EL CIELO
Gracia y
Paz para todos mis hermanos en la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo,
el cordero inmolado que hoy se encuentra sentado a la diestra de su Padre, y
que al sonar de la séptima trompeta vendrá a juzgar a este mundo y su maldad.
Apocalipsis 21:1 Entonces vi un cielo nuevo y una
tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido y
también el mar. (2) Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del
cielo desde la presencia de Dios, como una novia hermosamente vestida para su
esposo.
En el N.T. el Cielo se representa
casi siempre por medio de símbolos o figuras.
Pero que representa el cielo para
el cristiano nacido de nuevo.
Primeramente
representa alivio: ¿Pero
alivio en qué?
Alivio del pecado,
Alivio del cuidado,
Alivio de la pérdida,
Alivio de la tristeza,
Alivio del trabajo pesado y
extenuante;
Alivio de todo lo que marchita y
maldice nuestra vida en la Tierra.
Como
segunda medida el Cielo representa la recompensa:
En los primeros capítulos de
Apocalipsis, los galardones del Cielo están presentados bajo numerosas formas:
El pilar en el templo de Dios sugiere la
estabilidad;
El derecho de entrar por las puertas
de la ciudad sugiere el privilegio;
Las vestiduras blancas son símbolo
de pureza, santidad y felicidad;
La piedra blanca simboliza la intimidad de la relación con Cristo,
Las palmas son señal de la victoria
que los redimidos han alcanzado sobre el pecado, la tristeza y la muerte.
El hecho de que Dios limpie todas
las lágrimas de nuestros ojos es una declaración exquisitamente tierna y
sublime de consuelo para los afligidos.
Como
tercera medida el Cielo para el verdadero cristiano es una realización:
Sin duda, muchas vidas que ahora
están quebrantadas y desesperadas encontrarán la realización de sus ideales en
la vida venidera, si estas aceptan verdaderamente a Cristo y caminan en la
fidelidad y obediencia del Padre.
Como
cuarta medida el Cielo se nos presenta como un lugar de intensa actividad:
Es decir que los redimidos servirán
a Dios, todo el tiempo en su templo.
Dice la palabra de Dios: Apo.22:3 Ya no habrá más maldición sobre ninguna cosa, porque allí
estará el trono de Dios y del Cordero, y sus siervos lo adorarán.
El Cielo, como realización es un
lugar de actividad gozosa, sin fatiga, en un ambiente perfectamente agradable.
En
otras palabras es un eterno crecimiento a la semejanza de Dios
Es
un eterno conocimiento de su infinidad,
Es
una eterna acción y el gozo correspondiente, para todo hijo de Dios.
Finalmente
el Cielo, es un lugar con fundamentos:
Hebreos 11:10-11 Abraham esperaba
con confianza una ciudad de cimientos eternos, una ciudad diseñada y construida
por Dios.
Pero ¿porque
esperaba Abraham esa ciudad diseñada y construida por Dios?
Porque dice la
palabra: Hebreos
13:14 Pues este mundo no es nuestro hogar permanente; esperamos el hogar
futuro.
Jesús
el Hijo de Dios, dijo:
Juan
14:2 En el hogar de mi Padre, hay lugar más que suficiente.* Si no fuera así,
¿acaso les habría dicho que voy a prepararles un lugar?*
Esta será la suerte de los que
llevan la señal de Dios en sus frentes el semblante radiante, porque la
presencia del Espíritu Santo en el corazón no puede ocultarse.
He aquí la señal que todo cristiano
debe tener escrita en su rostro:
Apoc.3:12 A todos los que salgan vencedores, los haré columnas
en el templo de mi Dios, y nunca tendrán que salir de allí. Yo escribiré sobre
ellos el nombre de mi Dios, y ellos serán ciudadanos de la ciudad de mi Dios,
la nueva Jerusalén que desciende del cielo y de mi Dios. Y también escribiré en
ellos mi nuevo nombre.
Recordemos
que nadie podrá entrar en el Cielo, a menos que su nombre esté escrito en el
Libro de la Vida.
Es
posible tener conocimiento de la gloria y, no obstante, estar perdido.
Pero si creemos y caminamos en la
obediencia y en la fidelidad de nuestro Padre celestial, entonces por medio de
Jesús, podemos poner toda nuestra confianza en él, de tal manera que seremos
instantánea y eternamente salvos del pecado.
Nuestras transgresiones a la ley
divina serán perdonadas,
Nuestro entero ser moral será
libertado, limpiado y reconstruido;
Toda barrera que nos separa de Dios
será removida.
Si
tan solo creemos y caminamos en la obediencia de Dios, por medio de su Hijo
Jesús.
En otras palabras el Señor hará que
seamos su tabernáculo, y él será el consuelo y gozo de nuestra vida.
Así
mismo, en el poder de su fortaleza tendremos la superioridad sobre todo enemigo
espiritual, y día por día tendremos una vida más plena y una libertad más
gloriosa.
Escuche
y ponga atención a esto:
Cuando lleguemos al margen del río
de la muerte, sus aguas oscuras serán divididas, y nos abrirán un pasaje que
nos conducirá a la ribera resplandeciente de aguas cristalinas.
Y
cuando nos acerquemos a la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y
constructor es Dios, las puertas de perla se abrirán de par en par; y al pisar
sobre el pavimento de oro dentro de las murallas de jaspe, el mismo amante y
benigno Jesús nos saludará y recibirá con toda señal de bienvenida.
Es
decir: Que seremos vestidos con un manto hermoso y resplandeciente.
Nos coronará con honor
imperecedero, y nos conducirá al asiento de su propia diestra.
Sera allí, donde estaremos
sentados; y todo el tiempo reinaremos inmortalmente con Cristo.
Ahora
cuando llegue ese momento debemos tener muy presente que en el cielo no habrá
noche.
Apoc.22:5 Allí no existirá la noche
—no habrá necesidad de la luz de lámparas ni del sol —porque el Señor Dios
brillará sobre ellos. Y ellos reinarán por siempre y para siempre.
Uno de los propósitos de Dios es
que sepamos mientras vivimos en esta Tierra lo que Él ha preparado para
aquellos que le aman.
1Cor.2:9 A eso se refieren las Escrituras cuando dicen: «Ningún
ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente ha imaginado, lo que Dios
tiene preparado para quienes lo aman»
Así como un padre no permitirá que
un hijo vea un regalo de cumpleaños hasta que llegue el momento, Dios, ha
preparado para todos los que le aman cosas que son superiores a lo que pueda
concebir la mente humana, no permitirá que Sus hijos vean esas «cosas buenas» hasta
el día de la resurrección.
Por
eso es muy importante caminar en la obediencia y disciplina del Padre.
Dios
ha colocado a sus siervos para que estos puedan advertirles y al mismo tiempo
guiar a las ovejas, por medio de la palabra escrita, para que estas en
obediencia puedan tener un lugar privilegiado en el reino de Dios.
Cuando vemos la poderosa palabra de
Dios, y nos alimentamos fielmente de ella, es entonces y solo entonces que
podemos ver en la Escritura algunas cosas sobre el Cielo.
Nos dice que allí habrá ausencia de
muchas cosas.
No habrá más mar, no habrá más maldición,
ni más noche.
Ahora,
debemos saber que implica la ausencia de la noche.
Primeramente
indica que no habrá más sueño:
Algunos podrán objetar diciendo que
en ello no hay ninguna satisfacción.
Por la sencilla razón de que el
hombre después de una larga jornada de trabajo, desea disfrutar de un descanso,
es decir: durmiendo.
Algunos pensaran que sería algo
ilógico en el Cielo, si no hay ocasión de descansar.
Pero para el verdadero cristiano,
podemos responder que en el Cielo no habrá nada por lo cual sea imprescindible
dormir a menos que sea para deleite o necesidad personal.
En otras palabras, Allí no habrá
más fatiga.
Sin embargo, a pesar de que no
duerman, en el Cielo los cansados estarán descansando.
Segundo,
No habrá más temor:
Las personas tímidas se asustan más
fácilmente durante la noche.
Muchos hombres y mujeres han sido
encontrados muertos después de haber sufrido encierro en un lugar oscuro y
solitario.
La oscuridad de la noche tiene sus
efectos en varios grados de acuerdo al temperamento nervioso, en casi todas las
personas.
Aun la gente bien equilibrada puede
estar nerviosa y temerosa por la noche.
Pero en el cielo, las personas no
tendrán más temor.
Es decir que el temor no tendrá
lugar en el reino de Dios.
Ya que la luz de Dios, iluminara a
todos sus hijos.
Tercero,
No habrá más pecado:
En la noche se cometen más pecados
que en ningún otro momento del día.
Juan 3:19 Y esta condenación se
basa en el siguiente hecho: la luz de Dios llegó al mundo, pero la gente amó
más la oscuridad que la luz, porque sus acciones eran malvadas. (20) Todos los
que hacen el mal odian la luz y se niegan a acercarse a ella porque temen que
sus pecados queden al descubierto.
