Gracia y paz para todos
mis hermanos en la obra de Dios Padre y de su hijo Jesucristo, el cordero
inmolado que hoy se encuentra sentado a la diestra del Padre el Todopoderoso y
que al sonar de la séptima trompeta el vendrá con poder a juzgar a este mundo.
Isa 55:8 «Mis pensamientos no se parecen
en nada a sus pensamientos —dice el SEÑOR—. Y mis caminos están muy por encima
de lo que pudieran imaginarse.
Miq. 4:2 Vendrá gente de muchas naciones
y dirá: «Vengan, subamos al monte del SEÑOR, a la casa del Dios de Jacob. Allí
él nos enseñará sus caminos y andaremos en sus sendas». Pues la enseñanza del
SEÑOR saldrá de Sión; su palabra, de Jerusalén.
En los mensajes anteriores,
hemos visto como Dios habla a su pueblo, además de que Dios espera que su
pueblo le responda.
Así mismo Dios a través de
su palabra habló para revelar todo lo que quiso revelar con respecto a sí mismo,
es decir su propósito y el camino que debemos tomar como sus hijos obedientes.
La realidad es
que Dios desea que cada uno de nosotros podamos conocer todo lo que sea
necesario para que podamos hacer su perfecta y santa voluntad sin lugar a
equivocarnos.
Una vez que sabemos lo que
Dios espera de nosotros.
Ahora, este
Dios maravilloso, desea que entendamos que su anhelo es que le conozcamos tal
cual Él es, y tal cual Él hace las cosas.
Dios no quiere que tengamos
sorpresas innecesarias que puedan traer a nuestras vidas cuestionamientos a
nuestra fe.
Dios siempre se ha revelado
tal cual es, para que nosotros tengamos una comprensión exacta de cómo y de
quién es Él.
Por ese motivo nos dejó su
santa escritura, para que cada uno de nosotros podamos comprender lo que él
desea y a quien debemos honrar y alabar toda nuestra vida.
DIOS NOS HABLA POR EL ESPÍRITU SANTO
Los creyentes tenemos que
entender que cuando Dios nos habla por el Espíritu Santo, frecuentemente nos
está revelando algo de sí mismo.
De alguna manera Dios por
medio de su Espíritu nos revelará algo de sí, sea acerca de su verdadero nombre,
sea de su verdadera naturaleza o sea de su carácter.
Es bueno recordar las palabras
de Jesús cuando nos dijo en Juan 16:13 Cuando venga el Espíritu de
verdad, él los guiará a toda la verdad. Él no hablará por su propia cuenta,
sino que les dirá lo que él ha oído y les contará lo que sucederá en el futuro.
Esto nos indica que por el Espíritu Santo, el
Poder de Dios nos revelará su voluntad.
En otras palabras, Dios desea que sepamos
todo acerca de él.
Es decir: Que esta es una garantía de que lo que vamos a
recibir como revelación o información acerca de Dios en su maravillosa palabra,
será su verdad.
Si observamos algunos
pasajes de la Escrituras veremos lo que Dios reveló a Abram acerca de sí mismo.
Génesis 17:1 Cuando Abram tenía noventa y nueve años, el SEÑOR se le apareció y le
dijo: «Yo soy El-Shaddai, “Dios Todopoderoso”. Sírveme con fidelidad y lleva
una vida intachable.
Asimismo Dios
declaró en Levítico
19:1, 2 que Él es santo.
Levítico 19:1-2 El SEÑOR también le dijo a Moisés: (2) «Da las siguientes instrucciones a
toda la comunidad de Israel. Sé santo porque yo, el SEÑOR tu Dios, soy santo:
En Malaquías 3:6 reveló que no cambia.
Malaquías 3:6 »Yo soy el SEÑOR y no
cambio. Por eso ustedes, descendientes de Jacob, aún no han sido destruidos.
Y de igual
forma, nuestro Señor Jesucristo manifestó en múltiples pasajes del evangelio de
Juan, verdades como “Yo soy el pan de vida, yo soy la luz del mundo, yo soy
el camino, la verdad y la vida”, etc.
Es decir, lo que significaba su
nombre como Hijo de Dios.
En otras palabras el representante legal de
Dios en la tierra, y aún lo es.
Ya que él vive
y está sentado a la Diestra del Todopoderoso, su Padre Jehová.
Recordemos que
Dios le dio toda Autoridad para que él lo diga en su nombre.
Cuando Dios se
propone a integrar a alguien a su obra Él se revela a sí mismo, a fin de ayudar
a que esa persona crezca en fe y pueda responder al llamado que Él le hace.
Dios se revela para aumentar nuestra fe, que es la que nos
conducirá a la acción.
Tenemos que estar atentos
para conocer lo que Dios nos dirá acerca de sí mismo.
Esto desempeñará un papel
fundamental cuando lleguemos al momento de experimentar una crisis de fe.
En el momento en que Dios se revela a sí mismo:
Tenemos que creer
que Dios es quien dice que es.
Tenemos que creer
que Dios puede hacer lo que dice que hará.
Tenemos que ajustar nuestra forma
de pensar, a la luz de esta convicción.
