LA QUEJA y LA ORACION
Amado Dios, nunca
permitas que pase tiempo sin buscar tu perdón, afectando mi relación contigo.
Quiero desnudar mi corazón delante de ti y confesar mi pecado. Déjame
experimentar tu paz y el gozo de la reconciliación.
Señor abre mi corazón
para que siempre te vea en todo lugar, en todo tiempo, en todas las formas en
que tú escoges para manifestarte, en todas las circunstancias y sobre todo, que
te sienta en mi corazón donde viniste a morar desde el día en que creí y te
recibí. Amén."
Busquemos en la Palabra de Dios:
Salmo 32:1-5 ¡Oh, qué alegría
para aquellos a quienes se les perdona la desobediencia, a quienes se les cubre
su pecado! Sí, ¡qué alegría para aquellos a quienes el SEÑOR les borró la
culpa* de su cuenta, los que llevan una vida de total transparencia! Mientras
me negué a confesar mi pecado, mi cuerpo se consumió, y gemía todo el día. Día
y noche tu mano de disciplina pesaba sobre mí; mi fuerza se evaporó como agua
al calor del verano. Finalmente te confesé todos mis pecados y ya no intenté
ocultar mi culpa. Me dije: «Le confesaré mis rebeliones al SEÑOR», ¡y tú me
perdonaste! Toda mi culpa desapareció.
Cuando nos
enfrentamos adecuadamente al pecado por medio de la palabra de Dios, lo que
estamos haciendo es permitir que su Palabra nos examine y nos corrija.
Y cuando permitimos
realmente que seamos corregidos por la palabra de Dios, esto trae como
resultado paz a nuestro corazón y gozo al experimentar el perdón amoroso de
nuestro Padre celestial.
Pero cuando nos
mofamos de Dios pidiendo que nos perdone y seguimos haciendo la misma falta, lo
que estamos logrando con eso es burlarnos de Dios, poniendo a Satanás por
encima de Él, y esto trae como consecuencia vivir en la mentira, el ocultismo y
en el engaño.
Es decir,
que la persona que actúa así, al tratar de ocultar el pecado, llegaran a su
vida sentimientos de angustia y depresión que pueden llevarlo a la sequía
espiritual.
Dicho de otra manera,
estas personas cuando actúan así, caer más profundo de lo que estaban.
El salmista nos
motiva a confesar y descubrir nuestra iniquidad al Justo.
Porque esta actitud
de arrepentimiento verdadero, trae felicidad y paz al reconciliarnos con Dios.
El salmista decía: Mientras me negué a confesar mi pecado, mi
cuerpo se consumió, y gemía todo el día. Día y noche tu mano de disciplina
pesaba sobre mí;
Estas palabras nos
recuerdan a la persona que ha pecado.
A la persona que se
burla de Dios, mintiendo y fingiendo un arrepentimiento.
Y que al final del
día, se queja por su condición, pero no hace nada al respecto.
Hoy en
día existen muchos creyentes que están cargado de culpabilidad y se olvida de
lo más importante, confesar sus pecados verdaderamente, arrepentirse y orar.
La oración del
arrepentimiento verdadero, es suficiente para solucionar nuestra separación con
Dios por causa del pecado.
Dios siempre tendrá
un corazón dispuesto para escuchar y perdonar a los que realmente se
arrepienten.
Él es y será siempre misericordioso y bueno con los justos.
Brindará seguridad y bendición a los obedientes y fieles.
Por eso desde ya remplace usted sus quejas por confesión.
Tenga usted muy
presente que la respuesta inmediata de Dios es más grande que el problema del
pecado.
Su amor y juicio, permite
que seamos restaurados lo más pronto posible para con nuestra relación con Él.
Por eso el
arrepentimiento y la oración, es la clave para la solución de nuestros
problemas.
Cuando obedecemos
conscientemente la Palabra de Dios, y caminamos en obediencia y fidelidad, lo
que estamos logrando es que se vuelvan realidad los versos del 7-9 del salmo
32.
