EL REINO ES VERDADERO
Busquemos en la palabra de
Dios.
Jeremías
33:2-3 «Esto dice el
SEÑOR, el SEÑOR que hizo la tierra, que la formó y la estableció, cuyo nombre
es el SEÑOR: pídeme y te
daré a conocer secretos sorprendentes que no conoces acerca de lo que está por
venir.
Cuando leemos un versículo
como este, podemos decir que Jesús el Hijo de Dios, tenía entre muchas, dos
características especiales de las cuales debemos aprender y practicar.
La primera característica es
el conocimiento verdadero de Dios.
Y la segunda, una
dependencia absoluta de su Padre.
La primera característica de
Jesús, el conocimiento de Dios, nos enseña que solo Él estaba calificado para
revelar el Reino de Dios en verdad y justicia.
¿Por qué es el
único?
Porque Él es el único que ha
estado en el cielo y nos ha traído el conocimiento de Dios para enseñarlo al
mundo entero.
Juan 3:13 Nadie jamás fue al
cielo y regresó, pero el Hijo del Hombre* bajó del cielo.
Jesús, estaba calificado
para declarar a Dios y darlo a conocer.
Este calificado para hablar
de cosas celestiales y revelar lo que por muchos siglos estuvo sin conocer por
el hombre.
Jesús, nuestro salvador
tiene la autoridad de su padre para revelarnos el plan de salvación de Dios por
medio de la muerte y resurrección de su hijo.
Por lo tanto,
el primer reto al que la palabra de Dios nos llama hoy es a conocerle por medio
de la oración y de su Palabra.
Lo que está escrito en la
Biblia nos revela a Cristo y nos muestra la salvación de nuestra alma por medio
del conocimiento de aquel que nos llama de la oscuridad a la luz verdadera.
Estudiar lo que
está escrito de Jesús es conocer la manera en que puedo ser un hombre nuevo y
libre del pecado.
Entonces sí creo, persevero
y práctico sus enseñanzas seré salvo.
Mateo 24:13 Pero el que se
mantenga firme hasta el fin será salvo.
Escuche esto, Solo Cristo
puede revelarnos y llevarnos al Padre porque solo Él tiene un conocimiento
íntimo de Dios.
Juan 14:6 Jesús le
contestó: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no
es por medio de mí.
Jesús habla del cielo como
un lugar real.
No como algunos incrédulos
creen, los cuales piensas que el cielo es un estado de la mente humana y que no
existe realmente.
Cuando
conocemos la palabra de Dios, podemos afirmar que Jesús describió al cielo como un hogar amante
donde mora el Padre.
Es decir un lugar de «Mansiones».
Pero que en griego es en realidad «lugares de
permanencia».
En otras palabras habla de la permanencia de nuestro
hogar celestial.
Lo que si debemos entender, es que el cielo
es un lugar preparado para gente preparada.
No es para todo el mundo.
Solo para los que le son fieles y
obedientes a Dios y a su Hijo Jesús.
En esta tierra muchos se burlaran de nosotros.
Se burlaran de la forma como predicamos la verdad.
Pero a pesar de esto, debemos seguir adelante.
Jesús paso por lo mismo y al final siguió enseñando el
evangelio de salvación.
Marcos 6:3-6 Y se burlaban:
«Es un simple carpintero, hijo de María* y hermano de Santiago, José,*
Judas y Simón. Y sus hermanas viven aquí mismo entre nosotros». Se sentían
profundamente ofendidos y se negaron a creer en él. Entonces Jesús les dijo: «Un profeta recibe
honra en todas partes menos en su propio pueblo y entre sus parientes y su
propia familia». Y, debido a la
incredulidad de ellos, Jesús no pudo hacer ningún milagro allí,
excepto poner sus manos sobre algunos enfermos y sanarlos. Y estaba asombrado de su incredulidad. Después Jesús fue
de aldea en aldea enseñando a la gente.
