo esté haciendo significa que usted tiene
hambre de Dios.
Esto es bueno porque la Biblia
dice que los que tienen hambre y sed serán saciados.
Si usted
tiene ganas de oír, ¡Dios le
va a hablar a usted!
Tome la
palabra de Dios como parte de su vida diaria.
Agárrese
de una promesa.
Busque
versículos que hablen acerca de su situación.
Recuerde
que Dios ha prometido ser su paz, su proveedor, su consolador, su sanador, su
restaurador, su fortaleza, su defensor y mucho más.
Iglesia,
¡Aférrese a esas promesas!
Aferrase en la palabra de Dios y usted tendrá su milagro.
El problema nuestro es que muchas
veces comentamos, hablamos u opinamos tanto que la mayoría de esas veces
nuestra misma opinión va en contra de lo que habla la palabra de Dios.
Cuando el pueblo de Israel estaba llegando a Jericó, Dios les
dijo:
Yo les voy a entregar la ciudad y les voy a pedir que hagan
ciertas cosas pero voy a querer que se me queden calladitos, nadie comente
nada.
Iglesia ponga su milagro en manos de Dios, no estén hablando.
Dios les dijo: quiero que marchen alrededor de la ciudad, y los
puso a marchar pero con la condición de que tenían que hacerlo en silencio.
Y el milagro se dio.
Gracia y
Paz.
Pastor y
Administrador, Rogers Infante.
Bendiciones
a mis hermanos en la fe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario