LAS PROMESAS DE DIOS.
Gracia
y Paz
Padre,
gracias por Tu amor incesante y por todas las bendiciones que hasta
hoy nos has
proveído al permanecer en Jesús, tu hijo amado. Amen.
En este mensaje, vamos hablar sobre
la obediencia y bendición.
Busquemos en la palabra de Dios:
Levítico 26:3-4 »Si siguen mis decretos
y se aseguran de obedecer mis mandatos, les enviaré las lluvias de temporada.
Entonces la tierra les dará sus cosechas y los árboles del campo producirán su
fruto.
¡Qué
pasaje tan bello!
¡Qué
bella colección de promesas!
Dios nos muestra en estos versículos
que debemos caminar en los estatutos del Señor, y no en la luz de los
pensamientos que brotan de las personas que no se someten a su voluntad.
Recordemos que el pueblo de Dios se
deleita en hacer su voluntad.
Por eso la palabra de Dios debe ser
guardada, no como el avaro guarda su oro, acumulando para la inutilidad, sino
como el guerrero guarda su espada.
Tenga en cuenta que no es sabio el
que meramente escucha, sino el que pone sus palabras por obras.
Mateo 7:24. Todo el que escucha mi
enseñanza y la sigue es sabio, como la persona que construye su casa sobre una
roca solida.
Ahora, cuando Dios les pidió que guardaran Sus
mandamientos, no se estaba refiriendo sólo a los diez mandamientos.
Él
sabía que la naturaleza humana caída, con su inherente tendencia a la
autosuficiencia, nunca podría guardarlos.
No
sólo significaba los diez mandamientos sino que también todas las provisiones
para la redención que estaban proveídos con ellos:
Las
ofrendas, los sacrificios, las purificaciones, las sanaciones, y todas las
otras provisiones que apuntan a Jesucristo.
En otras palabras: “Si caminas frente a mí”, dijo,
“usando las provisiones que les he hecho disponibles para limpiarlos del pecado y la rebelión de vuestro
corazón, entonces las bendiciones serán vuestras”.
Tenga en cuenta que las bendiciones que Dios nos provee, estas son multiplicadas.
Hay
un equivalente para cada uno de estos en la vida espiritual hoy.
Dios
significó esto materialmente para Su pueblo,
Pero
también es un reflejo de las bendiciones espirituales que son nuestras en
nuestra vida hoy.
Así
que este pasaje tiene una aplicación directa para nosotros.
Esa aplicación las encontramos el las
promesas que Dios nos ha dado.
¿Y cuáles son esas promesas?
Veamos:
La primera promesa es fecundidad.
Dios
dijo: “La tierra dará su fruto”.
Es
decir que tu vida será fructífera.
Y si
tu vida es fructífera, entonces usted será una bendición para otros.
Recuerde que un dia, alguien sembró
una semilla en usted.
Y si la sembró, entonces usted es una
tierra que tendrá que dar frutos.
La pregunta es: ¿Esta usted dando
frutos?
Tenga muy presente que el fruto
depende de nuestra relación con Dios, ya que de Él, procede todo fruto.
La Segunda promesa nos dice que
habrá un suministro completo:
Lev 26:5 La temporada de la trilla continuará aun
después del comienzo de la cosecha de la uva, y la cosecha de la uva continuará
aun después de la temporada de la siembra del grano. Comerán hasta saciarse y
vivirán en seguridad dentro de su tierra.
En otras palabras, Dios nos está diciendo claramente
que tendremos todo lo que necesitamos.
Es decir: cada recurso que necesitemos, Dios nos lo proveerá.
Si soy tierra fértil, entonces aunque
llegue la sequía, seguiré dando frutos.
Y no padeceré necesidad alguna ya que
Dios me sustentara por medio de cristo.
Cuando una cosecha se escaseé,
iniciara otra sin que la primera termine.
Es decir que los frutos que llevo por
medio de la palabra de Dios, siempre alimentaran al necesitado, sin desatender
al anterior.
La Tercera promesa, nos habla de
que tendremos paz y reposo.
Lev 26:6 »Les daré paz en la tierra y podrán dormir sin temor alguno.
Libraré la tierra de animales salvajes y mantendré a sus enemigos fuera del
país.
Es
decir que ningún enemigo que venga en contra de nosotros, nos podrá oprimir o
llevarnos cautivos.
Ya
que Dios nos ha prometido, que seremos protegidos, si permanecemos en
obediencia y fidelidad a su lado.
Es decir:
El estar a su lado nos brinda la seguridad perpetua de vivir en paz y
tranquilidad.
Esa tranquilidad es muy importante
para el desarrollo del crecimiento espiritual del cristiano, ya que nos ayuda a
compenetrarnos mas en la comunión con nuestro padre celestial, a través de
Jesús.
El secreto de darnos paz y reposo
reside en ser serenamente obediente a su santa voluntad.
Es decir que en lugar de ansiedad y
fatiga hay paz y reposo.
Salmo 23:2. En verdes prados me deja
descansar, me conduce junto a arroyos tranquilos.
La cuarta bendición es aumento.
