UNA CITA CON JESUCRISTO.
Oración del
Pastor.
Señor en este día te doy
gracia por haberme dado la salvación como un don de pura gracia, un regalo del
cielo. Ahora quiero permanecer en fidelidad a ti, construyendo en la tierra la
obra del Señor y que sea digna de recompensa que recibiré de tu mano cuando me
presente delante de ti. Te amo Señor, amén."
Busquemos en
la palabra de Dios
2Corintios
5:9-10 Así que, ya sea que estemos aquí en este
cuerpo o ausentes de este cuerpo, nuestro objetivo es agradarlo a él. Pues todos tendremos que estar delante de Cristo para ser
juzgados. Cada uno de nosotros recibirá lo que merezca por lo bueno o lo
malo que haya hecho mientras estaba en este cuerpo terrenal.
Cuando escuchamos la palabra
"tribunal" de inmediato pensamos en un lugar de juicio y castigo por
haber infringido la ley.
Pero para todo creyente, hay
una cita fijada por Dios, donde debe comparecer a un estrado para rendición de
cuentas, donde todo se pondrá de manifiesto sea bueno o sea malo.
Dios ha puesto
en nuestras manos las herramientas necesarias para que podamos administrar:
La Vida, El Tiempo, El Dinero, Los Talentos, La
Familia, El Cuidado de los Hijos, etc.
Y la pregunta es: ¿hemos hecho conforme a su voluntad, o conforme a la
nuestra?
Recordemos que
somos simples mayordomos que algún día señalado por Dios, nos presentaremos
ante Él.
Y en ese gran
día entregaremos las cuentas de todo lo que hemos hecho.
Jesús se refirió a ese gran
día en varias ocasiones.
Por ejemplo en la parábola de los talentos.
Allí al buen administrador
le dijo:
Mateo 25:23 »El amo dijo: “Bien hecho, mi buen siervo
fiel. Has sido fiel en administrar esta pequeña cantidad, así que ahora te daré
muchas más responsabilidades. ¡Ven a celebrar conmigo!”.
Y al siervo infiel le dijo:
Mateo 25:26-29 »Pero el amo respondió: “¡Siervo perverso y
perezoso! Si sabías que cosechaba lo que no sembré y recogía lo que no cultivé,
¿por qué no depositaste mi dinero en el banco? Al menos hubiera podido obtener
algún interés de él”. »Entonces ordenó: “Quítenle el dinero a este siervo y
dénselo al que tiene las diez bolsas de plata. A los que usan bien lo que se les da, se les dará aún más y
tendrán en abundancia; pero a los que no hacen nada se les quitará aun lo poco
que tienen.
Igualmente nosotros
rendiremos cuentas al dueño del universo.
La Biblia dice:
1Corintios 4:5 Así que no
juzguen a nadie antes de tiempo, es decir, antes de que el Señor vuelva. Pues
él sacará a la luz nuestros secretos más oscuros y revelará nuestras
intenciones más íntimas. Entonces Dios le dará a cada uno el reconocimiento que
le corresponda.
Aquí cada uno recibe su reconocimiento
delante de Dios.
Pero también mirará las intenciones de nuestro corazón.
Porque muchas buenas obras
pueden hacerse buscando vanagloria y el reconocimiento del público.
Por eso Dios tomará en
cuenta los motivos de nuestras obras.
Dios tiene un registro perfecto y absoluto de cada
detalle de nuestra vida.
Ahora, el hecho de saber que
un día vamos a tener que presentarnos delante del Señor, nos impulsa a tomar
con responsabilidad la vida cristiana y tomar en serio esto de ser mayordomos.
Pues lo que ha
sido hecho para el Señor, nunca perderá su gran valor delante de sus ojos.
Hermano, que esta cita ante
el tribunal de Cristo hable a nuestro corazón, para que tratemos de vivir la
vida en obediencia y fidelidad, con la perspectiva de aquel gran día en que
daremos cuentas al Señor.
1Corintios
3:10-17 Por la gracia que Dios me dio, yo eché los
cimientos como un experto en construcción. Ahora otros edifican encima. Pero
cualquiera que edifique sobre este fundamento tiene que tener mucho cuidado. Pues nadie puede poner un fundamento distinto del que ya
tenemos, que es Jesucristo. El que edifique sobre este fundamento podrá usar una
variedad de materiales: oro, plata, joyas, madera, heno u hojarasca. Pero el día del juicio, el fuego revelará la clase
de obra que cada constructor ha hecho. El fuego mostrará si la obra de alguien
tiene algún valor. Si la obra
permanece, ese constructor recibirá una recompensa. Pero, si la obra se consume, el constructor sufrirá una gran
pérdida. El constructor se salvará, pero como quien apenas se escapa
atravesando un muro de llamas. ¿No se dan cuenta de que todos ustedes juntos
son el templo de Dios y que el Espíritu de Dios vive en* ustedes? Dios destruirá a cualquiera que destruya este
templo. Pues el templo de Dios es santo, y ustedes son este templo.
