BIENVENIDOS

Gracia y Paz en Cristo Jesús, Amados, soy el Pr. Rogers Infante. Discípulo de la obra de Dios, Promotor y fundador de la Iglesia Cristiana Palabra y Amor. Doy gracias a Dios por la posibilidad que nos da, de poder llevar su evangelio por medio de la palabra escrita a todos sus hogares y sitio de trabajo. Con la intención de poder compartirlos con todos ustedes ya que está en evidencia la gran necesidad de contar con material netamente de evangelización, que sirviera para llegarles en forma de mensajes. Muchas almas han encontrado a Cristo, por este medio, cuyo fin, es que la "palabra de Dios corra y sea glorificada" (2 Ts 3:1). Amados, la venida de Nuestro Señor Jesucristo a buscar a su iglesia, esta cerca. Por tal motivo el enemigo de las almas, Satanás, aprovechará en este último tiempo para engañar a cuantos pueda en este mundo; lo cual la Biblia nos advierte que no ignoremos sus maquinaciones. (2Co.2:11). Vivimos una era de engaños, donde se predica un falso evangelio facilista y meramente emocional. Además de otras ciertas doctrinas ortodoxas de la cristiandad, debemos estar alertados de estos lobos rapaces disfrazados de ovejas y que por dentro son unos Anatemas que venden el evangelio de JESÚS, La doctrina del "arrepentimiento de pecados" es rara vez predicada como se debe. La salvación por gracia se ha desvirtuado y las perdiciones son basadas en discursos que tienen mucho de sensacionalismo, pero carentes de fundamento bíblico vital para la genuina conversión de las almas. (Heb.4:12).Por tal motivo es necesario, predicar un evangelio fiel a la Biblia. Tu testimonio personal y tu vida de consagración a los pies de Cristo, es el arma más poderosa, para llevar la palabra de Dios.

¡Que tu vida, y la mía, sean solo para LA GLORIA DE DIOS!

sábado, 26 de julio de 2014

SUSTITUYENDO AL VIEJO YO, PARA SIEMPRE


SUSTITUYENDO AL VIEJO YO, PARA SIEMPRE
Gálatas 2:20 Mi antiguo yo ha sido crucificado con Cristo. Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Así que vivo en este cuerpo terrenal confiando en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Gracia y paz para todos mis hermanos en la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo, el cordero inmolado que hoy se encuentra sentado a la diestra de su Padre el Todopoderoso y que al sonar de la séptima trompeta vendrá a Juzgar a este mundo.

Iglesia, en el día de hoy vamos a ver los pasos secuenciales ejecutados en una persona para poder lograr el nuevo nacimiento y dedicar su vida a Cristo, quien le amó y se entregó a sí mismo por él”.
Primeramente morimos con Cristo.  Luego fuimos resucitados con Él.  Y ahora vivimos”.
Sobre esta base debemos entender el pasaje que nos ocupa la atención en este mensaje.

El texto declara: Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”.
A este acto es que llamamos “la muerte con Cristo”, el cual es una realidad en todo aquel que de corazón ha entregado su vida a Cristo Jesús.

Sobre esto podemos decir «Que el objetivo de la muerte de Nuestro Señor Jesucristo fue tomar nuestro “viejo yo” con Él en la tumba y poner fin al mismo.
En otras palabras “Nuestra vieja naturaleza fue crucificada con juntamente con él, de esa manera el cuerpo del pecado fue destruido” 
Romanos 6:6 Sabemos que nuestro antiguo ser pecaminoso fue crucificado con Cristo para que el pecado perdiera su poder en nuestra vida. Ya no somos esclavos del pecado.
Ahora si realmente confiamos en Cristo, entonces estamos unidos a Él.
Y Dios considero nuestro viejo YO, como muerto con Cristo.
Es decir que su propósito era la resurrección de un nuevo YO.»

En Gálatas 5:24 se nos enseña una verdad sin lugar a ser discutida para aquellos que han muerto con Cristo cuando dice:
Gálatas 5:24 Los que pertenecen a Cristo Jesús han clavado en la cruz las pasiones y los deseos de la naturaleza pecaminosa y los han crucificado allí.
En otras palabras podemos decir que:
“Que los que pertenecen a Dios, crucificaron la carne con sus pasiones y sus deseos, al recibir a cristo verdaderamente”.

Esto implica que el creyente debe colocarse de espaldas a las actividades y apetitos del viejo hombre, el cual fue condenado a muerte junto con Cristo en la cruz del Calvario.

Esta declaración está relacionada a los versículos en los cuales se menciona las obras de la carne (Gá. 5:19-23).
Gálatas 5:19-23 Cuando ustedes siguen los deseos de la naturaleza pecaminosa, los resultados son más que claros: inmoralidad sexual, impureza, pasiones sensuales, (20) idolatría, hechicería, hostilidad, peleas, celos, arrebatos de furia, ambición egoísta, discordias, divisiones, (21) envidia, borracheras, fiestas desenfrenadas y otros pecados parecidos. Permítanme repetirles lo que les dije antes: cualquiera que lleve esa clase de vida no heredará el reino de Dios. (22) Pero la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, (23) humildad y control propio. ¡No existen leyes contra esas cosas!

