UNA VIDA EN SANTIDAD POR EL ESPÍRITU SANTO.
¿Puede verdaderamente un CRISTIANO vivir
en santidad?
Mat 5:8 Dios bendice a los que
tienen corazón puro, porque ellos verán a Dios.
Gracia
y Paz para todos mis hermanos en la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo,
el cordero inmolado que hoy se encuentra sentado a la Diestra de su Padre el
Todopoderoso, y que al sonar de la séptima trompeta vendrá a juzgar a este
mundo.
Iglesia
Dios, nos insta a que vivamos una vida en santidad.
Si
fuere imposible vivir en santidad, Dios no lo hubiera ordenado.
Es por
eso que nuestro Dios, nos dice en: Lev 19:2 «Da las siguientes
instrucciones a toda la comunidad de Israel. Sé santo porque yo, el SEÑOR tu
Dios, soy santo:
Ahora
si analizamos esto, entendemos que ser santo significa ser separado para Dios.
La
santidad la define la propia naturaleza de Dios.
Es
decir: Ser
apartados para Dios nos hace santos.
Muchas personas creen y hasta están convencidos que las
buenas obras los hacen santos.
Pero la verdad es que las buenas obras no nos hacen santos
ante Dios.
Somos hechos santos por
medio de la fe en Cristo, y también por fe somos salvos.
En la
medida en que nos despojamos de lo mundano, sin volver a ello, y nos afianzamos
más en lo espiritual hacia nuestro Padre Celestial, por medio de Jesucristo, entonces
y solo entonces, creceremos y viviremos en el Señor, de esa forma nos parecemos
más y más a Él.
2Corintios 3:18 Así que, todos
nosotros, a quienes nos ha sido quitado el velo, podemos ver y reflejar la
gloria del Señor. Y el Señor, quien es el Espíritu, nos hace más y más
parecidos a él a medida que somos transformados a su gloriosa imagen.
Si dedicamos
nuestra vida a Dios, y si por medio de su hijo Jesucristo ponemos nuestra vista
en Él. Todo lo que pensamos, estudiamos, oramos, y buscamos seguir su ejemplo,
nos pareceremos más a Él.
De esa
manera un verdadero cristiano Comienza a pensar y actuar como Él.
Porque
nos asemejamos a Él, porque hemos sido apartados para Él.
Esta es la verdadera santidad.
La
vida de un verdadero cristiano, debe ser completamente diferente, de lo que era
su vida pasada.
Este
debe vivir en lo espiritual para poder buscar la santidad.
Todos
tus motivos y deseos serán cada día más elevados, en la medida que te acerques
a Él.
Jesús
dice: Mat 5:8 Dios bendice
a los que tienen corazón puro, porque ellos verán a Dios.
Nosotros
los cristianos Evangélicos, Podemos
alcanzar cierto grado de pureza en esta vida, ya que el amor de Dios está en
nosotros por medio de su Hijo Jesucristo, el cual es el único que intercede por nosotros.
Pero aunque
la perfección no se alcanza completamente en esta vida, debemos buscarla y
aspirar a ella en todo momento, porque la madurez cristiana y la santidad forma
parte de la vida de los hijos e hijas de Dios responsables, obedientes y que
caminan en la voluntad de Dios Padre.
La santidad es también
práctica.
Porque
se observa en aquellos que han dejado de preocuparse por sus propias
necesidades y se han identificado totalmente, dentro de la visión global de su
Padre, con la tarea de transformar un mundo herido.
Esta
santidad nos guía hacia una madures que nos impulsa a convertirnos en
instrumentos de Cristo, para cumplir con los anhelos de la oración del Señor.
Mat 6:10 Que tu reino venga pronto.
Que se cumpla tu voluntad en la tierra como se cumple en el cielo.
Muchas son las personas que dicen: Si peco, ¿perderé mi
salvación?
Hebreos 6:4-6 Pues es imposible
lograr que vuelvan a arrepentirse los que una vez fueron iluminados —aquellos
que experimentaron las cosas buenas del cielo y fueron partícipes del Espíritu
Santo, (5) que saborearon la bondad de la Palabra de Dios y el poder del mundo
venidero — (6) y que luego se alejan de Dios. Es imposible lograr que esas
personas vuelvan a arrepentirse; al rechazar al Hijo de Dios, ellos mismos lo
clavan otra vez en la cruz y lo exponen a la vergüenza pública.
