ORACION Y GRATITUD.
Oremos.
"Cristo, una vez
más, como te lo pidieron tus discípulos, enséñame a orar. A reconocer mi
incapacidad para resolver los problemas difíciles de mi vida. A acercarme a tu
trono de gracia para alcanzar tú oportuno socorro. Que la oración sea mi
necesidad diaria, para poder estar siempre delante de ti, esperando que obres
soberanamente. Amén."
La oración del cristiano no debe ser un
intento por forzar la mano de Dios, hacia lo que quiere, sino un reconocimiento
humilde de nuestra necesidad y dependencia.
Salmo 115:3 Nuestro Dios está
en los cielos y hace lo que le place.
Dios es soberano, y procede como Él quiere,
por eso el actúa de acuerdo con su voluntad que es buena, agradable y perfecta.
Lo que pasa con los cristianos artificiales,
es que estas personas a menudo, piensan en la oración como una válvula de
escape, que debe abrirse cuando todo lo demás ha fallado.
Y eso es un rotundo error evangélico.
Ya que los verdaderos cristianos, siempre
debemos tomar el día, la tarde y la noche en oración hacia nuestro padre
eterno.
Daniel 6:10 Sin embargo, cuando Daniel oyó que se había firmado la ley, fue a su
casa y se arrodilló como de costumbre en la habitación de la planta alta, con
las ventanas abiertas que se orientaban hacia Jerusalén. Oraba tres veces al día, tal como siempre lo había hecho,
dando gracias a su Dios.
Cuando colocamos la oración como último
recurso y no como iniciativa de solución, lo que logramos es palpar si acaso,
el borde del rico vestido de la oración ferviente.
Pero para el Profeta Daniel, tenga usted muy
en cuenta que la oración era un ejercicio espiritual y regular que no debía
dejarse pasar por ninguna circunstancia.
No importa en el lugar donde usted este.
No importa con quien estas.
No importa el tiempo, ni la hora.
Todos debemos orar fervientemente, todos los días de nuestra
vida.
Para que de esa forma, podamos colocar a Dios de primero en
todo.
Escuche
esto y gráveselo en su mente y corazón:
Así como la oración era un
estilo de vida para el Profeta Daniel, en el Antiguo Testamento, así debe ser
para nosotros hoy.
Un
ejemplo a seguir nos lo muestra el Hijo de Dios, Jesús.
Quien también nos enseñó que la verdadera
oración es una conversación diaria con nuestro amado
Dios y Padre celestial.
Se acuerdan de la reflexión que les envié.
Bueno esa mujer de la cual habla Marcos 5:25-34 es un claro
ejemplo de oración.
Esta mujer seguramente oraba todos los días de su
vida.
Pero así mismo hacia cosas que no
debía hacer.
Ponía toda su
confianza en personas que les aseguraban bienestar y salud, y nunca obtuvo la
sanación que ella esperaba.
Hasta que alguien le hablo de
Jesús, y fue entonces cuando mando a la porra los conceptos humanos y se dedicó
más que antes, a pedirle a Dios que por medio de Jesús, sea sanada.
Ustedes
no crean que Jesús pasó por allí por casualidad, NO.
Dios en su infinita misericordia, por medio
de su Poder de lo Alto, oriento a Jesús, para que este pasara por ese lugar y
la mujer fuese sanada.
Por eso como dice la palabra de Dios:
Santiago 5:15-16 Una oración ofrecida con fe, sanará al enfermo, y el Señor hará que se recupere. Y,
si ha cometido pecados, será perdonado. Confiésense los pecados unos a otros y
oren los unos por los otros, para que sean sanados. La oración ferviente de una persona justa tiene mucho poder
y da resultados maravillosos.
En todo caso y toda circunstancia, la oración
nos ayuda a desarrollar una relación con Dios inmediata y cercana en todo
tiempo.
Por eso Él nos dice:
Jeremías 33:3 pídeme y te daré a conocer secretos
sorprendentes que no conoces acerca de lo que está por venir.
En los momentos de alegría y cuando las nubes
de la tormenta se avecinan, el Apóstol Pablo nos dice en:
1Tesalonicenses 5:16-23 Estén siempre alegres. Nunca dejen de orar. Sean agradecidos en toda circunstancia,
pues ésta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo
Jesús. No apaguen al Espíritu Santo.
No se burlen de las profecías, sino
pongan a prueba todo lo que se dice. Retengan lo que es bueno. Aléjense
de toda clase de mal. Ahora, que el Dios de paz los haga santos en todos los
aspectos, y que todo su espíritu, alma y cuerpo se mantenga sin culpa hasta que
nuestro Señor Jesucristo vuelva.
El Apóstol Pablo nos manda a que estemos
alegres en todo tiempo.
Luego nos dice: Nunca dejen de orar.
Luego nos manda que seamos agradecidos en
todas las circunstancias de nuestra vida.
Después nos recuerda que nunca apeguemos el
espíritu con nuestra falsa y vana manera de vivir.
Es
decir: que
siempre estemos orando hasta que Dios cumpla con nuestras peticiones.
Posteriormente nos dice que no nos burlemos
de las profecías bíblicas, y que pongamos a prueba a todo aquel que se dice ser
profeta y no lo es.
Apreciada iglesia, la oración debe ser luz diaria, no una sobrante y mísera llamarada.
Ni deben ser vanas palabrerías y repeticiones, como nos dijo Jesús.
Todos somos conscientes del caos que rodea a
nuestra vida y a nuestra nación y la única solución es la oración, ya que es
acceso directo al Soberano Dios, al Rey de reyes y Señor de señores.
Recuerde usted que Dios tiene y tendrá siempre el control de todo.
Por
eso el cristiano Justo, obediente y fiel, siente un gran privilegio poder
llegar directamente al Señor y habitar en sus Presencia, por medio de la
oración.
Solo recuerde esto, y si se le olvido yo se lo recuerdo:
El idolatra jamás podrá estar en la presencia
de Dios, por ningún mecanismo.
Llámese “oración” o rezo.
Porque la palabra dice que el idolatra es
detestable ante los ojos de Dios.
Deuteronomio 27:15 “Maldito todo el que talle o funda un ídolo y lo erija en secreto. Esos
ídolos, productos de artesanos, son detestables al SEÑOR”. Y todo el pueblo
responderá: “¡Amén!”.
Ezequiel 20:30 »Por lo tanto, dale este mensaje al pueblo de Israel de parte del SEÑOR
Soberano: “¿Piensas contaminarte como lo hicieron tus antepasados? ¿Seguirás prostituyéndote
al adorar imágenes repugnantes?
Salmo 135:15-18 Los ídolos de las naciones no son más que objetos de plata y oro, manos
humanas les dieron forma. Tienen boca pero no pueden hablar, tienen ojos pero
no pueden ver. Tienen oídos pero no pueden oír, tienen nariz pero no pueden
oler. Y los que hacen ídolos son iguales a ellos, como también todos los que
confían en ellos.
Apreciados hermanos, como cristianos
verdaderos, ninguno de nosotros necesitamos imágenes talladas por manos de
hombre, para llegar al Padre.
Solo tenemos un solo intermediario
y su nombre es Jesús.
Jesús es nuestro Mediador ante el Padre.
Tenga presente que el reconocimiento de nuestra necesidad hará
que Dios actúe, si andamos en obediencia y fidelidad ante Dios Padre.
El podrá recibir nuestras cargas, cuando
hacemos su santa voluntad.
Si usted es un cristiano Justo y verdadero.
Un cristiano que camina en obediencia y fidelidad.
Un cristiano que hace la voluntad de su padre.
Entonces, y solo entonces usted podrá acercarse confiadamente a
su trono de gracia para alcanzar el oportuno socorro.
Recordemos que no importa que tan espinoso
sea nuestro problema, para el Dios Soberano no hay nada difícil ni imposible.
La oración del justo, obra grandes cosas, por eso NO seamos sordos a la voz del Señor
cuando nos llama a orar por nuestro hogar, por nuestra nación y por todos los
que tenemos a nuestro lado.
Ore, que si usted es justo Dios lo escuchara.
Pero no caiga en la trampa del diablo,
haciendo rezos u “oraciones” repetitivas que terminan en cadenas y ataduras,
como lo hacen los hijos de satanás por WhatApp, Facebook, y otras redes.
La palabra nos manda claramente:
Mateo 6:7 »Cuando ores, no parlotees
de manera interminable como hacen los seguidores de otras religiones. Piensan
que sus oraciones recibirán respuesta sólo por repetir las mismas palabras una
y otra vez.
Apreciados hermanos Dios nos manda que oremos
fervientemente por nuestras necesidades.
Mateo 6:6 Pero tú, cuando
ores, apártate a solas, cierra la puerta detrás de ti y ora a tu Padre en
privado. Entonces, tu Padre, quien todo lo ve, te recompensará.
Hoy es tiempo de doblar nuestras rodillas
delante del Padre, por nuestra nación, nuestra familia y nuestra vida, y
descansar en su soberanía.
Nunca debemos orar como lo hacen otras
religiones que se ponen en los parques, con megáfonos y parlantes, cuando
sabemos que en la palabra de Dios, eso está prohibido.
Mateo 6:5 »Cuando ores, no
hagas como los hipócritas a quienes les encanta orar en público, en las
esquinas de las calles y en las sinagogas donde todos pueden verlos. Les digo
la verdad, no recibirán otra recompensa más que ésa.
Apreciado
hermano, la oración es un acto de respeto y obediencia hacia Dios.
Y debemos hacerlo
en un lugar donde nada nos interrumpa el compromiso que tenemos con Dios Padre.
La
oración es una entrega ferviente de nuestras necesidades ante Dios.
Es
llegar al santo trono de su gracia.
La oración no es
una gritería.
No es buscar el
favor del hombre, sino la gracia de Dios.
