EL AMOR.
Gracia y Paz para todos
mis hermanos en la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo, el cordero
inmolado que hoy se encuentra sentado a la diestra de su Padre, y que al sonar
de la séptima trompeta vendrá a juzgar a este mundo y su maldad.
Juan 15:12-13 Éste es mi
mandamiento: Ámense unos a otros de la misma manera en que yo los he amado. (13)
No hay un amor más grande que el dar la vida por los amigos.
¿Alguna vez ha sido amado
entrañablemente?
¿Ha tenido algún momento donde alguien
ha ido más allá de lo requerido para demostrarle su amor y bondad?
Posiblemente
alguien te echo un piropo demasiado bonito.
Posiblemente
la propina que diste fue muy grande.
O
seguramente el diamante en el anillo que te obsequiaron fue demasiado inmenso.
Pero a
pesar de que muchos posiblemente hayan pasado por todo esto, Nada de esto se
puede comparar con el amor de Dios.
En estos versículos
vemos lo que Jesús quiere para nosotros y lo que quiere que hagamos.
Él quiere
que amemos con el amor, verdadero.
Muchos
fingen dar amor, pero en realidad confunde lo que es entregarse completamente,
con lo que podría ser un compañerismo.
En realidad Jesús nos manda a
amar.
NO es una
sugerencia agradable, es la pasión de su corazón por nosotros.
¿Pero cómo podemos amar como
Jesús ama?
Por nosotros
mismo eso es imposible, pero si podemos aprender siguiendo su ejemplo.
Si queremos
aprender a amar debemos tocar, ver, imitar y probar la manera en la que Él
ama.
El dio su
vida por nosotros. ¿Quieres aprender amar a otros?
Primeramente debemos saber y
aprender cómo nos ama Jesús a nosotros.
Nuestro
amor por otros debe fluir de esa verdad, de cómo sabemos que somos amados por Él.
Tengamos
muy presente que la mayor lección de su vida la encontramos en su muerte.
Solo por un momento vengan a la
cruz donde Jesús dio su vida por usted.
Entren en el camino por el cual Jesús sufrió por
usted.
Observa un rato el calvario y mira su sufrimiento.
Toca la madera donde fue crucificado y siente la humedad de su sudor.
Aprieta el espesor de los clavos que entraron y partieras
sus huesos por ti.
Incluso prueba
un poco de ese vino barato y deja que una de las espinas en tu frente sienta el
dolor.
Toca la tierra donde fue derramada su sangre.
Y por último
toca
las herramientas de tortura, y deja que estas le cuenten la historia.
Permite que estas herramientas le digan lo que hizo
Dios al entregar a su único Hijo para poder ganar tu
corazón.”
Eso mi querido hermano es Amor
por ti.
Lastimosamente
muchos creyentes hoy en día ignoran por completo el gran amor que Dios siente,
aun por nosotros.
Y sin
embargo muchos se hacen la siguiente pregunta:
¿Cuánto nos ama Dios a nosotros?
Déjame
responderte por la autoridad que Dios me ha dado, al ser su siervo y pastor en
este tiempo.
Escuche
esto y nunca lo olvides, El amor de Dios excede cualquier otro amor.
El no tiene
necesidades de ego.
La realidad
es que su amor no se basa en llenar alguna necesidad.
Él no tiene
lugares vacíos.
Él es amor y Justicia.
Somos nosotros los que tenemos
la necesidad humana de amar y ser amados.
Dios solo nos
Ama y nos reprende con su Justicia si hacemos lo que no es correcto.
No podemos
amar de la misma manera que Dios nos ama a nosotros, pero si podemos amar como Él
nos amó.
En otras palabras: Podemos dar sacrificialmente.
Es decir: Podemos invertir nuestras vidas en otros por Cristo.
O lo que es
más claro: Podemos amar no basado en lo que otros
nos pueden dar, pero si podemos amar basado en lo que Él ya nos ha dado.
Usted puede
y debe llamarlo, El corazón del
Evangelio.
Jesús ama a
este mundo que muere y que está perdido y ahora nosotros tenemos que hacer lo
mismo.
Por eso en
todo tiempo diga: “¡Llévame a la cruz querido Jesús porque es
allí donde aprendo a amar extravagantemente!
¿Cómo nos ha amado Jesús?
¿Quién necesita que le ames
entrañablemente?
Dice la
palabra de Dios en el libro de 1Corintios 13:8.
1Co 13:8 La profecía, el hablar en
idiomas desconocidos*, y el conocimiento especial se volverán inútiles. ¡Pero
el amor durará para siempre!
Inútil es
algo que no sirve y que por consiguiente es desechado, tirado, botado.
Pero el
amor, perdurara.
Recuerde lo que le dije hace un momento sobre
el amor de Dios.
El amor de
Dios es eterno.
Observe lo
que nos dice los versículos del 4 al 7.
1Co 13:4 El amor es paciente y
bondadoso. El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso (5) ni ofensivo. No
exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita ni lleva un registro de
las ofensas recibidas. (6) No se alegra de la injusticia sino que se alegra
cuando la verdad triunfa. (7) El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la
fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia.
En otras palabras: Dios está afirmando y perpetuando su amor hacia nosotros.
Dios dice: Cosas
maravillosas estaban pasando en la iglesia de Corinto.
Dios estaba
entregando dones espirituales, pero como nuevos creyentes necesitaban instrucción.
Muchos
sentían que su espiritualidad se basaba en lo que tenían, especialmente los
dones de profecía, lenguas y conocimiento.
El deseo del
Apóstol Pablo para ellos era mayor.
Es decir: Que pudieran ver más allá de lo que Dios les estaba mostrando.
En otras palabras: una revelación futura.