Un
acto de pecado no te cuesta tu salvación, siempre y cuando te arrepientas
verdaderamente.
Hay
quien dice que si pecas tras haber aceptado a Jesús debes ser salvado otra vez.
Pero
esto no es lo que la Biblia enseña.
Lo que
debes hacer es arrepentirte de una vez y para siempre de ese pecado y no volver
a caer en él.
Cuando
estamos en el proceso de salvación, Dios nos adopta como miembros de su familia.
Debemos,
estar llenos de amor, por un lado, y de santo temor, por el otro.
En otras palabras: debemos vivir una vida que le agrade a Dios.
La
palabra de Dios dice: Mat
24:13 Pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo.
Es
decir, que la salvación se puede perder si usted no está firme en la voluntad
de Dios.
El que
se arrepiente de su pecado y vuelve a pecar en lo mismo, quiere decir que este
no es un verdadero cristiano, y por consiguiente está clavando nuevamente a
Jesús en la cruz.
Porque
el verdadero cristiano vive en la luz, así como Dios está en la luz.
1Juan 1:7-9 Pero, si vivimos en la
luz, así como Dios está en la luz, entonces tenemos comunión unos con otros, y
la sangre de Jesús, su Hijo, nos limpia de todo pecado. (8) Si afirmamos que no
tenemos pecado, lo único que hacemos es engañarnos a nosotros mismos y no
vivimos en la verdad. (9) Pero, si confesamos nuestros pecados a Dios, él es
fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.
Sin
embargo, debes tener muy presente que los pecados y rebeliones, te arrebatarán
el gozo de la salvación.
Cuando
David pecó no se sintió gozoso, porque se había rebelado contra Dios.
Sal 51:12 Restaura en mí la alegría
de tu salvación y haz que esté dispuesto a obedecerte.
Sus palabras
fueron: Sal 51:11 No me
expulses de tu presencia y no me quites tu Espíritu Santo.*
Aun cuando
había cometido adulterio y era responsable de la muerte de un inocente, esta
frase nos revela que todavía poseía el Espíritu Santo.
Y
aunque el poseía al Espíritu Santo, fue castigado por su pecado, cuando Dios le
arrebato a su hijo.
Más
tarde Dios lo perdonó y amó cuando se arrepintió delante del Señor.
Si una persona persevera
en el pecado, puede perder la seguridad de la salvación.
Cuando
la Escritura dice: «Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el
pecado».
Nos está
diciendo que un hijo verdadero de Dios, debe alejarse de todo pecado y lo debe evitar
al máximo, para no comprometer su salvación.
Es por eso que un
cristiano verdadero aunque parezca raro, No peca.
Una
persona nacida del Espíritu de Dios será conducida al arrepentimiento cada vez
que peque.
En Hebreos 10:29 Piensen, pues, cuánto
mayor será el castigo para quienes han pisoteado al Hijo de Dios y han
considerado la sangre del pacto —la cual nos hizo santos —como si fuera algo
vulgar e inmundo, y han insultado y despreciado al Espíritu Santo que nos trae
la misericordia de Dios.
En
otras palabras que si alguien menosprecia la sangre de Cristo y renuncia a la
salvación que ha recibido, entonces esa persona perderá todo.
Pero
el mismo libro dice a aquellos que perseveran en la salvación: Heb.6:9 Queridos amigos, aunque
hablamos de este modo, no creemos que esto se aplica a ustedes. Estamos
convencidos de que ustedes están destinados para cosas mejores, las cuales
vienen con la salvación.
Nuestra
vida se transforman paulatinamente, pero en ningún momento antes de la muerte
el creyente alcanza la perfección 1Juan.1:8
Si afirmamos que no tenemos pecado, lo único que hacemos es engañarnos a
nosotros mismos y no vivimos en la verdad.
De acuerdo a todo esto ¿Qué debo
hacer entonces para ser salvo?
Juan 3:3 Jesús le respondió: —Te
digo la verdad, a menos que nazcas de nuevo,* no puedes ver el reino de Dios.
Para
ser salvo debes darle la espalda al pecado, creer en la muerte y resurrección
de Jesús, y recibirlo como Nuestro Señor y Salvador de tu vida.
