BIENVENIDOS

Gracia y Paz en Cristo Jesús, Amados, soy el Pr. Rogers Infante. Discípulo de la obra de Dios, Promotor y fundador de la Iglesia Cristiana Palabra y Amor. Doy gracias a Dios por la posibilidad que nos da, de poder llevar su evangelio por medio de la palabra escrita a todos sus hogares y sitio de trabajo. Con la intención de poder compartirlos con todos ustedes ya que está en evidencia la gran necesidad de contar con material netamente de evangelización, que sirviera para llegarles en forma de mensajes. Muchas almas han encontrado a Cristo, por este medio, cuyo fin, es que la "palabra de Dios corra y sea glorificada" (2 Ts 3:1). Amados, la venida de Nuestro Señor Jesucristo a buscar a su iglesia, esta cerca. Por tal motivo el enemigo de las almas, Satanás, aprovechará en este último tiempo para engañar a cuantos pueda en este mundo; lo cual la Biblia nos advierte que no ignoremos sus maquinaciones. (2Co.2:11). Vivimos una era de engaños, donde se predica un falso evangelio facilista y meramente emocional. Además de otras ciertas doctrinas ortodoxas de la cristiandad, debemos estar alertados de estos lobos rapaces disfrazados de ovejas y que por dentro son unos Anatemas que venden el evangelio de JESÚS, La doctrina del "arrepentimiento de pecados" es rara vez predicada como se debe. La salvación por gracia se ha desvirtuado y las perdiciones son basadas en discursos que tienen mucho de sensacionalismo, pero carentes de fundamento bíblico vital para la genuina conversión de las almas. (Heb.4:12).Por tal motivo es necesario, predicar un evangelio fiel a la Biblia. Tu testimonio personal y tu vida de consagración a los pies de Cristo, es el arma más poderosa, para llevar la palabra de Dios.

¡Que tu vida, y la mía, sean solo para LA GLORIA DE DIOS!

viernes, 28 de julio de 2017

¿DUDAS?


¿DUDAS?
Bendiciones a todos mis hermanos en este día.
Señor, quita toda duda de mí, toda aquella mentira que me quiera llevar a perder mi relación de profunda confianza en ti y en tus promesas.
Descanso en ti hoy, llevando toda ansiedad con oración y ruego delante de tu presencia.
Señor, coloco en este día todas mis decisiones en tus manos, confiando plenamente que tú me mostrarás el camino que debo seguir y descanso en ti, en tu dirección por medio de tu Espíritu.
Padre Eterno y Dios Todopoderoso, siendo tan grande y sublime, enviaste a tu hijo Jesús,  sin pecado, para que pasara por todas nuestras limitaciones, gracias porque verdaderamente sabes lo que necesitamos ya que siempre nos sacas de todo dolor y de toda angustia amen.

Busquemos en la palabra de Dios:
Jeremías 1:17-19 »Levántate y prepárate para entrar en acción. Ve y diles todo lo que te ordene decir. No les tengas miedo, sino haré que parezcas un necio delante de ellos. Mira, hoy te he hecho fuerte, como ciudad fortificada que no se puede conquistar, como columna de hierro o pared de bronce. Te enfrentarás contra toda esta tierra: contra los reyes, los funcionarios, los sacerdotes y el pueblo de Judá. Ellos pelearán contra ti, pero fracasarán, porque yo estoy contigo y te protegeré. ¡Yo, el SEÑOR, he hablado!

¿Quiénes son los que pelean contra nosotros?
Uno de esos gigantes que tenemos que vencer es la duda.
Dudar es definido en los diccionarios de la lengua española como la “Vacilación o falta de determinación ante varias posibilidades de elección sobre creencias, noticias o hechos”.

Porque somos seres limitados, no podemos controlar nuestro destino.
Y si no sabemos controlar nuestro destino, mucho menos vamos a saber cómo nos va a ir en determinada decisión.
Por eso muchas veces nos encontramos en una encrucijada, sin tomar una verdadera y segura determinación frente a algo.