El
Apóstol Pablo dice:
1Ts 5:6-8 Así que manténganse en
guardia, no dormidos como los demás. Estén alerta y lúcidos. (7) Es en la
noche cuando la gente duerme y los bebedores se emborrachan. (8) Pero los
que vivimos en la luz estemos lúcidos, protegidos por la armadura de la fe y el
amor, y usemos, por casco, la confianza de nuestra salvación.
Ahora tengamos muy presente que en
la Ciudad celestial, No se le permitirá entrar en ella ninguna cosa inmunda, o
que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el
libro de la vida del Cordero.
Apoc.21:25 Las puertas nunca se
cerrarán al terminar el día porque allí no existe la noche. (26) Todas las
naciones llevarán su gloria y honor a la ciudad. (27) No se permitirá la entrada a ninguna cosa mala* ni tampoco a nadie
que practique la idolatrías y el engaño. Sólo podrán entrar los que
tengan su nombre escrito en el Libro de la Vida del Cordero.
En otras palabras, solo entraran a
la Ciudad Celestial aquellos cristianos que caminaron fielmente y en obediencia
a la palabra de Dios, haciendo constantemente la voluntad del Padre.
Y el Padre misericordioso, colocara
el nombre de cada uno de estos fieles cristianos, en el libro de la vida.
Los que no estén haciendo esto,
será atados y arrojados al fuego eterno.
Apoc.21:23 La ciudad no tiene
necesidad de sol ni de luna, porque la gloria de Dios ilumina la ciudad, y el
Cordero es su luz.
Esto escribió Juan, quien tuvo una
visión del Cielo.
El Hijo de Dios, Jesús, quien es
«la luz del mundo» ahora, también lo será del mundo que vendrá.
No
hay noche en el cielo.
En ese bendito mundo celestial, La
labor nunca podrá acarrear fatiga, Puesto que la labor consiste en amar.
Apo.22:5 Allí no existirá la noche
—no habrá necesidad de la luz de lámparas ni del sol —porque el Señor Dios
brillará sobre ellos. Y ellos reinarán por siempre y para siempre.
La escena a la cual se refiere el
texto bíblico nos indica y al mismo tiempo se excluye la noche y todo lo malo
que ella acarrea.
En este mundo de cambios y
contaminaciones no podemos esperar tener un medio ambiente puro y brillante.
Nuestra Tierra está poblada de
incertidumbre, de oscuridad y tempestades, de maldades y enemigos.
Debemos volver la espalda a estas
imaginaciones vanas y mirar hacia la gloriosa región espiritual del Edén de
Dios.
La
localización del Cielo se expresa en varias porciones de las Escrituras.
Se
le llama Paraíso o jardín.
Está representado por una ciudad,
como un Reino, o como un templo.
La declaración: No habrá allí más
noche.
Es porque en la noche es el tiempo
donde se presentan más los pecados.
En sentido figurado, la noche se
refiere a la oscuridad moral y espiritual.
La noche significa un tiempo de
adversidad, aflicción y pena.
En el Cielo no habrá noche ni
oscuridad.
Tampoco habrá noche de tristeza.
Tampoco habrá noche de pecado.
No habrá noche de oscuridad mental.
Tampoco habrá pena ni tristeza en
los Cielos.
En
otras palabras en el Cielo no existirá la noche de la muerte.
Todos los creyentes que recibieron
verdaderamente a Jesús, y caminan en la obediencia del Padre, deben alegrarse
por esta brillante perspectiva en medio de la oscuridad de esta Tierra.
A los pecadores les espera la
oscuridad, pero a los hijos de Dios, la Luz.
Así como no hay noche en el Cielo,
no hay día ni ninguna claridad en el abismo del infierno.
Por eso es importante que desde hoy
nos preparemos para entrar al Cielo.
El
Apóstol Pablo dijo:
Filipenses. 3:6-8 Era tan fanático
que perseguía con crueldad a la Iglesia. Y, en cuanto a la justicia, obedecía
la ley al pie de la letra. (7) Antes creía que esas cosas eran valiosas, pero
ahora considero que no tienen ningún valor debido a lo que Cristo ha hecho. (8)
Así es, todo lo demás no vale nada cuando se le compara con el infinito valor
de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a él, he desechado todo lo demás
y lo considero basura a fin de ganar a Cristo
1
Porque dijo el Apóstol estas
palabras y porque aplica a mi vida hoy.
Porque el Cielo es un lugar que ha
sido preparado.
Juan
14:2 En el hogar de mi Padre, hay lugar más que suficiente.* Si no fuera así,
¿acaso les habría dicho que voy a prepararles un lugar?*
2
Porque mi ciudadanía está allí.
Lucas
10:20
Pero no se alegren de que los espíritus malignos los obedezcan; alégrense
porque sus nombres están escritos en el cielo.
