TU
MILAGRO ESTA ALLI.
Gracia y Paz, para
todos mis hermanos en la obra de Dios Padre, y de su Hijo Jesucristo, el
cordero inmolado que hoy se encuentra sentado a la diestra de su Padre el
Todopoderoso y que al sonar de la séptima trompeta vendrá a Juzgar a este mundo
y toda su maldad.
Juan 2:1-11 Al día siguiente,*
se celebró una boda en la aldea de Caná de Galilea. La madre de Jesús estaba
presente, (2) y también fueron invitados a la fiesta Jesús y sus discípulos. (3)
Durante la celebración, se acabó el vino, entonces la madre de Jesús le dijo:
—Se quedaron sin vino. (4) —Apreciada
mujer, ése no es nuestro problema —respondió Jesús —. Todavía no ha
llegado mi momento. (5) Pero, su madre les dijo a los sirvientes: «Hagan lo que él les diga». (6)
Cerca de allí había seis tinajas de piedra, que se usaban para el lavado
ceremonial de los judíos. Cada tinaja tenía una capacidad de entre setenta y
cinco a ciento trece litros.* (7) Jesús le dijo a los sirvientes: «Llenen las
tinajas con agua». Una vez que las tinajas estuvieron llenas, (8) les dijo:
«Ahora saquen un poco y llévenselo al maestro de ceremonias». Así que los
sirvientes siguieron sus indicaciones. (9) Cuando el maestro de ceremonias
probó el agua que ahora era vino, sin saber de dónde provenía (aunque, por
supuesto, los sirvientes sí lo sabían), mandó a llamar al novio. (10) «Un
anfitrión siempre sirve el mejor vino primero —le dijo —. Y, una vez que todos
han bebido bastante, comienza a ofrecer el vino más barato. ¡Pero tú has
guardado el mejor vino hasta ahora!». (11) Esta señal milagrosa en Caná de
Galilea marcó la primera vez que Jesús reveló su gloria. Y sus discípulos
creyeron en él.
Una de las grandes diferencias entre el Evangelio de
Juan y los demás Evangelios es que en el se nos relatan únicamente siete
milagros.
Estos milagros fueron escogidos por Juan por que
cada uno de ellos llevaba aparejada una enseñanza importante con respecto a
Jesús.
En la porción que hemos leído, encontramos el relato
del primer milagro de Jesús.
Jesús
escogió una fiesta de bodas para realizar su primer milagro.
Con ello el Señor demostraba lo hermoso que es a los
ojos de Dios el matrimonio.
También nos muestra la actitud social que Jesús
tenía con el fin demostrar la autoridad que el Padre le había otorgado.
Los
novios habían invitado a Jesús para que participara en la boda.
Jesús debería de ser no solo el invitado de honor a
la boda sino el permanente participante del hogar.
Cuando Jesús es el centro del hogar, es cuando se alcanza la felicidad.
Cuando las personas no invitan a Jesús a su vida
matrimonial, el matrimonio empieza a perder su valor.
María
reconoció la Autoridad de Jesús.
Juan 2:3-5 Durante la
celebración, se acabó el vino, entonces la madre de Jesús le dijo: —Se quedaron
sin vino. (4) —Apreciada mujer, ése
no es nuestro problema —respondió Jesús —. Todavía no ha llegado mi
momento. (5) Pero, su madre les dijo a los sirvientes: «Hagan lo que él les diga».
María reconociendo el origen divino de su Hijo
recurre a él en medio de la necesidad.
Quizá quería que el mostrara su divinidad de una vez
por todas.
Por eso Jesús le respondió de una manera directa y
contundente.
María reconoce la Soberanía y la Autoridad de Jesús,
le dijo a los criados: “hagan lo que él
les diga”
Ella sabía que no podía por sí sola resolver aquella
situación, de manera que señalo a los hombres el camino para recibir un favor
del que es, el Hijo de Dios.
Hacer lo que le dijera, implica que la Autoridad y
la Obediencia a Jesús producirá la respuesta que necesitamos.
Cuando
obedecieron a Jesús se obró el milagro.
En
el versículo 11 encontramos el propósito de los milagros.
Juan 2:11 Esta señal
milagrosa en Caná de Galilea marcó la primera vez que Jesús reveló su gloria. Y
sus discípulos creyeron en él.
Primera mente se manifiesta su gloria.
Luego los discípulos confirman su creencia en él.
Escuche
esto Iglesia,
Más que resolver nuestras necesidades físicas o
materiales, Dios quiere darnos la salvación de nuestras almas.
Dichosos aquellos que cuando se enteran de un
milagro no solamente se quedan preguntando por los detalles, sino que también
terminan por obedecer, para que de esa manera puedan recibir el perdón que el
ofrece.
Veamos otro milagro que se efectuó en el
cambio de vida dispuesta a cambiar.
