Fidelidad en la Familia
Gracia y
Paz para todos mis hermanos en la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo,
el cordero inmolado que hoy se encuentra sentado a la diestra de su Padre, y
que al sonar de la séptima trompeta vendrá a juzgar a este mundo y su maldad.
Deut.6:6-9 Debes comprometerte con
todo tu ser a cumplir cada uno de estos mandatos que hoy te entrego. (7)
Repíteselos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus conversaciones
cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y
cuando te levantes. (8) Átalos a tus manos y llévalos sobre la frente como un
recordatorio. (9) Escríbelos en los marcos de la entrada de tu casa y sobre las
puertas de la ciudad.
La familia que Dios quiere y bendice es
la que se deja guiar por Él.
Es la que ha encontrado y disfruta de un
respaldo mutuo entre sus miembros.
Cada miembro de la familia debe cumplir su
responsabilidad, para que de esa manera pueda tener el respaldo de Dios en todo
lugar.
Esto
establece la fidelidad en la familia.
Cuando se logra esta relación en la
familia, principalmente en el amor y lealtad, la familia se disfruta así misma,
y es luz para esta sociedad.
Cumpliendo así el propósito divino que
Dios a deseado para cada ser humano.
Pero el cumplimiento de la promesa de
fidelidad “hasta que la muerte
nos separe”, al igual que el cumplimiento del mandamiento
“honra a tu padre y a tu madre”
no surgen naturalmente por si solos.
Es decir: que estas promesas de
fidelidad no pueden tener una base en la vida de un creyente, si Dios no está
verdaderamente en medio de ellos, y si Jesús el Hijo de Dios no está en
vuestros corazones.
Sobre todo, teniendo en cuenta que
estamos en una sociedad que ha degenerado y hasta ha degradado a la familia, al
extremo, admitiendo su disolución como alternativa para el tratamiento de sus
conflictos.
Hoy en día para el estado colombiano, al
igual que otros países, y para algunas sectas religiosas, la familia no puede
estar conformada como Dios lo manda.
Es decir que el estado ha permitido
dentro de la familia la abominación que Dios aborrece.
Hoy en día para el estado colombiano y para la iglesia
católica la familia puede estar conformada por un hombre y una mujer y así
mismo por dos hombres teniendo relaciones sexuales o dos mujeres lesbianas unidas entre sí, ya
que la corte suprema de Colombia así lo estableció.
Pero que dice
la palabra de Dios.
Génesis
1:27-28
Así que Dios creó a los seres humanos* a su propia imagen. A imagen de Dios los
creó; hombre y mujer los creó.
(28) Luego Dios los bendijo con las siguientes palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense. Llenen la tierra y
gobiernen sobre ella. Reinen sobre los peces del mar, las aves del cielo y
todos los animales que corren por el suelo».
Levítico
18:22 »No practiques la homosexualidad, al
tener relaciones sexuales con un hombre como si fuera una mujer. Es un
pecado detestable.
Romanos
1:25-32
Cambiaron la verdad acerca de Dios por una mentira. Y así rindieron culto y
sirvieron a las cosas que Dios creó pero no al Creador mismo, ¡quien es digno
de eterna alabanza! Amén. (26) Por esa razón, Dios los abandonó a sus pasiones
vergonzosas. Aun las mujeres se rebelaron contra la forma natural de tener
relaciones sexuales y, en cambio, dieron rienda suelta al sexo unas con otras.
(27) Los hombres, por su parte, en
lugar de tener relaciones sexuales normales, con la mujer, ardieron en pasiones
unos con otros. Los hombres hicieron cosas vergonzosas con otros hombres y,
como consecuencia de ese pecado, sufrieron dentro de sí el castigo que
merecían. (28) Por pensar que era una tontería reconocer a Dios, él los
abandonó a sus tontos razonamientos y dejó que hicieran cosas que jamás
deberían hacerse. (29) Se llenaron de toda clase de perversiones, pecados,
avaricia, odio, envidia, homicidios, peleas, engaños, conductas maliciosas y
chismes. (30) Son traidores, insolentes, arrogantes, fanfarrones y gente que
odia a Dios. Inventan nuevas formas de pecar y desobedecen a sus padres. (31)
No quieren entrar en razón, no cumplen lo que prometen, son crueles y no tienen
compasión. (32) Saben bien que la justicia de Dios exige que los que hacen esas
cosas merecen morir; pero ellos igual las hacen. Peor aún, incitan a otros a
que también las hagan.