La incertidumbre puede llevarnos al desespero, a la depresión y a la incredulidad.
Desconfiar de Dios es algo muy grave, porque nos lleva a  resolver nuestra vida con base en mentiras, con base a lo que otros dicen que hagamos.
Con base a lo temporal y pasajero.
Y peor aún, con base a lo erróneo.
Y no conforme a la palabra inconmovible del Creador y Todopoderoso Dios Padre y su Hijo Jesús.

Por esto el Señor en la escritura nos recuerda lo que Él ha hecho.
Muchas veces el pueblo de Israel fue librado sobrenaturalmente, pero aún así, seguía desconfiando de Dios, esto lo podemos ver en el Salmo 106:6-7.
Salmo 106:6-7 Hemos pecado como nuestros antepasados. ¡Hicimos lo malo y actuamos de manera perversa! Nuestros antepasados en Egipto no quedaron conmovidos ante las obras milagrosas del SEÑOR. Pronto olvidaron sus muchos actos de bondad hacia ellos; en cambio se rebelaron contra él en el mar Rojo.*
Si Dios lo dice, Dios lo hace.
Y si Dios lo hace, entonces podemos descansar confiadamente en sus promesas.
Podemos descansar confiadamente en sus enseñanzas.
Y al hacer esto podemos estar tranquilos porque tenemos seguridad y paz.

Apreciados hermanos, Si usted tiene en este momento una decisión importante que tomar, aplíquelos a los principios bíblicos.
De esa manera podemos estar seguros de que no fallaremos.
Porque de esa manera hemos tomado la única opción viable, razonable y cierta para nuestras vidas.

La palabra de Dios dice:
Isaías 46:3-13 «Escúchenme, descendientes de Jacob, todos los que permanecen en Israel. Los he protegido desde que nacieron; así es, los he cuidado desde antes de nacer. Yo seré su Dios durante toda su vida; hasta que tengan canas por la edad. Yo los hice y cuidaré de ustedes; yo los sostendré y los salvaré. »¿Con quién me compararán? ¿Quién es igual que yo? Hay quienes derrochan su plata y su oro y contratan a un artesano para que de estos les haga un dios. Luego, ¡se inclinan y le rinden culto! Lo llevan sobre los hombros y cuando lo bajan, allí se queda. ¡Ni siquiera se puede mover! Cuando alguien le dirige una oración, no obtiene respuesta; no puede rescatar a nadie de sus dificultades. »¡No olviden esto! ¡Ténganlo presente! Recuérdenlo, ustedes los culpables. Recuerden las cosas que hice en el pasado. ¡Pues sólo yo soy Dios! Yo soy Dios, y no hay otro como yo. Sólo yo puedo predecir el futuro antes que suceda. Todos mis planes se cumplirán porque yo hago todo lo que deseo. Llamaré a una veloz ave de rapiña desde el oriente, a un líder de tierras lejanas, para que venga y haga lo que le ordeno. He dicho lo que haría, y lo cumpliré. »Escúchame, pueblo terco, que estás tan lejos de actuar con justicia. Pues estoy listo para rectificar todo, no en un futuro lejano, ¡sino ahora mismo! Estoy listo para salvar a Jerusalén* y mostrarle mi gloria a Israel.

Cuando leemos esta clase de versículos bíblicos, podemos entender claramente y sin duda alguna que sólo Dios puede saber lo que nos conviene.

Él ve más allá de los hechos mismos, porque el mira el corazón de cada uno y nos paga según lo que hemos hecho.

El diablo colocó duda en el corazón de Adán y Eva, para que dudaran de Dios, tergiversando o torciendo su palabra.
Así mismo hoy en día, los emisarios de satanás, están queriendo hacer lo mismo.
Estos Anatemas tuercen el evangelio y se autonombran entre sí, dándose títulos que muy bien saben ellos, que Dios no se los ha dado.

