Mesac,
Sadrac y Abed-nego Daniel 3:1-20
Filipenses 4:6 No se
inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten
sus peticiones a Dios y denle gracias.
Gracia
y paz para todos mis hermanos en la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo,
el cordero inmolado que hoy se encuentra sentado a la diestra de su padre Jehová
de los ejércitos.
Y
que al sonar de séptima trompeta, vendrá a juzgar a este mundo, lleno de
mentiras e idolatra.
Iniciamos
con esta pregunta. ¿Ha tenido usted que ir en contra de otros, para hacer lo
recto ante Dios?
¿Se ha
mantenido usted en lo recto ante Dios, a pesar de las circunstancias?
¿Qué tan
grande es su fe, firmeza y responsabilidad ante Dios?
¿Toma usted
decisiones que van encontra de su razonamiento, para fortalecer la obra de
Dios?
¿Es usted
un siervo fiel y firme ante Dios?
La
historia de hoy es de tres amigos que obedecieron e hicieron lo correcto ante
Dios.
Ananías,
Misael y Azarías, de
la tribu de Judá.
Ellos
arriesgaron sus vidas por hacer lo correcto.
El
mensaje de hoy es acerca de los tres amigos de Daniel.
Estos
tres jóvenes eran como habíamos dicho: Ananías, Misael y Azarías los cuales sus
nombres fueron cambiados por: Mesac, Sadrac y Abed-nego.
Ellos
amaban a Dios, y ellos obedecían a Dios en todo tiempo.
Y lo más
importante, Hacían su voluntad ante cualquier circunstancia.
Un
día, el rey Nabucodonosor mando hacer una estatua de oro.
La
altura de la estatua era de veintisiete metros
de alto por dos metros y medio de ancho.
Más o menos la
altura de 10 pisos de un edificio.
Después
el rey les dijo a todos los líderes, gobernantes y astrólogos, incluyendo a Mesac, Sadrac y
Abed-nego, que debían inclinarse ante la estatua de oro para que la
adoren.
El
rey Nabucodonosor
les dijo que cuando oyeran la música tenían que adorar a la estatua de oro,
esculpida por manos humanas.
Después
dijo el rey que si no adoraban a la estatua, serían echados a un horno en
llamas.
Ananías,
Misael y Azarías cuyos nombres habían sido cambiados por
Mesac,
Sadrac y Abed-nego no se
inclinaron ante la estatua.
Estos
tres jóvenes, no accedieron a las potestades demoniacas y pretensiones
sobrenaturales que ejercían estos espíritus sobre este rey Nabucodonoso y
sus hombres.
Estos tres jóvenes en su firmeza y fe, adoraban y
obedecían solamente a Dios y solo a Dios.
Hoy en día vemos a muchas personas adorando estatuas en los templos
paganos.
Y
eso implica que estas personas no tienen su fe puesta en Dios, sino en
monumentos paganos hechos por manos del hombre.
El
salmo 115 dice: Sal 115:3-8 Nuestro Dios está en
los cielos y hace lo que le place. (4) Los ídolos de ellos no son más que
objetos de plata y oro, manos humanas les dieron forma. (5) Tienen boca pero no
pueden hablar, tienen ojos pero no pueden ver. (6) Tienen oídos pero no pueden
oír, y nariz, pero no pueden oler. (7) Tienen manos pero no pueden sentir,
tienen pies pero no pueden caminar, y tienen garganta pero no pueden emitir
sonidos. (8) Y los que hacen ídolos son iguales a ellos, como también todos los
que confían en ellos.
Los
otros líderes del rey vieron que Mesac, Sadrac y Abed-nego no obedecieron la orden del rey, y estas
potestades oscuras, de inmediato fueron y le dijeron al rey, que estos jóvenes
no se habían inclinados ante su estatua de oro.
El rey Nabucodonosor estaba
furioso.
No
podía creer que no iban a adorar la estatua oro que el mismo había mandado
hacer.
El
rey hizo que trajeran a Mesac, Sadrac y Abed-nego al palacio.