Cuando oremos,
debemos dar gracia y reconocer que toda riqueza y grandeza que poseemos provienen de Dios.
1Cronicas 29:10-15 Luego David alabó al SEÑOR en presencia de toda la asamblea: «¡Oh,
SEÑOR, Dios de nuestro antepasado Israel,* que seas alabado por siempre y para
siempre! Tuyos, oh SEÑOR, son la grandeza, el poder, la gloria, la victoria y
la majestad. Todo lo que hay en los cielos y en la tierra es tuyo, oh SEÑOR, y
este es tu reino. Te adoramos como el que está por sobre todas las cosas. La
riqueza y el honor sólo vienen de ti, porque tú gobiernas todo. El poder y la
fuerza están en tus manos, y según tu criterio la gente llega a ser poderosa y
recibe fuerzas. »¡Oh Dios nuestro, te damos gracias y alabamos tu glorioso
nombre! ¿Pero quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que podamos darte algo a
ti? ¡Todo lo que tenemos ha venido de ti, y te damos sólo lo que tú primero nos
diste! Estamos aquí sólo por un momento, visitantes y extranjeros en la tierra,
al igual que nuestros antepasados. Nuestros días sobre la tierra son como una
sombra pasajera, pasan pronto sin dejar rastro.
Que hermosa oración de gratitud a Dios del
rey David.
El reconoce que toda la riqueza y grandeza
que poseemos provienen de Dios.
Reconoció que todo lo que ellos
habían dado para la edificación del templo era de Dios.
No podemos hacernos una idea exacta de la
magnificencia del templo y los edificios que lo rodeaban y las cantidades de
oro y plata que se usaron para su edificación.
Pero si podemos estar seguros que el esplendor de Cristo excede
cualquier riqueza material.
Esto debe llevarnos a hacer un contraste
entre la naturaleza eterna de Dios y lo fugaz de nuestras vidas.
David dijo: “Estamos aquí sólo por un momento, visitantes y extranjeros en la tierra,
al igual que nuestros antepasados. Nuestros días sobre la tierra son como una
sombra pasajera, pasan pronto sin dejar rastro”.
En otras palabras: Nada perdura a
menos que tenga sus raíces en el carácter inmutable de Dios.
Todo lo terrenal se desvanece como el polvo,
por eso nuestra seguridad y confianza no pueden estar depositadas en las cosas
terrenales, ni en las posesiones, ni en las personas.
La
Palabra dice:
1Juan 2:16-17 Pues el mundo sólo ofrece un intenso deseo por el placer físico, un
deseo insaciable por todo lo que vemos y el orgullo de nuestros logros y
posesiones. Nada de eso proviene del Padre, sino que viene del mundo; y este
mundo se acaba junto con todo lo que la gente tanto desea. Pero el que hace lo
que a Dios le agrada vivirá para siempre.
Nuestra vida es como la flor de un día.
Sólo podemos encontrar algo permanente en
nuestra relación con Dios.
Su amor es eterno, nunca desaparece, ni nada,
ni nadie, nos lo pueden quitar.
Por eso debemos incluir a Dios en
todos nuestros planes aquí en la tierra.
Y poner en manos de Dios nuestra
salida y entrada a cualquier lugar.
Porque nuestra vida es como una neblina.
Hoy esta y mañana no sabemos.
Santiago 4:13-17 Presten atención, ustedes que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual
ciudad y nos quedaremos un año. Haremos negocios allí y ganaremos dinero». ¿Cómo
saben qué será de su vida el día de mañana? La vida de ustedes es como la
neblina del amanecer: aparece un rato y luego se esfuma. Lo que deberían decir
es: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello». De lo contrario,
están haciendo alarde de sus propios planes, y semejante jactancia es maligna. Recuerden
que es pecado saber lo que se debe hacer y luego no hacerlo.
David solo tiene palabras de alabanza y
gratitud a Dios, y así debemos hacerlo también nosotros cada día, pues la vida
y todo lo que tenemos, es por la providencia divina.
Aunque somos de Dios, debemos entender que es
por su gracia.
Y que nuestra relación con Él
se debe únicamente a que Dios la hizo posible, enviando a su Hijo unigénito a
morir por nosotros, y cuando resucito, quito la barrera que nos separaba.
Cristo es la más grande provisión de Dios
para el hombre pecador.
La acción de gracias debe volverse parte de nuestro
reconocimiento a Dios, cuando oramos y le alabamos.
Pues tenemos muchos motivos para estar
agradecidos y el mayor de estos nuestra salvación, que ha sido por pura gracia.
Iglesia ya para terminar quiero
decirles que nuestra esperanza y seguridad debe estar puesta sólo en Dios que
nunca falla.
Reconozcamos hoy su grandeza y nuestra
pequeñez ante El, sometiendo en obediencia y fidelidad plena.
Porque si somos justos ante Dios, seremos llenos de bendiciones.
Gracia y Paz
Pastor y administrador Rogers
Infante
Que Dios derrame Bendiciones a mis
hermanos en la fe.
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