1Co 12:31 Por lo tanto, ustedes
deberían desear encarecidamente los dones que son de más ayuda. Pero ahora
déjenme mostrarles una manera de vida que supera a todas las demás.
El Apóstol Pablo
quería que vieran, que mejor que la revelación y el conocimiento, estaba la
relación con Dios.
La profecía
es necesaria solo y exclusivamente para edificar, corregir y confortar al
cuerpo de Cristo. 1Co
14:3 En cambio el que profetiza fortalece a otros, los anima y los consuela.
Pero ahora escuche esto:
Nada se compara al conocimiento
y la riqueza encontrada en el amor de Dios, que es eterno.
El Apóstol Pablo
conocía este regalo, y sabía que solo podía ser nuestro a través de una
relación de amor eterno de Dios, a través de su Hijo Jesús.
En nuestras
vidas cotidianas “El amor nunca falla” es
el valor que Dios coloca en nuestras relaciones con otros.
Dios no espera que amemos con
perfección, pero sí espera que pasemos tiempo con El.
Es decir: Que entre más tiempo pasamos en su presencia, más nos vemos y
nos convertimos como Él y su amor.
Ahora, Ponemos
ese amor en acción cuando no buscamos nuestra propia satisfacción y cuando de verdad
creemos que “el
amor nunca falla” en cualquier aspecto de nuestras vidas.
Para tener
un amplio conocimiento acerca de lo que estoy diciendo, permítame simplificarlo
de la siguiente manera:
El amor nunca falla en nuestras
relaciones porque el amor no es celoso, no busca su
propio bien.
El amor nunca falla en el
servicio porque se goza en justicia y en la verdad.
El amor nunca falla en criar a
una familia, porque es paciente
y bondadoso.
El amor nunca falla cuando fallamos, porque no lleva cuentas de nuestros
errores.
En estos
días modernos es difícil encontrar algo que tenga una cualidad que no varíe
constantemente.
Pero debemos
tener muy presente y en todo tiempo que el amor de Dios nunca falla.
Nuestro
amor sí, pero el de Él, Jamás.
Debemos en todo tiempo buscar ese verdadero
amor.
Tenga muy
en cuenta que la infidelidad nace, cuando creemos que el amor está ausente.
Pero cuando
el amor permanece, y se alimenta constantemente, entonces no habrá espacio para
la infidelidad. ¿Por
qué? --Porque 1 de corintios me
dice:
1Co 13:7 El amor nunca se da por
vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en
toda circunstancia.
¿Cuál
es este amor al que Jesús nos pide que permanezcamos?
¿Sera
un amor profundo emocional por Él, que se ha enfriado?
¿Sera
un amor que sacrifica todo?
¡En algún
momento estuvimos dispuestos a hacer cualquier cosa por Él!
¿Sera
entonces un amor por su palabra?
Hubo un tiempo cuando
no podíamos dejar de leer su palabra.
Queríamos
aprender más de Dios y respetábamos su palabra.
Anteriormente andábamos
con más constancia y fortaleza en nuestro caminar con nuestro Señor, porque
sentíamos temor y leíamos más su palabra.
Pero hoy en día, lastimosamente
todo lo queremos simplificado y masticado.
Es decir: Queremos copia todo lo que vemos, para evitar
la fatiga de expresar lo que realmente sentimos hacia Dios. Eso es vivir en
lo falso.
En otras palabras, nos
convertimos en vasos vacíos, fingiendo estar llenos, porque así lo enseña
satanás.
Recordemos que Satanás es el único
imitador.
Y cuando
empezamos a imitar, estamos siguiendo los pasos de nuestro adversario el
diablo, y al hacerlo nos sentimos cómodos, porque no nos fatigamos.
Sin embargo pretendemos
crecer en que hacemos todo bien, sin importar las circunstancias.
Es decir,
preferimos vivir engañados plagiando lo que otros verdaderamente hacen.
Cuando usted
conoció por primera vez a cristo, usted tenía un hambre espiritual que el mundo
no podía darle y mucho menos alimentarle.
Éramos pecadores, nuestro destino
era la destrucción.
No podíamos
ayudarnos a nosotros mismos y nuestra dirección eterna no se veía muy bien.
En otras
palabras, Necesitábamos un Salvador que nos amara verdaderamente.
El Hijo de Dios, Jesucristo, es
nuestro salvador.
No podíamos tener suficiente de Él.
Queríamos saber
todo acerca de este Salvador que nos ama tanto.
Nos encantaba
estar en su presencia, sintiendo el gran amor, mientras le hablaba a nuestros
corazones y guiaba nuestros pasos.
En otras palabras anhelábamos más
de su presencia, y nos desvelábamos por demostrarle nuestro amor hacia él, por
medio de su palabra y dedicación hacia Él.
Dicho de otra manera: Necesitábamos regresar a su primer
amor.
Regresar a ese
primer amor es tan fácil como recordar el amor de Dios y todo lo que Él ha
hecho por nosotros.
Es recordar
aquellos días donde conseguíamos y experimentábamos la frescura de su amor día
a día.
Es volver a esos
días donde le decíamos lo mucho que le amamos.
Es regresar a un
amor que conoció en algún momento.
Es enamorarse de
Jesús de nuevo.
Es
permitir que su palabra fluya dentro de mí, para poder expresarla.
Si realmente la
palabra de Dios lo ha transformado a usted, demuéstrelo siendo original.
El que Ama
verdaderamente a Jesús, puede amar a una persona natural verdaderamente.
Recuerde esos sentimientos de amor hacia Jesús, y
dígale de nuevo a Jesús cuanto lo ama.
Gracias Jesús, porque sé que tú me
amas a cada segundo, y yo te correspondo.
Gracia y Paz.
Pastor y
Administrador, Rogers infante.
Bendiciones a
mis hermanos en la fe.
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