Juan 4:27-30 Justo en
ese momento, volvieron sus discípulos. Se sorprendieron al ver que Jesús
hablaba con una mujer, pero ninguno se atrevió a preguntarle: «¿Qué quieres de
ella?» o «¿Por qué le hablas?». (28) La mujer dejó su cántaro junto al pozo y
volvió corriendo a la aldea mientras les decía a todos: (29) «¡Vengan a ver a
un hombre que me dijo todo lo que he hecho en mi vida! ¿No será éste el
Mesías?». (30) Así que la gente salió de la aldea para verlo.
El evangelio de Juan presenta
la continuación de la entrevista que tuvo lugar entre Jesús y la mujer de
Samaria.
De
manera sorpresiva se originó un cambio grande en la conducta de esta mujer.
Este
cambio se debía a la conversión que había tenido lugar en su corazón.
Toda
persona que se acerca con esta misma sinceridad a Cristo, no dejara de
experimentar esta gloriosa transformación.
Examinemos los detalles que se
presentaron en el cambio de vida de esta mujer.
Estoy
seguro que al examinar este milagro, producirá en ustedes el ánimo para que
tengan un cambio semejante.
La conversión Transforma el corazón de los HOMBRES que desean obedecer
la voluntad de Dios.
Juan 4:28 La mujer dejó su cántaro junto al pozo y
volvió corriendo a la aldea
Cuando la mujer recibió el milagro Salvador.
La gracia de Dios absorbe totalmente la vida de una persona
convertida.
La mujer había ido a traer agua en su cántaro pero cuando
se convirtió, se olvidó por completo del agua y abandono su cántaro junto al
pozo para ir a la ciudad.
¿Qué representaba para ella el cántaro que
llevaba?
Lo que ocurre en esta escena, es que la mujer dejo de
confiar en su cántaro de agua.
Y empieza a confiar solo y únicamente en Jesús, el Hijo de
Dios.
Todos nuestros deseos y preocupaciones humanas
pierden su valor cuando Jesús se aparece en nuestra vida para quedarse
eternamente.
Pero miremos que ocasiona este milagro.
Cuando uno se convierte verdaderamente en hijo de Dios, la
persona convertida se interesa por compartir su nueva fe con aquellos que les
rodea.
Esta mujer de Samaria, invitaba
a todos a que vinieran a conocer a Jesús.
La experiencia de la Salvación había sido tan grande para
ella, que no podía dejar de decir lo que Jesús, el Hijo de Dios, significaba
para ella.
En el versículo 30 leemos: Juan 4:30 Así que la gente salió de la aldea para verlo.
Esto
quiere decir que el testimonio de esta mujer impacto en los que la escucharon.
Por eso nuestro testimonio debe ocasionar un gran impacto,
ante los demás.
Ya que nuestra vida debe reflejar, el testimonio de una
vida cambiada.
La mujer hablo con mucha convicción a sus vecinos, que
ellos no dudaron en venir con ella a pesar del pasado que le conocían. “Juan 4:30 Así que la
gente salió de la aldea para verlo”.
Las palabras de la mujer provocaron una conmoción en
Samaria, de tal manera que:
“Muchos de ellos creyeron en Cristo por la palabra de
la mujer” (v. 39)
“Vinieron los Samaritanos a Jesús” (v. 40)
“Creyeron muchos más por la palabra de Jesús” (v. 41)
El arrepentimiento hace nuevos a los hombres y a las
mujeres.
Para ellos todos sus deseos y aspiraciones cambian por
completo.
Si andamos en la búsqueda de algo nuevo y diferente en
nuestras vidas, no dudemos en ir directamente a Cristo, quien nos concederá la
bendición de una vida cambiada.
Veamos un último milagro.
Lucas 5:17-25 Cierto
día, mientras Jesús enseñaba, algunos fariseos y maestros de la ley religiosa
estaban sentados cerca. (Al parecer, esos hombres habían llegado de todas las
aldeas de Galilea y Judea, y también de Jerusalén). Y el poder sanador del
Señor estaba presente con fuerza en Jesús. (18) Unos hombres llegaron
cargando a un paralítico en una camilla. Trataron de llevarlo dentro a donde
estaba Jesús, (19) pero no pudieron acercarse a él debido a la multitud.
Entonces subieron al techo y quitaron algunas tejas. Luego bajaron al enfermo
en su camilla hasta ponerlo en medio de la multitud, justo frente a Jesús. (20)
Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al hombre: «Joven, tus pecados son perdonados». (21) Pero los fariseos
y los maestros de la ley religiosa decían para sí: «¿Quién se cree que es? ¡Es
una blasfemia! ¡Sólo Dios puede perdonar pecados!». (22) Jesús supo lo que
pensaban, así que les preguntó: «¿Por
qué cuestionan eso en su corazón? (23) ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados
son perdonados” o “Ponte de pie y camina”? (24) Así que les demostraré que el
Hijo del Hombre* tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados».
Entonces Jesús miró al paralítico y dijo: «¡Ponte de pie, toma tu camilla y
vete a tu casa!». (25) Al instante, delante de todos, el hombre se levantó de
un salto, tomó su camilla y se fue a su casa alabando a Dios.
¿Qué
podemos notar en esta escena?
Primeramente vemos que se habían reunido varias
personas con el propósito de escuchar a Jesús, y otros con el propósito de
criticarlo.