Salmo 32:7-9 Pues tú eres mi
escondite; me proteges de las dificultades y me rodeas con canciones de
victoria. El SEÑOR dice: «Te guiaré
por el mejor sendero para tu vida; te aconsejaré y velaré por ti. No
seas como el mulo o el caballo, que no tienen entendimiento, que necesitan un
freno y una brida para mantenerse controlados».
Él nos rodea de su
favor, su enseñanza no es una amenaza, sino la promesa de un constante cuidado
sobre nosotros, buscando bendecirnos y anhelando que le correspondamos con una
obediencia y una fidelidad amorosa.
Cuando no confesamos los
pecados, Dios usa su mano poderosa en contra nuestra.
Y es entonces cuando
llega la queja y nada sale bien.
Su palabra dice que
no seamos tercos como el caballo o mulo sin entendimiento.
Por eso no vale la
pena postergar la confesión y el arrepentimiento.
Cuando
nos arrepentimos verdaderamente y entramos en tiempos de oraciones, nuestra fe
por obediencia y fidelidad ante Dios y su Hijo Jesús, puede romper cadenas,
para vencer al mundo.
1Juan 5:3-5 Amar a Dios significa obedecer sus mandamientos, y sus
mandamientos no son una carga difícil de llevar. Pues todo hijo de Dios vence este mundo de maldad, y logramos esa
victoria por medio de nuestra fe. ¿Y quién puede ganar esta batalla
contra el mundo? Únicamente los que
creen que Jesús es el Hijo de Dios.
¿Cómo se
yo que Jesús es el hijo de Dios?
Muy sencillo,
obedeciendo la palabra de Dios y caminando en fidelidad ante la iglesia de
cristo.
Miren, si no hay una
entrega total de la persona, ante la iglesia de cristo, esa persona no cree en
Jesús.
Puede
decir, pensar y actuar como su mente le indique, pero ante todo esto, no creerá
en Jesús.
Porque creer en Jesús
es someterse en obediencia y fidelidad a la palabra de Dios.
Y la palabra de Dios
nos manda a que obedezcamos sus mandamientos, normas y estatutos escritos allí.
Y entre esos
estatutos, mandamientos y normas, esta que debemos obedecer a Jesús, porque el
pago un precio de sangre por usted y por mí.
Tenga presente que hay una relación
entre la fe, el amor y la obediencia.
Cuando nacemos de
nuevo y creemos en el Hijo de Dios, Jesús como nuestro Señor y Salvador.
Esa fe nos conduce a
tener una relación de amor con Dios que nos capacita para amar a otros y para
obedecer sus mandamientos.
Nuestra fe es la que trae
victoria sobre el mundo.
Todo el que es nacido
del Espíritu y comienza a conocer a Jesús, puede comprender que no hay más
alternativa que la obediencia y la fidelidad, porque esta es la primera
evidencia de nuestro amor por Él.
Por eso son pocos los
creyentes que han conocido a Jesús en el bautismo.
Y esa minoría, aún sigue
amándolo, demostrando obediencia y fidelidad ante Él, para que el enemigo no
entre en sus pensamientos y distorsione sus caminos.
Hoy en día son muchos
los hogares que se están desmoronando sin que se den cuenta las personas que
habitan allí.
Porque estas personas
están prestando más atención a lo del mundo, que al sometimiento de la palabra.
Incluso,
ni siquiera han hecho el esfuerzo de moderar su hablar.
Parecen hienas en selvas
de concretos.
Pero cuando conocemos
a Dios y sabemos que Jesús es su Hijo, empezaremos a amarlo y a seguir su
ejemplo.
Sabemos que no es fácil
vivir en el mundo como creyentes.
Porque todos
los días mientras estemos acá, el mundo intentara seducirnos, para que volvamos
a nuestra antigua condición de pecado y esclavitud.
Pero Dios conoce a sus verdaderos hijos.
Conoce sus corazones
obedientes y fieles.
Conoce lo que piensan y
van hacer verdaderamente.
Y aun mas, conoce a
los falsos, mentirosos y burlones.