El
rey les pregunto:
Ustedes
tres, ¿Es
verdad que no honraran a mis dioses ni adoraran a la estatua de oro que he
mandado Hacer?
Luego el rey dijo que les iba a dar otra
oportunidad.
Aquí podemos ver claramente que las potestades demoniacas que ejercían poder sobre este rey, sabían que
estos tres jóvenes estaban fuertemente agarrados del Dios Altísimo.
Por eso les dijo que les darían
otra oportunidad.
Eso significaba, confundirlos
y que declinaran de la protección de su Dios.
Es
decir: Que en lo sobrenatural, estas potestades dicen a través de este rey
Nabucodonosor, que si se inclinaban cuando oyeran la música nada les iba a
pasar. (Estaban probando la fe de estos
jóvenes).
Después
añadió: De lo contrario, serán lanzados de inmediato a un horno en llamas, ¡y
no habrá dios capaz de librarlos de mis manos!. (Estaban
infundiendo temor a la carne).
Pero
cuando uno está verdaderamente obedeciendo y haciendo la voluntad de Dios, no
existe poder demoniaco sobrenatural que lo haga a uno desistir, de la fe y la
seguridad que Dios nos da.
Estos
jóvenes tenían fe,
disciplina, responsabilidad y firmeza.
Estas cuatros
cualidades es lo que les hace falta al creyente hoy.
Por
esa razón debemos ser siempre obedientes y actuar con firmeza contra las
actitudes y artimañas del enemigo.
Solo
usted sabrá que si lo que está haciendo, le agrada a Dios, o a Satanás.
Pero Dios necesita gente
con firmeza y sin excusas.
La excusa
es un motivo inventado por el diablo. Para que no
nos sometamos a la voluntad y obediencia de Dios.
Nosotros debemos ser firmes, en nuestras
decisiones.
Si
usted no es firme, ante la voluntad y obediencia de Dios, Usted jamás cumplirá
sus propias promesas y decisiones que dice que va hacer, entonces esto lo
convierte a usted en un mentiroso.
Y
todos sabemos que el padre de la mentira es satanás.
Por
consiguiente se hace usted hijo o hija de satanás automáticamente al mentir, o
al dejar de cumplir sus obligaciones ante Dios.
Las consecuencias de las mentiras,
es que las oraciones que usted lleva a la presencia de Dios, no serán
escuchadas, Ya que los mentirosos no harán parte del Reino Glorioso de Dios.
Por
eso Sadrac,
Mesac y Abed-nego le respondieron
al rey Nabucodonosor con firmeza y decisión:
Dan
3:16-18 …—Oh Nabucodonosor, no
necesitamos defendernos delante de usted. (17) Si nos arrojan al horno
ardiente, el Dios a quien servimos es capaz de salvarnos. Él nos rescatará de
su poder, su Majestad; (18) pero aunque no lo hiciera, deseamos dejar en claro
ante usted que jamás serviremos a sus dioses ni rendiremos culto a la estatua
de oro que usted ha levantado.
Tremenda respuesta y
sobre todo tremenda fe, decisión y firmeza de estos tres jóvenes.
El firme rechazo de los hebreos a
postrarse ante la imagen ofrece un ejemplo inspirador para todos los creyentes.
Satanás, como el dios de este siglo (2Co_4:4), asume muchas apariencias a través de las cuales busca
intimidar y seducir a los creyentes para que se postren ante el espíritu del
mundo.