Iglesia, Jesús está construyendo un hogar celestial para todos los que
confían realmente en Él.
Y Él regresará para recibir a los suyos.
El Apóstol Pablo más tarde amplió esta promesa.
1Tesalonisenses
4:13-18 Y ahora, amados hermanos, queremos que sepan lo que
sucederá con los creyentes que han muerto,* para que no se entristezcan como los
que no tienen esperanza. Pues, ya que
creemos que Jesús murió y resucitó, también creemos que
cuando Jesús vuelva, Dios traerá junto con él a los creyentes que hayan muerto.
Les decimos lo siguiente de parte del Señor: nosotros,
los que todavía estemos vivos cuando el Señor regrese, no nos encontraremos con
él antes de los que ya hayan muerto. Pues el Señor mismo descenderá del cielo con un grito
de mando, con voz de arcángel y con el llamado de trompeta de Dios. Primero,
los cristianos que hayan muerto* se levantarán de sus tumbas. Luego, junto con ellos, nosotros los que aún sigamos
vivos sobre la tierra, seremos arrebatados en las nubes para encontrarnos con
el Señor en el aire. Entonces estaremos con el Señor para siempre. Así que anímense unos a otros con estas
palabras.
Si Jesús, el Hijo de Dios, hubiera permanecido en la
tierra, no podría haber preparado el hogar celestial para los suyos.
Entonces haríamos la siguiente pregunta:
¿Cómo pueden los pecadores esperar ir al cielo
algún día?
¡Por medio de Cristo!
En Lucas 15:11-24, nos habla de la historia
del hijo pródigo, y esta historia está íntimamente conectada
con Juan 14:6.
En la historia podemos
apreciar que el hijo estaba perdido o muerto espiritualmente.
Lucas 15:24 porque este
hijo mío estaba muerto y ahora ha vuelto a la vida; estaba perdido y ahora ha
sido encontrado”.
Pero, este joven ¡vino al Padre! (15:20).
Lucas 15:20 »Entonces regresó a la casa de su padre. Y,
cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio llegar. Lleno de amor y de
compasión, corrió hacia su hijo, lo abrazó y lo besó.
Que podemos decir sobre esto.
1 Que estaba perdido, pero Cristo es el camino.
2 Que era ignorante, pero Cristo es la verdad.
3 Que estaba muerto (espiritualmente), pero Cristo es la
vida.
Cuantos de nosotros hemos pasado por esta situación.
Lamentablemente muchos se
han quedado en esa situación que hoy viven y no desean volver al Padre porque
no quieren someterse a su obediencia y fidelidad.
Efesios
4:13-15 Ese proceso continuará hasta que todos alcancemos tal
unidad en nuestra fe y conocimiento del Hijo de Dios que seamos maduros en el
Señor, es decir, hasta que lleguemos a la plena y completa medida de Cristo. Entonces ya no seremos inmaduros como los niños. No
seremos arrastrados de un lado a otro ni empujados por cualquier corriente de
nuevas enseñanzas. No nos dejaremos llevar por personas que intenten engañarnos
con mentiras tan hábiles que parezcan la verdad. En cambio, hablaremos la verdad con amor y así creceremos
en todo sentido hasta parecernos más y más a Cristo, quien es la cabeza de su
cuerpo, que es la iglesia.
La invitación de Dios es que
seamos como Jesús, imitando su dependencia total al Padre.
Él buscaba cada mañana en
oración esa intimidad con su Padre y nos enseña que nosotros debemos actuar de
igual manera.