A esos que les gusta
buscar versículos que se les acomode a su vana manera de vivir, sacándolo de su
contesto, para hacer un pretexto.
En otras palabras: Los
que dicen que van hacer, y no hacen.
Y eso es pecado.
Pero a
sus hijos verdaderos, el Espíritu de Dios nos puede mostrar la pobreza
espiritual en la que vive el mundo y nos da la motivación para vencer
cualquiera de sus tentaciones.
Dios
por medio de su poder de lo Alto, también revela la plenitud de nuestra
herencia en Cristo y todo lo que hemos ganado al ser libres por Él.
Cuando somos de
Cristo verdaderamente, Dios nos muestra claramente toda la pobreza que ofrece
el mundo.
Tales como: Los deseos de la carne,
la vanagloria de la vida, las excusas para no someternos y seguir en pecado, los
deseos de los ojos, que son cosas temporales que satisfacen momentáneamente,
pero que no nos conducen a la eternidad.
Escuche esto para el que
tiene entendimiento:
No debemos sacrificarnos y poner
nuestros sentidos en todo aquello que fomente los apetitos de la carne, la
ambición, la codicia y nos conduzca al orgullo y a separarnos de Dios.
El espíritu del mundo
está en oposición al Espíritu de Dios.
Porque este tratará de
cautivarnos para que nos alejemos de Dios Padre y de su Hijo Jesús.
Cuando determinamos permanecer
firmes en la fe, el mundo pierde su control sobre nosotros y comenzamos a vivir
en victoria guiados por el Espíritu de Dios.
Por eso nuestra confianza
debe basarse:
Primero en el testimonio del Espíritu de Dios en nuestras vidas que nos
revela la Palabra y su voluntad para nosotros.
Segundo en una obediencia y fidelidad creciente en que Jesús vive en
nosotros y hacemos la voluntad del padre que está en su palabra.
El verdadero amor se
demuestra en el esfuerzo por cumplir la voluntad de Dios y en la iglesia de
cristo.
Por eso solo los verdaderos hijos de
Dios, saben dar gracia a Dios, por todo lo que Él hace en la vida de cada uno
de ellos, por medio de cristo.
1Tesalonisenses 5:18-22 Sean
agradecidos en toda circunstancia, pues ésta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a
Cristo Jesús. No apaguen al Espíritu Santo. No se burlen de las
profecías, sino pongan a prueba todo lo que se dice. Retengan lo que es bueno. Aléjense
de toda clase de mal.
Ahora ¿qué es lo bueno y que es lo malo?
Lo bueno es obedecer con Obediencia
y Fidelidad la palabra de Dios.
Y lo malo es hacer lo que
usted cree que debe hacer, fuera de la voluntad de Dios.
En otras palabras, lo que usted piensa y considera que
le conviene a su carne, a su YO.
Pero la palabra dice:
Colosenses 2:6-9 Por lo tanto, de la manera que recibieron a Cristo Jesús como Señor,
ahora deben seguir sus pasos. Arráiguense
profundamente en él y edifiquen toda la vida sobre él. Entonces la fe
de ustedes se fortalecerá en la verdad que se les enseñó, y rebosarán de
gratitud. No permitan que nadie los
atrape con filosofías huecas y disparates elocuentes, que nacen del pensamiento
humano y de los poderes espirituales* de este mundo y no de Cristo. Pues
en Cristo habita toda la plenitud de Dios en un cuerpo humano.*
Este año gregoriano
sodomita 2018 cargado con mentiras, engaños, excusas y quien sabe que otras
artimañas, debemos como hijos de Dios, estar agradecidos que Jesús, nos haya
apartado de todas esas trampas diabólicas, para que Dios nos proteja y en un
futuro no lejano, nos regale un lugar celestial en su Reino.
El
Señor es quién nos concede su gracia para afrontar cada día, y es quién provee
para todas nuestras necesidades.
Dios, siempre estará del
lado del justo.
Porque ÉL dice en su
palabra que nunca nos deja ni nos desampara.