1Corintios
6:8-10
En cambio, son ustedes mismos los que hacen lo malo y estafan aun a sus propios
hermanos en Cristo.* (9) ¿No se dan
cuenta de que los que hacen lo malo no heredarán el reino de Dios? No
se engañen a sí mismos. Los que se entregan al pecado sexual o rinden culto a
ídolos o cometen adulterio o son prostitutos o practican la homosexualidad (10) o son ladrones o avaros o borrachos o
insultan o estafan a la gente: ninguno de ésos heredará el reino de Dios.
En otras palabras, el origen de la falta de fidelidad
en la familia, inicia en “la infidelidad”.
No es la atracción física de cada uno de ellos, sino
el conflicto emocional que se presenta en ellos, por la falta de Jesús en sus
corazones.
No podemos olvidar que la Iglesia
cristiana está fundada sobre la Palabra de Dios y de Jesús, el Mesías; no sobre
las opiniones de paganos que viven en el siglo XXI.
Si no hablan conforme a la Palabra
de Dios, es que no hay luz en ellos.
Isaías
8:20-22
¡Busquen las instrucciones y las enseñanzas de Dios! Quienes contradicen su
palabra están en completa oscuridad. (21) Irán de un lugar a otro, fatigados y
hambrientos. Y porque tienen hambre, se pondrán furiosos y maldecirán a su rey
y a su Dios. Levantarán la mirada al cielo (22) y luego la bajarán a la tierra,
pero dondequiera que miren habrá problemas, angustia y una oscura
desesperación. Serán lanzados a las tinieblas de afuera.
Por
eso es fundamental mantener y proteger el amor de Dios en cada familia, aceptando a Jesús como nuestro guiador
espiritual y fortaleza diaria.
Un hogar con amor de Dios es un hogar
donde sus miembros son fieles.
Porque es el mismo Jesús, quien nos está
guiando a la presencia del Pare.
Ahora, si entendemos la necesidad
de consolidar la fidelidad en la familia, me refiero a un hombre y una mujer,
debemos ir primeramente a la fuente, que es Jesús, el Hijo de Dios.
Dios
es fiel y este atributo desea compartirlo con nosotros, por medio de su Hijo.
En una familia fiel cada uno de sus
integrantes desarrolla su papel reconociendo que Jesucristo es la cabeza del hogar,
y cada uno se desafía a ser imitador de Dios.
Esto
significa reconocer la jerarquía celestial.
Dios
es la cabeza de Cristo.
Cristo
es la cabeza del Hombre (varón)
El
hombre varón es la cabeza de la mujer (hembra).
Por consiguiente nadie aquí en la tierra
está autorizado, ni mucho menos podrá tomar control de aquel que está por
encima del otro, de acuerdo a la jerarquía celestial en la tierra.
No hay familia que deba renunciar a las
bendiciones que Dios tiene preparado para cada uno de sus miembros.
Cuando usted le permites intervenir a Dios
en su vida, es entonces cuando comienzas a recibir guía y fortaleza para lograr
ser fiel con todos y puedes dejar atrás todo fracaso.
Sal 103:17 Pero el amor del SEÑOR
permanece para siempre con los que le temen. ¡Su salvación se extiende a los
hijos de los hijos (18) de los que son fieles a su pacto, de los que obedecen
sus mandamientos! (19) El SEÑOR ha hecho de los cielos su trono, desde allí
gobierna todo.
Cuando alguien inicia el proceso y toma
la responsabilidad de ministrar fidelidad en la familia de Cristo, dando
testimonio de estar en el camino correcto, sin duda esa familia es transformada
por la mano del Señor.
