EL EVANGELIO SEGÚN JONÁS
Gracia y Paz para todos
mis hermanos en la obra de Dios Padre y de su Hijo Jesucristo, el cordero
inmolado que hoy se encuentra sentado a la diestra de su Padre, y que al sonar
de la séptima trompeta vendrá a juzgar a este mundo y su maldad.
Jonás tuvo mucho que aprender.
Dios le dio escuela práctica, y le
hizo aprender.
Y aprendió lo mismo que nosotros
predicamos y que llamamos el Evangelio.
¿Que
aprendió Jonás que nosotros hoy estamos aprendiendo?
1.
Acerca de Dios aprendió:
Que
Dios es soberano y que solo él reina.
No hay otra doctrina que tanto se
necesita predicar hoy día.
Pues los hombres han olvidado,
hasta los mismos cristianos, la soberanía y majestad divinas.
Que Dios está en todas partes.
Que
Dios es omnipresente.
Nadie puede huir de Dios, ni
esconderse de él.
Jonás trató de hacer eso, pero no
pudo.
Muchos cristianos hoy están
intentado esconderse de Dios, por sus malos hábitos, pero lo que no saben es que
Dios los está evaluando para cuando llegue el día de compadecer ante su
tribunal.
Que
Dios se interesa en los hombres, hasta en las nociones es paganas.
Dios ama al hombre pero aborrece el
pecado, por tal motivo Dios desea salvar al homre si este se entrega a Dios,
por medio de Jesús.
Desde el principio ha sido así, y
lo será hasta el fin.
Dios
castiga a los suyos cuando se rebelan.
El mensaje que Dios le dio a Jonás se
ha ido algo al olvido en estos últimos años, lo mismo como se había ido en el tiempo
de Jesús. Pero Jonás la aprendió y nosotros debemos aprender mucho de este
hombre y más que aprender debemos llevar el Evangelio.
2.
Acerca del pecado Jonás aprendió:
Que Dios no tolera, la mentira, la
excusa y mucho menos el pecado.
El mismo Dios que amenazó con
castigo a Nínive también castigó a Jonás.
Dios
es justo, y por lo tanto odia el pecado.
Se puede conocer cuan santo es uno
viendo cuánto aborrece el pecado.
Y como Dios odia el pecado, ha
denunciado juicio sobre él y sobre el pecador.
Cuando hay un verdadero
arrepentimiento de parte del hombre, Dios perdona el pecado.
3.
Acerca de la salvación Jonás aprendió:
Que la
salvación es de Dios (2:10).
Cuando Dios nos salva es a base de
su soberanía, como un favor, y no por obligación o por necesidad de él.
Dios
perdonara y salvara a todos los que se arrepintieren verdaderamente, por lo
cual el no hará acepción de personas.
Recuerde que Dios tuvo misericordia
sobre los marineros, sobre Jonás y sobre los ninivitas.
A todas las naciones y razas Dios
ofrece la salvación. No hay diferencia.
Usted también podrás ser salvo si
te arrepientes del pecado y te conviertes a Dios genuinamente.
Recuerde que la mentira, la excusa
y el pecado es la base para la destrucción del alma.
Ezequiel 18:19-24 »“¿Cómo? —se
preguntan ustedes—. ¿No pagará el hijo por los pecados del padre?”. ¡No! Porque
si el hijo hace lo que es justo y correcto y obedece mis decretos, ese hijo
ciertamente vivirá. (20) La persona que peque es la que morirá. El hijo no será
castigado por los pecados del padre ni el padre será castigado por los pecados
del hijo. Los justos serán recompensados por su propia conducta recta y las
personas perversas serán castigadas por su propia perversidad. (21) Ahora bien,
si los perversos abandonan sus pecados y comienzan a obedecer mis decretos y a
hacer lo que es justo y correcto, ciertamente vivirán y no morirán. (22) Todos
los pecados pasados serán olvidados y vivirán por las acciones justas que han
hecho. (23) »¿Acaso piensan que me agrada ver morir a los perversos?, pregunta
el SEÑOR Soberano. ¡Claro que no! Mi deseo es que se aparten de su conducta
perversa y vivan. (2)4 Sin embargo, si los justos se apartan de su conducta
recta y comienzan a pecar y a comportarse como los demás pecadores, ¿se les
permitirá vivir? No, ¡claro que no! Todas las acciones justas que han hecho
serán olvidadas y morirán por sus pecados.
La palabra de Dios, La Biblia, nos
cuenta muchas maravillas, incluyendo las del libro de Jonás. Ciertamente el que
Jonás haya sido tragado por un monstruo marino y vivido es una maravilla. Pero
mayor maravilla sería que el Dios que hizo cielo y tierra no hubiese podido
hacer un pez que se tragara a un hombre.
A la vez el libro de Jonás es una
profecía en forma de historia.
Pues Dios, quien todo lo sabe antes
de que ocurran los acontecimientos, preparó al pez para que sirviera como tipo
del entierro de Cristo.
Dios
escogió a Jonás, para que este fuese un gran predicador:
Qué maravilla ver a un judío
predicando en una ciudad de los gentiles. Cuando todos sabemos que era la
capital de una nación enemiga.
Qué maravilla ver a un predicador
que no quería predicar: que tenía que ser obligado a predicar.
Qué maravilla ver a un predicador
que no quería que le escuchara la gente a quien predicaba.
Qué maravilla verlo a usted
tranquilo, y sin hacer ningún esfuerzo por predicar, ni obedecer la palabra de
Dios, pero si demuestra estar exhausto y cansado para que Dios ponga su mirada
en usted.