Tenemos que obedecer
para comprobar que estamos convencidos de que Dios es
lo que dice ser.
Tenemos que conocer
a Dios por medio de nuestra experiencia con Él.
De esta manera vamos a saber que Él es quien dice ser.
Abraham supo que Dios era
Todopoderoso cuando Dios se lo reveló, pero llegó a conocer por experiencia que
Dios era lo que decía ser, cuando Dios hizo en su vida lo que dijo que iba a
hacer.
Cuando Abraham experimentó a los cien años el ver que había
embarazado a su esposa Sara de noventa años, entonces supo que Dios era el Todopoderoso
y esto aumentó su fe.
DIOS
REVELA SUS PROPÓSITOS PARA QUE CONOZCAMOS LO QUE ÉL PLANEA HACER
Cuando estamos en esta etapa
de nuestra experiencia con Dios, necesitamos saber lo que Dios está por hacer,
o lo que Dios está haciendo, ya que el propósito es unirnos a Dios para
trabajar junto a Él.
De esta manera debemos estar
atentos a la revelación que Dios hará de sus propósitos.
Tenemos que
recordar que lo planes que tengamos para un futuro, no deben ser más importante
que los planes que tiene Dios para con cada uno de nosotros.
Y es por esto
que debemos de entender que Dios se revela siempre con el objetivo de que
conozcamos sus planes y propósitos.
En la Biblia
vemos que cuando Dios se revela, no viene para preguntarnos que deseamos hacer
para Él.
Sino que Él viene para decirnos en su revelación lo
que Él desea hacer por medio de nosotros.
En Génesis 6
Dios viene a Noé, para decirle lo que Él
haría con el mundo.
Dios quería manifestarse a través de
Noé.
Noé por tanto, tenía que estar atento al
propósito de Dios si quería integrarse a la obra de Dios.
Usted debe
estar atento al propósito de Dios, para que él se manifieste en su vida y todo
cuanto le has pedido se le conceda.
No
perdamos tiempo en estar planeando tantas cosas para nuestra vida, pues al fin
y al cabo, Dios traerá situaciones a nuestras vidas que cambiarán todos
nuestros planes.
A menudo nos dedicamos a
soñar lo que nosotros queremos hacer para Dios.
Fundamos esos planes en
nuestras propias prioridades y no nos damos cuenta cuando todo se transforma.
Tenemos que ver lo que dicen
las Escrituras acerca de nuestros planes y propósitos:
Sal 33:10-11 El SEÑOR frustra los planes
de las naciones y hace fracasar todas sus intrigas. (11) Pero los planes del
SEÑOR se mantienen firmes para siempre; sus propósitos nunca serán frustrados.
Por otro lado dice
Proverbios 19:21
Pro 19:21 Puedes hacer todos los planes
que quieras, pero el propósito del SEÑOR prevalecerá.
En otras palabras: Nuestros planes y propósitos
deben ser los planes y propósitos de Dios.
De lo contrario, no podremos
experimentar a Dios obrando a través de nosotros.
Recordemos que Dios revela
sus propósitos para que conozcamos lo que Él está próximo a hacer y podamos
involucrarnos en su obra.
Pues de otra forma estaremos
perdiendo nuestro tiempo, ya que Él frustrará y desbaratará los planes de los
hombres y hará prevalecer los suyos.
“Sepamos que las mejores reuniones de planificación
son las reuniones donde oramos para descubrir lo que Dios está haciendo a
nuestro alrededor”.
Muchos son los que planifican.
Y la planificación es una
herramienta valiosa pero nunca debe constituirse en un sustituto para Dios.
La relación que llevemos con
Dios es mucho más importante para Él que toda la planificación que podamos
realizar.
Nuestro mayor problema, al planificar, es que
planificamos y ejecutamos en nuestra propia sabiduría, cosas que solamente Dios
tiene el derecho de determinar.
Lo que estamos diciendo es que como hombres, no podemos saber el cuándo,
el dónde, ni el cómo de la voluntad de Dios, hasta que Dios mismo nos la
revele.
Dios desea que lo sigamos a Él, y no simplemente que sigamos
los planes que hemos hecho.
Si intentamos determinar
todos los detalles de su voluntad, en una reunión de planificación, corremos el
riesgo de llevar a cabo esta obra sin la unción de Dios y fuera de sus
propósitos, olvidando esa relación íntima y diaria con Él.
Planificar no es malo o incorrecto.
Pero es peligroso el querer llevar a cabo lo que
planificamos olvidando, o sin tomar en cuenta a Dios.
Debemos estar preparados
para permitir que Dios interrumpa o redirija lo que planificamos en el momento
en que Él lo desee.
Dios quiere que lo sigamos,
no que sigamos un plan cual quiera que hemos planificado.
LOS
CAMINOS DE DIOS SON DIFERENTES A LOS CAMINOS DEL HOMBRE
El profeta Isaías nos ha
dicho lo que Dios ha declarado con respecto a esta verdad:
Isaías 55:8 «Mis pensamientos no se parecen en nada
a sus pensamientos —dice el SEÑOR—. Y mis caminos están muy por encima de lo
que pudieran imaginarse.