Efesios 2:4-10 Pero Dios es
tan rico en misericordia y nos amó tanto que, a pesar de que estábamos muertos por causa de nuestros
pecados, nos dio vida cuando levantó
a Cristo de los muertos. (¡Es sólo por la gracia de Dios que ustedes
han sido salvados!) Pues nos
levantó de los muertos junto con Cristo y nos sentó con él en los lugares
celestiales, porque estamos unidos a Cristo Jesús. De modo que, en los tiempos futuros, Dios puede ponernos
como ejemplos de la increíble riqueza de la gracia y la bondad que
nos tuvo, como se ve en todo lo que ha hecho por nosotros, que estamos unidos a
Cristo Jesús. Dios los salvó por su
gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de
Dios. La salvación no es un
premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que
ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo. Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de
nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para
nosotros tiempo atrás.
Dios nos llama a todos al
arrepentimiento y a hacernos como niños totalmente dependientes de Él; esto
reside en la confianza en sus promesas, ya que debemos estar completamente
seguros que lo que Él dice en su Palabra se cumplirá y determinará nuestra
vida.
Nuestra esperanza se
sustenta en lo que Dios dice y no en las circunstancias.
De esta forma, en total
dependencia por medio de las promesas que nos ha dado en la escritura, vamos
día a día en cada situación, que crecemos espiritualmente, porque vamos
probando del dulce néctar de su voluntad.
Preste atención a esto: Cuando
en nuestra vida, el conocimiento de Cristo por medio de la Palabra se hace viva
y eficaz en nosotros, solo entonces empezamos a transformar nuestro corazón,
nuestro entorno personal y aun el familiar.
Filipenses
2:3-9 No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie.
Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes. No se ocupen sólo de sus propios intereses, sino
también procuren interesarse en los demás. Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús. Aunque era Dios,* no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo
cual aferrarse. En cambio,
renunció a sus privilegios divinos;* adoptó la humilde posición de un esclavo* y
nació como un ser humano. Cuando apareció en forma de hombre,* se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió
en una cruz como morían los criminales. Por lo tanto, Dios lo elevó al lugar de máximo honor y le dio el
nombre que está por encima de todos los demás nombres
Existe algo en este mundo y
es algo que constantemente está en contienda con los demás.
Estoy hablando en un ámbito
espiritual.
Es decir que el modelo del
mundo es estar por encima de los demás.
Y esto es influencia espiritual.
Dicho de otra manera: Es un modelo competitivo y
jerarquizado, basado en que los demás “hagan lo que yo pienso y digo”.
Observamos por ejemplo cómo
los gobernantes o personas de responsabilidades en el gobierno toman decisiones
basadas en sí mismos y no en los principios Bíblicos.
Esto denota
que sirven a sus propios intereses, y demuestra que no asumen su
responsabilidad como un servicio sino como una oportunidad de ejercer mando.
El hombre sin Dios, en su
orgullo, busca dinero y poder.
Mientras que el hombre teniendo
a Jesús en su corazón, busca servirle y obedecerle fielmente.
Por eso el modelo
de Dios, busca que el hombre no se enseñoree de los demás.
Mucho menos busca
dominar o ejercer control sobre otros.
Más bien lo que hace es servir
con amor, edificación y humildad, formando en nosotros el carácter de Cristo
quien se hizo siervo y fue obediente hasta la muerte, con el fin de salvar
nuestra alma y enseñarnos un modelo de servicio, basado en los mandamientos.
Cuando realmente servimos en
obediencia y fidelidad, el premio es una morada en los cielos.
Dice la palabra:
Mateo 22:36-40 —Maestro, ¿cuál es el mandamiento más
importante en la ley de Moisés? Jesús contestó:
—“Amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu
mente”*. Éste es el primer mandamiento y el más importante. Hay un segundo mandamiento que es igualmente importante: “Amarás a tu
prójimo como a ti mismo”*. Toda la ley y
las exigencias de los profetas se basan en estos dos mandamientos.
Por lo tanto demostremos el
amor y la obediencia a Dios, amando y sirviendo a la Iglesia y a nuestro
prójimo.
Cuando Jesús partió de este
mundo lo hizo con el propósito de volver por su pueblo.