Qué maravilla es escuchar palabras
bonitas y alentadoras, que no van con nuestro comportamiento hacia Dios, pero
que pretendemos atesorarla para demostrar lo que no somos.
Qué maravilla que un mensaje de
destrucción y juicio pueda llegar a ser un mensaje de salvación, por la obra
del Espíritu Santo, y producir arrepentimiento, en aquellos que realmente se
quieran someter a la voluntad de Dios.
Pues nos dice la historia que Dios
perdonó la ciudad de Nínive por ciento cincuenta años más. Verdaderamente la
misericordia de Dios está sobre los hijos de los que le sirven, hasta la cuarta
generación. Y por muchos años no levantaron la mano contra los del pueblo de
Dios.
En este tiempo actual Cristo
también a ti te quiere salvar y te salvará si te arrepientes verdaderamente y
caminas en obediencia y fidelidad.
Dios
tiene un plan universal para nuestra salvación.
En tiempos del Antiguo Testamento
Jonás tuvo que aprender lo mismo que Pedro en los tiempos del Nuevo Testamento:
que los gentiles reciben arrepentimiento para vida lo mismo que los judíos.
Cuando usted tenga tiempo de abrir
su biblia, Compare la experiencia de Pedro con Cornelio.
Dios,
a la vez que justo, es también un Dios de misericordia, de perdón y amor.
Cundo usted tenga espacio en su
vida para leer la poderosa palabra de Dios, Compare la historia del Hijo
Pródigo, y la de la Oveja Perdida.
Recuerde que hay muchos fariseos hoy
en día en el mundo, que creen en su propia justicia.
Hemos
sido llamados a llevar el Evangelio a todo el mundo.
La obra de Cristo es mundial.
Si usted escucha la palabra, No la
guarde para usted solamente, póngala a funcionar en otros.
Tenga
muy presente que el que llama es Dios.
Los miembros de una iglesia no
deben desechar nunca el mensaje bajo pretexto de que el ministro es el que está
obligado a predicar y llevar el evangelio.
Recuerde que el mensaje es de Dios,
debemos atenderlo todos.
Hasta los ministros a veces pecan y
necesitan la disciplina divina.
Y, ¿qué diremos de los demás
cristianos?
Todos estamos expuestos a tentación
y necesitamos la corrección.
Dios no permite al hombre negar su
servicio si esto estorba al plan divino.
Cuando le place puede mandar una
tempestad, una ballena; o derribarle a uno al suelo, como lo hizo con Saulo de
Tarso, para obligar la obediencia.
Saulo aprendió; Jonás siguió
rebelde, aunque tuvo que obedecer.
Nadie
puede escapar de la presencia de Dios.
Hay un patriotismo falso hoy en día.
El patriotismo verdadero trae
lealtad a su patria, y trata de mejorarla y acatar sus leyes.
El patriotismo falso, se excusa
constantemente, no obedece porque no desea ni quiere su bien.
Jonás nunca aceptó de lleno la
voluntad divina.
Aun cuando, después de su
experiencia en la ballena, se vio obligado a obedecer a Dios, nunca entregó su
corazón, y siguió criticando y rebelándose.
Que tristeza que hoy en día muchos
que se hacen llamar cristianos, viven solamente para criticar, para no obedecer
la voluntad de Dios, sino el ego propio de ellos.
Cuántos cristianos hay todavía que
así ceden a la necesidad, pero que nunca llegan a amar a Dios ni su palabra.
Dios castigó a Jonás.
Dios enseñó, por medio de la
calabacera, donde estaba el error de Jonás.
Observe
usted los resultados de la obediencia de Jonás:
Aunque la obediencia de Jonás fue
de mala voluntad, y aunque él nunca se entregó de corazón a Dios, no obstante
su obediencia tuvo algunos resultados.
El
mundo físico obedeció a Dios y cooperó para hacer su voluntad.
La tempestad se calmó. La ballena
vomitó a Jonás en tierra. El mundo se normalizó.
La
ciudad de Nínive se arrepintió.
Es una de las maravillas de Dios,
lo que él puede hacer con materiales pobres.
El maestro obrero que es bueno
puede hacer buen trabajo con herramientas malas.
Qué maravilla que Dios puede
usarnos, tan indignos como somos.
Una prueba de la existencia de Dios
es que él puede dar golpes rectos con palo chueco.
A pesar de lo indigno de Jonás,
Dios con él salvó a los miles de Nínive.
Ahora
observe los pasos en la rebelión de Jonás:
Se
negó a predicar.
Huyó
de la presencia de Dios.
Prefirió
morir ahogado antes que predicar a otra nación.
Obligado
a predicar, predicó nada más que juicio, sin perdón ni misericordia
¿Qué pasaría hoy día en la iglesia,
si el ministro así hiciera?
Mostró,
cuando Nínive se arrepintió, que su propio arrepentimiento había sido parcial,
superficial, no de corazón.
Aún odiaba a Nínive, y se sentó
para gozarse en la destrucción de la ciudad.
Se
enojó con Dios.
Hoy día también hay predicadores y
cristianos amargados, con lengua de ácido, que se quejan continuamente de las
injusticias que sufren y de cuánto ellos han sacrificado para Dios, sin recibir
paga.
Finalmente quiero concluir querido hermano,
diciéndole a usted, que tengamos mucho cuidado de que nuestro arrepentimiento
sea realmente genuino y completo.
Estemos totalmente seguros de que
servimos a Dios con todo el corazón, y no por fuerza.
Examinémonos nosotros mismos si para
ver si estamos en la fe verdadera.
Amemos a Dios y hagamos su santa
voluntad.
Gracia y
Paz.
Pastor y
Administrador, Rogers infante.
Bendiciones.
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