BUSCAR
EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA
Cuando Jesús enseñaba los
misterios y tesoros del cielo, los escribas y fariseos esperaban grandes y
profundas enseñanzas, pero fue allí donde precisamente tropezaron ya que Jesús
enseñaba con sencillez.
Teniendo esto en cuenta
podemos observar que las grandes revelaciones de Dios estaban entonces detrás
de las cosas mas sencillas, lo cual es Buscar el reino de Dios.
¿QUÉ SIGNIFICA
BUSCAR EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA?
Mateo 6:33 Busquen el reino de Dios* por encima de todo
lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.
1) “Buscad primeramente”
La
palabra “buscar” se traduce en griego “zeteo”
que significa: ir en pos de, procurar, desear.
Y “primeramente” se traduce en griego “proton”
que significa: en primer lugar, antes que nada, más temprano.
Con estos significados podemos ver varias
aplicaciones:
a) Que debemos ir en pos de Dios antes que cualquier otra cosa.
b) Que ante cualquier
opinión del mundo, debemos darle el primer
lugar a Dios.
c) No permitamos que
satanás nos robe el tiempo que tenemos dedicado para Dios.
d) Todos los días de nuestra vida debemos buscar a Dios a primera hora.
Todo esto nos
recuerda la importancia de darle a Dios el primer lugar en nuestro corazón y en
nuestro día a día.
Por eso es muy importante y
vital para la vida cristiana, procurar ese temprano tiempo con Dios.
Si buscáramos a Dios y su
reino como un minero busca diamantes en la montaña, sin duda alguna nuestra
vida sería otra.
2) El reino de Dios.
El
término reino hace referencia a gobierno, ámbito, área, soberanía, dominio,
lugar.
El
reino de Dios es el ámbito o perímetro,
donde el Señor gobierna.
Es decir: Es el espacio que se rige por las leyes,
principios y naturaleza de Dios y nunca jamás por el hombre.
Porque
en el Reino de Dios, hay verdadera luz, sanidad, libertad, vida, amor, paz,
gozo, etc.
Apocalipsis
21:23 al 22:5 nos describe parte de la naturaleza del reino de Dios.
La nueva
Jerusalén
Apocalipsis
21:9-27 Entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas
con las últimas siete plagas se me acercó y me dijo: «¡Ven conmigo! Te mostraré
a la novia, la esposa del Cordero». Así que me llevó en el Espíritu* a una montaña grande y alta, y me mostró la
ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo, desde la presencia de Dios. Resplandecía de la gloria de Dios y brillaba como una
piedra preciosa, como un jaspe tan transparente como el cristal. La muralla de la ciudad era alta y ancha, y tenía doce
puertas vigiladas por doce ángeles. Los nombres de las doce tribus de Israel
estaban escritos en las puertas. Había tres puertas a cada lado: al Este, al Norte, al Sur y al Oeste. La muralla de la ciudad estaba fundada sobre doce
piedras, las cuales llevaban escritos los nombres de los doce apóstoles del
Cordero. El ángel que hablaba conmigo tenía en la mano una vara de oro para medir la ciudad,
sus puertas y su muralla. Cuando la midió se dio
cuenta de que era cuadrada, que medía lo mismo de ancho que de largo. En
realidad, medía 2220 kilómetros de largo, lo mismo de alto y lo mismo de ancho.*
Después midió el grosor de las
murallas, que eran de sesenta y cinco metros* (según la medida humana que
el ángel usó). La muralla
estaba hecha de jaspe, y la ciudad era de oro puro y tan cristalino como el
vidrio. La muralla de la ciudad estaba fundada sobre doce piedras, cada
una adornada con una piedra preciosa:* la primera con jaspe, la segunda con
zafiro, la tercera con ágata, la cuarta con esmeralda, la quinta con ónice, la sexta con cornalina, la
séptima con crisólito, la octava con berilo, la novena con topacio, la décima
con crisoprasa, la undécima con jacinto y la duodécima con amatista. Las doce puertas estaban hechas de perlas, ¡cada puerta hecha de una sola perla! Y la
calle principal era de oro puro y tan cristalino como el vidrio. No vi ningún templo en la ciudad, porque el Señor
Dios Todopoderoso y el Cordero son el templo. La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna, porque la gloria de Dios
ilumina la ciudad, y el Cordero es su luz. Las naciones caminarán a la luz de
la ciudad, y los reyes del mundo entrarán en ella con toda su gloria. Las puertas nunca se cerrarán al terminar
el día porque allí no existe la noche. Todas las naciones llevarán su gloria y honor a la ciudad. No se permitirá la entrada a ninguna cosa mala*
ni tampoco a nadie que practique la idolatrías y el engaño. Sólo podrán
entrar los que tengan su nombre escrito en el Libro de la Vida del Cordero.