Lo único que podemos
devolverle es nuestra gratitud.
El pasaje que acabamos de
leer, nos habla de que la gratitud debe ser una actitud constante que no
depende de las circunstancias.
También nos lleva a Alabar
a Dios en una alabanza continua en cualquiera que sea nuestra situación.
Y finalmente nos
advierte que tengamos el oído cerrado al mundo y abierto para Dios y su
palabra.
Como dice el Salmo 34
Sal 34:1 Alabaré al SEÑOR en todo
tiempo; a cada momento pronunciaré sus alabanzas.
Apreciados hermanos.
No sé ustedes, pero yo, hice una
promesa a Dios que en este año caminaría en obediencia y fidelidad, porque
deseo que las bendiciones lleguen a mi vida y mi familia.
No sé qué promesa le hizo usted a Dios
para este año.
Pero tenga en cuenta que ya vamos
culminando la primera cuarta parte de este año y la pregunta es: ¿Cree usted que Dios se complace con su
actitud y excusa?
Cuando sabemos lo que
debemos hacer en la obra de Dios, y no lo hacemos, ese es un pecado.
Este es el tiempo de
testificar como es nuestra vida, delante de los demás.
Efesios 5:3-7 nos
aconseja:
Efesios 5:3-7 Que no haya ninguna inmoralidad sexual, impureza ni avaricia entre
ustedes. Tales pecados no tienen lugar en el pueblo de Dios. Los cuentos obscenos, las conversaciones
necias y los chistes groseros no son para ustedes. En cambio, que haya una actitud de agradecimiento a
Dios. Pueden estar seguros de que ninguna persona inmoral, impura o
avara heredará el reino de Cristo y de Dios. Pues el avaro es un idólatra, que
adora las cosas de este mundo. No se dejen engañar por los que tratan de
justificar esos pecados, porque el enojo de Dios caerá sobre todos los que lo
desobedecen. No participen en las cosas que hace esa gente.
Escuche esto: Nuestra manera de hablar nos puede identificar
como adoradores de Dios, o como gente del mundo.
Hay
muchos pecados que se expresan con el habla así que no debemos caer en
palabras, bromas de doble sentido, expresiones indecentes, vulgares, tonterías
y necedades que pertenecen a nuestra vieja naturaleza y que podemos estar
tolerando por congraciarnos con los demás.
Estas cosas que
abundan en el ambiente social donde vivimos tienen que ver con la inmoralidad
sexual, la impureza y la avaricia de las cuales el apóstol Pablo dice que ni
siquiera deben ser mencionadas entre los cristianos.
En otras palabras: Es un llamado a la pureza moral y a la
santidad.
Como cristianos
debemos tener nuestra mente y nuestro tiempo ocupados en otras cosas mucho más
altas, más espirituales.
No prestemos nuestra vida para veleidades y necedades.
No cambiemos ni adaptemos nuestras aptitudes a las
circunstancias del momento dejando de un lado nuestros principios.
El pasaje de
Colosenses y con esto termino, nos aconseja andar con Cristo para que nuestro
comportamiento esté de acuerdo a lo que Dios manda en su palabra.
Por eso
al caminar en Él es dejar actuar al Espíritu de Dios en nosotros con buenas
obras, imitándolo en todo tiempo a Jesús.
Jesús no solamente es
nuestro Salvador sino el Señor de nuestra vida.
Es nuestro dueño, por
eso tenemos que echar raíces en lo más profundo.
En otras palabras: debemos sobreedificándonos en Él.
No podemos contentarnos
con lo que somos.
Es nuestra
responsabilidad crecer espiritualmente.
Si nuestra nueva vida
comenzó con Cristo, nuestro andar cristiano tiene que seguir siendo en Cristo.
Por eso todos
nuestros actos deben brotar de la fe y deben abundar en acciones de gracias,
para que de esa manera podamos andar en obediencia y fidelidad y así alcanzar
la meta que nos llevara a la presencia del Padre.
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante.
Bendiciones a todos mis hermanos verdaderos en la fe
cristiana.
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