De esa
manera podrás hacer la voluntad de Jehová, nuestro único y verdadero Dios.
Para eso debemos seguir lo
siguiente:
Primero, Debes reflexionar sobre tu vida y entonces abandonar todo
aquello que contraría la voluntad de Dios.
Debes alejarte
de las actitudes egoístas, avaras y entregarte a Dios en arrepentimiento.
Mat
3:7-10
Pero, cuando Juan vio que muchos fariseos y saduceos venían a mirarlo
bautizar,* los enfrentó. «¡Camada de víboras! —exclamó —. ¿Quién les advirtió
que huyeran de la ira divina que se acerca? (8) Demuestren
con su forma de vivir que se han arrepentido de sus pecados y han vuelto a
Dios. (9) No se digan simplemente el uno al otro: “Estamos a salvo porque
somos descendientes de Abraham”. Eso no significa nada, porque les digo que
Dios puede crear hijos de Abraham de estas piedras. (10) Ahora mismo el hacha del juicio de Dios está lista para cortar las
raíces de los árboles. Así es, todo árbol que no produzca buenos frutos será
cortado y arrojado al fuego.
Hechos
3:19
Ahora pues, arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios para que sus pecados
sean borrados.
Segundo, Debes
reconocer que Jesús murió en la Cruz para perdonar tus pecados.
Acéptalo
como tu único Salvador para que te limpie de pecado, como el sustituto que pagó
tus culpas. Romanos
5:9-10 Y, como se nos declaró justos a los ojos de Dios por la sangre de
Cristo, con toda seguridad él nos salvará de la condenación de Dios. (10) Pues,
como nuestra amistad con Dios quedó restablecida por la muerte de su Hijo
cuando todavía éramos sus enemigos, con toda seguridad seremos salvos por la
vida de su Hijo.
Tercero, Debes
pedirle que se convierta en el Señor de tu vida, reconociendo abierta y
públicamente que Jesús es nuestro Salvador.
1Juan 2:22-25
¿Y quién es un mentiroso? El que dice que Jesús no es el Cristo.* El que niega
al Padre y al Hijo es un anticristo.* (23) El que niega al Hijo tampoco tiene
al Padre; pero el que confiesa al Hijo tiene al Padre también. (24) Por lo
tanto, ustedes deben seguir fieles a lo que se les ha enseñado desde el
principio. Si lo hacen, permanecerán en comunión con el Hijo y con el Padre; (25)
y en esta comunión disfrutamos de la vida eterna que él nos prometió.
La Biblia dice que a
todos los que le recibieron les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
Juan 1:12-13 Pero, a todos los que
creyeron en él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de
Dios. (13) Ellos nacen de nuevo, no mediante un nacimiento físico como
resultado de la pasión o de la iniciativa humana, sino por medio de un
nacimiento que proviene de Dios.
Así
que, cuando le recibes y le abres tu corazón al Hijo de Dios, Jesucristo, Él se
introduce en usted —en tu ser interior— por medio del Espíritu Santo, y
comienza a vivir en ti.
Desde
ese momento es tu privilegio y llamado confesar lo que Dios ha hecho por tu
vida.
Romanos 10:9-11 Si confiesas con tu
boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los
muertos, serás salvo. (10) Pues es por creer en tu corazón que eres declarado
justo a los ojos de Dios y es por confesarlo con tu boca que eres salvo. (11)
Como nos dicen las Escrituras: «Todo el que confíe en él jamás será
deshonrado»*.
Teniendo en cuenta todo esto nos preguntamos, ¿Cómo podemos recibir
el bautismo del Espíritu Santo?. Hechos 2:38-39 Pedro contestó: —Cada uno de ustedes debe
arrepentirse de sus pecados y volver a Dios, y ser bautizado en el nombre de
Jesucristo para el perdón de sus pecados. Entonces recibirán el regalo
del Espíritu Santo. (39) Esta promesa es para ustedes, para sus hijos e incluso
para los gentiles,* es decir, para todos los que han sido llamados por el Señor
nuestro Dios.
Ahora para recibir esta
bendición debemos hacer lo siguiente.
Debemos nacer de nuevo.