2Cor.4:3-13
Si la Buena Noticia que predicamos está escondida detrás de un velo, sólo está
oculta de la gente que se pierde. (4) Satanás, quien es el dios de este mundo,
ha cegado la mente de los que no creen. Son incapaces de ver la gloriosa luz de
la Buena Noticia. No entienden este mensaje acerca de la gloria de Cristo,
quien es la imagen exacta de Dios. (5) Como ven, no andamos predicando acerca
de nosotros mismos. Predicamos que Jesucristo es Señor, y nosotros somos
siervos de ustedes por causa de Jesús. (6) Pues Dios, quien dijo: «Que haya luz
en la oscuridad», hizo que esta luz brille en nuestro corazón para que podamos
conocer la gloria de Dios que se ve en el rostro de Jesucristo. (7) Ahora
tenemos esta luz que brilla en nuestro corazón, pero nosotros mismos somos como
frágiles vasijas de barro que contienen este gran tesoro.* Esto deja bien claro
que nuestro gran poder proviene de Dios, no de nosotros mismos. (8) Por todos
lados nos presionan las dificultades, pero no nos aplastan. Estamos perplejos
pero no caemos en la desesperación. (9) Somos perseguidos pero nunca
abandonados por Dios. Somos derribados, pero no destruidos. (10) Mediante el
sufrimiento, nuestro cuerpo sigue participando de la muerte de Jesús, para que
la vida de Jesús también pueda verse en nuestro cuerpo. (11) Es cierto, vivimos
en constante peligro de muerte porque servimos a Jesús, para que la vida de
Jesús sea evidente en nuestro cuerpo que muere. (12) Así que vivimos de cara a
la muerte, pero esto ha dado como resultado vida eterna para ustedes. (13) Sin
embargo, seguimos predicando porque tenemos la misma clase de fe que tenía el
salmista cuando dijo: «Creí en Dios, por tanto hablé»*.
A Mesac,
Sadrac y Abed-nego no les importaba, lo que rey
Nabucodonosor les iba hacer.
Estos
tres jóvenes, confiaban plenamente en Dios.
Ellos
no tenían duda que Dios los rescataría.
Y
aun, aunque Dios no lo rescatara, ellos sabían que el sufrir bajo el fuego, les
daría la entrada directa al Reino Celestial.
Por
eso las potestades demoniacas que ejercían poder sobre este rey Nabucodonosor, transformo
su rostro de tal manera que este rey se puso muy furioso, y su actitud dejo ver
su verdadera identidad.
Su cambio de actitud
hacia estos tres jóvenes, lo obligo a que calentaran el horno siete veces más
de lo normal, y que algunos de los soldados más fuertes de su ejército ataran a
los tres jóvenes y los arrojaran al horno en llamas.
Usted
puede observar en esta historia la temperatura exorbitante que tenía ese horno,
que fue capaz de calcinar de inmediato a los soldados que alzaron las llamas
para quemar a estos tres jóvenes.
Hoy en día
muchas personas, no quieren escuchar la palabra de Dios, y por esa razón hacen
con su lengua un horno ardiente.
Tratando de
ofender a aquellos siervos de Dios, que con obediencia y firmeza llevan su
palabra.
Pero lo que
no saben estas personas que están siendo usadas por poderes demoniacos, es que
ese calor de maldad que salen de sus bocas, los consumen a ellos mismos 70
veces.
Mire,
cuando estamos fuertes en la voluntad de Dios, nada puede tocarnos.
Pero
cuando la gente es tibia, satanás puede hacer lo que se le antoje con esa clase
de personas ya que él sabe, que siguen en la carne y que solo buscan a Dios en
los momentos más difíciles de su vida, y Dios no responderá ya que solo el
acude aquellos que realmente están haciendo su voluntad y obediencia.
Así
ocurrió con el pueblo de Israel, cuando desobedecía la palabra de Dios.
Y
así ocurrirá en este tiempo actual.
Eso lo sabe
satanás.
Y eso lo
advierte Dios.
Por
eso Dios dice: MIS
OVEJAS escuchan MI VOZ y me OBEDECEN.
El termino
mis ovejas, quiere decir que pertenecemos a alguien.
Y que si pertenecer
a ese alguien, entonces tenemos un nombre y obedecemos.
Pero
miremos lo que sucedió.
Tan
inmediata fue la orden del rey, y tan caliente estaba el horno, que las llamas
alcanzaron y mataron a los soldados que arrojaron a Sadrac, Mesac y Abed-nego, los
cuales, atados de pies y manos, cayeron dentro del horno en llamas.
En
ese momento el rey Nabucodonosor se puso de pie, y sorprendido les preguntó a
sus consejeros:
¿Acaso no eran
tres los hombres que atamos y arrojamos al fuego?