Lo hacen con el propósito de crear dudas en los creyentes.
Cuando usted tiene duda, usted desconfía hasta de su propia madre, hermanos y pastor
Cuando sucede esto, usted no es obediente y mucho menos fiel a Jesús y su iglesia.
Porque una persona que duda va en contra de la misma naturaleza de un Dios que permanece constante, fiel, inconmovible y seguro.

¿Cuándo nosotros tenemos algo en mente, a quién vamos a consultar sobre  nuestras decisiones que determinaran nuestro futuro?
Pues a Dios.
Entonces si mostramos obediencia y fidelidad ante un Dios Todopoderoso, podemos estar confiados y seguros que Él, responderá por nosotros.
Pero si no somos obedientes y fieles a sus mandatos, es porque estamos dudando.
Y esa duda la pone Satanás en el corazón de los creyentes para que no sean salvos.

Sólo Dios ha anunciado desde el principio de los tiempos todo lo que iba y va a suceder con siglos de anticipación.
Solamente Él puede hacerlo con una precisión asombrosa.

Además, solo Dios conoce lo más profundo de nuestro corazón y mediante su palabra desnuda sus intenciones.
Entonces, arrodillemos nuestro corazón, sometámonos fielmente  y confiemos plenamente, en que con ÉL, somos más que vencedores.

Santiago 1:1-8 Yo, Santiago, esclavo de Dios y del Señor Jesucristo, escribo esta carta a las «doce tribus»: los creyentes judíos que están dispersos por el mundo. ¡Reciban mis saludos! Amados hermanos, cuando tengan que enfrentar problemas, considérenlo como un tiempo para alegrarse mucho porque ustedes saben que, siempre que se pone a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse. Así que dejen que crezca, pues una vez que su constancia se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y completos, y no les faltará nada. Si necesitan sabiduría, pídansela a nuestro generoso Dios, y él se la dará; no los reprenderá por pedirla. Pero, cuando se la pidan, asegúrense de que su fe sea solamente en Dios. Y no duden, porque una persona que duda tiene la lealtad dividida y es tan inestable como una ola del mar que el viento arrastra y empuja de un lado a otro. Esas personas no deberían esperar nada del Señor; su lealtad está dividida entre Dios y el mundo, y son inestables en todo lo que hacen.

Es inevitable tener dudas, pero no por esto debemos dejar que nos lleven a la incredulidad, al desánimo y a que situaciones externas nos roben la paz.

Las olas son situaciones que amenazan un naufragio, que afectan nuestra vida llevándola de un lado para otro.

Por eso nunca estaremos seguros cuando dudamos, o cuando no tomamos decisiones efectivas, radicales, guiadas por la mano poderosa de Dios.

La oración es la forma práctica de enfrentar las dudas y las incertidumbres que trae la vida diaria.
Si usted no Ora, siempre va hacer presa fácil del Diablo y sus demonios.
Si usted no lee y se fortalece en la palabra de Dios, usted será una presa fácil de cualquier lobo rapaz.
La Oración y la Palabra de Dios, nos fortalece y nos anima a seguir adelante, sin temor, sin desanimo, porque el Espíritu de Dios Padre está con nosotros a todos los lugares que visitemos.

Entre más llevemos a su presencia todas nuestras preocupaciones, el Señor se encargará de darnos su paz.
Solo en ese momento nos debemos levantar, cuando entendamos que por nada debemos estar preocupados, sino siempre elevar nuestro clamor al lugar correcto, al altar celestial, por medio de Cristo.

Y el Señor que es poderoso en misericordia, guardará nuestro corazón.
Y no solamente lo guardara, sino que lo llenará de calma.

Cuando estamos en su Paz interior, Él, guardará también nuestro pensamiento, para poder ver claramente lo que debemos hacer.

Porque por medio de su Gracia y su Paz, podemos ser pacientes para recibir su respuesta.
Para eso no debemos dudar nunca de su Poder y soberanía.
Confiemos en que, al entregarle todas nuestras situaciones, Él se identificará con ella, la tomará como suya y la resolverá poderosamente.
Para darnos la victoria esperada.

Esa es la capacidad que solo Dios Padre y su Hijo Jesús tienen.
Ellos al identificarse, tomaran nuestro dolor.
Tomaran nuestra ansiedad.
Tomaran nuestros afanes y a cambio de todo esto, Ellos nos ofrecerán su mansedumbre.
Nos ofrecerán su humildad.
Y toda su Gracia y su paz.
Para que usted y yo, caminar en la Victoria esperada.
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante.
Que Dios les bendiga.

¿SOMOS DE DIOS?


¿SOMOS DE DIOS?
Este es un dia maravilloso para seguir trabajando en la obra de Dios.
Padre Celestial, sé que estás en mi por medio de tu Espíritu, gracias a que he puesto mi fe y mi esperanza en tu presencia por medio de tu Hijo Jesús.
Gracias mi Dios y Padre Eterno, por el inmenso regalo que hizo tu hijo amado Jesús, para darnos la salvación.
Se que siempre estarás en mi porque hago tu Voluntad.
Desde hoy seguiré caminando en obediencia y fidelidad, ante ti y la Iglesia, aunque el enemigo intente en mí el deseo de no hacerlo. Amen.
Jeremías 29:13-18 Si me buscan de todo corazón, podrán encontrarme. Sí, me encontrarán —dice el SEÑOR—. Pondré fin a su cautiverio y restableceré su bienestar. Los reuniré de las naciones adonde los envié y los llevaré a casa, de regreso a su propia tierra”. »Ustedes afirman que el SEÑOR les ha levantado profetas en Babilonia; pero esto dice el SEÑOR acerca del rey que se sienta en el trono de David y acerca de todos los que todavía viven aquí en Jerusalén, sus parientes que no fueron desterrados a Babilonia. Esto dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales: “Enviaré sobre ellos guerra, hambre y enfermedad, y haré que sean como higos podridos, tan podridos que no pueden comerse. Sí, los perseguiré con guerra, hambre y enfermedad, y los esparciré por todo el mundo. En cada nación por donde los envíe los convertiré en objeto de condenación, horror, desprecio y burla.

Muchos preguntan,
¿Dónde está Dios, si no lo puedo ver?
¿Dónde queda el lugar donde puedo hallarle?
¿Es en algún monte Santo, o en un templo?
La Biblia dice que Dios se manifestó espiritualmente a través de su Hijo Jesús, y que por medio de Jesús hallamos el único camino para conocer y llegar a Dios Padre.

Jesús el Hijo de Dios Padre Jehová, estando en la tierra, entregó su vida por nuestros pecados y delitos.
Dicen las escrituras que al tercer día resucito, asciende al cielo y está sentado a la diestra de nuestro Dios y Padre Eterno Jehová.

Desde su Reino Celestial, Dios Padre desciende su Poder de lo Alto en cada persona que cree y camina en obediencia en el nombre de Jesús.

Dios no vive en templos sino en todo aquel que recibe a su hijo Jesucristo y camina en obediencia y fidelidad.
Y es por medio de la fe en Él, que recibimos este regalo gratuito de su Espíritu habitando dentro de nosotros. 

Si anhelamos buscar a Dios  debemos buscarlo primeramente en su Palabra, ya que es allí donde veremos el mapa que nos guiara a su presencia.
Tengamos presente que si Jesús, el Hijo de Dios Padre, está en nosotros, Él nos dará a conocer al Padre.

Juan 4:19-24 —Señor —dijo la mujer—, seguro que usted es profeta. Así que dígame, ¿por qué ustedes, los judíos, insisten en que Jerusalén es el único lugar donde se debe adorar, mientras que nosotros, los samaritanos, afirmamos que es aquí, en el monte Gerizim,* donde adoraron nuestros antepasados? Jesús le contestó: —Créeme, querida mujer, que se acerca el tiempo en que no tendrá importancia si se adora al Padre en este monte o en Jerusalén. Ustedes, los samaritanos, saben muy poco acerca de aquel a quien adoran, mientras que nosotros, los judíos, conocemos bien a quien adoramos, porque la salvación viene por medio de los judíos. Pero se acerca el tiempo —de hecho, ya ha llegado —cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. El Padre busca personas que lo adoren de esa manera. Pues Dios es Espíritu, por eso todos los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.

A Dios no se le adora en una religión en particular.
A Dios no se le adora en las falsas doctrinas que ha inventado el hombre.
Mucho menos, Dios no es el privilegio de una denominación en particular.

Uno de los engaños más sutiles en el que el hombre ha caído es en la religiosidad.
Por su ignorancia y pobreza espiritual cree equivocadamente que Dios está en tal o aquel lugar.

En el Génesis, cuando Adán y Eva pecaron se cubrieron con hojas por la vergüenza de haber traicionado a Dios.
Pero hoy en día, no estamos lejos de esa acción pecaminosa.
Porque hoy en día el hombre se tapa con la religiosidad.
Se tapa con la excusa, la deshonra, las prácticas y rituales que externamente aparentan bondad pero no tienen valor alguno para transformar el corazón del hombre.

Colosenses 2:18-23 No dejen que los condene ninguno de aquellos que insisten en una religiosa abnegación de uno mismo o en el culto a los ángeles,* al afirmar que han tenido visiones sobre estas cosas. Su mente pecaminosa los ha llenado de arrogancia y no están unidos a Cristo, la cabeza del cuerpo. Pues él mantiene todo el cuerpo unido con las articulaciones y los ligamentos, el cual va creciendo a medida que Dios lo nutre. Ustedes han muerto con Cristo, y él los ha rescatado de los poderes espirituales de este mundo. Entonces, ¿por qué siguen cumpliendo las reglas del mundo, tales como: «¡No toques esto! ¡No pruebes eso! ¡No te acerques a aquello!»? Esas reglas son simples enseñanzas humanas acerca de cosas que se deterioran con el uso. Podrán parecer sabias porque exigen una gran devoción, una religiosa abnegación de uno mismo y una severa disciplina corporal; pero a una persona no le ofrecen ninguna ayuda para vencer sus malos deseos.

Ni en un monte, ni en un templo, ni en Jerusalén mismo se adora a Dios.
Ahora se le adora en espíritu y en verdad.
Esto es, mi “espíritu” en unión íntima con el Espíritu de Dios.
El cual he recibido de Dios por Fe, Obediencia y Fidelidad en Jesús y su Iglesia.
Y en Verdad porque la misma verdad, que es Jesús, quien mora en mí.

Esta es una de las revelaciones más profundas de la palabra de Dios y escondida por siglos.
Y que solo la puedes ver cuando andamos en la voluntad de Dios Padre Jehová.

Digo esto porque: Cristo habita en mí, soy el templo de Dios y le adoro ofreciendo mi vida en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios.
Así que haga usted lo mismo.
Romanos 12:1-3 Por lo tanto, amados hermanos, les ruego que entreguen su cuerpo a Dios por todo lo que él ha hecho a favor de ustedes. Que sea un sacrificio vivo y santo, la clase de sacrificio que a él le agrada. Ésa es la verdadera forma de adorarlo.* No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta. Basado en el privilegio y la autoridad* que Dios me ha dado, le advierto a cada uno de ustedes lo siguiente: ninguno se crea mejor de lo que realmente es. Sean realistas al evaluarse a ustedes mismos, háganlo según la medida de fe que Dios les haya dado.*

Aunque suene duro, este es el verdadero culto que debemos practicar diariamente.
Colosense 1:24-29 Me alegro cuando sufro en carne propia por ustedes, porque así participo de los sufrimientos de Cristo, que continúan a favor de su cuerpo, que es la iglesia. Dios me ha dado la responsabilidad de servir a su iglesia mediante la proclamación de todo su mensaje a ustedes. Este mensaje se mantuvo en secreto durante siglos y generaciones, pero ahora se dio a conocer al pueblo de Dios. Pues él quería que su pueblo supiera que las riquezas y la gloria de Cristo también son para ustedes, los gentiles.* Y el secreto es: Cristo vive en ustedes. Eso les da la seguridad de que participarán de su gloria. Por lo tanto, hablamos a otros de Cristo, advertimos a todos y enseñamos a todos con toda la sabiduría que Dios nos ha dado. Queremos presentarlos a Dios perfectos* en su relación con Cristo. Es por eso que trabajo y lucho con tanto empeño, apoyado en el gran poder de Cristo que actúa dentro de mí.

El Genuino Apóstol Pablo, quien no tiene reemplazo, así como ninguno de los Apóstoles de cristo lo tiene, no considera el sufrimiento de Cristo como insuficiente, ni su propio sufrimiento como poseedor de algún valor redentor.

En lugar de ello, para él el sufrimiento del sacrificio de Cristo ha pasado, y su propio sufrimiento es un gozoso privilegio porque lo identifica con su Señor.

En otras palabras, el Apóstol Pablo, quien no tiene reemplazo como pretenden hacerlos algunos cachivaches de hoy en día, cumple con su responsabilidad de dispensar el misterio de Dios entre los gentiles, el secreto ya revelado sobre la obra redentora de Cristo, gracias al cual judíos y gentiles han sido unidos en él.

Miren voy a hacer un paréntesis aquí y voy a preguntar algo que es muy importante para todo cristiano verdadero.
Y me gustaría que esta pregunta se la formularan a todo pseudoapóstoles o pseudoprofetas modernos de esta era.
¿Si Judas Iscariote fue reemplazado por Matías, echado a la suerte, estos pseudoapóstoles y pseudoprofetas modernos, a quien están reemplazando y por orden de quién?
Tengamos en cuenta los requisitos para ser Apóstol y profeta, y tengamos también en cuenta que en estos tiempos, nadie absolutamente nadie, puede cumplir esos requisitos.
Sobre esto hablare más adelante.

Volvamos al mensaje.
Isaías 43:1-6 Pero ahora, oh Jacob, escucha al SEÑOR, quien te creó. Oh Israel, el que te formó dice: «No tengas miedo, porque he pagado tu rescate; te he llamado por tu nombre; eres mío. Cuando pases por aguas profundas, yo estaré contigo. Cuando pases por ríos de dificultad, no te ahogarás. Cuando pases por el fuego de la opresión, no te quemarás; las llamas no te consumirán. Pues yo soy el SEÑOR, tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador. Yo di a Egipto como rescate por tu libertad; en tu lugar di a Etiopía* y a Seba. Entregué a otros a cambio de ti. Cambié la vida de ellos por la tuya, porque eres muy precioso para mí. Recibes honra, y yo te amo. »No tengas miedo, porque yo estoy contigo. Te reuniré a ti y a tus hijos del oriente y del occidente. Les diré al norte y al sur: “Traigan a mis hijos e hijas de regreso a Israel desde los rincones más lejanos de la tierra.

Dice la Biblia en Romanos 8:31:
Romanos 8:28-32 Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen* para el bien de los que lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos. Pues Dios conoció a los suyos de antemano y los eligió para que llegaran a ser como su Hijo, a fin de que su Hijo fuera el hijo mayor* de muchos hermanos. Y, después de haberlos elegido, Dios los llamó para que se acercaran a él. Y, una vez que los llamó, los puso en la relación correcta con él. Y, luego de ponerlos en la relación correcta con él, les dio su gloria. ¿Qué podemos decir acerca de cosas tan maravillosas como éstas? Si Dios está a favor de nosotros, ¿quién podrá ponerse en nuestra contra? Si Dios no se guardó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿no nos dará también todo lo demás?

Si tenemos a Dios en nuestras vidas no debemos temer quién o qué pueda estar contra nosotros.
Él nos creó, nos formó y nos redimió de la muerte eterna, pagó un precio muy alto derramando la sangre preciosa de su Hijo; y nos compró para que fuésemos suyos.
Cuando usted tiene un copero o sirviente en su casa, usted espera que esta persona le sea fiel y obediente. Si no es así, usted puede despedirlo.
Dios Padre Jehová, nos compró por medio de Jesús.
Y si usted no le es obediente y fiel en todo, entienda o dese por despedido de la presencia de Dios.
En otras palabras si no cumplimos con los mandamientos y estatutos escritos en la palabra de Dios, No podemos llamarnos hijos de Dios.

Pero cuando somos obedientes y fieles ante Dios Padre y su Hijo Jesús con su Iglesia, esto nos da la seguridad de que su mayor deseo es cuidarnos y acompañarnos en cada momento de nuestra vida.

Si pasamos por tormentas, por avalanchas de dificultades el promete estar a nuestro lado y no nos dejará anegar, no permitirá que desmayemos y mucho menos que seamos vencidos.
Porque su diestra de justicia nos sostendrá hasta que pase la tribulación.

No dejará que el fuego de la angustia nos consuma, ni su llama arda en nosotros, pues nos dará la certeza de que ese problema, esa necesidad ya está en sus manos y Él ha tomado por completo su control.

Por eso, no debemos temer mal alguno, seremos levantados y sacados de cualquier peligro.
Esa es su abundante gracia derramada sobre nosotros.

Dios nos dará la seguridad de que Cristo no permitirá, que las puertas del Hades prevalezcan contra nosotros.
Somos su iglesia y estamos resguardados en su presencia por nuestra obediencia y fidelidad.

Dios Padre Jehová, como Creador y Redentor es quién gobierna todo a nuestro alrededor y mostrará su soberanía, para que todos sepan quién es “EL GRAN YO SOY”.
No temamos, porque tenemos al Poderoso de nuestro lado.

Entendamos que cualquier siervo que hace la voluntad de Dios, es grande por naturaleza.
Sería bueno recordar que en la iglesia, no atraemos a la gente para nosotros, sino para Jesucristo.
No es para nosotros para quienes reclamamos la lealtad de la Iglesia, sino para el Novio, el Hijo de Dios.
Dios Padre Jehová, se sirve de aquellos que están dispuestos a darse por entero a Él y dejar de ser, para que Jesucristo sea a través de ellos.

Cuándo las personas nos miran, ven a Cristo en nosotros.
Por eso nuestra vida debe reflejar el carácter de Jesús en todo lo que hacemos.
Jesús en todo le fue fiel y obediente al Padre.
Demuestre usted por medio de su testimonio, obediencia y fidelidad, el carácter de cristo para su iglesia.
Solo asi nuestro hogar será protegido de pleitos, discordias, enfermedades y cualquier circunstancia negativa.
Cuando hacemos esto, llevaremos a los nuevos creyentes ante Cristo, para que sea el quien los transforme y los presente ante el Padre y Dios nuestro Jehová.
Nunca intente pedirle a otro que sea obediente, cuando usted no lo es.
Seamos ejemplo para el mundo y andemos como cristo nos enseño.
Tenga la plena seguridad que todo cuanto le haya podido al Padre, por medio de Cristo, nos lo concederá.
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante.
Que Dios le bendiga con forme a su pensamiento y corazón.

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