LA DEPRESION Y SU SOLUCION
¿Qué nos enseña la Palabra de Dios sobre
la depresión?
Cuando analizamos exegéticamente un texto
bíblico, podemos ver que dentro de sus palabras arroja mucha luz, y en especial
mucho consuelo, a los que sufren una depresión.
Al ver la biografía de los patriarcas bíblicos, es
difícil encontrar en toda la Biblia un solo personaje que no haya atravesado la
angostura del valle o la oscuridad del túnel de la depresión.
A unos los encontramos en forma de depresión,
tales como: Elías
1R.19:1-18 y Jeremías.20.
Otras veces en forma de duda (Habacuc, Juan el
Bautista).
Y otros casi siempre con profundas experiencias
de soledad y frustración (David, Pablo).
Al descubrir esta larga lista de personajes
bíblicos de la fe pasando por duras pruebas emocionales, nuestros ojos se abren
a una conclusión realista: estos hombres y mujeres fueron gigantes en la fe,
sí, pero también hombres de carne y hueso.
Es decir hombres sujetos a pasiones y sufrimientos,
semejantes a las nuestras.
Santiago 5:17 Elías era tan humano
como cualquiera de nosotros; sin embargo, cuando oró con fervor para que no
cayera lluvia, ¡no llovió durante tres años y medio!
Y ello es así porque Dios, en su soberanía
misteriosa, se vale de vasos de barro y no de oro, vasijas frágiles, por cuanto
«el poder de Dios se perfecciona en la debilidad.
Dijo el Apóstol Pablo:
2Corintios 12:9-10 Cada vez él me
dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la
debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el
poder de Cristo pueda actuar a través de mí. Es por esto que me deleito en mis
debilidades, y en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades
que sufro por Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte.
Dios permite sombras en sus mejores instrumentos
para que solo su nombre resplandezca. La depresión se presenta, por tanto, con
mucha naturalidad en la Biblia.
Veamos a Moisés.
Y analicemos en detalle una de las crisis más
destacadas de Moisés, el hombre escogido por Dios para ser guía del pueblo de
Israel.
Este gran
hombre de fe, un verdadero modelo de quien se dice que experimentó la depresión
con gran intensidad hasta el punto de querer morir.
Cansado de la desobediencia y las quejas
constantes del pueblo, abrumado por el peso de la responsabilidad, sintiéndose
muy solo y agotado, su espíritu desfallece.
Números 11:11-15 y le dijo al
SEÑOR: —¿Por qué me tratas a mí, tu servidor, con tanta dureza? ¡Ten
misericordia de mí! ¿Qué hice para merecer la carga de todo este pueblo? ¿Acaso
yo los engendré? ¿Los traje yo al mundo? ¿Por qué me dijiste que los llevara en
mis brazos como una madre a un bebé de pecho? ¿Cómo puedo llevarlos a la tierra
que juraste dar a sus antepasados? ¿De dónde se supone que voy a conseguir
carne para toda esta gente? No dejan de quejarse conmigo diciendo: “¡Danos
carne para comer!”. ¡Solo no puedo soportar a todo este pueblo! ¡La carga es
demasiado pesada! Si esta es la manera como piensas tratarme, sería mejor que
me mataras. ¡Hazme ese favor y ahórrame esta miseria!
Este versículo es muy significativo para definir la depresión.
En primer lugar, Qué es lo que le pasaba a
Moisés, ya que los síntomas de su depresión son frecuentes.
En una etapa inicial Moisés interpela a Dios y
parece que le pide cuentas por su forma de actuar, incluso le reprocha que le
llamara a esta tarea.
Abundan los «por qué» que
reflejan la protesta y la confusión del gran líder.
Hasta cinco preguntas le formula Moisés a Dios.
Preguntas con un contenido netamente depresivo.
Observemos cómo se siente perjudicado y maltratado.
Esto son los pasos que presentan los sentimientos
típicos de la depresión cuando la mente distorsiona los hechos, tal como
veremos después, y ve la realidad mucho peor de lo que es.
La forma como se expresó Moisés,
indica que este hombre de Dios, necesita vaciar libremente todo lo que hay en
su corazón.
Es como una descarga del peso que le oprime.
Moisés no puede contenerse.
Necesita vaciar el enojo y la frustración contenidos en su corazón.
Las palabras de Moisés, y sobre todo su forma y tono, revelan irritabilidad.
Este es otro síntoma habitual en la depresión.
