LAS PALABRAS EDIFICAN O DESTRUYEN
Efesios 4:29 No empleen un
lenguaje grosero ni ofensivo. Que todo lo que digan sea bueno y útil, a fin de
que sus palabras resulten de estímulo para quienes las oigan.
Proverbios
18:21 La lengua puede traer vida o muerte; los que hablan mucho
cosecharán las consecuencias.
Nuestras palabras son muy determinantes
en nuestra vida.
Ya que lo que decimos viene
de nuestro corazón como lo dice Mateo 12:34 y
esta refleja nuestro estado interior.
Lamentablemente
el ser humano está usando las palabras para destruir y no para construir.
La Palabra de Dios nos
enseña que procuremos hablar cosas que contribuyan a La Paz y a la edificación
mutua.
Romanos
14:17-19 Pues el reino de Dios no se trata de lo que comemos o
bebemos, sino de llevar una vida de bondad, paz y alegría en el
Espíritu Santo. Si tú sirves a
Cristo con esa actitud, agradarás a Dios y también tendrás la aprobación de los
demás. Por lo tanto, procuremos que haya
armonía en la iglesia y tratemos de edificarnos unos a otros.
Por eso es muy importante
que quitemos de nuestro lenguaje palabras groseras, deshonestas u ofensivas.
Efesios 5:2-4 Vivan una vida
llena de amor, siguiendo el ejemplo de Cristo. Él nos amó* y se ofreció a sí mismo
como sacrificio por nosotros, como aroma agradable a Dios. Que no haya ninguna inmoralidad sexual, impureza ni
avaricia entre ustedes. Tales pecados no tienen lugar en el pueblo de Dios. Los
cuentos obscenos, las conversaciones necias y los chistes groseros no son para
ustedes. En cambio, que haya una actitud de agradecimiento a Dios.
Colosenses
3:7-9 Ustedes solían hacer esas cosas cuando su vida aún
formaba parte de este mundo. Pero ahora es
el momento de eliminar el enojo, la furia, el comportamiento malicioso, la
calumnia y el lenguaje sucio. No se mientan unos a otros, porque ustedes ya se
han quitado la vieja naturaleza pecaminosa y todos sus actos perversos.
El problema radica en que
muchas veces sin usar lenguaje vulgar ofendemos a las demás personas.
Por ejemplo:
Cuando somos
despectivos, cuando humillamos con cosas materiales, cuando criticamos teniendo
como fin que la persona sienta dolor pero no que sea corregida con amor.
Escuche esto: el edificar a otra persona con nuestras
palabras tiene dos componentes esenciales.
El primero es la verdad
radical y sincera.
Y la segunda es la
amabilidad.
Colosenses 3:12 Dado que Dios los eligió para que
sean su pueblo santo y amado por él, ustedes tienen que vestirse de tierna
compasión, bondad, humildad, gentileza y paciencia. Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen
a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que
ustedes deben perdonar a otros.
Y el libro de los Efesios,
encontramos:
Efesios 4:32 Por el contrario, sean amables unos con
otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como
Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo.
Iglesia el amor
debe ser la motivación con que corregimos a otras personas.
Por eso debemos
aconsejar por medio de la Palabra de Dios, para que el Espíritu de Dios sea
quien lo convenza, de pecado, de juicio y de justicia.
Debemos llevar
siempre a la persona con nuestras palabras a que, cada vez más, ame y confié en
Dios para que salga de su error, pues al final sólo Dios puede cambiar el
corazón.
Tenga muy presente que
nuestras palabras deben estar sazonadas con la sal del amor, con la esperanza y
paz que abundan en la Palabra de Cristo.
Colosenses 3:16-17 Que el mensaje de Cristo, con toda su
riqueza, llene sus vidas. Enséñense y aconséjense unos a otros con toda
la sabiduría que él da. Canten salmos e himnos y canciones espirituales a Dios
con un corazón agradecido. Y todo lo que
hagan o digan, háganlo como representantes del Señor Jesús
y den gracias a Dios Padre por medio de él.
Ahora te hago esta pregunta:
¿Tus palabras
edifican o destruyen?
Iglesia,
la palabra de Dios nos da libertad.