Filipenses
3:20
En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, donde vive el Señor Jesucristo.
Y esperamos con mucho anhelo que él regrese como nuestro Salvador.
3
Porque Yo voy a estar donde Él está.
Juan 14:3 Cuando todo esté listo,
volveré para llevarlos, para que siempre estén conmigo donde yo estoy.
4
Porque Voy a estar con Él para
siempre.
1Ts 4:17 Luego, junto con ellos,
nosotros los que aún sigamos vivos sobre la tierra, seremos arrebatados en las
nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Entonces estaremos con el
Señor para siempre.
5
Porque allí voy a encontrar a Dios,
y Porque se me ha dicho que me prepare para encontrar al Señor.
Amó 4:12 »Por lo tanto, yo traeré
sobre ustedes los desastres que he anunciado. Pueblo de Israel, ¡prepárate para
encontrarte con tu Dios en el juicio!».
6
Porque tendré que dar cuentas a Él.
2Co 5:10 Pues todos tendremos que
estar delante de Cristo para ser juzgados. Cada uno de nosotros recibirá lo que
merezca por lo bueno o lo malo que haya hecho mientras estaba en este cuerpo
terrenal.
7
Porque tengo respeto por su
recompensa.
Hebreos 10:35 Por lo tanto, no
desechen la firme confianza que tienen en el Señor. ¡Tengan presente la gran
recompensa que les traerá!
8 Porque ahora es el tiempo para prepararse.
Mat 6:19-21 »No almacenes tesoros
aquí en la tierra, donde las polillas se los comen y el óxido los destruye, y
donde los ladrones entran y roban. (20) Almacena tus tesoros en el cielo, donde
las polillas y el óxido no pueden destruir, y los ladrones no entran a robar.
(21) Donde esté tu tesoro, allí estarán también los deseos de tu corazón.
9
Porque nuestra esperanza nos
purifica.
1Jn 3:3 Y todos los que tienen esta
gran expectativa se mantendrán puros, así como él es puro.
Esta
purificación nos convierte en vasos de honor.
2Ti 2:21 Si te mantienes puro,
serás un utensilio especial para uso honorable. Tu vida será limpia, y estarás
listo para que el Maestro te use en toda buena obra. (22) Huye de todo lo que
estimule las pasiones juveniles. En cambio, sigue la vida recta, la fidelidad,
el amor y la paz. Disfruta del compañerismo de los que invocan al Señor con un
corazón puro.
Y
por último.
10 Porque no quiero ser avergonzado cuando vaya
al Cielo.
1Jn 2:28 Y ahora, queridos hijos,
permanezcan en comunión con Cristo para que, cuando él regrese, estén llenos de
valor y no se alejen de él avergonzados.
Permíteme
terminar este mensaje mostrándote algunos privilegios que los hijos de Dios
tendrán en el cielo.
Serán como los ángeles de Dios, sin
sexo, pero permanecerá el amor con aquellos a quienes amaron en la Tierra.
Alabarán a Cristo. Como su salvador.
Tendrán el privilegio de mirar a
Dios cara a cara.
Tendrán el privilegio de servirle
(Ap. 22:4).
Este servicio les permitirá
glorificar a Dios en diversidad de lugares celestiales (Ef. 1:12, 3:10).
Algunos,
no todos vendrán a ser sus representantes con autoridad.
Luc
19:17 »“¡Bien hecho! —exclamó el rey —. Eres un buen siervo. Has sido fiel con
lo poco que te confié, así que como recompensa serás gobernador de diez
ciudades”.
Este
privilegio dependerá de la fidelidad presente de cada uno de nosotros.
Lucas 16:10-13 »Si son fieles en
las cosas pequeñas, serán fieles en las grandes. Pero, si son deshonestos en
las cosas pequeñas, no actuarán con honradez en las responsabilidades más
grandes. (11) Y, si no son confiables con las riquezas mundanas, ¿quién les
confiará las verdaderas riquezas del cielo? (12) Y, si no son fieles con las
cosas de otras personas, ¿por qué se les debería confiar lo que es de ustedes?
(13) »Nadie puede servir a dos amos. Pues odiará a uno y amará al otro; será
leal a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y al dinero».
Iglesia el entrar al cielo es el
único objetivo que puede tener el hombre en esta vida.
El Hijo de Dios, hará de nosotros
un reino de sacerdotes para Dios.
Por eso mientras estemos en este
cuerpo y vivamos temporalmente en esta tierra, A Él sea toda la Gloria, y todo
el Poder por Siempre y para Siempre. Amen.
Gracia
y Paz.
Pastor
y Administrador, Rogers infante.
Bendiciones.
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