Cuando este principio entra en la gran
familia cristiana, me refiero a un hombre y una mujer unidos entre sí, también
debe compartirse entre las familias que aún no han reconocido el único camino a
la salvación, que es Jesucristo, el Hijo de Dios.
Algo que sin duda te ayudará a
encontrarte con la práctica de la fidelidad en tu familia es fijar un tiempo,
al menos dos o tres veces por semana, donde se reúnan para leer La Biblia, Orar
juntos y pedirle a Dios ayuda para ser fieles a sus consejos y mandamientos, mediante
la Oración y Renovación Personal, recibiendo y entregando el perdón del Señor.
1Jn 3:2 Queridos amigos, ya somos
hijos de Dios, pero él todavía no nos ha mostrado lo que seremos cuando Cristo
venga. Pero sí sabemos que seremos como él, porque lo veremos tal como él es. (3)
Y todos los que tienen esta gran expectativa se mantendrán puros, así como él
es puro. (4) Todo el que peca viola la ley de Dios, porque todo pecado va en
contra de la ley de Dios. (5) Y ustedes saben que Jesús vino para quitar
nuestros pecados, y en él no hay pecado. (6) Todo el que siga viviendo en él no
pecará; pero todo el que sigue pecando no lo conoce ni entiende quién es él.
Para finalizar este mensaje debemos recordar
estos cincos compromisos:
1 Cada
integrante de la familia de Dios tiene libre albedrío, y hay que respetar su
opinión, siempre y cuando sea beneficiosa para la iglesia y su hogar.
2 Nuestro
deber es comunicar la verdad, para que podamos ser transformados en lo que Dios
desea que seamos.
3 Nunca
debemos obligar a otros a que confíen en Dios por nuestro gusto propio, porque
por medio de la palabra todo aquel que la lea y entienda sabrá que solo Dios es
el que nos transforma.
4 Todo
cristiano verdadero debe ser fiel a Dios primero, una vez siendo fiel a Dios en
todo, este podrá entonces serlo con su familia en su hogar.
5 Dios
te entregará autoridad para la tarea que Él te permitirá que usted ejecute.
Aceptando estos principios Por esto y más
debemos pedirle a Dios.
Señor, que podamos alcanzar la fidelidad
total en nuestras familias.
Señor, úsanos para poder ministrar a
otras familias la fidelidad recíproca.
Señor, gracias por tu fidelidad para con
nosotros.
Iglesia, mientras estemos bajo la
cobertura de nuestro Padre Celestial, todo buen cristiano verdadero debe Tomar
la decisión de respetar a cada miembro de su familia y de demostrarles el amor
y la fidelidad de Dios a través de actos de servicio.
Josué 24:14-18 »Por lo tanto, teme
al SEÑOR y sírvelo con todo el corazón. Echa fuera para siempre los ídolos que
tus antepasados adoraron cuando vivían del otro lado del río Éufrates y en
Egipto. Sirve sólo al SEÑOR. (15) Pero si te niegas a servir al SEÑOR, elige
hoy mismo a quién servirás. ¿Acaso optarás por los dioses que tus antepasados
sirvieron del otro lado del Éufrates? ¿O preferirás a los dioses de los
amorreos, en cuya tierra ahora vives? Pero en cuanto a mí y a mi familia,
nosotros serviremos al SEÑOR. (16) El pueblo respondió: —Nosotros jamás
abandonaríamos al SEÑOR ni serviríamos a otros dioses. (17) Pues el SEÑOR
nuestro Dios es el que nos rescató a nosotros y a nuestros antepasados de la
esclavitud en la tierra de Egipto. Él hizo milagros poderosos ante nuestros
propios ojos. Cuando andábamos por el desierto, rodeados de enemigos, él nos
protegió. (18) Fue el SEÑOR quien expulsó a los amorreos y a las otras naciones
que vivían aquí, en esta tierra. Por lo tanto, nosotros también serviremos al
SEÑOR, porque sólo él es nuestro Dios
Gracia y Paz.
Pastor y
Administrador, Rogers Infante.
Bendiciones a
mis hermanos en la paz verdadera.
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