Lev 26:9 »Los miraré con agrado, los haré fértiles
y multiplicaré su pueblo. Cumpliré mi pacto con ustedes.
Es
decir que nuestra vida afectará las vidas de otros, ya que Dios nos hará
fructíferos en todo lo que hagamos, y las demás personas que estén con
nosotros, en el camino que Dios ha escogido para cada uno de nosotros, se verán
bendecidas también por los frutos multiplicados por Dios ante nosotros.
Dicho de otra manera, Encontraremos que el alcance de nuestra
influencia espiritual, se extienda hasta llegar a dimensiones más grandes,
donde nuestros hermanos en cristo, se beneficien también de las bendiciones.
Las viejas bendiciones no serán
atesoradas debido a la cantidad y grandeza de las nuevas.
En otras palabras, el viejo grano de
nuestra experiencia espiritual será empleado con liberalidad debido a la
abundancia del nuevo.
Es decir que tendremos un alma mas
saludable.
La Quinta bendición nos dice que
tendremos un sentido de la presencia divina de Dios, por nuestra comunión con Él.
Levítico 26:12 Caminaré entre
ustedes; seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo.
En
esta promesa Dios nos dice claramente que tendremos un sentido de comunión
íntima con Él.
Es decir, que todo esto está garantizado por
el carácter de Dios.
Así
como Dios líbero a Israel de la tierra de Egipto, así mismo nuestro Dios, que
es el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, camina de entre nosotros por medio de su
hijo Jesús, el cual vive hoy en día, en aquellos que le hemos recibido con amor
y fidelidad.
Por
eso cuando vemos que las circunstancias de este mundo intentan agobiarnos, Dios
es el que acude a nosotros, por medio de Jesús, para decirnos. “
Isaías 41:10 No tengas miedo, porque yo estoy contigo; no te
desalientes, porque yo soy tu Dios. Te daré fuerzas y te ayudaré; te sostendré
con mi mano derecha victoriosa.
Dicho de otra manera, su presencia
con nosotros es la prenda de la prosperidad, del progreso, de la protección, de
la pureza y del poder.
Nuestro testimonio nunca quedará
silenciado por el terror, ni azotado por calentura (v.16).
Tenga presente que si usted está
caminando en obediencia y fidelidad ante Dios, mayor es el Espíritu de Cristo
en nosotros que el espíritu del
Anticristo que está en el mundo. (1Jn.4:4).
La Sexta promesa da lugar, de
liberar y de exaltar.
Es decir: Hacer que el pueblo de Dios “ande erguido”.
En otras palabras, Dios nos está informando, el cómo
deben de andar y vivir los hombres y las mujeres de hoy.
Dios
en todo tiempo nos está educando por medio de su palabra.
Y lo
hace porque sabe que hay un remanente dispuesto a darlo todo por amor a su hijo
Jesús.
Entonces
lo menos que podemos hacer nosotros como hijos adoptivos por Dios, es
obedecerlo en todo cuanto él nos mande y hacer en su palabra.
Ese
es el tipo de Dios que es, y lo que está en su palabra, Él dice que hará.
Estas
bendiciones encuentran su equivalente en nuestras propias vidas en términos de
la efectividad espiritual y de la productividad que Dios producirá, si tomamos
de la provisión que ha hecho para nosotros en Jesucristo y si tratamos honesta
y abiertamente con Él.
Eso es todo lo que Dios pide.
No
nos pide que seamos inmaculados; nos pide que seamos honestos.
Nos
pide que no nos engañemos a nosotros mismos.
Nos
pide que no intentemos fingir, lo que no somos.
En otras palabras Jamás te presente ante
Dios, con una cara falsa.
Y nunca llegues hasta el, con una
pared detrás de la cual nos escondemos.
Dios
conoce las máscaras que algunos se ponen, para llegar a su presencia.
Pero
Dios sabe de ante mano que esas personas falsas, no obtendrán nada de Él.
Lo que Dios desea es que siempre
seamos honestos y abiertos en sinceridad.
Pero que esa sinceridad no nos excuse
de nuestra responsabilidad para con la Iglesia.
Dios nos ha dado unas ordenanzas y
unos mandamientos que debemos cumplir a cabalidad y sin reproches.
Ya que de esa manera podemos recurrir a los recursos que nos
ha prometido y al mismo tiempo amarlo por medio de Jesucristo, su hijo.
Amada Iglesia,
Las
bellas promesas físicas que Dios hace tienen un equivalente espiritual multiplicado
por seis para nosotros en el Señor Jesucristo.
Y lo
hace porque, en Jesús tenemos fuerza, esperanza y bendición.
Cuando
unimos estos tres factores indispensables para la vida cristiana, el resultado
es vida eterna.
Y esa vida esta únicamente en
Jesús, el hijo de Dios.
Ya
para finalizar, les dejare una pregunta, que solo usted podrá responder en su
interior.
¿Está
usted reclamando por fe en Él, para Su gloria y también para nuestro júbilo?
Gracia y Paz
Pastor y administrador Rogers
Infante
Que Dios derrame Bendiciones a mis
hermanos en la fe.
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