Lucas 4:18-21 «El Espíritu del SEÑOR está sobre mí,
porque me ha ungido para llevar la Buena Noticia a los pobres. Me ha enviado a
proclamar que los cautivos serán liberados, que los ciegos verán, que los
oprimidos serán puestos en libertad, y que ha llegado el tiempo del favor del SEÑOR»*. Lo enrolló de nuevo, se lo entregó al ayudante y se
sentó. Todas las miradas en la sinagoga se fijaron en él. Después Jesús comenzó a hablarles: «La Escritura
que acaban de oír, ¡se ha cumplido este mismo día!».
Gálatas 5:1 Por lo tanto,
Cristo en verdad nos ha liberado. Ahora asegúrense de permanecer libres y no se
esclavicen de nuevo a la ley.
Sin Cristo en nuestro
corazón estamos cautivos y oprimidos.
Pues vino a liberarnos
radicalmente.
Sólo Él tiene el poder para
hacerlo en verdad (Juan 8:36).
Juan 8:34-36 Jesús contestó:
—Les digo la verdad, todo el que comete pecado es esclavo del pecado. Un esclavo no es un miembro permanente de la familia,
pero un hijo sí forma parte de la familia para siempre. Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes
son verdaderamente libres.
Pues fácilmente muchas cosas
nos pueden hacer esclavos, pero estando en Cristo, no dejaremos que nada nos
domine.
1Corintios
6:12 Ustedes dicen: «Se me permite hacer cualquier
cosa», pero no todo les conviene. Y, aunque: «Se me permite hacer cualquier
cosa», no debo volverme esclavo de nada.
La herramienta principal que
tenemos para experimentar esa libertad es su Palabra, porque podemos andar con
toda libertad si seguimos y cumplimos sus enseñanzas.
Salmos 119:45 Caminaré en libertad,
porque me he dedicado a tus mandamientos.
Esta fue su
misión, traer a nosotros libertad por medio de su preciosa sangre, y traer en
sí mismo la verdad, para que creyendo en Él, dejáramos de estar cautivos de
nuestros propios deseos, del pecado y de las mentiras que hay en el mundo, los
cuales conllevan a la muerte.
Nuestra firmeza en la vida
está en que guardemos su Palabra.
Cada enseñanza es una llave
para sacarnos de algún encierro en que se encuentre nuestra mente.
Y cada principio que ponemos
en práctica nos saca de la oscuridad a la luz verdadera.
Gocemos de
esta libertad, que fue conseguida con el sufrimiento del hijo de Dios, andando
guiados por su Espíritu, pues donde está el Espíritu de Dios allí hay libertad.
No vivamos oprimidos, ni
cautivos, ni esclavos del pecado, ni de ninguna circunstancia, sino más bien
sirviéndonos unos a otros con amor, pues cuanto más amor crezca en nosotros,
más libertad experimentamos.
Gálatas 5:13-14 Pues ustedes,
mis hermanos, han sido llamados a vivir en libertad. Pero no usen esa libertad
para satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa. Al contrario, usen la
libertad para servirse unos a otros por amor. Pues toda la ley puede resumirse
en un solo mandato: «Ama a tu prójimo como a ti mismo»*.
1Juan 4:16-18 Nosotros
sabemos cuánto nos ama Dios y hemos puesto nuestra
confianza en su amor. Dios es amor, y todos los que viven en amor viven en Dios
y Dios vive en ellos. Y, al vivir en
Dios, nuestro amor crece hasta hacerse perfecto. Por lo tanto, no tendremos
temor en el día del juicio, sino que podremos estar ante
Dios con confianza, porque vivimos como vivió Jesús en este mundo. En esa clase de amor no hay temor, porque el amor
perfecto expulsa todo temor. Si tenemos miedo es por temor al castigo, y esto
muestra que no hemos experimentado plenamente el perfecto amor de Dios.
Apreciados hermanos tenga muy presente que la incertidumbre del futuro
sin Dios, nos trae angustia.
Isaías 46:9-10 Recuerden las
cosas que hice en el pasado. ¡Pues sólo yo soy Dios! Yo soy Dios, y no
hay otro como yo. Sólo yo puedo
predecir el futuro antes que suceda. Todos mis planes se cumplirán porque yo
hago todo lo que deseo.
