LA BONDAD DE
DIOS.
“Más el fruto
del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, BONDAD, fe,
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” (Gálatas 5:22-23 RV)
Veamos La Bondad
de Dios
Antes de que podamos definir la bondad como un fruto del
Espíritu Santo, y podamos comprender la bondad de Dios, deberemos ser
conscientes de que solo podremos tocar la orilla del manto del Señor; no
podremos profundizar más allá de la
superficie; no podemos ver más que un destello de la bondad de Dios, aun cuando
caminemos por fe.
La bondad de Dios solo la podremos ver manifiesta en toda
su gloria cuando lo vamos cara a cara en el cielo.
Su bondad va más allá de toda comprensión humana, y solo mediante el Espíritu Santo podremos
ver desde lejos un poco de ella.
Jesús dijo en Mateo
19:16-17: “Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para
tener la vida eterna? Él le dijo: ¿Por
qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en
la vida, guarda los mandamientos.”
Este es el principio clave del día de hoy, y sus
ramificaciones son más complejas de lo que podemos cubrir en este día.
Aquí tenemos a una persona buscando la vida eterna, y
Cuando él se acercó a Jesús, lo llamó “bueno”.
Jesús inmediatamente contestó.
En lugar de responder primero a sus preguntas, Jesús le
respondió haciéndole una pregunta importante, como frecuentemente lo hacía.
La respuesta-pregunta fue:
¿Por qué Me llamas bueno?
¿Qué no sabes que la bondad solo existe en Dios nuestro
Señor?
¿O crees tú que yo soy Dios?
Observen los principios que emergen inmediatamente:
1. La Bondad es un atributo de Dios
2. Esta solo disponible en El y a través de Él.
3. Jesús Reconoce que el único Dios bueno, es su Padre.
4. Para poder tener alguna “bondad” en nosotros, Dios
debe habitar en nosotros por medio de su Hijo Jesús.
Incluso si tú tienes a Cristo en tu corazón, pero tus
hijos no lo tienen, ellos no pueden “ser buenos” como fruto del Espíritu Santo.
Ellos pueden aprender a comportarse de una manera
aceptable, pero eso no es bondad.
La Bondad es un atributo de la Naturaleza Divina, y como
tal solo puede existir cuando la Naturaleza Divina mora dentro del alma humana.
En la Tierra no existe ningún hombre bueno.
Solo podemos ser bondadosos cuando Jesús habita en
nosotros, y caminamos bajo la obediencia y fidelidad hacia Dios Padre.
Como seres humanos podemos hacer cosas “aceptables”, para
los estándares del mundo, incluso, aun para los estándares de la iglesia.
Pero estas acciones no se pueden considerar “buenas
obras”, si no existe realmente y verdaderamente un sometimiento ante Dios
mediante la fe en Jesucristo.
No olvides que “DIOS NO TIENE NIETOS, SOLO HIJOS”
Las buenas obras son cosas que Dios hace a través de ti.
¿Y cómo las reconoceremos?, éstas tienen siempre ciertas
características; ¡Siempre!
Hay realmente dos palabras claves que se usan en el Nuevo
Testamento que son traducidas como “bueno”.
Pero nos vamos a concentrar en el pasaje de Gálatas 5, porque esa es llamada un fruto
directo del Espíritu Santo de Dios.
La razón es porque es un aspecto tan alto, tan sublime y
tan noble del carácter de Dios que las cualidades humanas no pueden lograr
equiparar, ni puede el lenguaje humano ni siquiera empezar a describirlo.
Por eso es que la naturaleza de Dios desafía al
entendimiento humano, porque aun en medio de una generación torcida y perversa,
aborrece lo malo.
El ser humano
dice tener hambre de santidad, pero rechazan el compromiso con Dios.
La BONDAD se levanta a si
misma por encima de la moralidad de este siglo, y como es el carácter de Dios
que está siendo liberado, exhibe claramente su pureza, que aún la misma
justicia y acciones de la religión y las buenas intenciones, se ven como lo que
son. NADA.