Es llamativo que Moisés, es considerado «el hombre más humilde
de toda la tierra» llegue a este extremo de irritabilidad.
Números 12:3 (Ahora bien, Moisés
era muy humilde, más que cualquier otra persona en la tierra).
Sus palabras duras, casi agresivas, contra el
pueblo, nos revelan a un hombre cansado, decepcionado, sin fuerzas para seguir
adelante.
La descarga de Moisés llega a su máxima intensidad cuando dice:
Números 11:12 ¿Acaso yo los
engendré? ¿Los traje yo al mundo? ¿Por qué me dijiste que los llevara en mis
brazos como una madre a un bebé de pecho? ¿Cómo puedo llevarlos a la tierra que
juraste dar a sus antepasados?
Apreciados hermanos, Moisés deja en ese momento el
deseo de abandonarlo todo.
Hoy
diríamos que le presenta su dimisión a Dios.
Sin embargo en el versículo siguiente la descarga
emocional empieza a dar sus frutos y ya es capaz de articular una queja más
razonada y concreta:
Números 11:13 ¿De dónde se supone
que voy a conseguir carne para toda esta gente? No dejan de quejarse conmigo
diciendo: “¡Danos carne para comer!”.
Observamos, por tanto, cómo Moisés tiene una gran necesidad de
vaciar su corazón, y lo más importante, presentarle a Dios sus cargas.
No podemos, sin embargo, omitir un hecho
importante.
Moisés le eleva una queja a Dios, porque este hombre le ha sido fiel y
obediente a Dios en todo.
En otras palabras: Moisés siempre le fue
obediente a Dios.
Tenga muy en cuenta que Moisés no se queja de o contra Dios, sino a Dios.
Aun en medio de su depresión, le habla a Dios
desde una posición de sumisión y lealtad.
No es pecado decirle a Dios cómo
nos sentimos, aunque nuestra protesta sea tan enérgica como la de Moisés.
El pecado radica más bien en la
amargura de corazón acumulada tras meses o años de silencio.
Silenciar nuestras cargas y dudas
es un excelente caldo de cultivo para las crisis de fe.
Otro síntoma típico de la depresión son los pensamientos distorsionados.
La manera de razonar, sentir y percibir la
realidad se altera profundamente en el sentido de verlo todo desde una óptica
pesimista y sin esperanza.
Estos pensamientos negativos son
característicos de la depresión y los vemos con gran claridad en este pasaje.
Moisés, confundido por su visión depresiva,
erraba en su valoración de Dios y en la evaluación de su trabajo.
En cuanto a Dios, pensaba que le había
abandonado e incluso que quería perjudicarle.
En cuanto a sí mismo, se sentía un fracasado.
La crisis va in crescendo hasta culminar con la
idea de muerte:
Números 11:15 Si esta es la manera
como piensas tratarme, sería mejor que me mataras. ¡Hazme ese favor y ahórrame
esta miseria!
Es un proceso que tiene su lógica.
Las ideas de fracaso, de inutilidad e incluso de
culpa injustificada llevan a Moisés a sentirse como en un callejón sin salida
en el que sólo la muerte parece una liberación.
Observe primero, Moisés dirigió su
hostilidad.
Es decir su queja
contra Dios; luego, contra el pueblo, y termina contra sí mismo.
Dicho de
otra manera: La tensión se había hecho
insoportable.
Moisés había perdido su autoestima, y fue
víctima clave en toda depresión.
Una persona en ese estado, conlleva a la pérdida
de toda esperanza.
Ante esta situación la única
salida que ve este patriarca amigo de Dios, es la muerte.
Puesto que no hay luz por ninguna parte, lo
mejor es desaparecer.
Moisés no
veía ninguna salida a su túnel.
Algunas personas con depresión grave pueden tener una experiencia similar a
la de Moisés en cuanto al deseo de morirse.
No olvidemos, en estos casos, que las
ideas de suicidio en la depresión son la consecuencia de una mente que anda
enferma, una mente incapaz de pensar nada positivo.
En este punto empezamos a entender que la
depresión es, muchas veces, una verdadera enfermedad que afecta a la mente, los
sentimientos e incluso la voluntad de física de la persona.
Escuche, la descarga emocional, el abrirle su
corazón a Dios sin reservas, le da a Moisés luz en cuanto a su problema.
Es decir: El hombre confundido de la primera etapa está ahora en
condiciones de ver su situación con más claridad.
Hasta el punto que él mismo llega a ver la causa
de su depresión:
Números 11:14 ¡Solo no puedo
soportar a todo este pueblo! ¡La carga es demasiado pesada!
Este punto es muy importante, ya que una vez que identificamos la causa de
nuestra depresión, podemos salir de esta.
El contexto anterior Números 11:1-10- nos ayuda a
entender la razones de su agotamiento.
Tenga muy presente que las repetidas quejas del
pueblo, murmurando sin cesar, habían llegado a agotar la paciencia de Dios
mismo.
Números 11:10 Entonces Moisés
escuchó los lloriqueos de las familias a la entrada de sus carpas y el SEÑOR se enfureció. Moisés
también estaba muy molesto,
Lo que estamos viendo
aquí es la tremenda tensión emocional de Moisés que acaba por minar su
resistencia física.
En otras palabras: Estamos ante una clara
depresión por agotamiento.
Ahí tenemos, deprimido y sin esperanza, al
siervo a quien Dios había confiado una misión muy especial.
Su misión consistía en conducir al pueblo por el
desierto, un desierto tan literal como metafórico.
La desobediencia del pueblo había agotado la
paciencia y la capacidad de resistencia de Moisés hasta llevarle a una
depresión profunda.
Pero
veamos ahora la respuesta de Dios.
Estando en este punto debemos examinar un
aspecto crucial del pasaje que es también clave para un adecuado tratamiento
del deprimido.
Nos preguntamos: ¿Cómo actúa Dios en una persona depresiva?
De inmediato veamos la respuesta que Dios le da
a Moisés:
Números 11:16-17 Entonces el SEÑOR
le dijo a Moisés: —Reúne delante de mí a setenta
hombres que sean reconocidos como ancianos y jefes de Israel. Llévalos
al tabernáculo* para que permanezcan junto a ti. Yo descenderé y allí hablaré
contigo. Tomaré del Espíritu que está
sobre ti y lo pondré sobre ellos también. Llevarán la carga del
pueblo junto contigo, y de esa manera no tendrás que soportarla tú solo.
Iglesia, en el momento más necesario, cuando
Moisés no puede más y desea la muerte, surge la palabra balsámica del médico
supremo.
Y es la misma palabra que Dios nos dice cuando estamos cansados.
Lo triste
es que algunos no la escuchan, sino que prefieren escuchar al mundo.
Dios sabía bien la causa del
estado de Moisés y la respuesta viene de la manera más adecuada.
En la forma en que Dios actúa en nosotros,
siempre veremos una salida.
Dios no
censura a Moisés por su depresión ni le trata ásperamente.
Observe que ni una sola palabra de
reproche sale de la boca del Señor.
Lo que vemos es que la comprensión
sustituye a la reprensión.
Dios se nos presenta como maestro de la simpatía
hacia el atribulado.
Lo que menos necesitaba Moisés en
aquel momento eran palabras de reproche.
A nosotros, humanamente, nos podría parecer que
Moisés merecía algún tipo de corrección.
Pero el «Señor es lento
para la ira y grande en misericordia.
Salmos 86:15 Pero tú, oh Señor,
eres Dios de compasión y misericordia, lento para enojarse y lleno de amor
inagotable y fidelidad.
Esta respuesta de Dios
constituye una iluminadora advertencia para los que se apresuran a emitir
juicios condenatorios o gestos de desaprobación cuando ven a un hermano como
caña cascada o vela que humea.
Isaías 42:3 No aplastará a la caña
más débil, ni apagará una vela que titila. Les hará justicia a todos los
agraviados.
Si queremos parecernos
a nuestro Maestro, haremos bien en imitarle.
Deje de estar imitando al mundo, e
imite mejor a Dios.
Imítelo con la misericordia,
la comprensión y la simpatía, ya que estas tres deben abundar mucho más que el
juicio severo, la reprensión o la condenación hacia el que sufre.
Tenga muy en cuenta que Dios
siempre nos provee de una salida.
La respuesta de Dios
no se limita a comprender a su siervo deprimido, sino que es sumamente
práctica. Y
moisés escucho a Dios.
Ese es el punto clave
en todo.
Hay creyentes que les
gusta ofender, maltratar, calumniar a sus líderes, pero cuando este intenta
romper esa franja negativa de estos creyentes, estos no escuchan, sino que se
esconden para seguir blasfemando.
Moisés escucho y obedeció.
Y Dios le proporciona la ayuda más asequible
para que Moisés pueda salir de la depresión.