Y en proverbios 24 leemos:
Proverbios
24:13-14 Come miel, hijo mío, porque es buena, y el panal es
dulce al paladar. Así también, la
sabiduría es dulce a tu alma. Si la encuentras, tendrás un futuro brillante, y
tus esperanzas no se truncarán.
Muchas personas hoy en día
se angustian por el futuro.
E incluso algunos quieren controlar
de tal forma nuestra vida, intentando que nuestro futuro sea lo mejor posible,
pero sólo Dios tiene el control de lo que pasará mañana.
Muchas
personas que no conocen a Dios acuden a la adivinación y a consultar agoreros
para que les anticipen el futuro.
Para que les
aconsejen qué decisión deben tomar.
Otros
simplemente luchan desesperadamente buscando el futuro que se imaginan.
Pero estos
ignoran que sólo el Dios de la Biblia sabe lo porvenir.
Mucho antes de que
sucedieran las cosas presentes, Él ya se había anticipado y anunciado con miles
de años en su Palabra sobre el futuro que tendrá el mundo.
Daniel 2:28 pero hay un
Dios en el cielo, quien revela secretos y le ha dado a conocer al rey
Nabucodonosor lo que ocurrirá en el futuro. Ahora le diré lo que soñó y
las visiones que vio mientras estaba acostado en su cama.
Léase también
los capítulos de Daniel 11 y 12.
Así mismo
léase también los capítulos 18 al 21 de
libro de Apocalipsis.
Como también
lea Isaías 60.
Pero lo más sorprendente es
que Dios también conoce y tiene un plan particular lleno de esperanza y
bendiciones para cada uno de nosotros.
Él nos enseña que si
confiamos en sus promesas y en la sabiduría de sus palabras, ciertamente
tendremos un futuro cierto.
Jeremías
29:11-13 Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice
el SEÑOR—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y
una esperanza. En esos días, cuando
oren, los escucharé. Si me buscan
de todo corazón, podrán encontrarme.
Él predeterminó un plan maravilloso
de salvación para nosotros, por medio de su hijo amado Jesús, y a través de Él
nos ha hecho herederos e hijos con un futuro y una esperanza cierta e
inconmovible.
Hechos 2:23 Pero Dios sabía lo que iba a suceder y su plan
predeterminado se llevó a cabo cuando Jesús fue traicionado. Con la ayuda de
gentiles* sin ley, ustedes lo clavaron en la cruz y lo mataron.
Debemos por tanto, confiar
en Dios plenamente, poner bajo su control toda nuestra vida, saber que nuestro
futuro está asegurado si confiamos en Él y si basamos nuestra esperanza en sus
promesas, no en nuestra propia fuerza o capacidad.
El futuro no
está en nuestras manos, sino en sus manos.
Depender de
Dios es colocar nuestro futuro en sus manos, no depender de Él significa seguir
luchando buscando un futuro sin tener en cuenta su guía.
Recordemos que Dios cumple
sus planes y propósitos, porque su consejo permanecerá para siempre, y los
pensamientos de su corazón por todas las generaciones.
Salmos 33:11 Pero los
planes del SEÑOR se mantienen firmes para siempre; sus
propósitos nunca serán frustrados.
Por eso es muy importante conocer la causa de todos los males
1Timoteo 6:10 Pues el amor al dinero es la raíz de toda
clase de mal. Y algunas personas, en su intenso deseo por el dinero, se han
desviado de la fe verdadera y se han causado muchas heridas dolorosas.
1Timoteo
6:17-19 Enséñales a los ricos de este mundo que no
sean orgullosos ni que confíen en su dinero, el cual es tan inestable. Deberían
depositar su confianza en Dios, quien nos da en abundancia todo lo que
necesitamos para que lo disfrutemos. Diles que usen su dinero para hacer el bien. Deberían ser ricos
en buenas acciones, generosos con los que pasan necesidad y estar siempre
dispuestos a compartir con otros. De esa manera, al hacer esto, acumularán su tesoro como un buen
fundamento para el futuro, a fin de poder experimentar lo que es la vida
verdadera.