Por eso la
definición en toda su simplicidad, sobre la BONDAD sería:
Esa parte de la naturaleza de Dios (3 Juan 11, Romanos 7:17) que rechaza el
mal (Romanos 12:21) que desea la
Santidad (Efesios 5:8-10) y produce fruto
eterno (Romanos 8:28, Mateo 7:15, Génesis
50:20).
Veamos La Bondad
de Dios en el Hombre
Ya hemos determinado que solo Dios es bueno, y solo Dios
puede hacer algo bueno.
En otras palabras, la bondad es una parte de la esencia
de Dios, y como tal, no puede existir separada de Dios.
Pero afortunadamente para el hombre, la Bondad de Dios
está disponible.
Tú puedes de hecho poseer la bondad, aun cuando solamente
Dios es bueno, porque Dios, viviendo en ti, liberará esa bondad a través de ti,
si tú se Lo permites por medio de su Hijo Jesús.
Eso es lo que el Apóstol Pablo quiso decir cuando dijo
que el fruto del Espíritu es bondad.
Dios, viviendo en el hombre, le da al hombre la capacidad
de ser bueno, y de hacer lo correcto.
El hombre por
naturaleza no es bueno, Sin Dios.
Y solo es
posible ser bueno cuando por medio de Jesucristo nos sometemos a la voluntad de
Dios Padre.
Verifiquemos esto en la Escritura.
Primero veamos 3 Juan 11 que
dice: “Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de
Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios”
Entonces los hijos de Dios, en los que habita es Espíritu
de Dios tiene la capacidad de hacer lo bueno.
Cristo representaba en sí mismo la perfecta bondad de
Dios, pero no era Dios.
El incrédulo, sin embargo, puede solo hacer el mal.
El hombre o la mujer no tienen la habilidad de producir
nada que sea bueno, sin Dios.
Usted puedes no estar de acuerdo, e incluso me puedes
argumentar lo siguiente: “Pero yo conozco algunos no-Cristianos quienes viven
vidas más morales que muchos Cristianos”
El asunto no es la moralidad. Es de
BONDAD.
La moralidad es relativa y temporal.
La bondad es un absoluto, y es eterno.
Y el hecho de que tú seas un creyente de Jesucristo, no
significa que automáticamente producirás buenas obras.
El apóstol Pablo ventiló sus frustraciones como nosotros,
en Romanos 7:17-18 explicó el
problema.
El escribió: “pero, en ese
caso, ya no soy yo quien lo lleva a cabo sino el pecado que habita en mí. Yo sé
que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa, nada bueno habita. Aunque
deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo.”
Aquí explica Pablo el fenómeno de la naturaleza dual del
hombre.
En el mismo cuerpo estén dos aspectos completamente
opuestos.
La vieja naturaleza, la cual no puede producir nada
bueno, y la Nueva Naturaleza, la cual no puede producir el mal.
Pero la lucha de Pablo estaba en el proceso de tomar
decisiones.
Lo que él deseaba hacer no era bueno.
El, naturalmente no deseaba huir del mal y seguir la
santidad.
Si se le hubiera dejado a su elección, el constantemente
era atraído a hacer aquello que no era bueno.
Y las cosas que se suponía que él debía hacer,
naturalmente las evitaba.
Pero Pablo
tenía un Ayudador, el Espíritu Santo.
Y ese
Espíritu, viviendo en él, quería producir solo aquello que era eterno y bueno.
Por lo tanto, mientras que este verso nos deja con
una connotación un poco negativa, está más bien diseñado para reconocer el
conflicto, más que para describir la solución.
La solución la encontramos en Gálatas
2:20.
Ahí, el Apóstol Pablo
reconoce que:
Gálatas 2:20 Mi antiguo yo ha sido crucificado con
Cristo. Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Así que vivo en este cuerpo
terrenal confiando en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó a sí mismo por
mí.
Pero Pablo era consciente del problema.
En él y por el mismo, nada bueno podía hacer.
Entonces aquí
está el problema.
Hasta que Cristo
venga a nuestras vidas, no podemos hacer nada bueno.
Una vez que Cristo entra, entonces poseemos la capacidad
de hacer tanto lo bueno como lo malo, la decisión, es nuestra a cada momento.
