BIENVENIDOS

Gracia y Paz en Cristo Jesús, Amados, soy el Pr. Rogers Infante. Discípulo de la obra de Dios, Promotor y fundador de la Iglesia Cristiana Palabra y Amor. Doy gracias a Dios por la posibilidad que nos da, de poder llevar su evangelio por medio de la palabra escrita a todos sus hogares y sitio de trabajo. Con la intención de poder compartirlos con todos ustedes ya que está en evidencia la gran necesidad de contar con material netamente de evangelización, que sirviera para llegarles en forma de mensajes. Muchas almas han encontrado a Cristo, por este medio, cuyo fin, es que la "palabra de Dios corra y sea glorificada" (2 Ts 3:1). Amados, la venida de Nuestro Señor Jesucristo a buscar a su iglesia, esta cerca. Por tal motivo el enemigo de las almas, Satanás, aprovechará en este último tiempo para engañar a cuantos pueda en este mundo; lo cual la Biblia nos advierte que no ignoremos sus maquinaciones. (2Co.2:11). Vivimos una era de engaños, donde se predica un falso evangelio facilista y meramente emocional. Además de otras ciertas doctrinas ortodoxas de la cristiandad, debemos estar alertados de estos lobos rapaces disfrazados de ovejas y que por dentro son unos Anatemas que venden el evangelio de JESÚS, La doctrina del "arrepentimiento de pecados" es rara vez predicada como se debe. La salvación por gracia se ha desvirtuado y las perdiciones son basadas en discursos que tienen mucho de sensacionalismo, pero carentes de fundamento bíblico vital para la genuina conversión de las almas. (Heb.4:12).Por tal motivo es necesario, predicar un evangelio fiel a la Biblia. Tu testimonio personal y tu vida de consagración a los pies de Cristo, es el arma más poderosa, para llevar la palabra de Dios.

¡Que tu vida, y la mía, sean solo para LA GLORIA DE DIOS!

viernes, 28 de julio de 2017

¿DUDAS?


¿DUDAS?
Bendiciones a todos mis hermanos en este día.
Señor, quita toda duda de mí, toda aquella mentira que me quiera llevar a perder mi relación de profunda confianza en ti y en tus promesas.
Descanso en ti hoy, llevando toda ansiedad con oración y ruego delante de tu presencia.
Señor, coloco en este día todas mis decisiones en tus manos, confiando plenamente que tú me mostrarás el camino que debo seguir y descanso en ti, en tu dirección por medio de tu Espíritu.
Padre Eterno y Dios Todopoderoso, siendo tan grande y sublime, enviaste a tu hijo Jesús,  sin pecado, para que pasara por todas nuestras limitaciones, gracias porque verdaderamente sabes lo que necesitamos ya que siempre nos sacas de todo dolor y de toda angustia amen.

Busquemos en la palabra de Dios:
Jeremías 1:17-19 »Levántate y prepárate para entrar en acción. Ve y diles todo lo que te ordene decir. No les tengas miedo, sino haré que parezcas un necio delante de ellos. Mira, hoy te he hecho fuerte, como ciudad fortificada que no se puede conquistar, como columna de hierro o pared de bronce. Te enfrentarás contra toda esta tierra: contra los reyes, los funcionarios, los sacerdotes y el pueblo de Judá. Ellos pelearán contra ti, pero fracasarán, porque yo estoy contigo y te protegeré. ¡Yo, el SEÑOR, he hablado!

¿Quiénes son los que pelean contra nosotros?
Uno de esos gigantes que tenemos que vencer es la duda.
Dudar es definido en los diccionarios de la lengua española como la “Vacilación o falta de determinación ante varias posibilidades de elección sobre creencias, noticias o hechos”.

Porque somos seres limitados, no podemos controlar nuestro destino.
Y si no sabemos controlar nuestro destino, mucho menos vamos a saber cómo nos va a ir en determinada decisión.
Por eso muchas veces nos encontramos en una encrucijada, sin tomar una verdadera y segura determinación frente a algo.