Si usted es un adultero o adultera, si a usted le agrada las contiendas, si es un celoso, un egoísta, un avaro, un guapachoso fiestero, usted no va al Reino de Dios.
Porque los que somos de Cristo y hemos muerto con Cristo a nuestras pasiones y deseos, es porque hemos crucificado nuestro viejo YO, en la cruz del calvario.
Esto quiere decir que los deseos pecaminosos que batallan contra nuestra alma y que nos alejan de Dios, ya no están en nosotros.

Por eso es necesario darle FIN AL VIEJO HOMBRE para siempre.
Esto es lo que implica poner fin al viejo “YO”.
Cuando el creyente entiende por fe la salvación en Cristo, su único anhelo es dar fin a los apetitos del viejo hombre.
Es por esta causa que el apóstol Pablo en el (v. 19) declara que él por la ley está muerto para la ley, a fin de vivir para Dios.

Esto implica que cuando Cristo murió en la cruz del Calvario bajo la sentencia de la Ley, en el lugar de Pablo y de todos los creyentes, se considera y entiende que hemos muerto Pablo y nosotros también en Cristo como declaró el mismo Pablo en 2Corintios 5:14  
2Cor. 5:14 Sea de una forma u otra, el amor de Cristo nos controla.* Ya que creemos que Cristo murió por todos, también creemos que todos hemos muerto a nuestra vida antigua.* (15) Él murió por todos para que los que reciben la nueva vida de Cristo ya no vivan más para sí mismos. Más bien, vivirán para Cristo, quien murió y resucitó por ellos.

Esto trata simplemente de la salvación del hombre.
Sin muerte del “YO” no puede haber vida.
No puede existir un “YO” pecaminoso junto a un nuevo “YO” creado por Cristo el cual ha de vivir en santidad y en la verdad.

Ahora para que pueda haber santidad en la vida de creyente, primero que nada debe SUSTITUIR al viejo YO
Esta sustitución sólo es posible y efectiva en Cristo Jesús, por el poder de lo ALTO, el cual es el Espíritu Santo que vive en el creyente, de lo contrario este nunca podrá alcanzar la medida de justicia y santidad que Dios demanda de él.
Por esto el Apóstol Pablo declaró ante toda tribulación y tentación en Filipenses 4:13: Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo,* quien me da las fuerzas.

El énfasis aquí es declarar que luego de la salvación en Cristo, el viejo YO no vive a sus anchas en el creyente verdadero, aun cuando la carne desee manifestarse durante el transcurso del día, en el poder de Jesús y del Poder de lo Alto, este deseo de la carne queda desactivado.

Es importante, que el viejo YO, sea DESACTIVADO para siempre.
Lo que estamos diciendo es que el viejo YO, la carne, ya no puede ser alimentado de la forma en que lo alimentábamos cuando estábamos sin Cristo.
Aunque aun somos carne, no podemos darle lugar ni espacio para que se desarrolle.
 
Sobre esto el apóstol Pablo dijo en Gálatas 5:16-17 lo siguiente:
Gálata 5:16 Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa. (17) La naturaleza pecaminosa desea hacer el mal, que es precisamente lo contrario de lo que quiere el Espíritu. Y el Espíritu nos da deseos que se oponen a lo que desea la naturaleza pecaminosa. Estas dos fuerzas luchan constantemente entre sí, entonces ustedes no son libres para llevar a cabo sus buenas intenciones.

La lucha interna del creyente es hacer morir ese YO para que en su lugar reine Cristo.
Por esto la expresión del texto de este mensaje dice: y ya no vivo yo, mas vive Cristo en”.
Sobre esto también dijo Pablo a los Romanos:
Romanos 6:12 No permitan que el pecado controle la manera en que viven;* no caigan ante los deseos pecaminosos. (13) No dejen que ninguna parte de su cuerpo se convierta en un instrumento del mal para servir al pecado. En cambio, entréguense completamente a Dios, porque antes estaban muertos pero ahora tienen una vida nueva. Así que usen todo su cuerpo como un instrumento para hacer lo que es correcto para la gloria de Dios.
En otras palabras el nuevo YO tiene que reinar en tu cuerpo.
Cuando hablamos de hacer morir el “VIEJO YO”, estamos suponiendo de inmediato que el “NUEVO YO” creado por Cristo ha de reinar en nosotros.
Aquí se plantea una gran diferencia entre lo viejo y lo nuevo,

Por esto podemos manifestar estas preguntas:
¿Quién es el nuevo yo?  ¿Cuál es la diferencia entre estos dos yo? Y ¿Soy yo todavía yo?
El versículo al comienzo de este capítulo describe el nuevo yo en dos maneras:
Una manera es casi inimaginable; la otra es obvia.
Es decir: Que el nuevo YO en Cristo que vive en mí dice: “Y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí”.
Lo que trato de decir es que el nuevo YO está definido por la presencia y ayuda de Cristo en todo tiempo.
El nuevo YO, está siempre impartiéndome vida.
El nuevo YO, está siempre fortaleciéndome para lo que me manda a hacer.