Pero, si en algún momento, nuestra carne toma el control,
lo que producimos no serán buenas obras.
Porque la carne
en nada aprovecha.
La Bondad de
Dios en el Hombre:
Es la parte de
la naturaleza de Dios que rechaza el mal.
Es decir: Que Dios está
evaluando el comportamiento, costumbre, actitud y responsabilidad del cristiano
que dice tener a Jesús en su corazón.
En otras palabras: Si un creyente
dice ser Hijo de Dios, este debe caminar en obediencia y fidelidad ya que es el
mismo Dios quien está al tanto de cómo se comporta la “bondad” en la vida del
cristiano.
Veamos tres
características dominantes en la vida del cristiano.
La primera es: La
Bondad de Dios en el Hombre: Siente
repulsión por el mal.
Un simple pasaje para memorizar sería:
Romanos 12:21 No dejen que el mal los venza, más bien
venzan el mal haciendo el bien.
Lo que eso significa es que cuando Dios tiene el control
de tu vida, y la bondad de Dios está siendo manifestada en tu vida, no puedes
tolerar la impureza, la infidelidad, la mentira, las excusas o la inmoralidad.
De hecho, el
hacer o el comprometer cualquiera de estas en ti, te enfermará.
La razón es, que tú tendrás la perspectiva de Dios hacia
el pecado, y Dios odia el
pecado.
Dios detesta toda forma de pecado, y cualquier cosa que
desafíe Su Santidad, ambas cosas rompe Su Corazón y entristecen Su Espíritu.
Así es que si tú puedes tolerar más y más inmoralidad en
lo que observas, lo que piensas, lo que dices, o lo que haces, no estás permitiendo
a Dios ser Dios en ti.
Y por consiguiente, cristo no habita en usted.
En otras palabras
usted sigue viviendo en la antigua naturaleza del pecado.
Usted podrás estar testificando, sirviendo, enseñando;
aun orando.
Y Dios honrará Su Palabra.
Pero tú no estarás creciendo a Su imagen, porque el Fruto
de Su Espíritu, el cual es bondad, estará siendo estorbado en ti.
Te pregunto:
¿Invitarías al Espíritu de Dios a leer esos libro,
mensajes, correos, que estás leyendo?,
¿Invitarías al Espíritu de Dios, A ver esas imágenes o
fotos que te envían?,
¿Invitarías al Espíritu de Dios, para que esté presente
en esa obra que estás montando en el teatro de tu mente?
Entienda que el
Espíritu Santo tiene repulsión del pecado.
Por lo tanto, si Su bondad queda libre para fluir a
través de ti, sentirás repulsión por lo malo
también.
Por es necesario Vencer
el mal, con el bien.
Eso significa dejar que la Santidad de Dios fluya a
través de ti, hasta que alcances el estado en el que pienses Sus pensamientos y
que hagas Sus acciones.
Cuando lo
hagas, lo sabrás.
Sal 97:10-12 ¡Ustedes, los que aman al SEÑOR, odien el mal! Él
protege la vida de sus justos y los rescata del poder de los perversos. La luz
brilla sobre los justos, y la alegría sobre los de corazón recto. ¡Que todos
los justos se alegren en el SEÑOR y alaben su santo nombre!
Y si tú no estás
siendo cada vez más sensible al pecado, no estás siendo progresivamente llenado
con la bondad de Dios.
La segunda es: La
Bondad de Dios en el Hombre:
Es parte de la
naturaleza de Dios que desea la Santidad.
El Salmista dijo “Como
el ciervo busca por las aguas, así clama mi alma por Ti Oh Señor”. Esta debe ser
nuestra mentalidad.
Las cosas de Dios deben estar tan presentes en nuestros
pensamientos, que no tenemos que ser obligados a someternos a leer Su Palabra,
o a meditar en ella, o a pasar tiempo en adoración.
La bondad de Dios en nosotros es como un viento poderoso
que llega hasta los rincones de nuestro corazón clamando “Jesús,
Jesús, Jesús, este es nombre más dulce que conozco; llena todos mis deseos; me mantiene
cantando mientras voy hacia mi padre.