¡Pues miren!
exclamó.
Allí en el
fuego veo a cuatro hombres, sin ataduras y sin daño alguno, ¡y el cuarto tiene
la apariencia de un Dios!
Dicho
esto, Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno en llamas y gritó: Sadrac, Mesac y
Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, ¡salgan de allí, y vengan
acá!
(Aquí se nota que las potestades demoniacas que
ejercían poder sobre este rey, huyen, del poder de Dios.)
Cuando
los tres jóvenes salieron del horno.
Vieron
que el fuego no les había causado ningún daño, y que ni uno solo de sus
cabellos se había chamuscado.
Esa es una
prueba contundente de que Dios siempre acude a nosotros cuando le somos verdaderamente
fieles.
Libre
el Rey de las potestades alabó a Dios. (Eso significa
liberación)
Ahora
el rey sabía que Dios es el único y verdadero Dios.
Ananías,
Misael y Azarías, cuyos nombres le fueron cambiados por Mesac, Sadrac
y Abednego fueron muy valientes, y firmes en sus decisiones.
Ellos
hicieron la voluntad de Dios, confiaron en Dios, y defendieron su fe.
Hay ocasiones
en que tenemos que escoger y hacer cosas difíciles para hacer lo recto ante
Dios.
Debemos
tomar decisiones que van encontra de nuestro razonamiento, para poder hacer la
voluntad de Dios.
El confiar
en Dios nos hace pensar diferentes.
Pero nos
convierte en espirituales verdaderos y perfectos ante los ojos de Jehová.
Nuestro Dios.
Como
Mesac,
Sadrac y Abed-nego tenemos que
hacer lo recto sin importar los que otros piensan.
Debemos
recordar que Dios promete estar con nosotros siempre.
Jesús murió
en la cruz por nosotros.
Él
sabía que no había otra manera de librarnos del pecado.
Jesús nos
proveo un camino al cielo.
El
murió pero al tercer día resucitó.
Su
resurrección mostró que Dios es más poderoso que la muerte.
Cuando
confiamos en Jesús y le pedimos que sea parte de nuestras vidas, Dios nos da un
futuro con Él en el cielo.
Cuando confiamos
en Jesús, el poder de Dios habita en nosotros.
Y
todo lo que creíamos imposible, se hace posible, porque Dios es con nosotros.
Por esta
razón debemos ser firmes en la voluntad de Dios y su palabra.
Y
sordos ante las actitudes de otras personas que tienen una pensamiento negativo
ante la obra de Dios.
Las excusas
que van encontra de la obra de Dios, te hacen
hijo de satanás.
Y
cuando partas de este mundo, satanás vendrá por ti, ya que hiciste su voluntad
en la tierra.
Él
está listo para llevar tu alma.
De
la misma manera Dios prepara el banquete de bienvenida, para aquellos que
hicieron su voluntad en la tierra.
El estar
firme en la palabra de Dios, nos hace fuertes en las peores circunstancias de
nuestra vida.
La
historia culmina de la siguiente manera:
Daniel
3:28- 30 Entonces Nabucodonosor dijo: «¡Alabado
sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abednego! Envió a su ángel para rescatar a sus siervos que confiaron en él.
Desafiaron el mandato del rey y
estuvieron dispuestos a morir en lugar de servir o rendir culto a otro dios que
no fuera su propio Dios. (29) Por lo tanto, yo decreto: si alguien,
cualquiera sea su raza, nación o lengua, habla en contra del Dios de Sadrac, Mesac y Abednego, será despedazado y su
casa será reducida a un montón de escombros. ¡No hay otro dios que pueda
rescatar de esta manera!». (30) Luego el
rey ascendió a Sadrac, Mesac y Abednego a puestos aún más altos en la provincia
de Babilonia.
El tener
fe, firmeza, responsabilidad y fidelidad, nos hace grande ante Dios, y las
ventanas de los cielos se abren para derramar las bendiciones de Dios, sobre
nosotros los fieles.
Gracia
y Paz.
Pastor
y Administrador, Rogers Infante.
Bendiciones
a mis hermanos en la fe.
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