La salvación es una dadiva
por gracia divina.
Por tanto no es una
recompensa.
En el tribunal
de Cristo se darán las recompensas a cada creyente según las obras que haya
hecho en obediencia y fidelidad al Señor.
Se requerirá entonces del
creyente, que dé cuentas de cómo ha servido al Señor.
Debemos hacernos esta
pregunta:
¿Hemos usado bien
los dones y recursos que nos han sido dados por el Señor?
Porque habrá aquellos que
han obrado erradamente, y su obra será quemada.
Es decir: No recibirán recompensa, y su salvación dependerá de
un hilo ante el tribunal.
Para otros, su obra
permanecerá, y recibirán recompensa por su labor.
El Apóstol Juan exhortó a
los creyentes a permanecer en Cristo, a fin de que como obrero, no tuviera que
avergonzarse ante el Señor en su venida.
Por eso dijo:
1Juan 2:28-29 Y ahora,
queridos hijos, permanezcan en comunión con Cristo para que, cuando él
regrese, estén llenos de valor y no se alejen de él avergonzados. Ya que sabemos que Cristo es justo, también sabemos que
todos los que hacen lo que es justo son hijos de Dios.
Cuando una persona lee estos
versículos, de inmediato debe examinar su vida.
Y realizarse la siguiente
pregunta:
¿Qué tanto
cumplimos con la Palabra de Dios?
Tenga muy presente que la
Palabra de Dios, La Biblia, habla de creyentes recibiendo coronas:
Santiago 1:12-16 Dios bendice a los que soportan con
paciencia las pruebas y las tentaciones, porque después de
superarlas, recibirán la corona de vida que Dios ha prometido a quienes lo
aman. Y, cuando sean tentados, acuérdense de no
decir: «Dios me está tentando». Dios nunca es tentado a hacer el mal y jamás
tienta a nadie. La tentación viene de
nuestros propios deseos, los cuales nos seducen y nos arrastran. De esos deseos nacen los actos pecaminosos, y el pecado,
cuando se le deja crecer, da a luz la muerte. Así que no se dejen engañar, mis
amados hermanos.
El tribunal de Cristo es un
momento de encuentro personal con Cristo.
Y al mismo tiempo es un
momento de gloria y no de temor, ni de castigo, sino para recibir de él, la
recompensa por nuestro servicio.
Esto será inmediatamente
después del arrebatamiento de la Iglesia, y el Apóstol Pablo lo habla así:
1Tesalonisenses
4:15-18 Les decimos lo siguiente de parte del Señor: nosotros,
los que todavía estemos vivos cuando el Señor regrese, no nos encontraremos con
él antes de los que ya hayan muerto. Pues el Señor mismo descenderá del cielo con un grito
de mando, con voz de arcángel y con el llamado de trompeta de Dios. Primero,
los cristianos que hayan muerto* se levantarán de sus tumbas. Luego, junto con ellos, nosotros los que aún sigamos
vivos sobre la tierra, seremos arrebatados en las nubes para encontrarnos con
el Señor en el aire. Entonces estaremos con el Señor para siempre. Así que anímense unos a otros con estas
palabras.
Y en 2Timoteo leemos:
2Timoteo 4:7-8 He peleado la buena batalla, he terminado
la carrera y he permanecido fiel. Y ahora me espera el premio, la corona de
justicia que el Señor, el Juez justo, me dará el día de su
regreso. Y el premio no es sólo para mí, sino para todos los que esperan con
anhelo su venida.
Hermano, el Señor dijo en
Apocalipsis 22:12
Apocalipsis 22:12 «Miren, yo vengo pronto, y traigo
la recompensa conmigo para pagarle a cada uno según lo que haya hecho.
Por tanto, si aún hay vida
dentro de nosotros, seamos instrumentos de Cristo en su obra para llegar
gozosos delante de él.
Tengan muy presente que Él, llevó una corona de
espinas por nosotros, y ahora por nuestra fidelidad y obediencia ante Él, nos
dará una “corona de gloria”.
Por eso los verdaderos
creyentes, debemos darle al Señor, las ofrendas que siempre traigan gozo, ante
Él y nosotros.
Porque de esa manera Dios
nos dará Consuelo, Dirección y Valor.