Efesios 5:8-10 Pues antes ustedes estaban llenos de
oscuridad, pero ahora tienen la luz que proviene del Señor. Por lo tanto,
¡vivan como gente de luz! Pues esa luz que está dentro de ustedes produce sólo
cosas buenas, rectas y verdaderas. Averigüen bien lo que agrada al Señor.
La tercera es: La
Bondad de Dios en el Hombre: Produce fruto
eterno.
Finalmente, la bondad de Dios no solo aborrece el mal y
huye hacia la Santidad, es esa parte de la naturaleza de Dios que se reproduce
a Si Misma.
Eso es, la
bondad de Dios, y solo Su Bondad, produce fruto que perdura.
Produce buenas obras.
Produce recompensa eterna.
Y produce el producto terminado de Dios en ti.
Recuerden esas tres cosas, porque todas son vitales para
que podamos volvernos “buenos”.
Entonces:
La Bondad de Dios
produce buenas obras, en la vida del cristiano fiel y obediente.
Es decir:
Vivimos en un mundo que está ocupado haciendo supuestamente
buenas obras.
Es un reflejo de la edad humanística en que vivimos en la
que no importa que hayas hecho o dejado de hacer, no importa qué clase de
relación tienes con Dios, y no importa cuál sea tu motivación, si haces algo
benevolente, entonces el mundo te hace creer que estás haciendo una buena obra.
Mateo 12:35
nos recuerda: “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón, saca cosas
buenas”
Entonces: El tesoro de
tu corazón es Jesús, y solo Él puede producir buenas obras.
Eso es lo que Efesios 2:10 quiere decir
cuando dice:
“Porque somos
hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios
dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.“
Dios ha ordenado desde antes de la fundación del mundo
que seamos obediente, fieles y
produzcamos buenas obras.
El las creó,
Él las ordenó, El las produce.
La Bondad de Dios
produce Recompensa y Bendición Eterna, en el creyente honesto.
Nuestras buenas obras serán calificadas por Dios.
No se basara en preceptos religiosos o cuan nobles
fueron, o cuan aceptables fueron éstas, sino en que si ¿estas obras
fueron hechas por Dios a través de nosotros?
2Corintios 5:10 Pues todos tendremos que estar delante de
Cristo para ser juzgados. Cada uno de nosotros recibirá lo que merezca por lo
bueno o lo malo que haya hecho mientras estaba en este cuerpo terrenal.
Con frecuencia nos preguntamos:
“¿Cómo determinará Dios por qué cosas recompensarnos?”
No necesariamente.
¿Por lo efectivos que éramos en la música?
¿Por nuestro testimonio?
¿Por la consejería que dimos?
No necesariamente,
¿Por el dinero que dimos a su causa? O ¿Por cuánto
sufrimos en nuestra vida?
No necesariamente.
Dios solo nos recompensará por las “buenas” obras, la fe
que tuvimos en Él.
Si de nosotros mismos las hicimos, no habrá recompensa.
Si EL las hizo mediante nosotros, no importa cuánto
“éxito” creímos haber tenido o no haberlo tenido, la corona nos espera.
Así que los creyentes más fructíferos en la eternidad, no
serán necesariamente aquellos con grandes talentos, o con muchos seguidores,
sino aquellos quienes sabían que ellos no podían hacer nada separados de Dios.
A ellos, Dios les dirá: “Bien
hecho siervo bueno y fiel”.
Por Ultimo y
ya para finalizar este mensaje del día de hoy:
La Bondad de Dios
es Completa, en el creyente que refleja a su Hijo Jesús.
Dios termina lo que empieza.
Si se lo permitimos, El empezará y completará la obra que
Él tiene para tu vida.
Tal vez tu ni cuneta te darás de lo que Él está haciendo
en ti, pero estarás muy consciente de que tú no lo estás haciendo.
El apóstol Pablo lo dijo de esta manera:
Filipenses
1:6: “Y estoy
seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta
que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva”.
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante.
Que Dios me bendiga, a mi familia y a mis hermanos en la
fe.
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