Es por eso que la Biblia dice: Filipenses 4:13: Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo,* quien me da las fuerzas.
Col 1:29 Es por eso que trabajo y lucho con tanto empeño, apoyado en el gran poder de Cristo que actúa dentro de mí.
En otras palabras, Realizo la voluntad de mi Padre, por la potencia de él, al actuar en mí.

De modo que al final el nuevo YO dice:
Romanos 15:18 Sin embargo, no me atrevo a jactarme de nada, salvo de lo que Cristo ha hecho por medio de mí al llevar a los gentiles a Dios a través de mi mensaje y de la manera en que he trabajado entre ellos.
Esta es la primera forma en que Gálatas 2:20 habla del nuevo YO.
Un YO habitado por Cristo, sostenido por Cristo, fortalecido por Cristo.
Eso es lo que la muerte de Cristo trajo, y eso es lo que un cristiano es.

Es una triste realidad que la carne queda en el creyente.
Las pasiones y las tentaciones son algo con lo cual tendremos que luchar hasta el día de nuestro encuentro con el Señor.

Sobre esto declaró el apóstol Pablo su lucha interior al escribir Romanos 7:14-24.
Romanos 7:14 Por lo tanto, el problema no es con la ley, porque la ley es buena y espiritual. El problema está en mí, porque soy demasiado humano, un esclavo del pecado. (15) Realmente no me entiendo a mí mismo, porque quiero hacer lo que es correcto pero no lo hago. En cambio, hago lo que odio. (16) Pero, si yo sé que lo que hago está mal, eso demuestra que estoy de acuerdo con que la ley es buena. (17) Entonces no soy yo el que hace lo que está mal, sino el pecado que vive en mí. (18) Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa* no existe nada bueno. Quiero hacer lo que es correcto, pero no puedo. (19) Quiero hacer lo que es bueno, pero no lo hago. No quiero hacer lo que está mal, pero igual lo hago. (20) Ahora, si hago lo que no quiero hacer, realmente no soy yo el que hace lo que está mal, sino el pecado que vive en mí. (21) He descubierto el siguiente principio de vida: que cuando quiero hacer lo que es correcto, no puedo evitar hacer lo que está mal. (22) Amo la ley de Dios con todo mi corazón. (23) Pero hay otro poder* dentro de mí que está en guerra con mi mente. Ese poder me esclaviza al pecado que todavía está dentro de mí. (24) ¡Soy un pobre desgraciado! ¿Quién me libertará de esta vida dominada por el pecado y la muerte?

La respuesta para este interrogante debería ser, La FE Verdadera en CRISTO.
Cristo está viviendo en nosotros y capacitándonos para vivir del modo que Él nos enseña a vivir.
Esta es su tarea.
Pero desde el lado nuestro se experimenta confiando en Él, momento tras momento en que está con nosotros y nos ayuda.
La prueba de que Él estará con nosotros y nos ayudará a hacer esto es el hecho de que sufrió y murió para que sucediera.

La fe que proviene de Dios y lo que agrada a Dios es lo que nos mueve a vivir la vida cristiana sometidos a la VOLUNTAD de Dios y a Cristo Jesús en el poder de su Espíritu.

Pablo dijo: y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”.

Lo que queda claro es que la fe nos mueve a vivir en la fe del Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo.
Esto es lo que llamamos vivir en Cristo.
Lo que se entiende que la nueva vida en Cristo es enteramente de Cristo, pero se manifiesta por medio del cuerpo gracias a la fe del creyente que depende en todo y por todo de su Salvador.

La expresión el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. es una frase que se puede interpretar como un acto de adoración y de gratitud del apóstol Pablo, como diciendo, si Él hizo todo esto por mí, como no voy yo a vivir por la fe lo que ahora vivo en la carne.

Grandiosa declaración para demostrar lo que somos capaces de hacer por nuestro salvador.
Ya que todo fruto del Espíritu brota de nuestra comprensión de que el viejo “YO” murió con Cristo para que su vida de resurrección se manifieste a través del “YO” del nuevo hombre creado según Dios.

Iglesia, Si hemos entendido todo lo que Cristo hizo por nosotros, nuestra vida no tiene otro sentido, sino es para vivirla en Él y para Él.   

Gracia y Paz
Pastor y Administrador, Rogers Infante.

Bendiciones a mis hermanos en la fe.

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