Hechos
17:10-14 Esa misma noche, los creyentes enviaron a Pablo y a Silas
a Berea. Cuando llegaron allí, fueron a la sinagoga judía. Y los de Berea tenían una mentalidad más abierta que
los de Tesalónica y escucharon con entusiasmo el mensaje de Pablo. Día tras día
examinaban las Escrituras para ver si Pablo y Silas enseñaban la verdad. Como resultado, muchos judíos creyeron como también lo
hicieron muchos griegos prominentes, tanto hombres como mujeres. Pero, cuando unos judíos de Tesalónica se enteraron de
que Pablo predicaba la palabra de Dios en Berea, fueron allá y armaron un
alboroto. Los creyentes
enseguida tomaron medidas y enviaron a Pablo a la costa, mientras que Silas y
Timoteo permanecieron allí.
Y en libro Josué se dice:
Josué 1:7-9 Sé fuerte y muy
valiente. Ten cuidado de obedecer todas las instrucciones que Moisés te dio. No
te desvíes de ellas ni a la derecha ni a la izquierda. Entonces te irá bien en
todo lo que hagas. Estudia
constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día y de noche
para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito. Sólo entonces
prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas. Mi mandato es: “¡Sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni
te desanimes, porque el SEÑOR tu Dios está contigo dondequiera que vayas”».
Iglesia, en momentos de
profunda crisis, cuando estamos angustiados.
Cuando las cosas no salen
como esperabas y te encuentras desconsolado y sin dirección, siempre hay una
Palabra de verdad que te da la garantía de lo que esperas, la convicción de lo
que no se ve y que llegará en el momento preciso, a transformar tu situación o
a darte la fuerza para resistir el momento amargo.
La Palabra de
Dios actúa sobrenaturalmente en nuestra vida.
No somos los
mismos, luego de que hemos escudriñado la escritura de Dios con ansias de
encontrar las respuestas que buscamos, pues es el único libro que tiene la
respuesta correcta a las dudas existenciales más profundas que tenemos.
Ya sea soledad, dolor,
cansancio, desánimo o cualquier situación por que estemos pasando, la Palabra
de Dios da el entendimiento para salir del encierro profundo y junto con la
oración podemos tener la confianza de que Dios actuará poderosamente, porque es
su naturaleza.
La palabra de Dios lo dice
claramente en Lucas 1:37.
Lucas 1:37 Pues nada es imposible para Dios.*
Apreciados hermanos, antes
de que vayamos a acudir al tribunal de Cristo, acudamos desde ya a la escritura
en todo tiempo y sin dudar, para hallar el adecuado consuelo, dirección y valor
para enfrentar las dificultades; o cuando sufrimos, pues Dios nos ayuda para
que así mismo podamos ayudar a otros que sufren o tienen problemas.
2Corintios
1:3-6 Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor
Jesucristo. Dios es nuestro Padre misericordioso y la fuente de todo consuelo. Él
nos consuela en todas nuestras dificultades para que nosotros podamos consolar
a otros. Cuando otros pasen por dificultades, podremos ofrecerles el mismo
consuelo que Dios nos ha dado a nosotros. Pues, cuanto más sufrimos por Cristo, tanto más Dios nos
colmará de su consuelo por medio de Cristo. Aun cuando estamos abrumados por dificultades, ¡es para el
consuelo y la salvación de ustedes! Pues, cuando nosotros somos consolados,
ciertamente los consolaremos a ustedes. Entonces pueden soportar con paciencia
los mismos sufrimientos que nosotros. Tenemos la plena confianza de que, al participar ustedes de nuestros
sufrimientos, también tendrán parte del consuelo que Dios nos
da.
Ya para
terminar apreciados hermanos, Dios nos hace el llamado más especial en Cristo y
nos da a su Espíritu para dotarnos de capacidad para dar testimonio de su
salvación, su gran amor y su justicia en Jesús (2Corintios
1:21-22).
Tenemos entonces todo el
potencial, para servir al Señor con toda diligencia, pero debemos capacitarnos
para que manejemos con precisión la Palabra de Dios.
Para que por
la dirección y el ejemplo de maestros y pastores que Dios ha preparado para la
edificación de la iglesia, crezcamos cada día más en el conocimiento de Cristo.
Esto llevará a que podamos
ser siervos humildes, amables y preparados en la enseñanza de la verdad, para
que al dar razón de nuestra fe a otros, Dios en su misericordia les conceda a
quienes les llevamos el mensaje y a quienes nos observan, que se arrepientan
para que sean conducidos al conocimiento de Jesucristo. (2Timoteo 2).
El llamado de
hoy es a que iniciemos una preparación detallada, consciente, para que no
seamos mediocres espirituales, sino soldados preparados altamente en hacer lo
que agrada a Dios.
Creyentes que se han
preparado de la mejor manera para ganar la competencia y que pueden ser usados
por Dios de manera sobrenatural y así hacer su voluntad; llevando el mensaje de
luz y esperanza a un mundo agobiado por las mentiras y las falsas enseñanzas
que llevan a la muerte.
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante.
Que Dios le bendiga.
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