La incertidumbre puede llevarnos al desespero, a la depresión y a la incredulidad.
Desconfiar de Dios es algo muy grave, porque nos lleva a  resolver nuestra vida con base en mentiras, con base a lo que otros dicen que hagamos.
Con base a lo temporal y pasajero.
Y peor aún, con base a lo erróneo.
Y no conforme a la palabra inconmovible del Creador y Todopoderoso Dios Padre y su Hijo Jesús.

Por esto el Señor en la escritura nos recuerda lo que Él ha hecho.
Muchas veces el pueblo de Israel fue librado sobrenaturalmente, pero aún así, seguía desconfiando de Dios, esto lo podemos ver en el Salmo 106:6-7.
Salmo 106:6-7 Hemos pecado como nuestros antepasados. ¡Hicimos lo malo y actuamos de manera perversa! Nuestros antepasados en Egipto no quedaron conmovidos ante las obras milagrosas del SEÑOR. Pronto olvidaron sus muchos actos de bondad hacia ellos; en cambio se rebelaron contra él en el mar Rojo.*
Si Dios lo dice, Dios lo hace.
Y si Dios lo hace, entonces podemos descansar confiadamente en sus promesas.
Podemos descansar confiadamente en sus enseñanzas.
Y al hacer esto podemos estar tranquilos porque tenemos seguridad y paz.

Apreciados hermanos, Si usted tiene en este momento una decisión importante que tomar, aplíquelos a los principios bíblicos.
De esa manera podemos estar seguros de que no fallaremos.
Porque de esa manera hemos tomado la única opción viable, razonable y cierta para nuestras vidas.

La palabra de Dios dice:
Isaías 46:3-13 «Escúchenme, descendientes de Jacob, todos los que permanecen en Israel. Los he protegido desde que nacieron; así es, los he cuidado desde antes de nacer. Yo seré su Dios durante toda su vida; hasta que tengan canas por la edad. Yo los hice y cuidaré de ustedes; yo los sostendré y los salvaré. »¿Con quién me compararán? ¿Quién es igual que yo? Hay quienes derrochan su plata y su oro y contratan a un artesano para que de estos les haga un dios. Luego, ¡se inclinan y le rinden culto! Lo llevan sobre los hombros y cuando lo bajan, allí se queda. ¡Ni siquiera se puede mover! Cuando alguien le dirige una oración, no obtiene respuesta; no puede rescatar a nadie de sus dificultades. »¡No olviden esto! ¡Ténganlo presente! Recuérdenlo, ustedes los culpables. Recuerden las cosas que hice en el pasado. ¡Pues sólo yo soy Dios! Yo soy Dios, y no hay otro como yo. Sólo yo puedo predecir el futuro antes que suceda. Todos mis planes se cumplirán porque yo hago todo lo que deseo. Llamaré a una veloz ave de rapiña desde el oriente, a un líder de tierras lejanas, para que venga y haga lo que le ordeno. He dicho lo que haría, y lo cumpliré. »Escúchame, pueblo terco, que estás tan lejos de actuar con justicia. Pues estoy listo para rectificar todo, no en un futuro lejano, ¡sino ahora mismo! Estoy listo para salvar a Jerusalén* y mostrarle mi gloria a Israel.

Cuando leemos esta clase de versículos bíblicos, podemos entender claramente y sin duda alguna que sólo Dios puede saber lo que nos conviene.

Él ve más allá de los hechos mismos, porque el mira el corazón de cada uno y nos paga según lo que hemos hecho.

El diablo colocó duda en el corazón de Adán y Eva, para que dudaran de Dios, tergiversando o torciendo su palabra.
Así mismo hoy en día, los emisarios de satanás, están queriendo hacer lo mismo.
Estos Anatemas tuercen el evangelio y se autonombran entre sí, dándose títulos que muy bien saben ellos, que Dios no se los ha dado.

Lo hacen con el propósito de crear dudas en los creyentes.
Cuando usted tiene duda, usted desconfía hasta de su propia madre, hermanos y pastor
Cuando sucede esto, usted no es obediente y mucho menos fiel a Jesús y su iglesia.
Porque una persona que duda va en contra de la misma naturaleza de un Dios que permanece constante, fiel, inconmovible y seguro.

¿Cuándo nosotros tenemos algo en mente, a quién vamos a consultar sobre  nuestras decisiones que determinaran nuestro futuro?
Pues a Dios.
Entonces si mostramos obediencia y fidelidad ante un Dios Todopoderoso, podemos estar confiados y seguros que Él, responderá por nosotros.
Pero si no somos obedientes y fieles a sus mandatos, es porque estamos dudando.
Y esa duda la pone Satanás en el corazón de los creyentes para que no sean salvos.

Sólo Dios ha anunciado desde el principio de los tiempos todo lo que iba y va a suceder con siglos de anticipación.
Solamente Él puede hacerlo con una precisión asombrosa.

Además, solo Dios conoce lo más profundo de nuestro corazón y mediante su palabra desnuda sus intenciones.
Entonces, arrodillemos nuestro corazón, sometámonos fielmente  y confiemos plenamente, en que con ÉL, somos más que vencedores.

Santiago 1:1-8 Yo, Santiago, esclavo de Dios y del Señor Jesucristo, escribo esta carta a las «doce tribus»: los creyentes judíos que están dispersos por el mundo. ¡Reciban mis saludos! Amados hermanos, cuando tengan que enfrentar problemas, considérenlo como un tiempo para alegrarse mucho porque ustedes saben que, siempre que se pone a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse. Así que dejen que crezca, pues una vez que su constancia se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y completos, y no les faltará nada. Si necesitan sabiduría, pídansela a nuestro generoso Dios, y él se la dará; no los reprenderá por pedirla. Pero, cuando se la pidan, asegúrense de que su fe sea solamente en Dios. Y no duden, porque una persona que duda tiene la lealtad dividida y es tan inestable como una ola del mar que el viento arrastra y empuja de un lado a otro. Esas personas no deberían esperar nada del Señor; su lealtad está dividida entre Dios y el mundo, y son inestables en todo lo que hacen.

Es inevitable tener dudas, pero no por esto debemos dejar que nos lleven a la incredulidad, al desánimo y a que situaciones externas nos roben la paz.

Las olas son situaciones que amenazan un naufragio, que afectan nuestra vida llevándola de un lado para otro.

Por eso nunca estaremos seguros cuando dudamos, o cuando no tomamos decisiones efectivas, radicales, guiadas por la mano poderosa de Dios.

La oración es la forma práctica de enfrentar las dudas y las incertidumbres que trae la vida diaria.
Si usted no Ora, siempre va hacer presa fácil del Diablo y sus demonios.
Si usted no lee y se fortalece en la palabra de Dios, usted será una presa fácil de cualquier lobo rapaz.
La Oración y la Palabra de Dios, nos fortalece y nos anima a seguir adelante, sin temor, sin desanimo, porque el Espíritu de Dios Padre está con nosotros a todos los lugares que visitemos.

Entre más llevemos a su presencia todas nuestras preocupaciones, el Señor se encargará de darnos su paz.
Solo en ese momento nos debemos levantar, cuando entendamos que por nada debemos estar preocupados, sino siempre elevar nuestro clamor al lugar correcto, al altar celestial, por medio de Cristo.

Y el Señor que es poderoso en misericordia, guardará nuestro corazón.
Y no solamente lo guardara, sino que lo llenará de calma.

Cuando estamos en su Paz interior, Él, guardará también nuestro pensamiento, para poder ver claramente lo que debemos hacer.

Porque por medio de su Gracia y su Paz, podemos ser pacientes para recibir su respuesta.
Para eso no debemos dudar nunca de su Poder y soberanía.
Confiemos en que, al entregarle todas nuestras situaciones, Él se identificará con ella, la tomará como suya y la resolverá poderosamente.
Para darnos la victoria esperada.

Esa es la capacidad que solo Dios Padre y su Hijo Jesús tienen.
Ellos al identificarse, tomaran nuestro dolor.
Tomaran nuestra ansiedad.
Tomaran nuestros afanes y a cambio de todo esto, Ellos nos ofrecerán su mansedumbre.
Nos ofrecerán su humildad.
Y toda su Gracia y su paz.
Para que usted y yo, caminar en la Victoria esperada.
Gracia y Paz.
Pastor y Administrador, Rogers Infante.
Que Dios les bendiga.

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