Además el profeta Jeremías
nos dice:
Jeremías 10:23 Yo sé, SEÑOR, que nuestra vida no nos
pertenece; no somos capaces de planear nuestro propio destino.
El cristiano tiene que
entender que Dios utiliza principios del reino para llevar a cabo los
propósitos del reino.
Dios nos revela sus caminos, porque ellos son la
única forma de llevar a cabo sus propósitos.
Su objetivo es, siempre, el
de revelarse a las personas para llevarlas a una relación de amor con Él, de
tal manera de que las personas conozcan la redención en su hijo Jesucristo, el
cordero inmolado que hoy está sentado a la diestra del Padre, el Todopoderoso.
De esta forma, Dios va a
revelar a esas personas redimidas, a los creyentes, cuáles son sus caminos.
Cuál es la senda por donde
debemos caminar para llevar a cabo lo que Él desea que hagamos.
Él viene a dar cumplimiento
a sus propósitos, a través de nosotros y lo va a hacer a su manera y en su
tiempo.
LOS
CAMINOS DE DIOS SON CONTRARIOS A LOS CAMINOS DEL HOMBRE
Debemos recordar las
palabras del profeta Isaías cuando dice:
Isaías 53:6 Todos nosotros nos hemos
extraviado como ovejas; hemos dejado los caminos de Dios para seguir los
nuestros. Sin embargo, el SEÑOR puso sobre él los pecados de todos nosotros.
Esto nos indica que “todos” los hombres estamos extraviados
de los caminos de Dios, es por tanto, que si Dios no se dispone a revelarnos
sus caminos en su palabra, todos seguiremos sendas extrañas a los propósitos y
planes de Dios.
Hermanos, tengamos mucho cuidado,
pues nuestros caminos nos podrán parecer buenos, hasta quizás disfrutemos en
cierta medida del éxito del camino que llevamos.
Pero cuando hacemos la obra de Dios a nuestra
manera, nunca veremos el poder de Dios en lo que hacemos.
Es por esto que debemos
estar atentos a los caminos que Dios revela, para que podamos cumplir los
propósitos divinos y no nos hallemos ejecutando nuestras propias obras y
nuestros propios planes, como lo hacen algunos falsos líderes y falsos
creyentes ecuménicos, tres en uno, y los llamados unitarios.
Cuando estamos apercibidos
de la revelación de los caminos divinos, entonces vamos a reconocer y vamos a
darle a Dios toda la gloria de lo que hacemos.
Ya que sabremos aceptar que
lo que somos y lo que hemos ejecutado lo hemos llevado a cabo porque hemos
transitado por los caminos de Dios.
Caminos que serán más estrechos que los nuestros, pero
son los caminos del reino de Dios.
CAMINAR
POR LOS CAMINOS DE DIOS IMPLICA CONFIAR EN DIOS MISMO
Muchas veces estamos tan
preocupados por lo que piensen los demás de las cosas que hacemos, que de lo
que Dios piense de lo que llevamos a cabo.
En los caminos de Dios
debemos depender de nuestra relación con Dios, y de lo que Dios nos está
indicando que hagamos y sigamos.
Ahí está el Espíritu de Dios, ahí está el recurso de la
oración y de la Palabra revelada.
Ahí está la sabiduría de Dios para ser impartida a todo el
que la pida.
Todo esto lo ha puesto Dios a nuestra disposición, para que
sepamos caminar junto a Él. ¡Aleluya!.
Muchas veces somos como los
discípulos del Señor, quienes en el monte no apelaron a los caminos del reino,
sino que dijeron al Señor al recibir la orden de que fuesen alimentados, ¡envíalos a sus casas!
Pero Jesús, aplicando principios del reino y
tomando el camino de Dios, los hizo sentar, oró y los alimentó con 5 panes y 2
peces. ¡Amén!
La obra de Dios será llevada a cabo por los caminos del reino y
con los recursos del reino.
Oremos hermanos para que Dios nos muestre sus caminos
y podamos llevar a cabo su obra.
Digamos como dice Miqueas 4:2 cuando
expresa:
Miqueas 4:2 Vendrá gente de muchas naciones y dirá:
«Vengan, subamos al monte del SEÑOR, a la casa del Dios de Jacob. Allí él nos
enseñará sus caminos y andaremos en sus sendas». Pues la enseñanza del SEÑOR
saldrá de Sión; su palabra, de Jerusalén.
Déjenme
terminar diciendo:
Iglesia, Dios quiere que lleguemos a conocerlo y a seguirlo.
Cuando
nos habla, Él se revela a fin de que tengamos fe para confiar en Él, frente a
la misión a la cual nos llama.
Él revela sus propósitos para que nos involucremos
y nos comprometamos en su obra, y no en lo que hemos soñado que podríamos
hacer para Dios.
Dios revela sus caminos, a fin de que Él pueda
realizar su trabajo a través de nosotros, de manera tal, que Él reciba toda la gloria y la honra.
Gracia y Paz.
Pastor y administrador,
Rogers Infante H.
Bendiciones a mis hermanos
en la fe.
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