La
persona que va a recibir la plenitud del Espíritu debe primero permitirle morar
en su vida y pertenecer a Jesús, de esa manera podrá hacer la voluntad de
Jehová, nuestro Dios. Romanos
8:9 Pero ustedes no están dominados por su naturaleza pecaminosa. Son
controlados por el Espíritu si el Espíritu de Dios vive en ustedes. (Y
recuerden que los que no tienen al Espíritu de Cristo en ellos, de ninguna
manera pertenecen a él).
Luego debemos pedirlo.
La
Biblia dice que, si invocamos el Espíritu Santo, esa oración será contestada
(Lc 11.8).
Lucas 11:8 Pero yo les digo: Aunque
no lo haga por amistad, si sigues tocando a la puerta el tiempo suficiente, él
se levantará y te dará lo que necesitas debido a tu audaz insistencia.*
Despues debes rendirte ante
Él.
El
apóstol Pablo lo explica claramente en el libro de Romanos: «Que presentéis
vuestros cuerpos en sacrificio vivo» (Ro 12.1).
Posteriormente debemos
disponernos a obedecer al Espíritu.
Dios
no le entrega este poder a nadie para decirle entonces: «Puedes tomar lo que te convenga y dejar lo demás». Si quieres
ser sumergido en el Espíritu debes estar preparado a obedecerle (Hch 5.32).
Hechos 5:32 Nosotros somos testigos
de estas cosas y también lo es el Espíritu Santo, dado por Dios a todos los que
lo obedecen.
Finalmente y el mas
importante es que Necesitamos verdaderamente creer.
El
apóstol Pablo dice: Gálatas
3:2 Déjenme hacerles una pregunta: ¿recibieron al Espíritu Santo por obedecer
la ley de Moisés? ¡Claro que no! Recibieron al Espíritu porque creyeron el
mensaje que escucharon acerca de Cristo.
La
respuesta, obviamente, es la fe.
Debes creer que si lo
pides, lo recibirás.
Finalmente, debes poner por obra lo que Dios te ha dado.
Habiendo implorado,
habiendo recibido, habiéndote dispuesto a obedecer, y habiendo creído, debes
responder a la manera bíblica.
La
Biblia dice que quienes fueron bautizados con el Espíritu el día de Pentecostés
«comenzaron a hablar en otras lenguas, según el
Espíritu les daba que hablasen»
Hechos 2:4 Y todos los presentes
fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otros idiomas,* conforme
el Espíritu Santo les daba esa capacidad.
Es
decir que aprendieron por bendición directa, varios Idiomas para que el
evangelio fuese llevado a las personas que estaban en ese momento allí.
La
palabra de Dios nos relata los idiomas o lenguas conocidas que estos apóstoles
hablaron por la unción del Espíritu Santo en ellos. Hechos 2:611 Cuando oyeron el fuerte ruido, todos llegaron
corriendo y quedaron desconcertados al escuchar sus propios idiomas hablados
por los creyentes. (7) Estaban totalmente asombrados. «¿Cómo puede ser?
—exclamaban —. Todas estas personas son de Galilea, (8) ¡y aun así las oímos
hablar en nuestra lengua materna! (9) Aquí estamos nosotros: partos,
medos, elamitas, gente de Mesopotamia, Judea, Capadocia, Ponto, de la provincia
de Asia, (10) de Frigia, Panfilia, Egipto y de las áreas de Libia
alrededor de Cirene, visitantes de Roma (11) (tanto judíos como
convertidos al judaísmo), cretenses y árabes. ¡Y todos oímos a esta gente hablar en
nuestro propio idioma acerca de las cosas maravillosas
que Dios ha hecho!».
Esto
significa que decían lo que el Espíritu había puesto en su boca.
Y
naturalmente eran lenguas o idiomas conocidos por el hombre.
No era un lenguaje extraño como
pretender hacernos creer ciertas iglesias paganas.
En
otras palabras: El
Espíritu puso en sus labios las palabras, y los apóstoles y discípulos las
hicieron suyas. Su actuación estuvo inspirada en la fe, y no constituyó
una mera respuesta pasiva ante aquella bendición.
Así debe ser la relación
con Dios.
Dios
le ofrece el bautismo del Espíritu Santo a los seres humanos para que lo reciban
y gocen de sus bendiciones, y de esa manera podamos tener una vida llena en el
Espíritu Santo.
Gracia y Paz
Pastor y Administrador,
Rogers Infante
Bendiciones a mis
hermanos en la fe.
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