El río de la vida
Apocalipsis 22:1-5 Luego el ángel me
mostró un río con el agua de la vida, era transparente como el cristal y fluía
del trono de Dios y del Cordero. Fluía por el
centro de la calle principal. A cada lado del río crecía el árbol de la vida,
el cual produce doce cosechas de fruto,* y una cosecha nueva cada mes.
Las hojas se usaban como medicina para sanar a las naciones. Ya no habrá más maldición sobre ninguna cosa, porque
allí estará el trono de Dios y del Cordero, y sus siervos lo adorarán. Verán su rostro y tendrán su nombre escrito en
la frente. Allí no existirá
la noche —no habrá necesidad de la luz de lámparas ni del sol —porque el Señor
Dios brillará sobre ellos. Y ellos reinarán por siempre y para siempre.
Como podemos
ver aquí se nos muestra detalladamente la nueva Jerusalén que descendía del
cielo.
Y que solo los
justos entraran en ella.
Pero aquellos
que son pie de tropiezo para que otros no entren a la ciudad celestial, hay de
ellos.
Mateo 18:6-9 Pero, si hacen
que uno de estos pequeños que confía en mí caiga en pecado, sería
mejor para ustedes que se aten una gran piedra de molino alrededor del cuello y
se ahoguen en las profundidades del mar. »¡Qué aflicción le espera al mundo,
porque tienta a la gente a pecar! Las tentaciones son inevitables, ¡pero
qué aflicción le espera al que provoca la tentación! Por lo tanto, si tu mano o tu pie te hace pecar, córtatelo y
tíralo. Es preferible entrar en la vida eterna con una sola mano o un solo pie
que ser arrojado al fuego eterno con las dos manos y los dos pies. Y, si tu ojo te hace pecar, sácatelo y
tíralo. Es preferible entrar en la vida eterna con un solo ojo que tener los dos
ojos y ser arrojado al fuego del infierno.*
Esto lo
encontramos también en Marcos 9:42-48
Jesús mismo lo dijo:
Mateo 12:28-31 Pero, si yo
expulso a los demonios por el Espíritu de Dios, entonces el reino de Dios ha
llegado y está entre ustedes. Pues, ¿quién tiene
suficiente poder para entrar en la casa de un hombre fuerte como Satanás y
saquear sus bienes? Sólo alguien aún más fuerte, alguien que pudiera atarlo y
después saquear su casa. »El que no está conmigo, a mí se opone, y el que no
trabaja conmigo, en realidad, trabaja en mi contra. »Por eso les digo,
cualquier pecado y blasfemia pueden ser perdonados, excepto la blasfemia contra
el Espíritu Santo, que jamás será perdonada.
El Apóstol Pablo dijo:
Romanos
14:17-20 Pues el reino de Dios no se trata de lo que comemos o
bebemos, sino de llevar una vida de bondad, paz y alegría en el
Espíritu Santo. Si tú sirves a
Cristo con esa actitud, agradarás a Dios y también tendrás la aprobación de los
demás. Por lo tanto, procuremos que haya
armonía en la iglesia y tratemos de edificarnos unos a otros. No destruyas la obra de Dios a causa de lo que comes.
Recuerda que todos los alimentos están permitidos; lo malo es comer
algo que haga tropezar a otro.
3) La justicia del reino de Dios.
La
palabra “justicia” es la traducción del término griego: “dikaiosune” que significa:
Equidad,
rectitud, integridad.
Término
que denota un atributo de Dios.
Generalmente el uso del término está en relación con la justicia que
se alcanza por la fe en la obra de Jesucristo.
Entonces
podemos decir que “buscar el reino de Dios y su justicia” es procurar
una mayor revelación de la obra de Jesucristo.
Es decir: Que debo sujetarme a las leyes, normas, principios, mandamientos y
decretos establecidos en ese Reino.
Si
hago lo contrario a lo que ese Reino establece, entonces seré expulsado de
allí.
Por ejemplo:
Si un empleado de cierta empresa, roba o se presta para dañar a la empresa
con astucias y maquinaciones, ese empleado al faltar las reglas y leyes de esa
empresa, automáticamente será despedido y si tiene suerte no será echado a la
cárcel como delincuente.
Es lo mismo en el Reino de Dios.
Si
seguimos a Dios, como dicen ciertas personas, entonces debemos sujetarnos a las
leyes de su Reino.
Y
todo lo que se nos añade, será de acuerdo a ese Reino.
Yo no puedo esperar una bendición de Dios, si pertenezco al Reino de Satán.
Ya que lo que debo esperar son las añadiduras de ese reino de satán.
Si yo trabajo para el mundo, entonces coma del mundo.
Pero si trabajo para Dios, se me añadirá la justicia de ese Reino de Dios.
4) “Todas estas cosas serán añadidas”.
1: Jesús
dice que al buscar el reino de Dios y su justicia todas estas cosas
vendrán.
La
pregunta es ¿cuáles son esas cosas?
El
contexto nos lo explica, veamos los versículo anteriores a Mateo 6:33 donde nos
dice que no nos preocupemos y nos dice también que nuestro Padre celestial sabe
de nuestras necesidad.
Mateo 6:31-32 »Así que no se preocupen por todo eso
diciendo: “¿Qué comeremos?, ¿qué beberemos?, ¿qué ropa nos pondremos?”. Esas cosas dominan el pensamiento de los incrédulos, pero
su Padre celestial ya conoce todas sus necesidades.
Es el versículo 31 el que nos dice específicamente cuáles son esas cosas.
Comida, bebida y vestido, esto representa la provisión básica del ser humano.
Eso
mi querido hermano es el motivo principal de mucha preocupación, afán y
angustia en las personas.
Por eso más que un saber, es necesario confiar en la provisión y cuidado de
Dios, permaneciendo en obediencia y fidelidad.
En Mateo 6:25-30 nos dice
que no debemos afanarnos.
Mateo 6:25-30 »Por eso les digo que no se preocupen por
la vida diaria, si tendrán suficiente alimento y bebida, o suficiente ropa para
vestirse. ¿Acaso no es la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa? Miren los pájaros. No plantan ni cosechan ni guardan
comida en graneros, porque el Padre celestial los alimenta. ¿Y no son ustedes
para él mucho más valiosos que ellos? ¿Acaso con todas sus preocupaciones
pueden añadir un solo momento a su vida? »¿Y por qué preocuparse por la ropa?
Miren cómo crecen los lirios del campo. No trabajan ni cosen su ropa; sin embargo, ni Salomón con toda su gloria se vistió tan
hermoso como ellos. Y, si Dios
cuida de manera tan maravillosa a las flores silvestres que hoy están y mañana se
echan al fuego, tengan por seguro que cuidará de ustedes. ¿Por qué tienen tan
poca fe?
Los
discípulos están escuchando una gran enseñanza del Maestro acerca de la fe.
Cuando
no ponemos nuestra vida en el orden del Reino de Dios, el afán y la ansiedad
toman el gobierno del corazón, y la fe queda relegada a un vano e inconstante
sentimiento.
La fe va más allá de las palabras o de un sentir.
La fe determina el estilo de vida.
En otras palabras: Es
esa confianza en el completo gobierno de Dios sobre nuestras vidas.
Dicho de otra manera: Es esa confianza total en Su cuidado y provisión para creer
y no solo pensar.
Sí
Dios cuida las aves del cielo y los árboles del campo, como no cuidará mucho
más de sus hijos.
Como
no cuidara a aquellos que ganó con su propia sangre y a través del más profundo
dolor.
Es la fe que sabe que Dios gobierna todo su entorno, y confía que nada
pasará sin que primero pase por las manos del Señor.
Por eso la justicia del Reino de Dios te lleva a confiar plenamente en ÉL.
Pues sabemos que Dios es el Juez del universo y dará a cada uno conforme a
sus obras.
Que
si hay injusticias contra ti, el Juez del universo te restituirá, por tu obediencia
y fidelidad.
Te
levantará y poderoso es para “aderezar mesa delante de tus angustiadores” y
darte la victoria.
Una de las cosas con las que el enemigo procura afligir los corazones es
con el miedo hacia el futuro.
Así el afán llena el corazón y la fe es desplazada.
En
Mateo 6:33 Jesús nos aconseja y nos dice que “No nos afanemos por el día de
mañana”.
En
otras palabras nos está diciendo que confiemos plenamente en ÉL.
Si confiamos en ÉL, quiere decir que no te preocupes, no te llenes de
ansiedad, no te aflijas por el futuro.
Iglesia,
ya para finalizar, quiero decirles que cada tiempo traerá diversas exigencias y
desafíos a nuestra vida.
Pero lo más importante es que camines con Dios en obediencia y fidelidad, y
ÉL te dará la sabiduría y fuerza
para vencer.
Tu futuro no es del enemigo.
Tu futuro está en las manos de Dios.
Y ÉL
tiene los mejores planes para aquellos que le son fieles y obedientes en todo.
“Porque
en ti he confiado”
Apreciado
hermano, Dios ha planeado para cada uno de sus hijos lo mejor y en ese anhelo
revela las verdades de Su reino a través de Su palabra y su Poder de lo alto.
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante H.
Que Dios te bendiga.
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