Juan 14:5-6 —No, Señor, no lo conocemos —dijo
Tomás —. No tenemos ni idea de adónde vas, ¿cómo vamos a conocer el camino? Jesús le contestó: —Yo soy el camino, la
verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí.
Muchas personas de hoy en
día, están repitiendo esa misma pregunta que lanzo Tomas.
Y lo hacen porque no saben
el propósito de su vida, que caminan una senda de incertidumbre y afanes.
Otros, convencidos por
ilusiones y luces brillantes, transitan rumbo a una meta simplemente temporal.
Cuando llegan a obtenerla se
dan cuenta que caminaron con rumbo a algo de la que no valió la pena tanto
esfuerzo, porque no logró la satisfacción que anhelaban.
Sólo Jesús produce esa total
satisfacción y paz, porque Él es el único camino que al recorrerlo su destino
es la vida eterna.
Todos los otros caminos terminan en la muerte.
El camino de los católicos, es camino de muerte.
El camino del pentecostés, es camino de muerte.
El camino de los bautistas, es camino de muerte.
El camino de los adventistas, es camino de muerte.
El camino de los mormones, es camino de muerte.
El camino de los Testigos de Jehová, es camino de
muerte.
El camino de los presbiterianos, es camino de
muerte. Etc.
Solo hay un solo camino, y
ese camino está en seguir a Jesús y su palabra escrita en la Biblia.
Jesús nunca dijo ser o
pertenecer a estas sextas del diablo.
Por eso nosotros no seguimos
a ninguna denominación humana.
Nosotros seguimos las
enseñanzas de los apóstoles de la Biblia y el único camino que es Jesús.
Así que decide hoy, caminar
con Jesús.
Lee la palabra de Dios.
Atesora sus enseñanzas en tu
corazón.
Porque el camino de Jesús,
es camino de vida.
Él es en sí mismo el camino
que debemos recorrer.
Su Palabra es la brújula
para no extraviarnos del camino.
Su Espíritu viviendo en
nosotros gracias a la fe en Él, es la verdadera luz en medio de la oscuridad
que nos ilumina la senda de esta vida, llena de desvíos a destinos inciertos.
Su palabra
dice y con esto termino.
Isaías 51:7-8 »Escúchenme, ustedes que distinguen entre
lo bueno y lo malo, ustedes que atesoran mi ley en el corazón. No teman las
burlas de la gente, ni tengan miedo de sus insultos. Pues la polilla los devorará a ellos como
devora la ropa y el gusano los comerá como se come la lana. Pero mi justicia
permanecerá para siempre; mi salvación continuará de generación en generación».
Josué 1:9 Mi mandato es: “¡Sé fuerte y valiente! No tengas
miedo ni te desanimes, porque el SEÑOR tu Dios está contigo dondequiera que
vayas”».
Esta
hermosa promesa está disponible para todo aquel que le crea; ya
que no estamos solos, pues tenemos a nuestro señor que nunca duerme
y día y noche nos acompaña.
Finalmente por usted y por mí,
si somos fieles a su palabra, El Señor desbaratará puertas y muros
de bronces y hará pedazos cerrojos de hierros.
Por
lo que pidámosle que al levantarnos cada mañana, nos ayude a
perseverar firmes en la fe, ya que en la vida lo más importante es nuestra
salvación; y para lograr la vida eterna, tenemos que defenderla con amor y
temblor.
Isaías 45:2-3 Esto dice el SEÑOR: «Iré
delante de ti, Ciro, y allanaré los montes;* echaré abajo las puertas de bronce
y cortaré las barras de hierro. Te daré tesoros
escondidos en la oscuridad, riquezas secretas. Lo haré para que sepas que yo
soy el SEÑOR, Dios de Israel, el que te llama por tu nombre.
Dios es
bueno, agradable, amor, fuego consumidor y perfecto y no hay nadie como Él.
Gracia y
Paz.
Pastor y Administrador,
Rogers infante.
Que Dios
les bendiga.
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