Toda la casa estaba totalmente llena de personas de
todas las clases.
Pero
la escena cambia cuando un hombre intenta entrar al lugar donde se encontraba
Jesús, con el fin de obtener un milagro.
Este personaje paralitico que menciona la palabra de
Dios, no podía entrar para recibir ese milagro del Hijo de Dios.
Pero lo más importante es que tampoco se dio por
vencido a pesar de la multitud que impedía que el llegara a su objetivo.
Seguramente los hombres que traían al paralitico,
empezaron a analizar todo su entorno, hasta que hallaron una solución.
Ellos encontraron una escalera que los conduciría al
techo donde exactamente en el lugar de debajo de dicho techo se encontraba
Jesús.
Estos cuatro hombres que traían al
paralitico no desistieron en ningún momento.
Ellos tenían fe, al igual que el paralitico.
Ellos sabían en su corazón que algo
bueno iba a suceder ese día.
Iglesia, cuando un hijo de Dios, desea
y anhela recibir un milagro, este no conoce la derrota y jamás desistirá del
milagro que Dios le ha anunciado en su corazón.
Muchas veces hemos encontrado puertas cerradas, que
nos están diciendo, “Hasta aquí
llegaste”, pero
Dios, nos dice HOY, en nuestro corazón.
SIGUE ADELANTE, NO TE DETENGAS AHORA, PORQUE TU MILAGRO ESTÁ A
TU VISTA.
MIRALO. NO DECAIGAS. SIENTELO, ES TUYO.
Cada vez que te digan que no puedes.
Entonces busca tu propia escalera. SUBE Y ROMPE EL
TECHO.
Iglesia ese techo es lo que te separa
de tu milagro.
Esa multitud, no te dejara pasar.
La multitud son los problemas y el
techo es la sombra que no te dejara ver lo que Dios ya te ha dado.
La palabra de Dios nos dice que hay muchísima gente
religiosa, (fariseos) que no permitirán que tú obtengas tu milagro, incluso van
a impedir que entres al Reino de Dios.
Y lo peor de todo es que también impedirán que otros
entren.
El paralitico, no comió de cuento.
Él
sabía que su milagro estaba a pocos metros.
Él
sabía que existían muchos obstáculos.
Pero el tenia bien clarito que su bendición no se la
iba arrebatar el diablo. Por eso no
claudico.
Al contrario, se animó más a seguir adelante, por la
fe que él tenía en Jesús, el Hijo de Dios.
Escúchame
esto iglesia amada.
Muchas veces somos nosotros los que nos ponemos los
techos sobre nuestra cabeza.
Y caminamos como si tuviésemos un andamio repleto de
cemento y piedras que no nos dejan levantar la cabeza.
Pero
ya está bueno.
Usted deje de estar todo el tiempo discutiendo y Busque las
alternativas.
Invierta su tiempo en tu propio crecimiento
espiritual, mediante la palabra de Dios.
Atrévete a romper tus propios límites para que
puedas traspasar de lo físico a lo espiritual.
Recuerde que usted y yo, tenemos todos los dones
dentro de nuestro cuerpo, y ese gran potencial que tenemos oculto, debemos
sacarlo y decirle a Dios, HEME AQUÍ; USAME A MI.
Iglesia,
a la gente no le importa por lo que tu estas pasando.
El paralitico no podía entrar, y a las personas les
daba igual si este se quedaba o se iba.
La razón es muy clara, ellos también tienen sus
propios problemas.
Pero la diferencia fue que el paralitico no se quedó
quieto; Su
fe lo llevo más allá.
Y
su recompensa, fue su milagro.
Tu
milagro está cerca, pero abecés no lo quieres ver, ni sentir. Te da MIEDO.
Estos cuatros
hombres que llevaban al paralitico, tenían decisión.
Primero se pusieron de acuerdo para ir a la casa del
paralitico.
Armaron una camilla para transportarlo hacia donde
estaba Jesús.
Encontraron un obstáculo, pero hallaron una
solución.
Después que subieron al techo, volvieron a encontrar
otro obstáculo, pero lo solucionaron al romper el techo.
Después que rompieron el techo, encontraron otro obstáculo.
--- ¿Cómo lo
bajamos?
Así
que buscaron y hallaron la solución.
Una cuerda fue la solución para
recibir el milagro, a pesar de todos los problemas.
Tú tienes tu milagro allí.
El paralitico ni siquiera abrió su boca para recibir
el milagro.
Dios conoce el corazón de las
personas.
Si tu corazón está limpio y fuera de toda suciedad; Tu milagro está allí.
Yo
dije: Tu milagro está allí.
Iglesia,
es hora de que reclames tu milagro.
Entrégate más a Dios; Búscalo con amor inagotable.
Cierra tus oídos al necio y ábrelo para la palabra
de Dios.
Si realmente te consideras un hijo
de Dios, demuéstralo.
Has su voluntad y sométete a su obediencia.
Solo
así podrás ver tu milagro.
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante.
Bendiciones a mis hermanos en la fe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario