FE AUTÉNTICA
«Señor Jesús, gracias a ti tengo una esperanza que no falla, una certeza que no flaquea, una convicción permanente en que mi porvenir depende de ti, es eterno y lleno de bendición; por tu sangre preciosa, me has hecho sentar contigo, en los lugares celestiales. Amén»
Hebreos 11:6 De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios.
Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa
a los que lo buscan con sinceridad.
Algunas
veces nos preguntamos acerca de cuál será la suerte de quienes no han oído de
Cristo y que ni siquiera han tenido una Biblia para leerla.
Dios nos
asegura que todo aquel que lo busca con sinceridad, que actúa con fe basado en
el conocimiento que tiene de Dios, será recompensado.
Cuando
usted les anuncia a los demás las buenas nuevas de Dios, anímelos a ser
sinceros y diligentes en su búsqueda de la verdad.
Los que
escuchan el evangelio son responsables por lo que oyen.
2Corintios 6:1-2 Como colaboradores de Dios, * les suplicamos que no
reciban ese maravilloso regalo de la bondad de Dios y luego no le den
importancia. Pues Dios dice: «En el momento preciso, te oí. En el día
de salvación te ayudé»*. Efectivamente, el «momento preciso» es ahora. Hoy es
el día de salvación.
La
fe no tiene nada que ver con la superstición, pues la fe cristiana, se
fundamenta en un hecho innegable, en la resurrección de Cristo.
Pues
si el Señor no se hubiera levantado de los muertos, nuestra fe no tendría
sentido (1
Corintios 15:14).
1Corintios
15:12-16 Pero díganme lo siguiente: dado que
nosotros predicamos que Cristo se levantó de los muertos, ¿por qué algunos de
ustedes dicen que no habrá resurrección de los muertos? Pues, si no hay resurrección de los muertos, entonces Cristo tampoco ha resucitado. Y, si Cristo no ha resucitado, entonces
toda nuestra predicación es inútil, y la fe de ustedes también
es inútil. Y nosotros,
los apóstoles, estaríamos todos mintiendo
acerca de Dios, porque hemos dicho que Dios levantó a Cristo de la tumba. Pero
eso no puede ser cierto si no hay resurrección de los muertos. Y, si no hay resurrección de los muertos, entonces Cristo no ha resucitado.
La iglesia en Corinto se hallaba en el corazón de la
cultura griega.
Por eso
muchos creyentes tuvieron dificultad para creer en la resurrección corporal.
Pablo
escribió esta parte de su carta para resolver esta confusión acerca de la
resurrección.
Por
eso la fe, va más allá de un simple razonamiento humano, o de una comprobación
experimental materialista, pues es la confianza de que en verdad sucederá lo
que esperamos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver (Hebreos 11:1), y estas cosas que esperamos, son las que Dios
dice en su Palabra.
Es
decir, al final aquello que no vemos, pero que esperamos pacientemente, se
convierte en un hecho, en una realidad que impacta nuestro presente, nos da
paz, amor, bendiciones espirituales y como añadidura, provisión para nuestras
necesidades materiales.
Mateo
6:33-34 Busquen el reino de Dios* por encima de
todo lo demás y lleven una vida justa, y él les
dará todo lo que necesiten. »Así que no se preocupen por el mañana, porque el
día de mañana traerá sus propias preocupaciones. Los problemas del día de hoy
son suficientes por hoy.
La
fe trasciende a nuestro futuro, pues nos coloca en la eternidad con Dios como nos dice la escritura de manera impactante,
acerca del resultado de nuestra fe en Cristo.
Efesios 2:4-7 Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto que, a
pesar de que estábamos muertos por causa de nuestros
pecados, nos dio vida cuando levantó a Cristo de los muertos. (¡Es sólo por la
gracia de Dios que ustedes han sido salvados!) Pues nos levantó de los muertos junto con
Cristo y nos sentó con él en los lugares celestiales, porque estamos unidos a
Cristo Jesús. De modo
que, en los tiempos futuros, Dios puede ponernos como ejemplos de la increíble riqueza de la gracia y la bondad que nos tuvo, como se ve en todo
lo que ha hecho por nosotros, que estamos unidos a Cristo Jesús.
Ahora que vemos que la fe auténtica, trasciende más allá de lo
material o temporal, ¡cómo no fijar nuestra mirada en el iniciador y
perfeccionador de la fe, en Cristo Jesús!
Hebreos
12:2 Esto lo hacemos al fijar la mirada en
Jesús, el
campeón que inicia y perfecciona nuestra fe. * Debido al gozo* que le esperaba,
Jesús soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que ésta representaba. Ahora
está sentado en el lugar de honor, junto al trono de Dios.
Jesús
dijo que iba a morir en la cruz por nuestros pecados y así ocurrió.
Dijo
que iba a resucitar al tercer día, y así ocurrió.
Prometió
su Santo Espíritu a todos los que creyeran en Él, y así lo hizo.
Hoy
somos millones de testigos, en el siglo presente, que disfrutamos de esta
promesa morando en nuestro corazón, por nuestra obediencia y fidelidad ante Él.
2Corintios
4:7-13 Ahora tenemos esta luz que brilla en
nuestro corazón, pero nosotros mismos somos como
frágiles vasijas de barro que contienen este gran tesoro. * Esto deja bien
claro que nuestro gran poder proviene de Dios, no de nosotros mismos. Por todos lados nos presionan las
dificultades, pero no nos aplastan. Estamos perplejos pero no caemos en la
desesperación. Somos perseguidos pero nunca abandonados por Dios.
Somos derribados, pero no destruidos. Mediante el sufrimiento, nuestro cuerpo
sigue participando de la muerte de Jesús, para que la vida de Jesús
también pueda verse en nuestro cuerpo. Es cierto, vivimos en constante peligro de muerte
porque servimos a Jesús, para que la vida de Jesús sea
evidente en nuestro cuerpo que muere. Así que vivimos de cara a la muerte, pero
esto ha dado como resultado vida eterna para ustedes. Sin embargo, seguimos predicando porque
tenemos la misma clase de fe que tenía el salmista cuando dijo:
«Creí en Dios, por tanto hablé»*.
Hermanos,
confiemos plenamente en lo que Dios ES, en lo que DICE y en lo que Él puede HACER
en nuestra vida.
pues por la fe entendemos que el universo fue
formado por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no
se veía. (Hebreos
11:3).
Su
Palabra entonces, hace en nosotros aquello para lo cual Dios la envió.
Isaias
55:10-11 »La lluvia y la nieve descienden de los cielos y quedan en el suelo para
regar la tierra. Hacen crecer el grano, y producen semillas para el agricultor
y pan para el hambriento. Lo mismo
sucede con mi palabra. La envío y siempre produce fruto; logrará todo
lo que yo quiero, y prosperará en todos los lugares donde yo la envíe.
La
palabra de Dios, nos hace una nueva creación en nuestro interior.
La
palabra de Dios, coloca orden al caos de nuestra conciencia y nos da vida
espiritual, para que tengamos una herencia incorruptible, incontaminada e
inmarcesible, reservada en los cielos para nosotros.
1Pedro
1:3-4 Que toda la alabanza sea para Dios, el
Padre de nuestro Señor Jesucristo. Es por su gran
misericordia que hemos nacido de nuevo, porque Dios levantó a Jesucristo de los
muertos. Ahora vivimos con gran expectación y tenemos una herencia que no tiene precio, una
herencia que está reservada en el cielo para ustedes,
pura y sin mancha, que no puede cambiar ni deteriorarse.
Por
lo anterior, viendo lo que hace la fe en nosotros, desechemos toda
incredulidad, acerquémonos a la fe auténtica de Jesucristo, para disfrutar de
toda esta herencia y recompensa que tenemos en Él.
Gracia y Paz.
Pastor y
Administrador, Rogers Infante.
Que Dios te
bendiga.
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