DENTRO DE TI ESTA EL REINO DE DIOS Y CANTICO PARA RECORDAR.
«Padre, te alabo, ya que hoy puedo decir, por fe en Jesús, que ha venido tu reino a mi corazón, hágase tu voluntad en mi vida y que mi mirada, desde ahora en adelante, esté en las cosas eternas, en obedecer y servir a mi Señor, al Rey de Reyes y Señor de Señores. Amén»
Lee la palabra de Dios
Lucas
17:20-21 Un día, los fariseos le preguntaron
a Jesús: —¿Cuándo vendrá el reino de Dios? Jesús contestó: —No pueden descubrir
el reino de Dios por medio de señales visibles. * Nunca podrán decir: “¡Aquí está!” o “¡Está por allí!”, porque el reino de Dios ya
está entre ustedes. *
Juan 14:17 Me refiero al Espíritu Santo, quien guía a
toda la verdad. El mundo no puede recibirlo porque no lo busca ni lo reconoce.
Pero ustedes sí lo conocen, porque ahora él vive con ustedes y después estará
en ustedes.*
El Señor Jesucristo advirtió que no creyéramos cuando alguien
dijera que el reino de Dios está externamente (aquí o allá).
Ya
que lo que su palabra dice es que se trataba de Él mismo.
Es
decir: De la revelación de su majestad, poder y presencia gobernando en nuestra
vida.
Cristo
inició su ministerio anunciando:
Mateo 4:17 A partir de entonces, Jesús
comenzó a predicar: «Arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios, porque el
reino del cielo está cerca*».
Sin
embargo, su pueblo esperaba el reino de un mesías que los liberara del yugo
romano y restableciera el reino de David.
Ese
pueblo no entendió que ese reino era espiritual.
Que
se trataba de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
Romanos 14:17-18 Pues el reino de Dios no se
trata de lo que comemos o bebemos, sino de llevar una vida de bondad, paz y
alegría en el
Espíritu Santo. Si tú sirves a Cristo con esa
actitud, agradarás a Dios y también tendrás la aprobación de los demás.
Dicho
en otras palabras: Lo que habíamos de recibir por fe en la muerte y
resurrección de Cristo.
Una situación parecida sucede hoy en un mundo desesperado por
que haya paz, justicia y libertad económica, cuando no se trata de cosas
externas o materiales, sino que se trata de que Cristo gobierne nuestro corazón.
Recordemos
que Él prometió que estaría en nosotros, es el misterio escondido desde antes
de la fundación del mundo.
Esto
es: que Cristo mismo hace habitación dentro de cada creyente, como lo confirma:
Colosenses
1:27-29 Pues él quería que su pueblo supiera
que las riquezas y la gloria de Cristo también son para ustedes, los gentiles.
* Y el secreto es: Cristo vive en ustedes. Eso les da la seguridad de que
participarán de su gloria. Por lo
tanto, hablamos a otros de Cristo, advertimos a todos y enseñamos a todos con toda la sabiduría que Dios nos ha dado. Queremos
presentarlos a Dios perfecto* en su relación con Cristo. Es por eso que trabajo y lucho con tanto
empeño, apoyado en el gran poder de Cristo
que actúa dentro de mí.
Entonces
por fe, aceptemos que Cristo gobierne nuestra vida.
Por
fe, estamos reconociendo su señorío y su reinado.
En otras palabras, debemos abandonar toda esperanza en las cosas
del mundo, en los reinos humanos o en riquezas y cosas que se desgastan por el
uso.
Ahora les pregunto:
¿Ha aceptado usted, el reino de Dios en tu vida, recibiendo a
Cristo en tu corazón?
Si
lo has hecho, el reino de Dios está dentro de ti, guiándote para hacer la
voluntad de Dios.
Cuando
uno tiene ese Reino dentro de si mismo, entonces el mismo Espíritu de Dios, nos
recuerda ese cántico.
Deuteronomio 31:19-21 »Por lo tanto, escribe este canto y enséñalo a los israelitas. Ayúdalos
a que lo aprendan, para que me sirva de testigo contra ellos. Pues los haré entrar en la tierra que juré dar a sus
antepasados, una tierra donde fluyen la leche y la miel. Allí llegarán a ser
prósperos, comerán todo lo que quieran y engordarán. Pero comenzarán a rendir
culto a otros dioses; me despreciarán y romperán mi pacto. Entonces cuando les ocurran grandes calamidades, este
canto servirá de prueba
en su contra, porque sus descendientes jamás lo olvidarán. Yo conozco las
intenciones de este pueblo, incluso ahora que todavía no han entrado en la
tierra que prometí darles».
En la desobediencia de su pueblo, el Señor conociendo su
corazón, les hace escribir un cántico (Deuteronomio
32) que sería enseñado a su descendencia.
Este
cántico recordaría el gran amor de Dios, su provisión, la rebeldía e ingratitud
de Israel a pesar de que Dios con gran demostración de poder los liberó de la
esclavitud, los sufrimientos que habría de recibir su pueblo como consecuencia
de esta desobediencia, pero también, a pesar de esto, la redención que Dios
haría por medio de su hijo Jesús cuando al final del cántico dice:
Deuteronomio
32:43 »Alégrense con él, oh cielos, y que lo
adoren todos los ángeles de Dios.* Alégrense con su pueblo, oh naciones, y que
todos los ángeles se fortalezcan en él.* Pues él vengará la sangre de sus
siervos, cobrará venganza de sus enemigos. Dará su merecido a los que lo odian*
y limpiará la tierra para su pueblo».
Así
como el pueblo de Israel, enseñaba a sus hijos este cántico para que no se
olvidarán de dónde los sacó el Señor y para que tuvieran esperanza aún en medio
de su aflicción, así debemos hacer nosotros con nuestras futuras generaciones.
Como
dice la escritura:
Deuteronomio 6:6-9 Debes comprometerte con todo tu ser a
cumplir cada uno de estos mandatos que hoy te entrego. Repíteselos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus
conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te
acuestes y cuando te levantes. Átalos a tus manos y llévalos sobre la frente
como un recordatorio. Escríbelos en los marcos de la entrada de tu casa y sobre las puertas de la
ciudad.
Por esto hoy, en el tiempo de la gracia, donde Cristo por medio
de su sacrificio en la cruz nos ha reconciliado con el Padre, nos ha hecho
aceptados, perdonados y nos ha justificado; por eso, podemos con alegría
entonar un cántico nuevo para exaltar y recordar cómo en su gran amor, Dios
envió a su hijo y nos rescató del Egipto que representa el pecado, de nuestra
antigua vida, nos ha sostenido a lo largo del camino, nos ha dado gratuitamente
el favor inmerecido, su gracia y nos ha concedido el don del Espíritu Santo
para que tengamos por firmeza la promesa de redención y vivamos vidas en
abundancia, obediencia a Dios y en amor y fidelidad.
Así
que, a través de la alabanza de este mensaje, toma un tiempo para recordar lo
que Cristo ha hecho en tu vida, y como agradecimiento ante Él, enseñemos a las
futuras generaciones su Palabra y este cántico que exalta el nombre de Jesús,
que es sobre todo nombre, nuestro reconciliador con el Padre.
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante.
Que Dios te bendiga.
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