La gente culpa a la falta de
dinero como la causa de la mayoría de sus problemas.
Piensan que si tuvieran en
abundancia, solucionarían todas sus dificultades.
Y esto es mentira.
La causa de
todos los males es el amor al dinero.
Porque hemos
colocado como prioridad el dinero, y nuestra lucha diaria es por conseguir
bienes materiales o muchos por la subsistencia diaria.
Este círculo
vicioso nos ha atrapado, y nos ha esclavizado, ha quitado el tiempo a nuestra
familia y hemos descuidado nuestras relaciones personales.
Sobre todo la
más importante, la relación con Dios.
Entonces, el problema no es
la falta de dinero, sino la ausencia de Dios.
Pues Él, nos da
la capacidad de trabajar para obtener dinero y también la sabiduría para
administrarlo
Deuteronomio
8:18-19 Acuérdate del SEÑOR tu Dios. Él es quien te da
las fuerzas para obtener riquezas, a fin de cumplir el pacto que les confirmó a
tus antepasados mediante un juramento. »Pero una cosa te aseguro: si alguna vez
te olvidas del SEÑOR tu Dios y sigues a otros dioses, y les rindes culto y te
inclinas ante ellos, sin duda serás destruido.
Dios es quien nos da todas
las cosas en abundancia para que las disfrutemos.
Eclesiastés
6:2 Dios les da a algunos mucha riqueza, honor y todo lo que pudieran desear,
pero luego no les da la oportunidad de disfrutar de esas cosas. Se mueren, y
algún otro —un extraño— termina disfrutando de toda esa abundancia. Eso no
tiene sentido, es una tragedia terrible.
Es un don de Dios poder
disfrutar de lo que Él nos da.
Eclesiastés 2:24-26 Entonces llegué a la conclusión de que no hay nada mejor
que disfrutar de la comida y la bebida, y encontrar satisfacción en el trabajo.
Luego me di cuenta de que esos placeres provienen de la mano de Dios. Pues, ¿quién puede comer o disfrutar de algo
separado de él?* Dios da
sabiduría, conocimiento y alegría a quienes son de su agrado; pero si un pecador
se enriquece, Dios le quita las riquezas y se las da a quienes lo agradan. Eso
tampoco tiene sentido, es como perseguir el viento.
Por esto, coloquemos como
prioridad, la relación con Dios, conocerlo, amarlo y obedecerlo, porque lo
demás vendrá por añadidura.
Déjenme
terminar con esto:
Si Jesús ocupa
verdaderamente y sin excusas, el primer lugar en nuestra vida y hacemos lo que
Él nos pide, Dios nos dará a su tiempo todo lo que necesitemos.
Solo debemos
cumplir con su palabra.
Porque si usted cumple. Él
cumple.
Póngalo a prueba.
Mateo 6:19-24 »No almacenes tesoros aquí en la
tierra, donde las polillas se los comen y el óxido los destruye, y donde los
ladrones entran y roban. Almacena tus
tesoros en el cielo, donde las polillas y el óxido no pueden destruir, y los
ladrones no entran a robar. Donde esté tu tesoro,
allí estarán también los deseos de tu corazón. »Tu ojo es una lámpara que da
luz a tu cuerpo. Cuando tu ojo es bueno, todo tu cuerpo está lleno de luz. Pero, cuando tu ojo es malo, todo tu cuerpo está lleno de
oscuridad. Y si la luz que crees tener en realidad es oscuridad, ¡qué densa es
esa oscuridad! »Nadie puede servir a dos amos. Pues odiará a uno y amará al
otro; será leal a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y al
dinero.
Iglesia, evitemos
la ansiedad y la procuración por la comida o el vestido, o por cosas
materiales, pues Dios sabe de antemano qué necesidad tenemos (Mateo 6:25-32).
Si Dios alimenta a las aves
del cielo y hace tan hermosas a las flores, que viven tan poco tiempo, ¿no hará
mucho más por nosotros?
Así que, ¡Tengamos plena
confianza en Dios e iniciemos una relación íntima y real con Él!
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante.
Que Dios te bendiga.
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