El estado emocional de Moisés era muy parecido a
una ciudad asediada por el enemigo.
Lo más urgente es encontrar una salida que
alivie este cerco.
Pero la persona debe estar dispuesta a escuchar.
Moisés lo hizo.
Ahora, observemos
que Dios no le da una solución instantánea a Moisés, para que el problema
desaparezca de forma mágica.
No olvidemos que la palabra solución no aparece
en la Biblia ni una sola vez.
En cambio sí se nos promete lo que dice 1Corintios 10:13
1Corintios
10:13
Las tentaciones que enfrentan en su vida no son distintas de las que otros
atraviesan. Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que
puedan soportar. Cuando sean tentados, él les mostrará una salida, para que
puedan resistir.
Dios no cambió a Moisés por otro líder ni
siquiera le dio oportunidad para un tiempo de descanso.
El pueblo siguió siendo conflictivo; el peso de
la dirección seguía estando allí.
Pero algo muy importante sí cambió.
Dios le dio la salida precisa, le proporcionó los instrumentos adecuados
para afrontar la situación
Dios le pidió a Moisés Setenta ancianos del
pueblo para que lleven la carga con él.
Hermanos nunca olviden que Dios provee la salida adecuada en el momento
adecuado.
Ya para terminar este mensaje, tenga claro que
Dios no consideró un pecado la depresión de Moisés.
Si hubiese sido así, Dios le
habría apartado de tan estratégica responsabilidad.
Pero no lo hizo.
Lo que hizo Dios fue que le reafirmó en su tarea
con una frase luminosa y terapéutica.
Números 11:17…Tomaré del Espíritu
que está sobre ti y lo pondré sobre ellos también.
Una vez más Dios se nos revela como un exquisito
conocedor de la mente humana.
La autoestima de Moisés, tan deteriorada,
necesitaba una buena dosis de renovación.
Usted que me escucha hoy, también
necesita una buena dosis de renovación en su mente.
La frase “Tomaré del Espíritu que está sobre ti y lo pondré sobre ellos
también”
Implicaba dos grandes estímulos:
1)- Dios no se había olvidado de Moisés, su espíritu estaba todavía
presente en el líder del pueblo.
2)- ¡Dios no podía insuflar un espíritu alicaído y débil en los otros
ancianos!
Lo que vemos es que la lógica de Dios se hace
aplastante.
Dios le dijo: «Moisés, sigo creyendo y confiando en ti» este es el mensaje claro que Dios le transmite
con su decisión.
Moisés estaba en depresión, pero era capaz de entender este mensaje.
El trato amoroso y delicado de Dios surtió
efecto.
Moisés pudo salir del valle oscuro
de la depresión.
Los acontecimientos posteriores de su vida nos
muestran que esta crisis no fue estéril.
Sin duda Moisés pudo aprender valiosas lecciones
de esta dolorosa experiencia.
El autor de Hebreos nos revela dos de los grandes secretos de la fe de
Moisés:
Hebreos 11:26-27 Consideró que era
mejor sufrir por causa de Cristo que poseer los tesoros de Egipto, pues tenía
la mirada puesta en la gran recompensa que recibiría. Fue por la fe que Moisés
salió de la tierra de Egipto sin temer el enojo del rey. Siguió firme en su
camino porque tenía los ojos puestos en el Invisible.
Moisés, «Tenía la mirada puesta en el
galardón»
¿Dónde tiene usted
puesta su mirada?
Moisés, «Se sostuvo como viendo al
Invisible»
¿Cómo se sostiene
usted?
Muchas personas hoy
están temblando porque están obedeciendo a los falsos cristianos.
“Cristianos” fanáticos,
ecuménicos, fornicarios, adúlteros, mentirosos, blasfemos, apostatas y quien
sabe que otra porquería los invade.
Y usted los ve en las
cuatros paredes donde se congregan, alabando y orando.
De mi punto de vista
están alabando al diablo y orando a sus demonios.
Y Moisés trato con gente de esa misma calaña.
Pero Moisés, fue fuerte y puso toda su fe en
Dios.
¿Dónde tienes usted puesta su fe
realmente?
Esta doble expresión de la fe de Moisés es la
columna que le permitió salir victorioso con Dios en la hora oscura de su
depresión.
Haga usted lo mismo.
Afiáncese
en esa columna que se llama Jesús.
Amen.
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante.
Que Dios bendiga a mi familia y le bendiga a usted.
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